espectro del coraje el trapo comunero.
Detrás del viento entre carbón y escarcha
viene el invierno con el hambre.
Viene el invierno fusilando muertos,
decretando osamenta,
persiguiendo a los hijos de los muertos
donde madura el grito de los muertos,
donde la dignidad va madurando.
Va madurando sobre la derrota
donde se junta el aire con el humo
y un sol de vidrio opaco, forastero,
ve desfilar hacia el túnel sonoro
mineros y mineros y mineros.
Donde todo termina.
Raúl González Tuñón, poeta argentino
(Del libro de poemas «La Rosa Blindada», 1936, escrito en homenaje a la insurrección minera de Asturias)
Nos llegan noticias desde el otro lado del océano. Nace una nueva agrupación, la Red Roja, heredera de Corriente Roja. La saludamos con todas nuestras esperanzas y nuestra solidaridad internacionalista.
La Red Roja (http://www.redroja.net/) no es, no debe ser, no será, un testimonio nostálgico de “los tiempos rebeldes de la revolución y guerra civil española” de los años 30. No. Recuperando y reactualizando aquella heroica historia de resistencia popular, la Red Roja nace en el siglo XXI en medio de una crisis capitalista galopante, en momentos en que también en Europa occidental hay lucha de calles, incendios, rebeldías populares y choques con las fuerzas antimotines… enfrentamientos que ya no pertenecen solamente a los escenarios habituales de América Latina y el Tercer Mundo. Esta noche, mientras escribimos estas líneas, en Londres y en Inglaterra las fuerzas antimotines toman por asalto la ciudad, repleta de incendios y de confrontación callejera… mientras en el estado español la movilización no decrece, a pesar de la represión. Esa movilización de los “indignados” en el estado español se conjuga con el destacado apoyo popular a las propuestas de Independencia y Socialismo de Bildu en Euskal Herria… Lejos, bien lejos, quedó la estabilidad institucional española de otras décadas. Incluso con un hipotético futuro “triunfo” en el tramposo sistema electoral parlamentario de gobiernos de extrema derecha neofranquistas, la inestabilidad se sigue expandiendo por el estado español y por toda Europa.
En ese contexto convulsionado nace la Red Roja. Producto de un avance popular general y al mismo tiempo de una ruptura interna de la familia de las izquierdas. CON TODO RESPETO (ya que no conocemos en profundidad las circunstancias puntuales, las anécdotas y los detalles), lamentamos la ruptura de Corriente Roja, pero en Argentina conocemos bastante bien la compleja y muchas veces negativa herencia teórica y política de Nahuel Moreno (esa repetida combinación de retórica verbal encendida, puramente discursiva; reformismo práctico; oportunismo terrenal y mundano; institucionalismo pacificista a ultranza y hegemonismo aparatista y burocrático sobre otras corrientes hermanas). Pasan los años y las experiencias negativas de ese tipo lamentablemente se repiten, en distintos países, quizás porque el paradigma y la forma de hacer política es la misma y cuesta mucho hacer un beneficio de inventario.
Pero a pesar de ese obstáculo, la militancia originariamente fundadora de Corriente Roja no bajó los brazos ni se fue deprimida a su casa a mirar la TV. Supo superar la desmoralización o el desánimo y siguió hacia adelante. Una buena decisión. Nuestra lucha, mundial, es a largo plazo y los sinsabores —que llevamos en la espalda pero que no nos impiden continuar la marcha— no son absolutos ni eternos.
Quizás ahora, con el panorama y el horizonte político estratégico un poco más claro, la Red Roja pueda retomar el antiimperialismo a escala mundial, ya no reducido ni limitado a la retórica. Antiimperialismo que se suma a lo que siempre caracterizó al grupo fundador de Corriente Roja: la crítica a todo el andamiaje institucional de la “transición” española posfranquista, no a un gobierno de turno o a dos o tres ministros, sino a todo un régimen político. Crítica combinada con el pluralismo —nos referimos al pluralismo al interior de las izquierdas revolucionarias, no al eclecticismo con las corrientes ideológicas de la burguesía— y el internacionalismo militante.
No es casual que como parte de este intento por conformar una nueva organización y dotarla de un rearme político e ideológico reaparezca la reivindicación del guevarismo [por ejemplo en el prólogo de la compañera y hermana Nines Maestro al libro En la selva (Los estudios desconocidos del Che Guevara. A propósito de sus Cuadernos de lectura de Bolivia)].
Como parte de ese rearme para la lucha, para relanzar el reagrupamiento de la izquierda revolucionaria en el estado español, la defensa de la cuestión vasca y el derecho de todos los pueblos oprimidos a la autodeterminación —una de las obsesiones de Lenin y los bolcheviques— resurge como problemática central, junto a la defensa activa y militante de las luchas del tercer mundo. Una defensa impostergable que todavía se encuentra pendiente en gran parte del abanico de reclamos de los “indignados”, por lo menos hasta donde nos han llegado las noticias en América latina.
Es por todo eso que saludamos la conformación de la Red Roja y aprovechamos este saludo fraternal y solidario para reiterar la invitación a que se sumen con entusiasmo al Movimiento Continental Bolivariano-MCB (donde ya participan activamente los comunistas independentistas de Galiza y la izquierda revolucionaria abertzale, que lucha por la Independencia y el Socialismo en Euskal Herria, ambas organizaciones europeas).
Abrazo grande desde el otro lado del agua, a no bajar los brazos y a seguir luchando en todo el planeta por un mundo mejor, contra todas las formas de capitalismo e imperialismo, contra sus instituciones y por la revolución socialista internacional.
Miércoles 10 de agosto de 2011
Néstor Kohan
(Desde Argentina)