Defen­der el terri­to­rio, la vivien­da y los bie­nes comunes

El 7 de mayo en Gas­teiz y por ini­cia­ti­va del colec­ti­vo Ara­ba Bizi­rik!, se deba­tió sobre la lucha de cla­ses en la defen­sa del terri­to­rio ante las cre­cien­tes pre­sio­nes y agre­sio­nes con­tra sus for­mas públi­cas y comu­na­les de pro­pie­dad, con­tra la repre­sión de las movi­li­za­cio­nes en su defen­sa que han lle­ga­do, por aho­ra, al nivel de mul­ta eco­nó­mi­ca median­te la ley Mor­da­za. Y el 14 de mayo en Bil­bo, orga­ni­za­do por el sin­di­ca­to de la vivien­da AZET, se tra­tó sobre el aumen­to de los méto­dos de alie­na­ción, con­trol, inti­mi­da­ción y repre­sión que uti­li­za el capi­tal para fre­nar y derro­tar las movi­li­za­cio­nes obre­ras en exi­gen­cia del derecho/​necesidad de la vivien­da pública.

Dos deba­tes que, pese a sus dife­ren­cias apa­ren­tes, ata­ñen una mis­ma rei­vin­di­ca­ción que va adqui­rien­do urgen­cia según se agu­di­zan las con­tra­dic­cio­nes del capi­ta­lis­mo en gene­ral y en Eus­kal Herria en par­ti­cu­lar, en don­de se extien­de a Nafa­rroa1 e Hipa­rral­de la pro­pie­dad colec­ti­va del terri­to­rio y, en sín­te­sis, la pro­pie­dad pri­va­da como la cau­sa últi­ma de la explo­ta­ción social en todas sus for­mas, la patriar­cal, la nacio­nal y la cla­sis­ta. La urgen­cia de ace­le­rar el avan­ce por esta sen­da ya era paten­te en 2021 cuan­do se cele­bró un deba­te inter­na­cio­nal en Her­na­ni al res­pec­to, segui­do al poco tiem­po por otro en Gas­teiz. Ofre­ce­mos aquí2 una de las ponencias.

Es inne­ga­ble que estos deba­tes apun­tan en direc­to a la con­tra­dic­ción anta­gó­ni­ca entre dos mode­los de nación vas­ca: la bur­gue­sa cen­tra­da en la pro­pie­dad pri­va­da y la pro­le­ta­ria cen­tra­da en la pro­pie­dad comu­nis­ta. Es tan inne­ga­ble la exis­ten­cia de la lucha de cla­ses en el inte­rior de Eus­kal Herria que una de ellas, la bur­gue­sa, apli­ca sin remor­di­mien­to la repre­sión de la espa­ño­la ley Mor­da­za con la nación pro­le­ta­ria vas­ca, cuan­do pre­ci­sa­men­te es legí­ti­mo, nece­sa­rio y jus­to3 dero­gar en su tota­li­dad y con carác­ter retro­ac­ti­vo esta injus­ta e ile­gí­ti­ma ley uti­li­za­da por el gobier­ni­llo vas­con­ga­do con­tra el pue­blo tra­ba­ja­dor. Ara­ba Bizi­rik! y AZET están en el lado obre­ro de la barri­ca­da y por ello sufren la repre­sión polí­ti­ca en for­ma de mul­ta económica.

Ambos deba­tes sur­gen de luchas que, a su vez, están inser­tas en las olea­das que cre­cen en el mun­do4 y que con­flu­yen en los mis­mos obje­ti­vos bási­cos por mucho que les sepa­ren la dis­tan­cia y el desa­rro­llo capi­ta­lis­ta: en Ita­lia5 se reini­cia un movi­mien­to de recu­pe­ra­ción de empre­sas, loca­les y espa­cios pri­va­ti­za­dos que nos recuer­da a la gran expe­rien­cia argen­ti­na; en Cata­lun­ya y Eus­kal Herria, por citar dos casos, las movi­li­za­cio­nes por la vivien­da nos recuer­dan a las uru­gua­yas con sus vivien­das coope­ra­ti­vi­za­das; las dece­nas de millo­nes de tra­ba­ja­do­ras en la India que luchan por sus tie­rras y con­di­cio­nes de vida nos recuer­dan a la defen­sa del terri­to­rio ala­vés; en Esta­dos Uni­dos sur­ge una lucha mul­ti­fa­cé­ti­ca des­de sani­dad y edu­ca­ción has­ta fábri­cas y vivien­das, pasan­do por la auto­or­ga­ni­za­ción con­tra el ham­bre y el empo­bre­ci­mien­to impa­ra­ble como en otros muchos sitios del mun­do, como suce­de en Sri Lan­ka, o en Sudá­fri­ca6.

