El fin del sio­nis­mo será el comien­zo de un mun­do nue­vo, más jus­to y multipolar

El pro­yec­to esta­dou­ni­den­se del «Nue­vo Orien­te Pró­xi­mo», con­ce­bi­do por los neo­con­ser­va­do­res esta­dou­ni­den­ses des­de fina­les de los años 90, tie­ne como obje­ti­vo refor­zar el «Gran Israel», des­de el río Jor­dán has­ta el mar Medi­te­rrá­neo, con vis­tas a con­ver­tir­lo en una poten­cia hege­mó­ni­ca capaz de garan­ti­zar de for­ma dura­de­ra la supre­ma­cía esta­dou­ni­den­se en la región.

Bajo el impul­so de los neo­con­ser­va­do­res1 que ocu­pa­ron pues­tos cla­ve en la Admi­nis­tra­ción Fede­ral a fina­les de los años 90, Esta­dos Uni­dos dio la espal­da a los Acuer­dos de Oslo, que había garan­ti­za­do, y apli­có una polí­ti­ca de lais­sez-fai­re, que con­du­jo a una colo­ni­za­ción sio­nis­ta inten­si­va de Cis­jor­da­nia y Jeru­sa­lén Este, impo­si­bi­li­tan­do así la crea­ción de un Esta­do palestino.

Esta­dos Uni­dos ha finan­cia­do masi­va­men­te la colo­ni­za­ción de Cis­jor­da­nia y ha fomen­ta­do la emi­gra­ción de miles de nue­vos colo­nos, entre ellos cris­tia­nos evan­ge­lis­tas, alia­dos de los neo­con­ser­va­do­res, y en 2005 ani­mó al pri­mer minis­tro Sha­ron a reti­rar los cua­tro asen­ta­mien­tos de Gaza, aco­sa­dos por la resis­ten­cia palestina.

Dov Weis­glass, anti­guo jefe de gabi­ne­te del pri­mer minis­tro Ariel Sha­ron, con­fir­mó en una entre­vis­ta al dia­rio Haa­retz que la eva­cua­ción de los asen­ta­mien­tos de Gaza tenía por obje­to impe­dir inde­fi­ni­da­men­te la crea­ción de un Esta­do pales­tino, con el acuer­do de Washington.

La coro­na­ción del pro­yec­to israe­lo-esta­dou­ni­den­se para el «Nue­vo Orien­te Pró­xi­mo» fue el «Acuer­do del Siglo», cono­ci­do como «Pac­to de Abraham». Este Pac­to con­sis­te en diso­ciar la cues­tión de Pales­ti­na de las preo­cu­pa­cio­nes del mun­do ára­be y ente­rrar el prin­ci­pio de «paz para los terri­to­rios con­quis­ta­dos en 1967» adop­ta­do uná­ni­me­men­te por los paí­ses ára­bes en 2002. En pocas pala­bras, se tra­ta de una car­ta blan­ca que los paí­ses ára­bes sig­na­ta­rios dan a «Israel» para que siga ade­lan­te con su plan de ane­xio­nar­se Cis­jor­da­nia, Gaza y Jeru­sa­lén Este.

Con este telón de fon­do, la resis­ten­cia pales­ti­na lan­zó su ope­ra­ción «Tufa­ne Al Aqsa» (el Dilu­vio de Al Aqsa) en la madru­ga­da del 7 de octubre.

Lan­za­da por sor­pre­sa y limi­ta­da en el tiem­po –solo duró 5 horas2– y en la que par­ti­ci­pa­ron unos 2.000 com­ba­tien­tes, tuvo como obje­ti­vo la base mili­tar encar­ga­da de man­te­ner el ase­dio de Gaza, dete­nien­do a su coman­dan­te en jefe, el coro­nel Assaf Hama­mi, y a varias doce­nas de ofi­cia­les supe­rio­res y sol­da­dos. En los com­ba­tes murie­ron varios cen­te­na­res de sol­da­dos israelíes.

