Reu­nión del Club Inter­na­cio­nal de Deba­tes Val­dai: Trans­crip­ción del dis­cur­so de Vla­di­mir Putin

Mode­ra­dor de la sesión ple­na­ria del Club Val­dai Fyo­dor Luk­ya­nov: Bue­nas tar­des, señor Presidente,

Esta­mos desean­do ver­le todos los años, pero este año, qui­zás, está­ba­mos más impa­cien­tes que de cos­tum­bre, ya que hay muchos temas que discutir.

Pre­si­den­te de Rusia Vla­di­mir Putin: Supon­go que sí.

Fyo­dor Luk­ya­nov: El foro se cen­tró prin­ci­pal­men­te en cues­tio­nes rela­cio­na­das con el orden inter­na­cio­nal, como la for­ma en que el mun­do está cam­bian­do y, lo que es más impor­tan­te, quién, de hecho, está al timón del mun­do, quién lo diri­ge, y si el mun­do es sus­cep­ti­ble de ser diri­gi­do en absoluto.

Sin embar­go, esta­mos dis­cu­tien­do esto como obser­va­do­res, pero usted tie­ne el poder, así que por favor com­par­ta sus pen­sa­mien­tos con nosotros.

Vla­di­mir Putin: Muchas gracias.

Seño­ras y seño­res, amigos,

He teni­do la opor­tu­ni­dad de cono­cer lo que han dis­cu­ti­do aquí duran­te los últi­mos días. Ha sido un deba­te intere­san­te y sus­tan­cio­so. Espe­ro que no se arre­pien­tan de haber veni­do a Rusia y de haber­se comu­ni­ca­do entre ustedes.

Me ale­gro de ver­les a todos.

Hemos uti­li­za­do la pla­ta­for­ma del Club Val­dai para deba­tir, más de una vez, los impor­tan­tes y gra­ves cam­bios que ya se han pro­du­ci­do y se están pro­du­cien­do en todo el mun­do, los ries­gos que plan­tea la degra­da­ción de las ins­ti­tu­cio­nes mun­dia­les, la ero­sión de los prin­ci­pios de segu­ri­dad colec­ti­va y la sus­ti­tu­ción del dere­cho inter­na­cio­nal por «reglas». Estu­ve ten­ta­do de decir «tene­mos cla­ro a quién se le ocu­rrie­ron estas reglas», pero, tal vez, no sería una afir­ma­ción pre­ci­sa. No tene­mos ni idea de quién ha inven­ta­do estas nor­mas, en qué se basan o qué contienen.

Pare­ce que esta­mos asis­tien­do a un inten­to de impo­ner una sola regla por la que los que están en el poder –hablá­ba­mos del poder, y aho­ra hablo del poder glo­bal– podrían vivir sin seguir nin­gu­na regla en abso­lu­to y podrían salir­se con la suya. Estas son las reglas que oimos cons­tan­te­men­te, como se dice, insis­tien­do, es decir, hablan­do de ellas incesantemente.

Los deba­tes de Val­dai son impor­tan­tes por­que en ellos se pue­den escu­char diver­sas valo­ra­cio­nes y pre­vi­sio­nes. La vida siem­pre mues­tra lo acer­ta­das que eran, ya que la vida es la maes­tra más seve­ra y obje­ti­va. Así, la vida mues­tra lo acer­ta­das que fue­ron nues­tras pre­vi­sio­nes de años anteriores.

Des­gra­cia­da­men­te, los acon­te­ci­mien­tos con­ti­núan siguien­do un esce­na­rio nega­ti­vo, del que hemos habla­do más de una vez en nues­tras reunio­nes ante­rio­res. Ade­más, se han trans­for­ma­do en una gran cri­sis de todo el sis­te­ma que afec­ta, ade­más de la esfe­ra polí­ti­co-mili­tar, a las esfe­ras eco­nó­mi­ca y humanitaria.

El lla­ma­do Occi­den­te, que es, por supues­to, una cons­truc­ción teó­ri­ca ya que no está uni­do y es cla­ra­men­te un con­glo­me­ra­do muy com­ple­jo, pero aún así diré que Occi­den­te ha toma­do una serie de medi­das en los últi­mos años y espe­cial­men­te en los últi­mos meses que están dise­ña­das para esca­lar la situa­ción. De hecho, siem­pre bus­can agra­var la situa­ción, lo que tam­po­co es nada nue­vo. Esto inclu­ye el fomen­to de la gue­rra en Ucra­nia, las pro­vo­ca­cio­nes en torno a Tai­wán y la des­es­ta­bi­li­za­ción de los mer­ca­dos mun­dia­les de ali­men­tos y ener­gía. Por supues­to, esto últi­mo no se hizo a pro­pó­si­to, no cabe nin­gu­na duda. La des­es­ta­bi­li­za­ción del mer­ca­do ener­gé­ti­co fue el resul­ta­do de una serie de erro­res sis­té­mi­cos come­ti­dos por las auto­ri­da­des occi­den­ta­les que he men­cio­na­do ante­rior­men­te. Como pode­mos ver aho­ra, la situa­ción se agra­vó aún más con la des­truc­ción de los gaseo­duc­tos pan­eu­ro­peos. Se tra­ta de algo total­men­te ajeno al mun­do, pero sin embar­go esta­mos asis­tien­do a estos tris­tes acontecimientos.