El resur­gir de la lucha de cla­ses ya se veía en cier­nes antes de la pan­de­mia de 2020. Aho­ra vuel­ve con fuer­za por­que se está agra­van­do la cri­sis a nive­les nun­ca vis­to por razo­nes de fon­do, no por «cul­pa de Putin» como quie­ren hacer­nos creer. Según el nivel de orga­ni­za­ción, for­ma­ción socio­po­lí­ti­ca, teó­ri­ca, sin­di­cal, etc., según la rai­gam­bre de la memo­ria y cul­tu­ra de lucha en su múl­ti­ple varie­dad inter­na al pue­blo obre­ro en el que se libran esos con­flic­tos, apa­re­cen tar­de o tem­prano rela­cio­nes inter­nas con la lar­ga his­to­ria de la defen­sa de for­mas de pro­pie­dad comu­nal, con sus rela­cio­nes de auto­ayu­da, cos­tum­bres y hábi­tos colec­ti­vos sobre­vi­vien­tes en la cul­tu­ra popu­lar a pesar de repre­sio­nes y trabas.

Esto es lo que está suce­dien­do en la defen­sa del terri­to­rio de Ara­ba que con­ser­va una alta rique­za en bio­di­ver­si­dad reco­no­ci­da ofi­cial­men­te, ame­na­za­da por el arra­sa­dor avan­ce de la tri­tu­ra­do­ra capi­ta­lis­ta para ins­ta­lar mega par­ques eóli­cos y foto­vol­tai­cos, indus­trias inten­si­vas de pro­duc­ción agrí­co­la, una red ferro­via­ria de alta velo­ci­dad…, pro­yec­tos que de lle­var­se a cabo, ade­más del des­tro­zo que pro­du­cen, abren la puer­ta a ata­ques posteriores.

Fren­te a esto, las movi­li­za­cio­nes denun­cian «la fal­ta de un plan de orde­na­ción del terri­to­rio que per­mi­te actual­men­te que cual­quier ubi­ca­ción pue­da ser esco­gi­da por empre­sas trans­na­cio­na­les aje­nas a la vida del terri­to­rio», lo que plan­tea la urgen­cia de decre­tar legal­men­te la «exclu­sión» de cen­tra­les de pro­duc­ción de ener­gía, prohi­bi­ción que debe ser refor­za­da por un plan estra­té­gi­co de des­car­bo­ni­za­ción, desa­rro­llo de ener­gías reno­va­bles, etc., en un con­tex­to de «defen­sa del mun­do rural, los pue­blos y con­ce­jos; su sobe­ra­nía […] la cus­to­dia del terri­to­rio que nos aco­ge». En base a esta sobe­ra­nía de los con­ce­jos y pue­blos, se lucha por un «tren social» con mucha fre­cuen­cia de via­jes loca­les que ver­te­bren el terri­to­rio des­de una lógi­ca endó­ge­na conec­ta­da con la producción/​reproducción gene­ral, en con­tra de uno de alta velo­ci­dad que des­tro­za, aís­la y empo­bre­ce al terri­to­rio. Así mis­mo se exi­ge «una pro­tec­ción real de las tie­rras cul­ti­va­bles fren­te a los intere­ses de las mul­ti­na­cio­na­les» y que las plan­tas foto­vol­tai­cas sea solo en tie­rras «sin valor agro­ló­gi­co ni impac­to medioambiental».

Como sín­te­sis: «la pro­tec­ción del medio rural y del entorno natu­ral como patri­mo­nio de todas las per­so­nas que habi­tan en los pue­blos y en las ciu­da­des; un refu­gio para el dis­fru­te res­pe­tuo­so de todas las per­so­nas y no un recur­so para las mul­ti­na­cio­na­les […] es nece­sa­rio sal­va­guar­dar y pre­ser­var nues­tros espa­cios natu­ra­les y el modo de vida rural, sus­ten­to de la vida y patri­mo­nio intan­gi­ble de nues­tra iden­ti­dad cul­tu­ral […] indis­pen­sa­ble para nues­tra salud social y un bien común esen­cial para las gene­ra­cio­nes pre­sen­tes y futuras».

Ara­ba Bizi­rik! titu­ló el deba­te: Lucha de cla­ses y defen­sa del terri­to­rio, por­que al defi­nir el «bien común esen­cial para las gene­ra­cio­nes pre­sen­tes y futu­ras» se inser­ta­ba en la doc­tri­na de Marx que ya en sus pri­me­ros tex­tos de 1842 – 1843 defen­dió el dere­cho con­sue­tu­di­na­rio de los pue­blos sobre sus bie­nes y tie­rras comu­na­les, negan­do vali­dez al dere­cho del capi­tal a apro­piar­se de ellos, a expo­liar­los, a pri­va­ti­zar­los. Lue­go escri­bió que: «Ni la socie­dad en su con­jun­to, ni la nación ni todas las socie­da­des que coexis­ten en un momen­to dado, son pro­pie­ta­rias de la tie­rra. Son, sim­ple­men­te, sus posee­do­ras, sus usu­fruc­tua­rias, lla­ma­das a usar­la como boni patres fami­lias y a trans­mi­tir­la mejo­ra­da a las futu­ras socie­da­des»7.