Tam­bién se ata­có la base de inte­li­gen­cia mili­tar, que fue ocu­pa­da. Los ser­vi­do­res y ofi­cia­les de inte­li­gen­cia fue­ron tras­la­da­dos a Gaza. Infor­ma­ción valio­sa, inclui­das lis­tas de infor­ma­do­res en Gaza y otros luga­res, e infor­ma­ción mili­tar vital, cayó en manos de la resistencia.

Fue un autén­ti­co terre­mo­to para Israel, que alte­ró el equi­li­brio de poder, hizo añi­cos el mito de la inven­ci­bi­li­dad del ejér­ci­to israe­lí, devol­vió la cues­tión pales­ti­na al pri­mer plano de la actua­li­dad y las preo­cu­pa­cio­nes ára­bes y regio­na­les, y dio al pro­yec­to esta­dou­ni­den­se del «Nue­vo Orien­te Pró­xi­mo» un gol­pe de efecto.

«Tufa­ne Al Aqsa» es la pri­me­ra vic­to­ria mili­tar pales­ti­na con­tra «Israel» des­de 1948

De ahí la rabia de esta­dou­ni­den­ses e israe­líes por tra­tar de enmas­ca­rar su derro­ta común con una pro­pa­gan­da dig­na de Goebbels

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y ata­can­do a los habi­tan­tes de Gaza con bom­bar­deos masi­vos4, día y noche, cau­san­do ya, a 3 de diciem­bre, la muer­te de 16.000 pales­ti­nos, entre ellos 8.500 niños, 67 perio­dis­tas, 250 médi­cos y enfer­me­ras, 50 juris­tas y abo­ga­dos, 38.000 heri­dos, entre ellos un millar de niños con ampu­tacio­nes, 1.750.000 habi­tan­tes des­pla­za­dos y sin hogar. 278.000 vivien­das daña­das, 59.000 de ellas com­ple­ta­men­te destruidas.

¿Qué bus­ca esta coalición?

Según las reglas mili­ta­res, el que gana una bata­lla es el que impo­ne sus con­di­cio­nes, en este caso el inter­cam­bio de todos los pri­sio­ne­ros pales­ti­nos por rehe­nes israe­líes y el levan­ta­mien­to del sitio de Gaza. Pero esta regla no es reco­no­ci­da por esta­dou­ni­den­ses e israe­líes, que quie­ren con­ver­tir su derro­ta en una nue­va Nak­ba para los palestinos.

El geno­ci­dio es, en sí mis­mo, uno de los obje­ti­vos de la gue­rra que «Israel» libra con­tra los pales­ti­nos des­de su crea­ción en 19485.

El otro obje­ti­vo decla­ra­do es el tras­la­do for­zo­so. Israel quie­re uti­li­zar bom­bas y masa­cres para empu­jar gra­dual­men­te a los pales­ti­nos hacia el sur y la fron­te­ra del Sinaí, para una segun­da Nak­ba hacia Egip­to. Pero esta vez, los pales­ti­nos de Gaza, des­cen­dien­tes a su vez de la pri­me­ra Nak­ba, se afe­rran a su tie­rra y pre­fie­ren morir allí. El ejér­ci­to sobre el terreno se empan­ta­nó, aco­sa­do sin tre­gua por los com­ba­tien­tes de la resis­ten­cia, y sufrió cuan­tio­sas pér­di­das huma­nas y mate­ria­les, sin lograr nin­gún obje­ti­vo militar.

El fias­co de la coa­li­ción fue total.

Joe Biden, cuyo cinis­mo no tie­ne paran­gón, ya habla de «el día de des­pués» y de la «solu­ción de los dos Esta­dos», de la que ha sido uno de los prin­ci­pa­les crí­ti­cos6.