El poder glo­bal es exac­ta­men­te lo que el lla­ma­do Occi­den­te tie­ne en jue­go en su jue­go. Pero este jue­go es cier­ta­men­te peli­gro­so, san­grien­to y, yo diría, sucio. Nie­ga la sobe­ra­nía de los paí­ses y los pue­blos, su iden­ti­dad y sin­gu­la­ri­dad, y piso­tea los intere­ses de otros Esta­dos. En cual­quier caso, aun­que la nega­ción no sea la pala­bra uti­li­za­da, lo están hacien­do en la vida real. Nadie, excep­to los que crean estas nor­mas que he men­cio­na­do, tie­ne dere­cho a con­ser­var su iden­ti­dad: todos los demás deben cum­plir estas normas.

A este res­pec­to, per­mí­tan­me recor­dar­les las pro­pues­tas de Rusia a nues­tros socios occi­den­ta­les para crear con­fian­za y un sis­te­ma de segu­ri­dad colec­ti­va. En diciem­bre de 2021 se vol­vie­ron a desechar.

Sin embar­go, sen­tar­se a espe­rar no pue­de fun­cio­nar en el mun­do moderno. Quien siem­bra vien­tos reco­ge tem­pes­ta­des, como dice el refrán. En efec­to, la cri­sis ha adqui­ri­do una dimen­sión mun­dial y ha afec­ta­do a todo el mun­do. No hay que hacer­se ilu­sio­nes al respecto.

La huma­ni­dad se encuen­tra en una bifur­ca­ción: seguir acu­mu­lan­do pro­ble­mas y aca­bar aplas­ta­dos por su peso, o tra­ba­jar jun­tos para encon­trar solu­cio­nes –inclu­so imper­fec­tas, siem­pre que fun­cio­nen– que pue­dan hacer de nues­tro mun­do un lugar más esta­ble y seguro.

Siem­pre he creí­do en el poder del sen­ti­do común. Por eso estoy con­ven­ci­do de que, tar­de o tem­prano, tan­to los nue­vos cen­tros del orden inter­na­cio­nal mul­ti­po­lar como Occi­den­te ten­drán que ini­ciar un diá­lo­go en pie de igual­dad sobre un futu­ro común para todos noso­tros, y cuan­to antes mejor, por supues­to. A este res­pec­to, des­ta­ca­ré algu­nos de los aspec­tos más impor­tan­tes para todos nosotros.

Los acon­te­ci­mien­tos actua­les han eclip­sa­do las cues­tio­nes medioam­bien­ta­les. Por extra­ño que parez­ca, esto es de lo que me gus­ta­ría hablar hoy en pri­mer lugar. El cam­bio cli­má­ti­co ya no enca­be­za la agen­da. Pero ese reto fun­da­men­tal no ha des­apa­re­ci­do, sigue con noso­tros y va en aumento.

La pér­di­da de bio­di­ver­si­dad es una de las con­se­cuen­cias más peli­gro­sas de la alte­ra­ción del equi­li­brio medioam­bien­tal. Esto me lle­va al pun­to cla­ve por el que todos nos hemos reu­ni­do aquí. ¿No es igual­men­te impor­tan­te man­te­ner la diver­si­dad cul­tu­ral, social, polí­ti­ca y de civilización?

Al mis­mo tiem­po, la sua­vi­za­ción y el borra­do de todas y cada una de las dife­ren­cias es esen­cial­men­te lo que hace el Occi­den­te moderno. ¿Qué hay detrás de esto? En pri­mer lugar, la deca­den­cia del poten­cial crea­ti­vo de Occi­den­te y el deseo de fre­nar y blo­quear el libre desa­rro­llo de otras civilizaciones.

Tam­bién hay un inte­rés abier­ta­men­te mer­can­til, por supues­to. Al impo­ner a los demás sus valo­res, sus hábi­tos de con­su­mo y su estan­da­ri­za­ción, nues­tros adver­sa­rios –seré cui­da­do­so con las pala­bras– inten­tan ampliar los mer­ca­dos para sus pro­duc­tos. El obje­ti­vo en esta vía es, en defi­ni­ti­va, muy pri­mi­ti­vo. Es nota­ble que Occi­den­te pro­cla­me el valor uni­ver­sal de su cul­tu­ra y su visión del mun­do. Aun­que no lo digan abier­ta­men­te, lo que en reali­dad hacen a menu­do, se com­por­tan como si fue­ra así, como si fue­ra un hecho de la vida, y la polí­ti­ca que lle­van a cabo está dise­ña­da para mos­trar que estos valo­res deben ser acep­ta­dos incon­di­cio­nal­men­te por todos los demás miem­bros de la comu­ni­dad internacional.

