Argen­ti­na. Otra mues­tra del ver­da­de­ro ros­tro de la jus­ti­cia patriar­cal: abu­só de su nie­ta de seis años pero una jue­za le dio liber­tad con­di­cio­nal por su «buen con­cep­to social»

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 30 de abril de 2021.

Por con­si­de­rar que goza de «buen con­cep­to social», una jue­za pam­pea­na le con­ce­dió la posi­bi­li­dad de cum­plir tres años de pri­sión con­di­cio­nal a un abo­ga­do pam­peano de 65 años que abu­só duran­te años de su nie­ta, de seis. La magis­tra­da tomó la deci­sión a pesar de que el mis­mo acu­sa­do se decla­ró cul­pa­ble y se com­pro­bó la exis­ten­cia del delito.

La deci­sión, que gene­ró indig­na­ción en el pue­blo de Vic­to­ri­ca, fue toma­da por la jue­za de audien­cia de jui­cio de Gene­ral Pico, María José Gia­ni­net­to. Los usua­rios de las redes socia­les hicie­ron cir­cu­lar la noti­cia jun­to con la foto del abu­sa­dor y de la jue­za que le apli­có tan baja condena.

«Los tes­ti­gos apor­ta­dos por la defen­sa han mani­fes­ta­do que es una per­so­na de buen con­cep­to social, invo­lu­cra­do inclu­so con cau­sas de sig­ni­fi­ca­ción en la socie­dad de Vic­to­ri­ca, como lo fue cola­bo­rar en la crea­ción de la Cáma­ra de Comer­cio y en la Aso­cia­ción de Pue­blos Ori­gi­na­rios, ten­dien­te al reco­no­ci­mien­to y visi­bi­li­za­ción de sus dere­chos», deta­lló la magis­tra­da en su fallo. 

El Minis­te­rio Públi­co Fis­cal, repre­sen­ta­do por Ale­jan­dra Moyano Gon­zá­lez, había soli­ci­ta­do una pena de 5 años de pri­sión de cum­pli­mien­to efec­ti­vo para Julio César Page­lla y la que­re­lla había adhe­ri­do a esa petición. 

El impu­tado había sido decla­ra­do autor mate­rial del deli­to al con­cluir el deba­te oral por­que había que­da­do pro­ba­do que, antes del 17 de julio de 2018, abu­só de su nie­ta. Sin embar­go, Gia­ni­net­to recha­zó apli­car los agra­van­tes soli­ci­ta­dos por la Fis­ca­lía por­que, ale­gó, se tra­tó de un «abu­so sexual simple». 

La jue­za indi­có que «si bien se tra­tó de un deli­to con­ti­nua­do, habien­do teni­do por pro­ba­da la ocu­rren­cia de hechos de abu­so sexual, debo recor­dar que se tra­tó de la moda­li­dad de abu­so sexual sim­ple (…) Amén del obvio daño que resul­ta pade­cer un hecho como el inves­ti­ga­do, lo cier­to es que el daño cau­sa­do no ha repre­sen­ta­do un gra­do tal que jus­ti­fi­que el pedi­do de la fiscalía».

En esa mis­ma línea, men­cio­nó las con­clu­sio­nes de la peri­cia psi­co­ló­gi­ca efec­tua­da la víc­ti­ma, don­de se halla­ron carac­te­rís­ti­cas de «afec­ta­ción emo­cio­nal», pero no «trau­mas o tras­tor­nos», según dijo.

Por otro lado, fun­da­men­tó su deci­sión en que el abu­sa­dor cola­bo­ra eco­nó­mi­ca­men­te con gran par­te de su fami­lia, le da tra­ba­jo al padre de la dam­ni­fi­ca­da y se hace car­go de las nece­si­da­des de sus nie­tas y nie­tos y tam­bién res­pon­de por su hijo mayor, quien posee una dis­ca­pa­ci­dad intelectual.

Agre­gó que «tam­po­co pue­do dejar de valo­rar su edad, 65 años, por lo que el efec­to de la pena que se impon­ga será de mayor inten­si­dad a la que podría tener sobre una per­so­na más joven», agre­gó la magistrada. 

Itu­rria /​Fuen­te

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