La defen­sa del terri­to­rio como bien común de las gene­ra­cio­nes pre­sen­tes y futu­ras exi­ge que aho­ra mis­mo ese terri­to­rio sea defen­di­do con­tra los ata­ques capi­ta­lis­tas y, en espe­cial, con­tra su par­te más feroz, las trans­na­cio­na­les que son tan pode­ro­sas que están impo­nien­do leyes exclu­si­vas para ellas por enci­ma y al mar­gen de los Esta­dos –lex mer­ca­to­ria–, con las que adquie­ren una impu­ni­dad cua­si abso­lu­ta. La mejor opo­si­ción al ava­sa­lla­mien­to solo la pue­de rea­li­zar la cla­se obre­ra, el pue­blo tra­ba­ja­dor en su con­jun­to, por­que se jue­ga nada menos que su vida y «salud social», su iden­ti­dad cul­tu­ral. Solo el pro­le­ta­ria­do pue­de impo­ner un desa­rro­llo socio­eco­nó­mi­co anta­gó­ni­co con el bur­gués, capaz de rever­tir el calen­ta­mien­to glo­bal, recu­pe­rar la capa­ci­dad de car­ga y de reci­cla­je de la natu­ra­le­za vol­vien­do al meta­bo­lis­mo socio­na­tu­ral ante­rior a la indus­tria­li­za­ción capi­ta­lis­ta, de socia­li­zar las fuer­zas pro­duc­ti­vas garan­ti­zan­do la cul­tu­ra y la sani­dad socia­lis­ta, etc.

Solo pue­de hacer­lo el pro­le­ta­ria­do por­que para ello es impres­cin­di­ble un poder obre­ro, un Esta­do socia­lis­ta. El pue­blo tra­ba­ja­dor tien­de por expe­rien­cia a inte­grar en su demo­cra­cia de los con­se­jos, de los soviets, de las comu­nas…, la sobe­ra­nía de los con­ce­jos y pue­blos rura­les que se auto­go­bier­nan en sus terri­to­rios en estre­cha cone­xión con la demo­cra­cia obre­ra de las ciu­da­des, fábri­cas, escue­las. Solo este poder popu­lar está capa­ci­ta­do para derro­tar las ame­na­zas, chan­ta­jes, extor­sio­nes y ata­ques socio­eco­nó­mi­cos y polí­ti­co-mili­ta­res de sus Esta­dos impe­ria­lis­tas al ser­vi­cio de las trans­na­cio­na­les, que tie­nen en la OTAN un ins­tru­men­to de terror destructivo.

La defen­sa del terri­to­rio comu­nal, colec­ti­vo, pro­pio del pue­blo, es una cons­tan­te en la his­to­ria des­de que el cán­cer de la pro­pie­dad pri­va­da empe­zó a pudrir la vida libre. Sin retro­ce­der ape­nas en el tiem­po, sabe­mos que «el indio es capaz de todo sacri­fi­cio cuan­do se tra­ta de la recu­pe­ra­ción de sus tie­rras»8. La razón no es otra que para los pue­blos pre­ca­pi­ta­lis­tas las tie­rras pro­pias y comu­na­les, al mar­gen aho­ra de sus diver­sas cone­xio­nes con for­mas de pro­pie­dad pri­va­da, son la base mate­rial y sim­bó­li­ca de su vida, de su con­vi­ven­cia y de su vivienda.

La antro­po­ge­nia no se hubie­ra dado sin esa inter­ac­ción vital entre el lugar de vivien­da y el de con-viven­cia dia­ria, con el desa­rro­llo de la len­gua y de la cul­tu­ra. La espe­cie huma­na es la úni­ca que al obte­ner ali­men­tos –raí­ces, fru­tos, insec­tos, pes­ca, ramo­neo, carro­ña, caza…– en los que la mujer apor­ta­ba alre­de­dor del 70%, no los con­su­me en el momen­to, allí mis­mo, sino que espe­ra a lle­var­los a la comu­ni­dad, domi­na el ham­bre en bien del colec­ti­vo. Lo que se deno­mi­na «hogar» es el sitio jun­to al fue­go domes­ti­ca­do que ser­vía de pro­tec­ción, tran­qui­li­dad, pla­cer, des­can­so, repro­duc­ción, ayu­da mutua, ade­más de las fric­cio­nes inter­per­so­na­les lógi­cas e inevitables.

Esta inter­ac­ción entre vivien­da y con­vi­ven­cia se ha ido trans­for­man­do a lo lar­go de los modos de pro­duc­ción pre­ca­pi­ta­lis­tas en la medi­da en que, duran­te ese trans­cur­so, han avan­za­do for­mas de pro­pie­dad pri­va­da y han retro­ce­di­do for­mas de pro­pie­dad comu­nal, con el for­za­mien­to de cam­bios en la inter­ac­ción vivien­da-con­vi­ven­cia, espe­cial­men­te en la opre­sión patriar­cal. Las cla­ses explo­ta­das siem­pre han defen­di­do con deses­pe­ra­ción la nece­si­dad obje­ti­va de la vivien­da según podía exis­tir enton­ces, como pro­tec­ción impres­cin­di­ble para sobre­vi­vir, depen­dien­do sus logros de las rela­cio­nes de fuer­za en las luchas de cla­ses del momento.

