Sobe­ra­nía para con­quis­tar los dere­chos de la cla­se tra­ba­ja­do­ra – ARBOREÁ Andaluza

COMUNICADO 1 DE MAYO

En el pano­ra­ma actual en el que nos encon­tra­mos, muchas fami­lias obre­ras no sólo no con­si­guen tener cubier­tas sus nece­si­da­des más bási­cas, con el aumen­to de los pre­cios de sumi­nis­tros esen­cia­les como la luz, car­bu­ran­tes, ali­men­tos o el alqui­ler (que sigue por las nubes), sino que asis­ti­mos a la pér­di­da de su capa­ci­dad adqui­si­ti­va, a su empo­bre­ci­mien­to. Mien­tras tan­to, más allá de las tími­das refor­mas del gobierno cen­tral, en los tajos y empre­sas se recru­de­ce la explo­ta­ción, con con­tra­tos y situa­cio­nes frau­du­len­tas, con con­di­cio­nes dis­cri­mi­na­to­rias y abu­si­vas para los sec­to­res más vul­ne­ra­bles (migran­tes, muje­res, comu­ni­dad LGTBI…), aso­la­da por la tem­po­ra­li­dad y las jor­na­das mara­to­nia­nas, ago­ta­do­ras, que la mayo­ría sopor­ta por el mie­do a per­der la úni­ca fuen­te de ingre­so con la que sobre­vi­ven muchas familias.

Aumen­to de la pobre­za, explo­ta­ción des­car­na­da y repre­sión labo­ral (más o menos encu­bier­ta) es la nor­ma­li­dad capi­ta­lis­ta que aflo­ra tras la pan­de­mia de covid; a la que se suman otras pan­de­mias, más silen­cio­sas y ocul­tas, como los acci­den­tes y las muer­tes en los tajos, los pro­ble­mas de estrés, depre­sión o ansie­dad, que sin duda supo­nen una lacra, no sólo per­so­nal, sino social, limi­tan­do la tan nece­sa­ria orga­ni­za­ción y lucha.

Des­de Arbo­reá, aplau­di­mos la reac­ti­va­ción de luchas obre­ras (de las que el caso del metal gadi­tano ha sido la cabe­za más visi­ble y com­ba­ti­va), así como la con­so­li­da­ción de las con­fluen­cias del sin­di­ca­lis­mo de cla­se y com­ba­ti­vo en nues­tro tie­rra, como mues­tran los ejem­plos de Gra­na­da, Cádiz y Sevi­lla, en una nece­sa­ria uni­dad de los sec­to­res de la cla­se tra­ba­ja­do­ra más cons­cien­tes y orga­ni­za­dos. Sin duda algu­na, el refor­za­mien­to de los sin­di­ca­tos de cla­se es cla­ve para nues­tra defen­sa, como cla­se y como pue­blo, fren­te al avan­ce de los intere­ses del capital.

Pero si bien esta uni­dad y com­ba­ti­vi­dad es fun­da­men­tal para hacer avan­zar la con­cien­cia y orga­ni­za­ción en los tajos, no pode­mos per­der de vis­ta que la lucha debe ir más allá si real­men­te que­re­mos con­so­li­dar las con­quis­tas, ampliar y blin­dar los ser­vi­cios socia­les y rever­tir la actual situa­ción social de ver­da­de­ra dic­ta­du­ra del capi­tal y de la bur­gue­sía: plan­tear el nece­sa­rio cam­bio social, de raíz, en la que el pue­blo tra­ba­ja­dor con­tro­le­mos todos los resor­tes de la eco­no­mía y de la vida, y es espe­cial­men­te los sec­to­res estra­té­gi­cos de nues­tra eco­no­mía. Para ello, no hay otra que con­cien­cia, lucha y organización.

¡Ni un paso atrás en la con­quis­ta de dere­chos para la cla­se obrera!

SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO

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