La cuar­ta gue­rra ára­be-israe­lí comen­zó des­pués de 1948, 1967 y 1973

Esta vez, la gue­rra no opo­ne ejér­ci­tos ára­bes regu­la­res e Israel, sino movi­mien­tos popu­la­res de resis­ten­cia –pales­ti­nos, liba­ne­ses, ira­quíes y yeme­níes– y el ejér­ci­to israe­lí. Los com­ba­tes se exten­dien­den a Cis­jor­da­nia, Gali­lea en la fron­te­ra liba­ne­sa, el fren­te sur alre­de­dor de Gaza y la Fran­ja de Gaza. Casi medio millón de colo­nos han sido des­pla­za­dos des­de el nor­te y el sur hacia el centro.

Com­ba­tien­tes ira­quíes ata­can bases esta­dou­ni­den­ses en Irak y Siria. Cazas yeme­níes lan­zan misi­les de lar­go alcan­ce con­tra el sur de «Israel» e inter­cep­ta­ron bar­cos israe­líes en el Mar Rojo y en Bab El Mendeb.

Lo que está en jue­go en esta cuar­ta gue­rra es la libe­ra­ción de Pales­ti­na, de toda Pales­ti­na. El geno­ci­dio en cur­so en Gaza es un recor­da­to­rio de que los pales­ti­nos no pue­den coexis­tir con los colo­nos expan­sio­nis­tas y su régi­men de apartheid.

Nin­gún Esta­do pales­tino libre pue­de coexis­tir al lado de un Esta­do racis­ta y expan­sio­nis­ta. A par­tir de aho­ra, las nego­cia­cio­nes solo serán posi­bles para lograr un Esta­do abier­to a todos sus ciu­da­da­nos, inclui­dos los exi­lia­dos por la fuer­za, con igual­dad de dere­chos, sea cual sea su etnia o religión.

Al Quds (Jeru­sa­lén) debe vol­ver a ser la capi­tal espi­ri­tual de las tres religiones.

La úni­ca for­ma de con­se­guir­lo es median­te la resis­ten­cia arma­da. «Tufa­ne Al Aqsa» ha alla­na­do el camino.

Lo que está en jue­go en esta gue­rra tam­bién es ára­be: la derro­ta del sio­nis­mo en Pales­ti­na pro­vo­ca­rá una agi­ta­ción con­si­de­ra­ble en los paí­ses ára­bes y seña­la­rá el decli­ve de la pre­sen­cia de Esta­dos Uni­dos y otros paí­ses impe­ria­lis­tas en la región. Se pro­du­ci­rán agru­pa­cio­nes polí­ti­cas y eco­nó­mi­cas regio­na­les entre los paí­ses ára­bes y el comien­zo de un Mer­ca­do Común Árabe.

Los paí­ses ára­bes for­ma­rán una poten­cia eco­nó­mi­ca mun­dial que podrá defen­der mejor los intere­ses de sus miem­bros y será un com­po­nen­te impor­tan­te de los BRICS. Es mucho lo que está en jue­go en esta lar­ga gue­rra que aca­ba de empe­zar, de la que el enfren­ta­mien­to actual es solo la pri­me­ra batalla.

Anis Bala­frej

11 de diciem­bre de 2023

Fuen­te: https://​www​.mada​ni​ya​.info/​2​0​2​3​/​1​2​/​1​1​/​l​a​-​f​i​n​-​d​u​-​s​i​o​n​i​s​m​e​-​s​e​r​a​-​l​e​-​d​e​b​u​t​-​d​u​n​-​n​o​u​v​e​a​u​-​m​o​n​d​e​-​m​u​l​t​i​p​o​l​a​i​r​e​-​p​l​u​s​-​e​q​u​i​t​a​b​le/

