El naci­mien­to del BRICS+ y el fin de la hege­mo­nía de los paí­ses colonialistas

Ter­mi­nó la XV Cum­bre de los BRICS y, en el futu­ro, será recor­da­da como la reu­nión en la que se sen­ta­ron las bases para la ver­da­de­ra des­co­lo­ni­za­ción de los paí­ses en desa­rro­llo y el ini­cio del fin de la hege­mo­nía occidental.

Por ello, este balan­ce será escue­to. Se nece­si­ta­rían miles de pala­bras más para dar cuen­ta de la impor­tan­cia de lo ocu­rri­do la sema­na pasa­da en Sudáfrica.

Una orga­ni­za­ción de desarrollo

El tér­mino BRIC fue acu­ña­do por el enton­ces eco­no­mis­ta en jefe de Gold­man Sachs, Jim O’Neill, en 2001. En su repor­te sugi­rió la agru­pa­ción de los cua­tro paí­ses emer­gen­tes como un con­tra­pe­so al sis­te­ma de gober­nan­za glo­bal que había lle­ga­do a un lími­te. En ese enton­ces, pro­nos­ti­có que las eco­no­mías de Bra­sil, Rusia, India y Chi­na supe­ra­rían a las del G7.

En resu­mi­do, la idea del BRIC que­dó en el aire, pero fren­te a las frus­tra­cio­nes de estos paí­ses con un mun­do mol­dea­do a seme­jan­za occi­den­tal, lle­va­ron la suge­ren­cia de O’Neill a la reali­dad. La pri­me­ra cum­bre del gru­po fue en 2009 y en 2010 tuvo su pri­me­ra expan­sión, con la adhe­sión de Sudá­fri­ca. Así nació BRICS.

BRICS ha sido, des­de sus ini­cios, una pla­ta­for­ma para los paí­ses de la peri­fe­ria de Occi­den­te que bus­can tener mayor peso en el mun­do. Su fun­cio­na­mien­to tie­ne cier­tas carac­te­rís­ti­cas que sue­len ser deja­das de lado y, sin las cua­les, es impo­si­ble enten­der la agru­pa­ción y lo que sig­ni­fi­ca para el orden inter­na­cio­nal existente.

El blo­que BRICS siem­pre ha fun­cio­na­do por con­sen­so. Esa creen­cia de que la com­pe­ten­cia por votos gene­ra el mejor resul­ta­do polí­ti­co es algo pura­men­te occi­den­tal. Para los lati­no­ame­ri­ca­nos imbui­dos en las lógi­cas de la demo­cra­cia libe­ral y en socie­da­des pro­fun­da­men­te pola­ri­za­das, esto nos sue­na a un impo­si­ble, pero en Asia, es la for­ma pre­do­mi­nan­te de hacer polí­ti­ca. Pue­de que no sea la más efi­cien­te por­que no es fácil lle­gar a acuer­dos, pero sí la más sostenible.

Otro aspec­to impor­tan­te es que la dife­ren­cia es vis­ta como una ven­ta­ja. Como algu­na vez dijo el inter­na­cio­na­lis­ta sin­ga­pu­ren­se Kisho­re Mah­bu­ba­ni, mien­tras las orga­ni­za­cio­nes euro­peas dicen «para unir­se tie­nes que ser como noso­tros (…) en Asia deci­mos que, jus­ta­men­te, por­que somos dife­ren­tes, tene­mos que unirnos».

El leit­mo­tiv del BRICS es el dere­cho al desa­rro­llo de todos los pue­blos y poder hacer­lo de mane­ra sobe­ra­na sin inter­fe­ren­cias de otros en asun­tos internos.

El pre­si­den­te suda­fri­cano Cyril Ramapho­sa des­cri­bió de mane­ra pre­ci­sa al BRICS como un con­jun­to de paí­ses don­de hay «dife­ren­tes mira­das, pero una visión com­par­ti­da para un mun­do mejor».

En ese sen­ti­do, el blo­que BRICS no se pare­ce a nin­gún gru­po, ni pre­ten­de hacer­lo. Se basa en obje­ti­vos cla­ros, pero que ante los retos exter­nos va cam­bian­do de estra­te­gia. Des­de su for­ma­ción, ha ido adap­tán­do­se a las nue­vas deman­das que la reali­dad les presenta.

De este modo, es una orga­ni­za­ción de la que, pro­ba­ble­men­te, siem­pre ten­ga­mos más incer­ti­dum­bres que certezas.