La vivien­da capi­ta­lis­ta y en espe­cial las obre­ras de las barria­das popu­la­res es la sín­te­sis de las con­tra­dic­cio­nes bur­gue­sas. El espacio/​tiempo urbano-indus­trial es un cam­po de bata­lla deci­si­vo para la gue­rra social que se libra a dia­rio: la dure­za de la repre­sión con­tra los movi­mien­tos que revin­di­can el derecho/​necesidad de vivien­das libres, socia­les, cons­trui­das con cri­te­rios huma­nos en vez de bur­gue­ses, etc., esta repre­sión que pre­ten­de ocul­tar­se deba­jo de las mul­tas eco­nó­mi­cas de la ley Mor­da­za, que ha lle­ga­do a la bru­ta­li­dad de cas­ti­gar con 70.000 euros al Sin­di­ca­to de la Vivien­da de Ara­ba, que ayu­da a orga­ni­zar las movi­li­za­cio­nes con­tra los desahu­cios9.

Aho­ra no pode­mos ana­li­zar en pro­fun­di­dad todo lo que sur­ge de la defen­sa y recu­pe­ra­ción de los bie­nes comu­nes, por eso nos remi­ti­mos a la ponen­cia arri­ba ofer­ta­da, pero sí tene­mos que decir que lo que pal­pi­ta en el inte­rior de la repre­sión con­tra Ara­ba Bizi­rik! y AZET, por ceñir­nos a nues­tro deba­te, es par­te de la nece­si­dad que tie­ne el capi­tal de aplas­tar10 una de las for­mas cru­cia­les de la lucha de cla­ses en su quin­ta esen­cia: avan­zar median­te la recu­pe­ra­ción de los bie­nes comu­nes hacia el comu­nis­mo debi­li­tan­do en su mis­ma base la fuer­za mate­rial y sim­bó­li­ca de la pro­pie­dad pri­va­da. La nece­si­dad de la repre­sión es obvia al ver­se cómo se mul­ti­pli­can las pro­tes­tas socia­les11 por el mun­do ante la extre­ma viru­len­cia de la cri­sis pro­vo­ca­da por el capital.

El terri­to­rio, la vivien­da, las empre­sas cerra­das, la sani­dad y los ser­vi­cios públi­cos pri­va­ti­za­dos…, lle­van his­tó­ri­ca­men­te a las cla­ses explo­ta­das a inten­tar recu­pe­rar­las una y otra vez, a tomar pose­sión de esos bie­nes en actos que tie­nen una enor­me valía peda­gó­gi­ca revo­lu­cio­na­ria por­que anti­ci­pan, pre­fi­gu­ran12 de algún modo y con todas sus limi­ta­cio­nes cómo pue­de ser la liber­tad, el comu­nis­mo. Esta for­ma de lucha de cla­ses se vuel­ve tan­to más deci­si­va en las gran­des cri­sis capi­ta­lis­tas como hemos dicho, y de ahí el odio de la repre­sión bur­gue­sa con­tra ellas tan­to en Argen­ti­na13 como en el Esta­do espa­ñol14, por ejemplo.

La vivien­da es una impres­cin­di­ble mer­can­cía poli­va­len­te muy ren­ta­ble de la indus­tria inmo­bi­lia­rio-finan­cie­ra que el pue­blo obre­ro no tie­ne más reme­dio que com­prar hipo­te­cán­do­se duran­te años, o alqui­lán­do­la con pre­cios abu­si­vos. Es una mer­can­cía pen­sa­da y dise­ña­da para su exclu­si­vo y exclu­yen­te uso fami­liar-indi­vi­dual, pen­sa­da para pro­pa­gar el indi­vi­dua­lis­mo bur­gués en todas sus face­tas, obli­gan­do a la com­pra de los equi­pa­mien­tos bási­cos por cada uni­dad fami­liar en con­tra de la lógi­ca del uso colec­ti­vo basa­do en un dise­ño arqui­tec­tó­ni­co que pri­me el aho­rro de tiem­po y de ener­gía con la racio­na­li­za­ción del espa­cio y la poten­cia­ción de la viven­cia comunal.

Sin mayo­res pre­ci­sio­nes, la poli­va­len­cia de esa mer­can­cía para el capi­tal con­sis­te ade­más de en las ganan­cias que apor­ta, tam­bién, y entre otras, en estas áreas.