  1. El neo­con­ser­va­du­ris­mo es una nue­va ideo­lo­gía, una espe­cie de mez­cla de fas­cis­mo y glo­ba­lis­mo. Fun­da­dos en torno a una car­ta –el Pro­yec­to para el Nue­vo Siglo Ame­ri­cano (PNAC) – , los neo­con­ser­va­do­res se han fija­do como obje­ti­vo res­ta­ble­cer la supre­ma­cía esta­dou­ni­den­se en todo el mun­do, median­te la gue­rra y por todos los medios necesarios.
  2. Según los comu­ni­ca­dos de la resis­ten­cia pales­ti­na, Tufa­ne Al Aqsa se desa­rro­lló en varias eta­pas: tras la pri­me­ra eta­pa, com­ple­ta­da en la maña­na del ata­que, los com­ba­tien­tes de la resis­ten­cia ocu­pa­ron 25 pun­tos mili­ta­res (asen­ta­mien­tos, comi­sa­rías, cuar­te­les), y una uni­dad de mari­nes ocu­pó Sde­rot, un asen­ta­mien­to al nor­te de Gaza. Tam­bién par­ti­ci­pa­ron en la ope­ra­ción 35 dro­nes sui­ci­das. Estas ope­ra­cio­nes dura­ron 24 horas.
  3. Los ser­vi­cios de des­in­for­ma­ción israe­líes lan­za­ron inme­dia­ta­men­te infor­ma­cio­nes sobre bebés deca­pi­ta­dos, muje­res vio­la­das y que­ma­das y masa­cres en la fies­ta soña­da, de las que se hicie­ron eco los medios de comu­ni­ca­ción occi­den­ta­les y el pro­pio pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se Joe Biden, que se vio obli­ga­do a des­men­tir­lo unas horas más tar­de cuan­do los perio­dis­tas le pidie­ron que mos­tra­ra las fotos. Según la inves­ti­ga­ción lle­va­da a cabo por el dia­rio Haa­retz, resul­ta que se envia­ron tan­ques y heli­cóp­te­ros israe­líes para matar a todo lo que se movía. Los cadá­ve­res car­bo­ni­za­dos de israe­líes y com­ba­tien­tes pales­ti­nos mos­tra­dos a la pren­sa murie­ron por las bom­bas incen­dia­rias israelíes.
  4. Avio­nes esta­dou­ni­den­ses lan­za­ron 50.000 tone­la­das de bom­bas camino de la tre­gua. Bom­bas de fós­fo­ro blan­co, bom­bas de raci­mo y todo tipo de bom­bas prohi­bi­das por la Con­ven­ción de Gine­bra sobre armas de guerra.
  5. El movi­mien­to sio­nis­ta siem­pre ha nega­do la exis­ten­cia de los pales­ti­nos, pero «Israel» fue crea­do sobre las ceni­zas de unos 700 pue­blos pales­ti­nos des­trui­dos duran­te la Nak­ba y el tras­la­do for­zo­so de 700.000 personas.
  6. Hay que recor­dar que el pue­blo pales­tino no ejer­ció su dere­cho a la auto­de­ter­mi­na­ción al final del man­da­to bri­tá­ni­co en 1948 y que recha­zó el plan de par­ti­ción uni­la­te­ral con­ce­di­do por la ONU en 1947 (reso­lu­ción 181), plan vio­la­do por «Israel» en 1948, que inva­dió par­te del terri­to­rio con­ce­di­do a Pales­ti­na por la ONU y se negó a apli­car la reso­lu­ción 194 que pedía el regre­so de los pales­ti­nos exi­lia­dos por la fuer­za a su patria. El Plan de Par­ti­ción con­ce­dió al Esta­do sio­nis­ta (35% de la pobla­ción total) el 57% de Pales­ti­na con las mejo­res tie­rras. La solu­ción de los dos Esta­dos fue nego­cia­da por Yas­ser Ara­fat e Isaac Rabin y sella­da el 13 de sep­tiem­bre de 1993 en la Casa Blan­ca, en pre­sen­cia de Bill Clin­ton, cofir­man­te. Los pales­ti­nos acep­ta­ron for­mar un Esta­do en el 22% de Pales­ti­na. Más de dos ter­cios de este 22% ya han sido absor­bi­dos por la colo­ni­za­ción sio­nis­ta des­de 1993.

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