La crisis que infectó América Latina tras la subida del precio del petróleo en 1973 y el posterior aumento del tipo de interés que aprobó el presidente estadounidense Ronald Reagan en 1980 como solución de la inflación, conllevó una reducción fiscal de las economías latinoamericanas, dependientes del dólar, a favor de un plan de ajuste estructural, el Consenso de Washington. Los planes neoliberales dictaban que los estados dejasen de intervenir en la economía, privatizando servicios públicos. Rápidamente las respuestas sociales de los desfavorecidos, en una estructura social cada vez más dicotómica como dicta la ley marxista de acumulación capitalista, comenzarían a hacer escuchar sus ruidos, muchos de ellos espontáneos y sin vanguardia organizativa. En febrero de 1989 se dio en Venezuela el famoso “Caracazo”, donde miles de venezolanos salieron a las calles a saquear comercios dado que no podían obtener ni productos de primera necesidad por sus elevados precios tras la liberación económica. El Presidente Carlos Andrés Pérez reprimió y fueron asesinados más de un centenar de manifestantes. En Cochabamba, Bolivia, con la privatización en el año 2000 de un elemento esencial para vivir, el agua, se produjeron protestas de centenares de desfavorecidos sin recursos monetarios, y el gobierno de Hugo Banzer y la alcaldía de Manfred Reyes Villa reprimieron duramente asesinando a manifestantes. Historia que se repitió con la represión y muerte de más de 50 ciudadanos del municipio de El Alto (La Paz) por la represión ordenada por el Presidente Sánchez de Losada en la llamada Guerra del Gas, donde los manifestantes se movilizaban contra la venta de Gas a Chile para exportar a Estados Unidos mientras el pueblo boliviano no podía disfrutar de ese producto. No menos fueron las protestas en Argentina en el llamado cacerolazo contra la crisis económica que produjo las políticas neoliberales del expresidente Carlos Menem por la paridad del dólar con el peso, y la posterior restricción de los fondos privados conocido como el Corralito. Una histórica clase media argentina que desaparecería. Las manifestaciones tuvieron la respuesta represiva del expresidentes De la Rua provocando 39 muertos.
Los movimientos antineoliberales no solo iniciaron sus resistencias sino también una construcción política generando la crisis de partidos tradicionales. En 1998 en Venezuela es nombrado como presidente el bolivariano Hugo Chávez, en 2003 el peronista de izquierdas Néstor Kirchner y en 2005 el indígena Evo Morales.
Actualmente en el Estado Español surgió un nuevo movimiento de protesta, el llamado 15‑M, contra la crisis económicas y las asesorías de futuros rescates neoliberales del FMI. Las fuerzas del estado han respondido con represión a los manifestantes, incluso a los que protestaron contra la reciente visita del Papa al Estado Español al generar un costo de 80 millones de euros en los fondos públicos en plena crisis. Además, las actuales medidas impulsadas tumban el estado del “bienestar” al aprobar autoritariamente los parlamentarios del PP y PSOE reformar el artículo 135 de la Constitución (el referente a la Deuda Pública), sin realizarse ningún referéndum popular, para para recortar más derechos sociales con la reducción fiscal de no superar un déficit del 0,4%. El próximo 20 de Noviembre habrá elecciones generales en el Estado Español. Al ser etiqutado socialmente el PSOE como el causante de la crisis producirá la victoria electoral del PP pero seguramente dos o tres años después de su victoria y con el extremismo de la implementación de nuevos programas neoliberales que impulsará el PP afectando a la clase media española generará finalmente una crisis del sistema de partidos tradicionales como sucedió en las antiguas colonias. Eso si, harán falta líderes, como en América Latina, que transformen el movimiento de protesta en una construcción política sino queremos que se manifieste el fascismo español.