El pasado miércoles nos enterábamos de la resolución que la Audiencia Nacional realizaba sobre el caso de las Herrikos tabernas. La verdad es que no por esperada la resolución causaba más indignación y asombro la bajeza de lo que nos quieren vender como justicia española. Claro que tiene más de española que de justicia. La Audiencia Nacional continúa dando razón a Garzón y, por lo tanto, continúa con el ataque al pueblo vasco, esta vez condenando a penas de prisión e inhabilitación a militantes de la izquierda abertzale y, sobre todo, decidiendo robar unos locales populares en los que se unía tanto la fiesta como el debate serio, por los que el pueblo vasco ha luchado para que continuaran existiendo, a pesar de los duros ataques que el Estado español ha realizado contra ellos. Las herrikos han jugado un papel esencial en los pueblos, en los barrios, han sido un terreno arrancado de las garras del Estado opresor y de sus cómplices en Euskal Herria, un terreno conquistado, libre, una muestra de que se podía «liberar» Euskal Herria y que ese era uno de los caminos para ir creando núcleos liberados y liberadores. Estas herrikos siempre han sido defendidas a capa y espada en cada pueblo, en cada barrio, porque siempre se ha comprendido el inmenso papel que jugaban en la lucha de liberación del pueblo vasco.
Así mismo, causa sorpresa los comunicados emitidos tanto por PNV y su brazo institucional, el Gobierno Vasco como el de Sortu y afines. Y es que los dos han hablado de «inercias del pasado» o de que la sentencia «negaba los avances en el proceso de paz».
Del PNV se puede esperar cualquier cosa, ya conocemos su discurso y sus actos, ya no nos pueden engañar. La sorpresa puede venir más bien de Sortu. Parece que no acaban de enterarse que para que hayan nuevos tiempos se deberían haber cerrado las causas que ocasionaron los «viejos tiempos». Parece que no acaban de enterarse que estas causas siguen intactas, que el problema entre Euskal Herria y el Estado español continúa existiendo. El Estado español no ha aceptado ninguno de los objetivos por los que el pueblo vasco lleva luchando muchísimo tiempo, ni tan solo el más simple y básico, reconocer su existencia y su derecho a la autodeterminación, y si quiere a la independencia. Y porque no reconoce este hecho tan simple, la represión continúa contra aquellas personas que continúan luchando por un Estado independiente, por un Estado popular vasco. Y para ello tiene la ayuda del PNV y de todos aquellos que se sienten cómodos en España, así como de la Unión Europea.
Está claro que el Estado español, mediante su cara pública actual, el Presidente del gobierno Rajoy, no va a mover un dedo para intentar solucionar las causas del enfrentamiento España-Euskal Herria, porque, según dice Sortu, la vía para la resolución del conflicto pasa por la unilateralidad, es decir ir aceptando todo lo que el Estado español quiere a cambio de nada. ¿Para qué va a dar nada el Estado español, si poco a poco se va aceptando todo lo que él quiere?
Deia comentaba el 31 de julio que ahora hay menos presos políticos. ¿Pero por qué hay menos? Simplemente porque los presos de diferentes causas han cumplido integralmente sus condenas y han salido. Los que quedan continúan dispersados y cada vez más alejados de Euskal Herria, con lo cual el castigo que ello supone para los propios presos y sus familiares se ha profundizado, en situaciones cada vez peores, continúan siendo reos políticos a los que se les aplica una política especial diseñada por los enemigos del pueblo vasco y sus acólitos en Euskal Herria.
La solución del llamado «problema vasco», que más bien es el problema español, pasa por el análisis y reconocimiento de las causas que provocaron el conflicto. Si no hacemos esto primero no hay ninguna posibilidad de avanzar hacia la resolución del conflicto, y quienes tienen que reconocerlo, en primer lugar, son los que oprimen y avasallan al pueblo vasco.
Un primer paso debería ser acabar con una de las consecuencias del conflicto, la situación de los presos y presas políticas vascas. Igualmente debería acabar la represión y los juicios contra la lucha del pueblo vasco y sus formas de organización, como lo son las herrikos y los gaztetxes, entre otras
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Continuemos luchando por nuestros objetivos y por defender lo que es nuestro. No permitamos que nos lo arrebaten.
Boltxe kolektiboa
3 de agosto de 2014