Los movimientos sociales e intelectuales latinoamericanos y europeos que se reunieron esta semana en Bruselas, Bélgica, para celebrar una Cumbre de Los Pueblos, manifestaron su irrestricto apoyo a la Revolución Bolivariana que se construye desde hace 16 años en Venezuela para garantizar un Estado de justicia social.
«Venezuela es un referente de justicia social, amor y lucha por la dignidad de los ciudadanos «, expresó a la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) el vocero del Consejo Portugués por la Paz y la Revolución Phillipe Ferrera.
Este luchador social formó parte de los más de mil hombres y mujeres que se trasladaron a la capital belga para participar en la Cumbre «Una Alternativa al Neoliberalismo en América Latina y Europa», que se desarrolló la par de la segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE).
«Vinimos hasta Bruselas para estrechar la mano de nuestros compañeros latinoamericanos, discutir los problemas que nos afectan a ambos como consecuencia del capitalismo», dijo, al tiempo que recordó que la nación lusa ha visto mermar su economía e indicadores sociales como el índice de empleo, como consecuencia de la aplicación de políticas neoliberales impuestas por la Troika, compuesta por el Banco Central de Europa, el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea.
«Mientras que el socialismo bolivariano ha sacado a millones de venezolanos de la extrema pobreza, el capitalismo ha ocasionado que millones de portugueses pierdan sus empleos, sus casas y su esperanza. Venezuela no es sólo un referente para América Latina, sino también para Europa y el mundo», afirmó Ferrera.
Por su parte, Ángela Monaterios, quien se trasladó desde Ecuador a Bélgica para llevar la voz de los pueblos conservacionistas de Suramérica, destacó que el espíritu de esta Cumbre de los Pueblos, es acelerar el proceso de integración tanto dentro de la región, como hacia otros continentes.
«Hemos sido atacados a lo largo de nuestra historia, desde la colonización que exterminó a nuestros pueblos, y el capitalismo que explotó nuestras tierras y a nuestros hombres y mujeres sin ningún tipo de escrúpulo. Pero hoy estamos siendo una vanguardia de respeto y cooperación», dijo.
Manifestó que este espacio de debate, los representantes latinoamericanos y europeos expresaron su apoyo al Ecuador ante el conflicto jurídico que mantiene con Chevron-Texaco por daños ambientales a esta nación, ocasionados por la explotación irracional del petróleo.
«Tenemos que acelerar esta unidad, y hacernos cada vez más fuertes para hacer frente a la agresión del capitalismo y sus transnacionales perversas», acotó.
El desastre ambiental en la Amazonía ecuatoriana generado por la petrolera estadounidense comenzó en el año 1964, cuando la compañía —considerada una de las más rentables en su país— inició labores de explotación en Ecuador, de donde extrajo 1.5 mil millones de barriles de petróleo, derramando en el proceso más de 19.000 millones de galones de residuos que afectaron los suelos.
Invisibilización mediática
Uno de los puntos en que coincidieron los representantes de los movimientos sociales y los intelectuales que se dieron cita en Bruselas, fue la necesidad de denunciar la tergiversación y manipulación de los poderes mediáticos sobre los procesos de cambio en América Latina, y en especial en contra de Venezuela.
«Nos comprometimosa que los planteamientos de este encuentro no se queden aquí, por eso vamos a establecer una plataforma común de información que nos permita enfrentar y vencer la canalla mediática que es bestial, tanto dentro de Venezuela como en el exterior», indicó la vocera de la Red Sueca de Solidaridad con Venezuela Revolucionaria, Ruth Cartaya a AVN.
Se refirió al bombardeo malintencionado que forma parte de la agenda comunicacional de la derecha e incluso, señaló, que en una nación como Suecia, que queda a tantos kilómetros de distancia de Venezuela, se puede evidenciar en los medios de comunicación «un corta y pega de las falsedades que dicen los medios y agencias de noticias españolas e internacionales, con la finalidad de empañar los logros del procesó socialista que impulsó el comandante Chávez y prosigue el presidente Nicolás Maduro».
«Nos comprometimos a defender desde nuestras trinchera la continuidad y fortalecimiento de la Revolución Bolivariana, que es garantía de paz y progreso para los pueblos del mundo», afirmó Cartaya.