Así desmentían los representantes de las FARC-EP las versiones sobre su presunta debilidad en una entrevista realizada vía electrónica por el diario ecuatoriano El Telégrafo.
Iván Márquez, Ricardo Téllez, Jesús Santrich, Marcos Calarcá y Andrés París, hablaron sobre diferentes temas concernientes, no sólo al proceso paz, sino también a temas referidos a la realidad política y social Colombiana, a la injerencia de Estados Unidos en Colombia y en Nuestramérica, a la política del Gobierno de Obama con respecto a las negociaciones de paz y contestaron preguntas referidas a la cuestión armada, a la desinformación mediática y al rol que juegan los medio hegemónicos en el conflicto que azota la nación desde hace 60 años, entre otros temas.
“Nos trata como insurgencia obligado por la realidad. El cumplimiento del compromiso de aniquilarnos militarmente adquirido por el gobierno anterior ante la Casa Blanca fracasó, como fracasaron igualmente los programas impuestos: el Plan Colombia y sus variantes el Plan Patriota y el Plan Consolidación, entre otros, obligando a la oligarquía, en cabeza de Juan Manuel Santos, a reconocer la existencia del conflicto social y armado que afronta el país”, señalaron los representantes de las FARC al referirse al carácter de fuerza beligerante reconocido por el Gobierno Colombiano en estos diálogos, agregando que el “reconocimiento de hecho de nuestro carácter de fuerza beligerante, aunque ellos no lo quieran reconocer a través del derecho, pese a que tengamos todos los requisitos: somos una organización político-militar con mando centralizado; nos guiamos por nuestras propias normas organizativas y disciplinarias; estamos desplegados en todo el territorio nacional; nuestros combatientes visten uniforme y portan visiblemente sus armas y en la mente llevan el programa revolucionario de la Nueva Colombia, la Patria Grande y Socialismo”.
Es por eso mismo, que afirman que ya que “con vencidos o derrotados no se dialoga. Se impone la voluntad del vencedor. Esa es la esencia de la guerra”.
También se refirieron a la ausencia, en los debates organizados con motivo de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, de posicionamientos en relación al conflicto colombiano y otros temas de la agenda latinoamericana. Además criticaron a Obama por tener “una visión desafortunadamente irreal y unilateral” del conflicto armado en Colombia por sus dichos acerca de que el conflicto alcanzará su punto final por el simple hecho de que las FARC dejen las armas.
Refiriéndose a la cuestión armada, afirmaron que “la guerra nunca ha sido un fin para los guerrilleros y las guerrilleras de las FARC-EP, por tanto, si dejan de existir las causas que hicieron tronar las armas, estas se silenciarán y no tendrán ninguna utilidad”. A su vez, han agregado que “la forma de lucha es decisión de cada pueblo consultando las realidades que vive. Las FARC-EP no son pregoneras de la lucha armada específicamente, esta no surge por decreto de nadie. Obedece a factores muy específicos de cada sociedad”, y señalaron que “en Colombia no se permite hacer política de otra manera. El carácter violento, asesino y sanguinario de las apátridas élites nacionales, plegadas a las políticas del Pentágono (un Estado violento que utiliza el terrorismo como método preferido de dominación), así lo confirman”.
También manifestaron sus ideas acerca de dejar las armas, en ese sentido, expresaron que “resueltos los problemas del pueblo, del cual somos parte esencial, estarán resueltos también los problemas de la guerrillereada” y reafirmando esta idea expresaron que “la guerra nunca ha sido un fin para los guerrilleros y las guerrilleras de las FARC – EP, por tanto, si dejan de existir las causas que hicieron tronar las armas, estas se silenciaran y no tendrán ninguna utilidad”.
Por lo mismo que se expuso en relación a la lucha armada, las FARC – EP, dejaron en claro que no habrá desmovilización hasta que no se ponga fin a las causas que generaron la guerra en Colombia. Por eso mismo es que afirmaron que, “no es posible mirar la institucionalidad de una manera estática. Si estamos levantados contra ella actualmente no es con esa misma institucionalidad que se construirán los caminos de la paz. Se deben hacer cambios y es la mesa de conversaciones la encargada de proponerlos, y de construir los acuerdos necesarios para atender las situaciones derivadas de los mismos”. Estos cambios, de acuerdo a lo manifestado por los combatientes, solo se lograrán con una paz con justicia social que pueda resolver los problemas del conjunto del pueblo colombiano, dentro del cual se incluyen.
En este sentido, también hicieron referencia al rol de los medios de comunicación hegemónicos al desinformar sobre la guerra en Colombia y mostrar a las FARC como ajenos al pueblo colombiano. Por eso mismo afirmaron que “la desinformación es la cuarta arma en la guerra”, denunciando que los medios de comunicación hacen mella al generar expectativas que no se corresponden con la insurgencia, por lo que se hace necesario mirar “con objetividad hacia ambas partes”. Precisamente en relación a las operaciones mediáticas tendientes a estigmatizar a las FARC – EP, volvieron a dejar en claro que “afirmamos con vehemencia que no somos narcotraficantes y no lo hemos sido jamás. No tenemos cultivos, no los cuidamos, no tenemos laboratorios y tampoco comercializamos la cocaína. Lo que nosotros hacemos es cobrar impuestos a las actividades económicas que se realizan en los territorios donde ejercemos influencia, incluyendo el mercado de la hoja de coca. Eso es lo que llaman participación en el narcotráfico. Muestra palmaria son nuestras propuestas de soluciones posibles a este nefasto problema. En 1993 propusimos atacar el fenómeno del narcotráfico como un problema social y de salud y no con soluciones represivas y medidas de policía. Después, en el 2000 propusimos la legalización del consumo de sicotrópicos, nos miraron con desdén y sin embargo esa realidad se abre paso actualmente como forma de solución”.