Una, es el espa­cio mate­rial que bajo la cober­tu­ra del «dul­ce hogar» rea­li­za la pri­me­ra fase edu­ca­ti­va de crea­ción según los cáno­nes patriar­co-bur­gue­ses de fuer­za de tra­ba­jo dócil y sumi­sa, de car­ne de cañón e inclu­so de fuer­za reac­cio­na­ria, reser­va de irra­cio­na­lis­mo faná­ti­co intro­yec­ta­do en la estruc­tu­ra psí­qui­ca des­de la pri­me­ra infan­cia que será pos­te­rior­men­te movi­li­za­do por la bur­gue­sía según sus nece­si­da­des; en una segun­da fase, coope­ra con la indus­tria edu­ca­ti­va pri­va­da y/​o con el sis­te­ma edu­ca­ti­vo esta­tal en la espe­cia­li­za­ción de esa fuer­za de tra­ba­jo según su ori­gen de cla­se, de sexo-géne­ro y nacional.

Dos, simul­tá­nea­men­te es el mar­co en el que se recom­po­ne psi­co­so­má­ti­ca­men­te la fuer­za de tra­ba­jo ago­ta­da por la explo­ta­ción, opre­sión y domi­na­ción en todas sus for­mas, lo que refuer­za la explo­ta­ción patriar­cal y adul­ta inter­na con­tra las muje­res, la juven­tud y la ter­ce­ra edad, sobre todo cuan­do el Esta­do redu­ce más y más los ser­vi­cios públi­cos, las pres­ta­cio­nes socia­les, los sala­rios dife­ri­dos e indi­rec­tos. Bajo estas pre­sio­nes, la vivien­da obre­ra es some­ti­da a múl­ti­ples pre­sio­nes inter­nas ya que no está –ni esta­rá– dise­ña­da para eso, sino para ocul­tar todas las vio­len­cias en el géli­do agu­je­ro negro de la mal lla­ma­da «vida privada».

Tres, ade­más, ese espa­cio «pri­va­do» es el idó­neo para racio­nar el siem­pre esca­so sala­rio dis­po­ni­ble según las nece­si­da­des bur­gue­sas de la for­ma­ción y reci­cla­je de la fuer­za de tra­ba­jo, nun­ca en fun­ción de la liber­tad y eman­ci­pa­ción anti­bur­gue­sa. Esto obli­ga a la fami­lia pro­le­ta­ria a acep­tar en el silen­cio cerra­do de su vivien­da la aus­te­ri­dad y el sacri­fi­cio que ello con­lle­va en un mun­do domi­na­do por la alie­na­ción con­su­mis­ta15. Para impo­ner la dis­ci­pli­na de gas­to que exi­ge el capi­tal, actúan casi con impu­ni­dad las nor­mas, órde­nes y cas­ti­gos patriar­co-bur­gue­ses, gene­ran­do ten­sio­nes y vio­len­cias que se des­car­gan con­tra la mujer, hijas, hijos y ter­ce­ra edad, a lo que hay que unir el hecho de que el par vivien­da-fami­lia es el sumi­de­ro de las frus­tra­cio­nes de los mari­dos y her­ma­nos cobar­des ante la auto­ri­dad y valien­tes con­tra su familia.

Por lo que vemos, la vivien­da, y sobre todo el espacio/​tiempo urbano-indus­trial de las gran­des barria­das obre­ras, es la sín­te­sis de las con­tra­dic­cio­nes capi­ta­lis­tas y, por ello mis­mo, es uno de los moto­res de la lucha de cla­ses. Una de las pre­gun­tas a las que inten­ta­mos res­pon­der en el deba­te de AZET, Sin­di­ca­to de la Vivien­da, en Bil­bo fue pre­ci­sa­men­te la de que tenien­do en cuen­ta la cru­de­za coti­dia­na de la mal­vi­ven­cia obre­ra: ¿cómo logra el sis­te­ma de domi­na­ción capi­ta­lis­ta, basa­do en la pro­pie­dad pri­va­da, legi­ti­mar su abso­lu­to poder dic­ta­to­rial sobre todo lo rela­cio­na­do con la vivien­da? ¿Cómo logra la bur­gue­sía mino­ri­zar, inte­grar, para­li­zar, divi­dir y en últi­mo caso repri­mir las luchas popu­la­res por el derecho/​necesidad de una polí­ti­ca comu­nis­ta de la vivienda?

Pen­sa­mos que las res­pues­tas giran siem­pre alre­de­dor de la crí­ti­ca mar­xis­ta del feti­chis­mo de la mer­can­cía16, una de cuyas for­mas más escla­vi­za­do­ras es el con­su­mis­mo en cuan­to «nue­va reli­gión»17 que ha desa­rro­lla­do el neu­ro­mar­ke­ting18 para orde­nar­nos cómo obe­de­cer incons­cien­te­men­te al impa­ra­ble comer­cio elec­tró­ni­co. Las res­pues­tas par­ten de la crí­ti­ca del feti­chis­mo y des­pués de res­pon­der a las dudas con­cre­tas que cada una ha de resol­ver, vuel­ven a esa teo­ría crí­ti­ca sus­tan­ti­va, enri­que­cién­do­la. Podría­mos recu­rrir al símil de la zanaho­ria y del palo para dar una pri­me­ra expli­ca­ción gene­ral, para con­cre­tar­la des­pués. La vivien­da, ade­más de una nece­si­dad impe­rio­sa y, por ello mis­mo, es el feti­che sagra­do para la cla­se obre­ra alie­na­da y sub­yu­ga­da por los valo­res patriar­co-bur­gue­ses. El coche­ci­to uti­li­ta­rio com­pra­do casi siem­pre al lími­te de la capa­ci­dad sala­rial es una de las obse­sio­nes feti­chis­tas más arrai­ga­das entre el pro­le­ta­ria­do inte­gra­do, a lo que hay que sumar más recien­te­men­te el feti­che de las vaca­cio­nes, etc.