Me gus­ta­ría citar el famo­so dis­cur­so de Ale­xan­der Solzhe­nitsyn en la cere­mo­nia de gra­dua­ción de Har­vard, pro­nun­cia­do en 1978. Dijo que lo típi­co de Occi­den­te es «una con­ti­nua cegue­ra de supe­rio­ri­dad» –y que con­ti­núa has­ta hoy– que «sos­tie­ne la creen­cia de que vas­tas regio­nes de todo nues­tro pla­ne­ta deben desa­rro­llar­se y madu­rar has­ta el nivel de los sis­te­mas occi­den­ta­les actua­les». Esto lo dijo en 1978. Nada ha cambiado.

En los casi cin­cuen­ta años trans­cu­rri­dos des­de enton­ces, la cegue­ra de la que habla­ba Solzhe­nitsyn y que es abier­ta­men­te racis­ta y neo­co­lo­nial, ha adqui­ri­do for­mas espe­cial­men­te dis­tor­sio­na­das, en par­ti­cu­lar, tras la apa­ri­ción del lla­ma­do mun­do uni­po­lar. ¿A qué me refie­ro? La creen­cia en la pro­pia infa­li­bi­li­dad es muy peli­gro­sa; solo está a un paso del deseo de los infa­li­bles de des­truir a los que no les gus­tan, o como ellos dicen, de anu­lar­los. Bas­ta con pen­sar en el sig­ni­fi­ca­do de esta palabra.

Inclu­so en el pun­to álgi­do de la Gue­rra Fría, el pun­to álgi­do del enfren­ta­mien­to de los dos sis­te­mas, ideo­lo­gías y riva­li­dad mili­tar, a nadie se le ocu­rrió negar la exis­ten­cia mis­ma de la cul­tu­ra, el arte y la cien­cia de otros pue­blos, sus opo­nen­tes. Ni siquie­ra se le ocu­rrió a nadie. Sí, se impu­sie­ron cier­tas res­tric­cio­nes a los con­tac­tos en mate­ria de edu­ca­ción, cien­cia, cul­tu­ra y, por des­gra­cia, depor­tes. Pero, sin embar­go, tan­to los diri­gen­tes sovié­ti­cos como los esta­dou­ni­den­ses com­pren­die­ron que era nece­sa­rio tra­tar el ámbi­to huma­ni­ta­rio con tac­to, estu­dian­do y res­pe­tan­do a tu rival, y a veces inclu­so toman­do pres­ta­do de él para man­te­ner una base de rela­cio­nes sóli­das y pro­duc­ti­vas al menos para el futuro.

¿Y qué ocu­rre aho­ra? En su momen­to, los nazis lle­ga­ron a que­mar libros, y aho­ra los «guar­dia­nes del libe­ra­lis­mo y el pro­gre­so» occi­den­ta­les han lle­ga­do a prohi­bir a Dos­toievs­ki y Chai­kovs­ki. La lla­ma­da «anu­la­ción de la cul­tu­ra» y en reali­dad –como hemos dicho muchas veces– la ver­da­de­ra anu­la­ción de la cul­tu­ra es la erra­di­ca­ción de todo lo que está vivo y es crea­ti­vo y aho­ga el pen­sa­mien­to libre en todos los ámbi­tos, ya sea la eco­no­mía, la polí­ti­ca o la cultura.

Hoy en día, la pro­pia ideo­lo­gía libe­ral ha cam­bia­do de for­ma irre­co­no­ci­ble. Si al prin­ci­pio, el libe­ra­lis­mo clá­si­co se enten­día como la liber­tad de cada per­so­na para hacer y decir lo que qui­sie­ra, en el siglo XX los libe­ra­les empe­za­ron a decir que la lla­ma­da socie­dad abier­ta tenía enemi­gos y que la liber­tad de estos enemi­gos podía y debía ser res­trin­gi­da, si no anu­la­da. Se ha lle­ga­do a un pun­to absur­do en el que cual­quier opi­nión alter­na­ti­va es decla­ra­da pro­pa­gan­da sub­ver­si­va y una ame­na­za para la democracia.

Todo lo que vie­ne de Rusia se tacha de «intri­gas del Krem­lin». Pero míren­se a sí mis­mos. ¿Somos real­men­te tan omni­po­ten­tes? Cual­quier crí­ti­ca a nues­tros opo­nen­tes –cual­quie­ra– se per­ci­be como «intri­gas del Krem­lin», «la mano del Krem­lin». Esto es una locu­ra. ¿Has­ta dón­de te has hun­di­do? Uti­li­ce su cere­bro, al menos, diga algo más intere­san­te, expon­ga su pun­to de vis­ta con­cep­tual­men­te. No se pue­de cul­par de todo a las intri­gas del Kremlin.

