Editoriala
Boltxe Kolektiboa
Si la noche del 22 – M supuso el prinicipio del desconcierto para todas las formaciones políticas desde las capitales vascas hasta Madrid, a Paris las ondas abertzales van llegando más lentas, pero están aquí. El sectarismo de NaBai fue espoleado por la ambición de Aralar ayudado de la mano negra del PNV, ahora hay que esperar cuatro años para quitarse de encima a los dos partidos de la España fracasada, pero la Historia tiene sus ritmos, su velocidad y está empezando a escribirse sin la tutela golpista del 36.
Las buenas noticias no vienen solo de Euskal Herria, en Catalunya las CUP han dado una soberbia lección de madurez política y sus primeras reflexiones políticas llenan de orgullo socialista a toda la izquierda vasca, sus medidas de rebajes de sueldo a alcaldes y conjejales se comentan con regocijo en todos los Països Catalans, las encuestas tienen que recojer la estimación de voto de las CUP y la última manifestación independentista agrupó a 40.000 manifestantes sin CiU, sin el PSC, solos con el pujante movimiento popular nacionalista catalán. Se puede apostar a que las CUP entrarán en el Parlament de Catalunya, con listas plagadas de mujeres y hombres jóvenes e ilusionados, es nuestra predicción y se cumplirá.
En Euskal Herria el colapso del margen político de Aralar es evidente, solo le queda la incorporación a Bildu y una severa reflexión acerca del daño causado a la unidad progresista y abertzale el pasado 22 ‑M. Lo de Ezker Batua ya es harina de otro costal, su espectáculo de mentiras y corrupción ha enviado definitivamente al cubo de la basura a la última organización que apostó por España desde Euskal Herria. No hay lugar para quienes renuncian a la libertad de su pueblo en el momento del máximo fracaso españolista, justo cuando en Catalunya, ahí al lado, el independentismo, como se señala en un artículo de opinión publicado en esta web se instala en un 42,5 de apoyo popular.
A un lado los que dudan del futuro en libertad de Euskal Herria, es la lucha de clases.