Se va…dejando hue­lla de san­gre- Mikel Arizaleta

Este lunes empie­zan a decla­rar algu­nos de los ertzai­nas que estu­vie­ron pre­sen­tes la noche del 5 de abril de este año, en la que una de sus pelo­tas de goma hirió de muer­te a Iñi­go cau­sán­do­le la muer­te unos días más tar­de. Tras 8 meses no se ha acla­ra­do ni a fami­lia­res ni a ami­gos de Iñi­go el ase­si­na­to lle­va­do a cabo por los fun­cio­na­rios de la con­se­je­ría de Inte­rior, diri­gi­da por Rodol­fo Ares.

Sin embar­go, se está juz­gan­do a per­so­nas por pedir jus­ti­cia y escla­re­ci­mien­to de este caso ante Ares antes de verano y en el pala­cio Eus­kal­du­na, se les acu­sa de alte­rar el orden públi­co. Una prue­ba más de que la Jus­ti­cia entre noso­tros es un horror, cuen­to macabro.

Con fre­cuen­cia, más que apa­ci­gua­do­res y res­ta­ble­ce­do­res de la con­vi­ven­cia apa­re­cen como pro­vo­ca­do­res de albo­ro­to, de la mala leche y el desvarío

El Sr. Rodol­fo Ares, el ex con­se­je­ro de Inte­rior del Gobierno vas­co ya en su día ama­ne­ció muy tar­de con su expli­ca­ción sobre la muer­te de Iñi­go Caba­cas Lice­ran­zu. Y ya enton­ces su expli­ca­ción sonó a milon­ga, como sue­na a menu­do cuan­do cali­fi­ca como “res­pues­tas pro­por­cio­na­das de sus chi­cos ante pro­vo­ca­cio­nes de ener­gú­me­nos” lo que a menu­do los pre­sen­tes des­cri­ben como “raz­zias bes­tia­les y sin sen­ti­do de fuer­zas poli­cia­les enmas­ca­ra­das y fue­ra de con­trol”. Algu­nos medios, sumi­sos y ple­ga­dos, sue­len des­cri­bir la esce­na ‑dan­do cober­tu­ra al des­mán- con un “se vie­ron obli­ga­dos a intervenir”.

Pero los tes­ti­gos vie­ron a ertzai­nas embo­za­dos fue­ra de con­trol y a man­dos pidien­do tiem­po para cal­mar a sus núme­ros. Con fre­cuen­cia estos ertzai­nas, diri­gi­dos por el Sr. Ares, más que apa­ci­gua­do­res y res­ta­ble­ce­do­res de la con­vi­ven­cia apa­re­cen como pro­vo­ca­do­res de albo­ro­to, de la mala leche y des­va­río. Con Ares y tam­bién antes de Ares.

Los medios que emplean sus agen­tes, ile­gal­men­te anó­ni­mos e indo­cu­men­ta­dos, son corro­si­vos y trans­gre­so­res de dere­chos huma­nos. Los embo­za­dos, a juz­gar por sus rela­tos, con­tes­ta­cio­nes y actua­cio­nes, aun­que gran­des y for­ta­cho­nes mues­tran con dema­sia­da fre­cuen­cia un per­fíl inte­lec­tual y emo­cio­nal bajo, care­cien­do de la talla huma­na reque­ri­da. Cala­ma­res en su tin­ta con cier­to olor putre­fac­to. Hemos vis­to con fre­cuen­cia su “bru­ta­li­dad” poli­cial, por citar tan solo dos casos guar­da­dos en la memo­ria, con el vito­riano Xuban Nafa­rra­te y en el des­alo­jo de Kukutza, gaz­tetxe cul­tu­ral de Rekalde.

No cabe resig­na­ción, se requie­ren y exi­gen nue­vos man­dos y nue­vos per­fi­les, agen­tes con ros­tro humano.

Exi­gi­mos fun­cio­na­rios hon­ra­dos en la defen­sa de los dere­chos de los ciu­da­da­nos no cobar­des y men­da­ces ante su responsabilidad

El Sr. Ares se va, se ha ido, dejan­do hue­lla de san­gre tras sus pasos. Él y sus fun­cio­na­rios, sus ertzai­nas, encar­ga­dos entre otras cosas de escla­re­cer muer­tes y ase­si­na­tos de otros son inca­pa­ces de resol­ver los suyos pro­pios, de salir a la pales­tra y acla­rar y con­fe­sar su cri­men. Pres­tos a pedir ayu­da para escla­re­cer eje­cu­cio­nes extra­ñas son inca­pa­ces de pres­tar apo­yo y poner dig­ni­dad y hon­ra­dez en su tra­ba­jo de cla­ri­fi­ca­ción del ase­si­na­to propio.

Que­re­mos cla­ri­fi­ca­ción del caso Caba­cas y exi­gi­mos fun­cio­na­rios hon­ra­dos en la defen­sa de los dere­chos de los ciu­da­da­nos de nues­tro pue­blo, no cobar­des y men­da­ces ante su res­pon­sa­bi­li­dad y pres­tos a acu­sar y ver­ter en otros su pro­pia ineptitud.

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