Fió­dor Dos­to­yevs­ki pre­di­jo todo esto en el siglo XIX. Uno de los per­so­na­jes de su nove­la Demo­nios, el nihi­lis­ta Shi­ga­lev, des­cri­bió el bri­llan­te futu­ro que ima­gi­na­ba de la siguien­te mane­ra: «Par­tien­do de una liber­tad sin lími­tes, con­clu­yo con un des­po­tis­mo sin lími­tes». A esto han lle­ga­do nues­tros adver­sa­rios occi­den­ta­les. Otro per­so­na­je de la nove­la, Pyotr Verkho­vensky, se hace eco de él, hablan­do de la nece­si­dad de la trai­ción uni­ver­sal, la denun­cia y el espio­na­je, y afir­man­do que la socie­dad no nece­si­ta talen­tos ni mayo­res capa­ci­da­des: «A Cice­rón le cor­tan la len­gua, a Copér­ni­co le sacan los ojos y a Sha­kes­pea­re lo ape­drean». A esto es a lo que lle­gan nues­tros adver­sa­rios occi­den­ta­les. ¿Qué es esto sino la cul­tu­ra occi­den­tal cancelada?

Estos fue­ron gran­des pen­sa­do­res y, fran­ca­men­te, estoy agra­de­ci­do a mis ayu­dan­tes por haber encon­tra­do estas citas.

¿Qué se pue­de decir a esto? La his­to­ria segu­ra­men­te pon­drá todo en su lugar y sabrá a quién anu­lar, y defi­ni­ti­va­men­te no serán las gran­des obras de los genios uni­ver­sal­men­te reco­no­ci­dos de la cul­tu­ra mun­dial, sino aque­llos que por algu­na razón han deci­di­do que tie­nen dere­cho a uti­li­zar la cul­tu­ra mun­dial como les parez­ca. Su auto­es­ti­ma no tie­ne lími­tes. Den­tro de unos años nadie se acor­da­rá de sus nom­bres. Pero Dos­toievs­ki segui­rá vivo, al igual que Tchai­kovsky, Push­kin, por mucho que les hubie­ra gus­ta­do lo contrario.

La estan­da­ri­za­ción, el mono­po­lio finan­cie­ro y tec­no­ló­gi­co, el borra­do de todas las dife­ren­cias es lo que sub­ya­ce en el mode­lo occi­den­tal de glo­ba­li­za­ción, que es de natu­ra­le­za neo­co­lo­nial. Su obje­ti­vo era cla­ro: esta­ble­cer el domi­nio incon­di­cio­nal de Occi­den­te en la eco­no­mía y la polí­ti­ca mun­dia­les. Para ello, Occi­den­te puso a su ser­vi­cio todos los recur­sos natu­ra­les y finan­cie­ros del pla­ne­ta, así como todas las capa­ci­da­des inte­lec­tua­les, huma­nas y eco­nó­mi­cas, ale­gan­do que era una carac­te­rís­ti­ca natu­ral de la lla­ma­da nue­va inter­de­pen­den­cia global.

Aquí me gus­ta­ría recor­dar a otro filó­so­fo ruso, Ale­xan­der Zino­viev, cuyo cen­te­na­rio de naci­mien­to cele­bra­re­mos el 29 de octu­bre. Hace más de vein­te años, dijo que la civi­li­za­ción occi­den­tal nece­si­ta­ba todo el pla­ne­ta como medio de exis­ten­cia y todos los recur­sos de la huma­ni­dad para sobre­vi­vir al nivel que había alcan­za­do. Eso es lo que quie­ren, así es exactamente.

Ade­más, Occi­den­te se ase­gu­ró ini­cial­men­te una enor­me ven­ta­ja en ese sis­te­ma por­que había desa­rro­lla­do los prin­ci­pios y los meca­nis­mos, lo mis­mo que las reglas actua­les de las que siguen hablan­do, que siguen sien­do un agu­je­ro negro incom­pren­si­ble por­que nadie sabe real­men­te lo que son. Pero en cuan­to los paí­ses no occi­den­ta­les empe­za­ron a obte­ner algu­nos bene­fi­cios de la glo­ba­li­za­ción, sobre todo las gran­des nacio­nes de Asia, Occi­den­te cam­bió inme­dia­ta­men­te o abo­lió por com­ple­to muchas de esas reglas. Y los lla­ma­dos prin­ci­pios sagra­dos del libre comer­cio, la aper­tu­ra eco­nó­mi­ca, la igual­dad de com­pe­ten­cia, inclu­so los dere­chos de pro­pie­dad, se olvi­da­ron de repen­te, por com­ple­to. Cam­bian las reglas sobre la mar­cha, en el momen­to en que ven una opor­tu­ni­dad para ellos.