La vivien­da y la fami­lia patriar­co-bur­gue­sas como «hogar feliz», «nido de amor», «des­can­so del gue­rre­ro», etc., pudre a la cla­se obre­ra alie­na­da y le con­de­na a arras­trar­se de por vida tras un sue­ño inal­can­za­ble por­que el con­su­mis­mo siem­pre le exi­gi­rá ir más allá en los gas­tos para man­te­ner la apa­rien­cia fren­te al exte­rior, la ima­gen ofi­cial de feli­ci­dad, de «triun­fo en la vida». La depen­den­cia hacia el «qué dirán» es tan fuer­te no solo por­que el grue­so de nues­tro con­su­mis­mo se basa en una gran medi­da19 en lo que nos dicen otras per­so­nas, sino por­que sobre todo se nos ha incul­ca­do mie­do a eman­ci­par­nos del reba­ño social.

El símil de la zanaho­ria y del palo apli­ca­do a este caso nos per­mi­te com­pren­der que la cla­se obre­ra alie­na­da cola­bo­ra con el capi­tal ya que, debi­do al efec­to dopan­te del con­su­mis­mo y en espe­cial a que el feti­chis­mo invier­te el efec­to por la cau­sa, ocul­ta la explo­ta­ción y crea la fal­sa liber­tad como real­men­te cier­ta, por todo esto no solo cree ser feliz sino que real­men­te lo es en su alie­na­ción bur­gue­sa: es un escla­vo feliz que no sien­te el dolor de las cade­nas has­ta que no inten­ta mover­se. La bur­gue­sía dis­po­ne de muchos medios de dopa­je; solo cita­mos uno: bus­car solu­cio­nes mila­gro­sas a los pro­ble­mas des­de la pasi­vi­dad de la obe­dien­cia como la mul­ti­pli­ca­ción de los jue­gos de azar20 por ejem­plo, por no hablar de la indus­tria deportiva.

Tam­bién exis­te el escla­vo infe­liz, que sien­te inten­si­da­des de dolor pero igno­ra sus cau­sas y no pue­de com­ba­tir­las excep­to median­te las «solu­cio­nes» que le impo­ne u ofre­ce la mis­ma bur­gue­sía que le opri­me. La gigan­tes­ca indus­tria de la dro­go­de­pen­den­cia múl­ti­ple, por ejem­plo, des­de la lega­li­dad has­ta la ile­ga­li­dad más ira­cun­da pasan­do por los cla­ros­cu­ros de lo ale­gal, es uno de los méto­dos más efec­ti­vos para sedar21 al escla­vo logran­do que su infe­li­ci­dad sea fun­cio­nal al mercado.

Pues bien, dada la pre­ca­rie­dad exis­ten­cial de quie­nes mal­vi­vi­mos de un sala­rio direc­to o dife­ri­do siem­pre inse­gu­ro, hare­mos esfuer­zos deses­pe­ra­dos para no per­der la vivien­da, para pagar el alqui­ler, para no ser desahu­cia­do, aun a cos­ta de acep­tar humi­lla­cio­nes y abu­sos, y de no dar nin­gu­na excu­sa para que la repre­sión en cual­quie­ra de sus for­mas pon­ga en peli­gro inmi­nen­te la vivien­da. Lle­ga­mos así al mie­do viven­cial que per­ma­ne­ce ador­mi­la­do has­ta que la fero­ci­dad del capi­tal lla­ma a las puer­tas de las y los veci­nos para ame­na­zar­los y desahu­ciar­los: el mie­do cuan­do ascien­de a terror para­li­za toda resistencia.

El pro­le­ta­ria­do cons­cien­te tam­bién nece­si­ta vivien­da, vaca­cio­nes y pro­ba­ble­men­te un coche­ci­to, pero su con­cien­cia crí­ti­ca le sal­va de ado­rar al feti­che por­que ha apren­di­do en su rebe­lión coti­dia­na con­tra la dic­ta­du­ra del mer­ca­do22 que lo deci­si­vo es ser suje­to colec­ti­vo cons­cien­te de sí, no obje­to pasi­vo indi­vi­dua­li­za­do ado­ra­dor de feti­ches inal­can­za­bles. Esta expe­rien­cia se apren­de con la lucha, con la pra­xis, aun­que ello cues­te rea­li­zar una huel­ga de mil días23, o movi­li­za­cio­nes sos­te­ni­das duran­te meses en calles y pla­zas. Todos los estu­dios crí­ti­cos ense­ñan que los explo­ta­dos se auto­li­be­ran en el mis­mo pro­ce­so de empe­zar a reu­nir­se para deba­tir qué rei­vin­di­ca­cio­nes plan­tear y cómo hacer­lo, que esa pra­xis debi­li­ta la sumi­sión a la auto­ri­dad24, pudien­do destruirla.