La urgen­te desdolarización

Des­de que Esta­dos Uni­dos sacó el dólar del patrón oro, ha uti­li­za­do su mone­da como un arma. La locu­ra san­cio­na­do­ra de Esta­dos Uni­dos y sus alia­dos se ha des­ata­do al pun­to de que casi un ter­cio de la pobla­ción mun­dial vive en un país san­cio­na­do.

Las dis­cu­sio­nes sobre des­do­la­ri­za­ción no son nue­vas, pero fue la ope­ra­ción mili­tar espe­cial la que acti­vó el sen­ti­do de urgen­cia entre los paí­ses del Sur glo­bal, inclu­yen­do los BRICS.

Las gue­rras eco­nó­mi­cas empren­di­das por Occi­den­te han sido el mayor cata­li­za­dor para que los paí­ses bus­quen opcio­nes para redu­cir la depen­den­cia del dólar.

El pre­si­den­te bra­si­le­ño Luiz Inácio Lula da Sil­va fue el pri­me­ro en plan­tear una mone­da común. La pro­pues­ta es en reali­dad de una uni­dad de cuen­ta des­ti­na­da al comer­cio entre los miem­bros, algo muy dis­tin­to al con­cep­to del euro.

Esta pro­pues­ta es la que más eco tuvo en la pren­sa, pero está muy lejos de hacer­se reali­dad y pue­de que nun­ca suce­da. La posi­bi­li­dad de comer­ciar en mone­das loca­les y desa­rro­llar sis­te­mas de pagos para­le­los pare­ce tener más aceptación.

Has­ta antes de la cum­bre en Sudá­fri­ca, todo esta­ba en el plano de las ideas. Lo impor­tan­te es que ya se tomó la deci­sión ofi­cial: la des­do­la­ri­za­ción se hará reali­dad. Se ha encar­ga­do a los minis­tros de Finan­zas tra­ba­jar duran­te los siguien­tes meses en pro­pues­tas de meca­nis­mos de pago entre mone­das loca­les. Los resul­ta­dos los vere­mos en la siguien­te Cum­bre, a cele­brar­se en Rusia.

La nece­si­dad de exten­der­se: el naci­mien­to de BRICS+

Por mucho que algu­nos de los miem­bros insis­tan en que BRICS no es un blo­que anti-Occi­den­tal, lo cier­to es que sus accio­nes siem­pre serán leí­das, des­de Esta­dos Uni­dos, como una ame­na­za a su hegemonía.

Por eso, mien­tras el gru­po cre­ció en impor­tan­cia, sus miem­bros más frá­gi­les, Bra­sil y Sudá­fri­ca, han sido embes­ti­dos por pre­sio­nes esta­dou­ni­den­ses e inten­tos de gue­rras híbridas.

Por otro lado, las ten­sio­nes entre India y Chi­na siem­pre han sido la pie­dra en el zapa­to del blo­que. Ade­más, el inten­to de India de hacer un balan­ce entre sus alia­dos occi­den­ta­les y los BRICS cons­tan­te­men­te des­per­tó dudas sobre su posi­ción fren­te al grupo.

Mien­tras el gru­po cre­ció en impor­tan­cia, sus miem­bros más frá­gi­les, Bra­sil y Sudá­fri­ca, han sido embes­ti­dos por pre­sio­nes esta­dou­ni­den­ses e inten­tos de gue­rras híbridas.

El blo­que BRICS era vul­ne­ra­ble eco­nó­mi­ca y polí­ti­ca­men­te, por lo que, jun­to con la des­do­la­ri­za­ción, nece­si­ta­ban más miem­bros para tener más peso en el mun­do. Por eso nació BRICS+.

Los entre­di­chos del pro­ce­so de elec­ción ya no son impor­tan­tes. El resul­ta­do fue la invi­ta­ción a seis paí­ses que nos dan algu­na idea de hacia dón­de podría ir el grupo.

Pri­me­ro, vemos el énfa­sis en Asia occi­den­tal. La inclu­sión de Irán y Ara­bia Sau­di­ta bus­ca for­ta­le­cer el acer­ca­mien­to entre ambos ocu­rri­da hace unos meses. A ellos, se suman los Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos (EAU). Esto no solo obe­de­ce a cri­te­rios geo­grá­fi­cos sino ener­gé­ti­cos. Con las inclu­sio­nes asiá­ti­cas, BRICS+ inclui­rá, por un lado, a tres miem­bros de OPEP+, y por otro, a Irán, uno de los mayo­res pro­duc­to­res de gas.