He aquí otro ejem­plo de la sus­ti­tu­ción de con­cep­tos y sig­ni­fi­ca­dos. Duran­te muchos años, los ideó­lo­gos y polí­ti­cos occi­den­ta­les han dicho al mun­do que no había alter­na­ti­va a la demo­cra­cia. Es cier­to que se refe­rían al esti­lo occi­den­tal, al lla­ma­do mode­lo libe­ral de demo­cra­cia. Recha­za­ban con arro­gan­cia todas las demás varian­tes y for­mas de gobierno del pue­blo y, quie­ro sub­ra­yar­lo, lo hacían con des­pre­cio y des­dén. Esta for­ma se ha ido con­fi­gu­ran­do des­de la épo­ca colo­nial, como si todos fue­ran de segun­da cate­go­ría, mien­tras que ellos eran excep­cio­na­les. Ha sido así duran­te siglos y con­ti­núa has­ta hoy.

Por eso, actual­men­te, una abru­ma­do­ra mayo­ría de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal exi­ge demo­cra­cia en los asun­tos inter­na­cio­na­les y recha­za cual­quier for­ma de dic­ta­do auto­ri­ta­rio por par­te de paí­ses indi­vi­dua­les o gru­pos de paí­ses. ¿Qué es esto sino la apli­ca­ción direc­ta de los prin­ci­pios demo­crá­ti­cos a las rela­cio­nes internacionales?

¿Qué pos­tu­ra ha adop­ta­do el Occi­den­te «civi­li­za­do»? Si son demó­cra­tas, se supo­ne que deben aco­ger el deseo natu­ral de liber­tad expre­sa­do por miles de millo­nes de per­so­nas, pero no. Occi­den­te lo lla­ma soca­var el orden libe­ral basa­do en nor­mas. Recu­rre a las gue­rras eco­nó­mi­cas y comer­cia­les, a las san­cio­nes, a los boi­cots y a las revo­lu­cio­nes de colo­res, y pre­pa­ra y lle­va a cabo todo tipo de gol­pes de Estado.

Uno de ellos tuvo con­se­cuen­cias trá­gi­cas en Ucra­nia en 2014. Lo apo­ya­ron e inclu­so espe­ci­fi­ca­ron la can­ti­dad de dine­ro que habían gas­ta­do en este gol­pe. Tie­nen la des­fa­cha­tez de actuar a su anto­jo y no tie­nen escrú­pu­los en todo lo que hacen. Mata­ron a Solei­ma­ni, un gene­ral ira­ní. Pue­des pen­sar lo que quie­ras sobre Solei­ma­ni, pero era un fun­cio­na­rio de un Esta­do extran­je­ro. Lo mata­ron en un ter­cer país y asu­mie­ron la res­pon­sa­bi­li­dad. ¿Qué se supo­ne que sig­ni­fi­ca eso, por el amor de Dios? ¿En qué cla­se de mun­do vivimos?

Como es habi­tual, Washing­ton sigue refi­rién­do­se al actual orden inter­na­cio­nal como libe­ral al esti­lo esta­dou­ni­den­se, pero en reali­dad, este noto­rio «orden» mul­ti­pli­ca el caos cada día y, podría aña­dir, se vuel­ve cada vez más into­le­ran­te inclu­so con los paí­ses occi­den­ta­les y sus inten­tos de actuar de for­ma inde­pen­dien­te. Todo lo cor­tan de raíz, e inclu­so no dudan en impo­ner san­cio­nes a sus alia­dos, que bajan la cabe­za en señal de aquiescencia.

Por ejem­plo, las pro­pues­tas de los dipu­tados hún­ga­ros de julio para codi­fi­car el com­pro­mi­so con los valo­res y la cul­tu­ra cris­tia­nos euro­peos en el Tra­ta­do de la Unión Euro­pea fue­ron toma­das ni siquie­ra como una afren­ta, sino como un acto de sabo­ta­je fran­co y hos­til. ¿Qué es eso? ¿Qué sig­ni­fi­ca? Efec­ti­va­men­te, a algu­nos les pue­de gus­tar, a otros no.

Duran­te mil años, Rusia ha desa­rro­lla­do una cul­tu­ra úni­ca de inter­ac­ción entre todas las reli­gio­nes del mun­do. No es nece­sa­rio anu­lar nada, ya sean los valo­res cris­tia­nos, los islá­mi­cos o los judíos. Tam­bién tene­mos otras reli­gio­nes del mun­do. Lo úni­co que hay que hacer es res­pe­tar­se mutua­men­te. En algu­nas de nues­tras regio­nes –lo sé de pri­me­ra mano– la gen­te cele­bra jun­tas las fies­tas cris­tia­nas, islá­mi­cas, budis­tas y judías, y dis­fru­tan hacién­do­lo, ya que se feli­ci­tan y se ale­gran unos de otros.

Pero aquí no. ¿Por qué no? Al menos, podrían dis­cu­tir­lo. Increíble.