Pero esos mis­mos estu­dios y la com­ple­ta expe­rien­cia sin­te­ti­za­da en for­ma de teo­ría, mues­tran que ese apren­di­za­je colec­ti­vo es mucho más rápi­do y efi­caz si en el seno del pue­blo tra­ba­ja­dor actúan orga­ni­za­cio­nes revo­lu­cio­na­rias capa­ces de aguan­tar la repre­sión que inevi­ta­ble­men­te cae­rá sobre ellas.

Iña­ki Gil de San Vicente

Eus­kal Herria, 27 de mayo de 2022

  1. https://​eh​.lahai​ne​.org/​i​p​o​r​-​q​u​e​-​e​s​-​n​e​c​e​s​a​r​i​o​-​m​o​v​i​l​i​z​a​rse
  2. https://​edi​to​rial​ku​ruf​.files​.word​press​.com/​2​0​2​2​/​0​5​/​2​8​3​.​o​m​n​i​a​-​s​u​n​t​-​c​o​m​m​u​n​i​a​.​i​n​a​k​i​_​.​pdf
  3. https://​www​.elsal​to​dia​rio​.com/​p​l​a​n​e​t​a​-​d​e​s​a​r​m​a​d​o​/​d​e​s​o​b​e​d​i​e​n​c​i​a​-​c​i​v​i​l​-​c​o​n​t​r​a​-​l​a​-​l​e​y​-​m​o​r​d​a​z​a​-​j​u​s​t​a​-​l​e​g​i​t​i​m​a​-​y​-​n​e​c​e​s​a​ria
  4. https://​www​.fede​ra​cio​na​nar​quis​ta​.net/​s​e​-​p​r​e​v​e​-​q​u​e​-​e​n​-​p​a​i​s​e​s​-​e​u​r​o​p​e​o​s​-​e​s​t​a​l​l​e​n​-​d​i​s​t​u​r​b​i​o​s​-​t​r​a​s​-​c​r​i​s​i​s​-​e​n​e​r​g​e​t​i​c​o​-​a​l​i​m​e​n​t​a​r​ia/
  5. https://​www​.laiz​quier​da​dia​rio​.com/​I​t​a​l​i​a​-​e​l​-​m​o​v​i​m​i​e​n​t​o​-​I​n​s​o​r​g​i​a​m​o​-​y​-​l​a​-​o​r​g​a​n​i​z​a​c​i​o​n​-​d​e​-​l​a​-​j​u​v​e​n​t​u​d​-​y​-​l​o​s​-​t​r​a​b​a​j​a​d​o​res
  6. https://​insur​gen​te​.org/​s​u​d​a​f​r​i​c​a​-​h​i​s​t​o​r​i​c​a​-​v​i​c​t​o​r​i​a​-​d​e​-​l​a​-​c​l​a​s​e​-​o​b​r​e​ra/
  7. K. Marx: El Capi­tal, FCE, 1973, libro III, p. 720.
  8. «Infor­me sobre la situa­ción en Boli­via 1929», Mar­xis­mo mili­tan­te, Edit. Euro­pa, La Paz, Boli­via, nº 35, 04/​2005, pp. 102 – 107.
  9. https://​insur​gen​te​.org/​e​l​-​g​o​b​i​e​r​n​o​-​v​a​s​c​o​-​y​-​e​l​-​a​y​u​n​t​a​m​i​e​n​t​o​-​d​e​-​g​a​s​t​e​i​z​-​i​m​p​o​n​e​n​-70 – 000-euros-de-multas-por-hacer-frente-a-un-desahucio/
  10. https://​insur​gen​te​.org/​e​r​r​a​k​i​-​a​-​r​a​i​z​-​d​e​l​-​i​-​c​o​n​g​r​e​s​o​-​d​e​l​-​e​s​t​a​d​o​-​e​s​p​a​n​o​l​-​s​o​b​r​e​-​o​c​u​p​a​c​i​o​n​-​i​l​e​g​al/
  11. https://​www​.wsws​.org/​e​s​/​a​r​t​i​c​l​e​s​/​2​0​2​2​/​0​5​/​2​1​/​m​e​d​i​-​m​2​1​.​h​tml
  12. https://www.resumenlatinoamericano.org/2021/11/10/venezuela-en-la-comuna-el-maizal‑4 – 500-familias-construyen-un-proyecto-socialista/
  13. https://​www​.laiz​quier​da​dia​rio​.com/​A​m​e​n​a​z​a​-​d​e​-​d​e​s​a​l​o​j​o​-​a​-​t​r​a​b​a​j​a​d​o​r​a​s​-​d​e​-​l​a​-​f​a​b​r​i​c​a​-​d​e​-​a​l​f​a​j​o​r​e​s​-​L​a​-​N​i​rva