En cuan­to a la repre­sen­ta­ción afri­ca­na, Egip­to tam­bién tie­ne pro­duc­ción de gas y petró­leo, ade­más de múl­ti­ples reser­vas, pero más impor­tan­te (en una cues­tión estra­té­gi­ca) es que con­tro­la el Canal de Suez.

El caso de Etio­pía fue la sor­pre­sa de la Cum­bre. Es el déci­mo país más gran­de y el segun­do más pobla­do del con­ti­nen­te afri­cano. Tie­ne ade­más reser­vas de cobre y gas sin explo­tar, así como poten­cial agrí­co­la. Lo que ha juga­do a su favor es su posi­ción estra­té­gi­ca en el cuerno de Áfri­ca, pun­to cla­ve de la Ini­cia­ti­va de la Fran­ja y la Ruta.

Final­men­te, está Argen­ti­na. Pro­ba­ble­men­te, el país que más dudas ha gene­ra­do. Ini­cial­men­te, se anun­ció que no entra­ría y Alber­to Fer­nán­dez can­ce­ló su via­je a la Cum­bre. A últi­mo minu­to, Lula cam­bió el jue­go y nego­ció por su país vecino has­ta ase­gu­rar su ingreso.

Dado el con­tex­to polí­ti­co, pue­de que Argen­ti­na no entre a BRICS+ en 2024, pero de hacer­lo y lograr supe­rar su cri­sis, tie­ne mucho poten­cial al ser pro­duc­tor de ali­men­tos, tener reser­vas de litio, así como ins­ti­tu­cio­nes esta­ble­ci­das para el desa­rro­llo cien­tí­fi­co. Su posi­ción es estra­té­gi­ca y es el país his­pa­no­ha­blan­te más gran­de de Suda­mé­ri­ca. Lo que suce­de en Argen­ti­na, afec­ta la región.

Los cimien­tos para un nue­vo mundo

La exten­sión del gru­po pare­cie­ra indi­car que BRICS bus­ca cons­truir un nue­vo sis­te­ma de comer­cio inter­na­cio­nal basa­do en el acce­so a mate­rias pri­mas e indus­tria­li­za­ción de las eco­no­mías. Es decir, sos­te­ni­do por una eco­no­mía real y no financiera.

Para esto, es nece­sa­rio, pri­me­ro, ase­gu­rar el acce­so a ener­gía. Lue­go, desa­rro­llar más rutas trans­con­ti­nen­ta­les para faci­li­tar el paso de mer­can­cías. Para este fin, es cru­cial incluir paí­ses en ubi­ca­cio­nes geo­grá­fi­cas estra­té­gi­cas.

La apues­ta del BRICS+ es la peor pesa­di­lla de los paí­ses colo­nia­les, pues repre­sen­ta un fin a su hegemonía.

Un mun­do inter­co­nec­ta­do nece­si­ta la infra­es­truc­tu­ra ade­cua­da. Por ello, pro­ba­ble­men­te, mien­tras más crez­ca BRICS+, vere­mos mayor arti­cu­la­ción con la Ini­cia­ti­va de la Fran­ja y la Ruta.

Por otro lado, los ries­gos a la segu­ri­dad serán mayo­res. Vivi­mos en un mun­do lleno de con­flic­tos, muchos pro­mo­vi­dos des­de Occi­den­te. La apues­ta del BRICS+ es la peor pesa­di­lla de los paí­ses colo­nia­les, pues repre­sen­ta un fin a su hege­mo­nía. No se que­da­rán sin responder.

Por ello, no sería de extra­ñar una posi­ble arti­cu­la­ción a la Orga­ni­za­ción de Coope­ra­ción de Shanghái para tra­ba­jar en la segu­ri­dad del proceso.

Este escue­to balan­ce deja mucho sobre el tin­te­ro, pero bus­ca dar una idea de lo que poten­cial­men­te podría suce­der si BRICS+ tie­ne éxi­to. Habla­mos de un mun­do inter­co­nec­ta­do, segu­ro, con paí­ses comer­cian­do en igual­dad de con­di­cio­nes, con sus pro­pias mone­das (adiós petro­dó­lar) y res­pe­tán­do­se mutuamente.

El camino será lar­go y con muchos retro­ce­sos, pero mien­tras más paí­ses opten por tener un desa­rro­llo sobe­rano, más fácil será recorrerlo.

María Fe Celi Reyna

28 de agos­to de 2023

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