Sin exa­ge­rar, ni siquie­ra se tra­ta de una cri­sis sis­té­mi­ca, sino de una cri­sis doc­tri­nal del mode­lo neo­li­be­ral de orden inter­na­cio­nal al esti­lo esta­dou­ni­den­se. No tie­nen ideas para el pro­gre­so y el desa­rro­llo posi­ti­vo. Sen­ci­lla­men­te, no tie­nen nada que ofre­cer al mun­do, sal­vo per­pe­tuar su dominio.

Estoy con­ven­ci­do de que la ver­da­de­ra demo­cra­cia en un mun­do mul­ti­po­lar tie­ne que ver, ante todo, con la capa­ci­dad de cual­quier nación –insis­to – , de cual­quier socie­dad o de cual­quier civi­li­za­ción, de seguir su pro­pio camino y orga­ni­zar su pro­pio sis­te­ma socio­po­lí­ti­co. Si los Esta­dos Uni­dos o los paí­ses de la Unión Euro­pea gozan de este dere­cho, los paí­ses de Asia, los Esta­dos islá­mi­cos, las monar­quías del Gol­fo Pér­si­co y los paí­ses de otros con­ti­nen­tes tam­bién lo tie­nen, sin duda. Por supues­to, nues­tro país, Rusia, tam­bién tie­ne este dere­cho, y nadie podrá decir a nues­tro pue­blo qué tipo de socie­dad debe­mos cons­truir y qué prin­ci­pios deben sub­ya­cer en ella.

Una ame­na­za direc­ta para el mono­po­lio polí­ti­co, eco­nó­mi­co e ideo­ló­gi­co de Occi­den­te resi­de en el hecho de que el mun­do pue­de idear mode­los socia­les alter­na­ti­vos más efi­ca­ces; quie­ro sub­ra­yar esto, más efi­ca­ces hoy en día, más bri­llan­tes y más atrac­ti­vos que los que exis­ten actual­men­te. Estos mode­los sur­gi­rán sin duda algu­na. Esto es inevi­ta­ble. Por cier­to, los poli­tó­lo­gos y ana­lis­tas esta­dou­ni­den­ses tam­bién escri­ben sobre esto. La ver­dad es que su gobierno no escu­cha lo que dicen, aun­que no pue­de evi­tar ver estos con­cep­tos en las revis­tas de cien­cias polí­ti­cas y men­cio­na­dos en los debates.

El desa­rro­llo debe­ría basar­se en un diá­lo­go entre civi­li­za­cio­nes y valo­res espi­ri­tua­les y mora­les. En efec­to, la com­pren­sión de lo que es el ser humano y su natu­ra­le­za varía según las civi­li­za­cio­nes, pero esta dife­ren­cia sue­le ser super­fi­cial y todos reco­no­cen la dig­ni­dad últi­ma y la esen­cia espi­ri­tual de las per­so­nas. Una base común sobre la que pode­mos y debe­mos cons­truir nues­tro futu­ro es de vital importancia.

Aquí hay algo que me gus­ta­ría des­ta­car. Los valo­res tra­di­cio­na­les no son un con­jun­to rígi­do de pos­tu­la­dos a los que todos deban adhe­rir­se, por supues­to que no. La dife­ren­cia con los lla­ma­dos valo­res neo­li­be­ra­les es que son úni­cos en cada caso con­cre­to, por­que pro­ce­den de las tra­di­cio­nes de una socie­dad deter­mi­na­da, de su cul­tu­ra y de su baga­je his­tó­ri­co. Por eso los valo­res tra­di­cio­na­les no pue­den impo­ner­se a nadie. Sim­ple­men­te hay que res­pe­tar­los y tra­tar con cui­da­do todo lo que cada nación ha ido eli­gien­do para sí mis­ma a lo lar­go de los siglos.

Así es como enten­de­mos los valo­res tra­di­cio­na­les, y la mayo­ría de la huma­ni­dad com­par­te y acep­ta nues­tro enfo­que. Es com­pren­si­ble, por­que las socie­da­des tra­di­cio­na­les de Orien­te, Amé­ri­ca Lati­na, Áfri­ca y Eura­sia cons­ti­tu­yen la base de la civi­li­za­ción mundial.

El res­pe­to a los usos y cos­tum­bres de los pue­blos y civi­li­za­cio­nes redun­da en bene­fi­cio de todos. De hecho, tam­bién redun­da en el inte­rés de «Occi­den­te», que se está con­vir­tien­do rápi­da­men­te en una mino­ría en la esce­na inter­na­cio­nal a medi­da que pier­de su domi­nio. Por supues­to, el dere­cho de la mino­ría occi­den­tal a su pro­pia iden­ti­dad cul­tu­ral –quie­ro sub­ra­yar­lo– debe garan­ti­zar­se y res­pe­tar­se, pero, sobre todo, en pie de igual­dad con los dere­chos de cual­quier otra nación.