  14. https://​www​.todo​porha​cer​.org/​d​e​s​a​l​o​j​a​n​-​e​s​p​a​c​i​o​s​-​c​o​m​u​n​i​t​a​r​i​o​s​-​e​s​p​e​c​u​l​a​c​i​on/
  15. https://​www​.elsal​to​dia​rio​.com/​c​o​n​s​u​m​o​-​q​u​e​-​s​u​m​a​/​d​i​e​z​-​d​o​c​u​m​e​n​t​a​l​e​s​-​y​-​u​n​-​c​o​r​t​o​-​p​a​r​a​-​r​e​p​e​n​s​a​r​-​l​a​s​-​s​o​c​i​e​d​a​d​e​s​-​d​e​-​c​o​n​s​u​m​o​-​m​a​s​i​v​o​-​y​-​s​u​s​-​e​f​e​c​t​o​s​-​e​n​-​e​l​-​p​l​a​n​e​t​a​-​y​-​l​a​s​-​p​e​r​s​o​nas
  16. https://​ri​.coni​cet​.gov​.ar/​b​i​t​s​t​r​e​a​m​/​h​a​n​d​l​e​/​1​1​3​3​6​/​2​8​0​3​3​/​C​O​N​I​C​E​T​_​D​i​g​i​t​a​l​_​N​r​o​.​d​3​c​d​2​b​7​e​-​b​7​1​4​-​4​4​3​1​-​a​2​7​2​-​1​0​d​6​4​a​b​6​a​8​e​7​_​A​.​p​d​f​?​s​e​q​u​e​n​c​e=2https://​www​.you​tu​be​.com/​w​a​t​c​h​?​v​=​f​9​j​P​e​j​S​9​0Tk
  17. https://​www​.apo​rrea​.org/​i​d​e​o​l​o​g​i​a​/​a​3​0​2​0​5​7​.​h​tmlhttps://​rebe​lion​.org/​c​r​e​e​n​c​i​a​s​-​e​-​i​d​o​l​o​s​-​m​e​r​c​a​n​t​i​l​es/
  18. https://​elpais​.com/​e​c​o​n​o​m​i​a​/​2​0​2​0​/​1​2​/​2​2​/​n​u​e​v​o​s​_​t​i​e​m​p​o​s​/​1​6​0​8​6​2​7​4​8​5​_​5​2​8​3​4​1​.​h​tml
  19. https://​cin​co​dias​.elpais​.com/​c​i​n​c​o​d​i​a​s​/​2​0​2​1​/​0​9​/​2​0​/​f​o​r​t​u​n​a​s​/​1​6​3​2​1​5​1​7​5​7​_​0​0​8​3​7​9​.​h​tml
  20. https://​www​.eldia​rio​.es/​e​c​o​n​o​m​i​a​/​u​s​u​a​r​i​o​s​-​o​n​l​i​n​e​-​c​r​e​c​e​n​-​g​a​s​t​a​n​-​d​i​n​e​r​o​_​1​_​1​0​8​6​0​8​8​.​h​tml
  21. https://​www​.eldia​rio​.es/​c​a​t​a​l​u​n​y​a​/​s​o​c​i​e​d​a​d​/​j​a​m​e​s​-​d​a​v​i​e​s​-​s​e​d​a​m​o​s​-​s​u​f​r​i​m​i​e​n​t​o​-​h​a​c​e​r​l​o​-​c​o​m​p​a​t​i​b​l​e​-​n​e​c​e​s​i​d​a​d​e​s​-​m​e​r​c​a​d​o​_​1​_​8​9​0​9​6​9​0​.​h​tml
  22. https://​www​.resu​men​la​ti​no​ame​ri​cano​.org/​2​0​2​2​/​0​5​/​1​2​/​u​r​u​g​u​a​y​-​r​e​b​e​l​i​o​n​-​o​b​r​e​r​a​-​c​o​n​t​r​a​-​l​a​-​d​i​c​t​a​d​u​r​a​-​d​e​l​-​m​e​r​c​a​do/
  23. https://​www​.ecua​do​retxea​.org/​n​o​v​a​l​t​i​a​-​l​a​-​h​u​e​l​g​a​-​m​a​s​-​l​a​r​g​a​-​d​e​-​e​u​r​o​p​a​-​y​-​e​j​e​m​p​l​o​-​d​e​-​r​e​s​i​s​t​e​n​c​i​a​-​a​l​c​a​n​z​a​-​l​o​s​-​1​0​0​0​-​d​i​a​s​-​d​e​-​h​u​e​l​ga/
  24. https://​vien​to​sur​.info/​e​n​t​r​e​-​c​r​i​s​i​s​-​s​o​c​i​a​l​-​y​-​c​r​i​s​i​s​-​s​a​n​i​t​a​r​i​a​-​r​e​f​l​e​x​i​o​n​e​s​-​d​e​-​u​n​-​p​s​i​c​o​a​n​a​l​i​s​ta/

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