Si las eli­tes occi­den­ta­les creen que pue­den hacer que sus pue­blos y sus socie­da­des adop­ten lo que a mí me pare­cen ideas extra­ñas y de moda, como las doce­nas de géne­ros o los des­fi­les del orgu­llo gay, que así sea. Que hagan lo que quie­ran. Pero des­de lue­go no tie­nen dere­cho a decir a los demás que sigan sus pasos.

Vemos los com­pli­ca­dos pro­ce­sos demo­grá­fi­cos, polí­ti­cos y socia­les que tie­nen lugar en los paí­ses occi­den­ta­les. Esto es, por supues­to, asun­to suyo. Rusia no se inmis­cu­ye en esos asun­tos ni tie­ne inten­ción de hacer­lo. A dife­ren­cia de Occi­den­te, nos ocu­pa­mos de nues­tros pro­pios asun­tos. Pero espe­ra­mos que triun­fe el prag­ma­tis­mo y que el diá­lo­go de Rusia con el Occi­den­te genuino y tra­di­cio­nal, así como con otros cen­tros de desa­rro­llo coe­tá­neos, se con­vier­ta en una impor­tan­te con­tri­bu­ción a la cons­truc­ción de un orden mun­dial multipolar.

Aña­di­ré que la mul­ti­po­la­ri­dad es una opor­tu­ni­dad real y, de hecho, la úni­ca para que Euro­pa recu­pe­re su iden­ti­dad polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca. A decir ver­dad –y esta idea se expre­sa hoy explí­ci­ta­men­te en Euro­pa– la capa­ci­dad jurí­di­ca de Euro­pa es muy limi­ta­da. He tra­ta­do de decir­lo sua­ve­men­te para no ofen­der a nadie.

El mun­do es diver­so por natu­ra­le­za y los inten­tos occi­den­ta­les de meter a todos en el mis­mo patrón están cla­ra­men­te con­de­na­dos. No sal­drá nada de ellos.

La engreí­da aspi­ra­ción a lograr la supre­ma­cía mun­dial y, esen­cial­men­te, a dic­tar o pre­ser­var el lide­raz­go al dic­ta­do, está real­men­te redu­cien­do el pres­ti­gio inter­na­cio­nal de los líde­res del mun­do occi­den­tal, inclui­do Esta­dos Uni­dos, y aumen­tan­do la des­con­fian­za en su capa­ci­dad de nego­cia­ción, en gene­ral. Hoy dicen una cosa y maña­na otra; fir­man docu­men­tos y renun­cian a ellos, hacen lo que quie­ren. No hay esta­bi­li­dad en nada. Cómo se fir­man los docu­men­tos, qué se ha dis­cu­ti­do, qué pode­mos espe­rar, todo esto no está nada claro.

Antes, solo unos pocos paí­ses se atre­vían a dis­cu­tir con Esta­dos Uni­dos y resul­ta­ba casi sen­sa­cio­nal, mien­tras que aho­ra se ha con­ver­ti­do en ruti­na que todo tipo de Esta­dos recha­cen las deman­das infun­da­das de Washing­ton a pesar de sus con­ti­nuos inten­tos de ejer­cer pre­sión sobre todos. Se tra­ta de una polí­ti­ca erró­nea que no lle­va a nin­gu­na par­te. Pero que lo hagan, tam­bién es su elección.

Estoy con­ven­ci­do de que las nacio­nes del mun­do no cerra­rán los ojos ante una polí­ti­ca de coac­ción que se ha des­acre­di­ta­do a sí mis­ma. Cada vez Occi­den­te ten­drá que pagar un pre­cio más alto por sus inten­tos de pre­ser­var su hege­mo­nía. Si yo fue­ra una eli­te occi­den­tal, me plan­tea­ría seria­men­te esta pers­pec­ti­va. Como he dicho, algu­nos poli­tó­lo­gos y polí­ti­cos de Esta­dos Uni­dos ya están pen­san­do en ello.

En las actua­les con­di­cio­nes de inten­so con­flic­to, voy a ser direc­to sobre cier­tas cosas. Como civi­li­za­ción inde­pen­dien­te y dife­ren­cia­da, Rusia nun­ca se ha con­si­de­ra­do ni se con­si­de­ra un enemi­go de Occi­den­te. La ame­ri­ca­no­fo­bia, la anglo­fo­bia, la fran­co­fo­bia y la ger­ma­no­fo­bia son las mis­mas for­mas de racis­mo que la ruso­fo­bia o el anti­se­mi­tis­mo y, por cier­to, la xeno­fo­bia en todas sus formas.

Sim­ple­men­te hay que enten­der cla­ra­men­te que, como ya he dicho antes, hay dos Occi­den­tes –al menos dos y qui­zá más, pero dos al menos – , el Occi­den­te de los valo­res tra­di­cio­na­les, prin­ci­pal­men­te cris­tia­nos, de la liber­tad, del patrio­tis­mo, de la gran cul­tu­ra y aho­ra tam­bién de los valo­res islá­mi­cos –una par­te sus­tan­cial de la pobla­ción de muchos paí­ses occi­den­ta­les sigue el Islam. Este Occi­den­te está cer­ca de noso­tros en algo. Com­par­ti­mos con él raí­ces comu­nes, inclu­so anti­guas. Pero tam­bién hay un Occi­den­te dife­ren­te: agre­si­vo, cos­mo­po­li­ta y neo­co­lo­nial. Actúa como una herra­mien­ta de las eli­tes neo­li­be­ra­les. Natu­ral­men­te, Rusia nun­ca se recon­ci­lia­rá con los dic­ta­dos de este Occidente.

En el año 2000, des­pués de ser ele­gi­do pre­si­den­te, siem­pre recor­da­ré a qué me enfren­té: Recor­da­ré el pre­cio que paga­mos por des­truir la gua­ri­da del terro­ris­mo en el Cáu­ca­so Nor­te, que Occi­den­te apo­yó casi abier­ta­men­te en aquel momen­to. Todos somos adul­tos aquí; la mayo­ría de los pre­sen­tes en esta sala entien­den de qué estoy hablan­do. Sabe­mos que eso es exac­ta­men­te lo que ocu­rrió en la prác­ti­ca: apo­yo finan­cie­ro, polí­ti­co y de infor­ma­ción. Todos lo hemos vivido.

Es más, Occi­den­te no solo apo­yó acti­va­men­te a los terro­ris­tas en terri­to­rio ruso, sino que en muchos aspec­tos ali­men­tó esta ame­na­za. Esto lo sabe­mos. Sin embar­go, cuan­do la situa­ción se esta­bi­li­zó, cuan­do las prin­ci­pa­les ban­das terro­ris­tas fue­ron derro­ta­das, inclu­so gra­cias a la valen­tía del pue­blo che­cheno, deci­di­mos no dar mar­cha atrás, no hacer­nos los ofen­di­dos, sino avan­zar, enta­blar rela­cio­nes inclu­so con los que real­men­te actua­ban con­tra noso­tros, esta­ble­cer y desa­rro­llar rela­cio­nes con todos los que las qui­sie­ran, basa­das en el bene­fi­cio mutuo y el res­pe­to de unos a otros.

Pen­sa­mos que era en inte­rés de todos. Rusia, gra­cias a Dios, había sobre­vi­vi­do a todas las difi­cul­ta­des de aque­lla épo­ca, se man­tu­vo fir­me, se for­ta­le­ció, fue capaz de hacer fren­te al terro­ris­mo interno y externo, su eco­no­mía se pre­ser­vó, comen­zó a desa­rro­llar­se y su capa­ci­dad de defen­sa empe­zó a mejo­rar. Inten­ta­mos esta­ble­cer rela­cio­nes con los prin­ci­pa­les paí­ses de Occi­den­te y con la OTAN. El men­sa­je era el mis­mo: deje­mos de ser enemi­gos, con­vi­va­mos como ami­gos, dia­lo­gue­mos, cons­tru­ya­mos la con­fian­za y, por tan­to, la paz. Fui­mos abso­lu­ta­men­te sin­ce­ros, quie­ro sub­ra­yar­lo. Com­pren­di­mos cla­ra­men­te la com­ple­ji­dad de este acer­ca­mien­to, pero lo aceptamos.

¿Qué obtu­vi­mos como res­pues­ta? En resu­men, obtu­vi­mos un «no» en todas las áreas prin­ci­pa­les de posi­ble coope­ra­ción. Reci­bi­mos una pre­sión cada vez mayor sobre noso­tros y focos de ten­sión cer­ca de nues­tras fron­te­ras. ¿Y cuál es, si pue­do pre­gun­tar, el obje­ti­vo de esta pre­sión? ¿De qué se tra­ta? ¿Es solo para prac­ti­car? Por supues­to que no. El obje­ti­vo es hacer a Rusia más vul­ne­ra­ble. El pro­pó­si­to es con­ver­tir a Rusia en una herra­mien­ta para lograr sus pro­pios obje­ti­vos geopolíticos.

De hecho, esta es una regla uni­ver­sal: tra­tan de con­ver­tir a todo el mun­do en una herra­mien­ta, con el fin de uti­li­zar estas herra­mien­tas para sus pro­pios fines. Y los que no ceden a esta pre­sión, los que no quie­ren ser una herra­mien­ta de este tipo, son san­cio­na­dos: se lle­van a cabo todo tipo de res­tric­cio­nes eco­nó­mi­cas con­tra ellos y en rela­ción con ellos, se pre­pa­ran o, cuan­do es posi­ble, se lle­van a cabo gol­pes de Esta­do, etc. Y al final, si no se pue­de hacer nada, el obje­ti­vo es el mis­mo: des­truir­los, borrar­los del mapa polí­ti­co. Pero no ha sido ni será nun­ca posi­ble ela­bo­rar y poner en prác­ti­ca un esce­na­rio seme­jan­te con res­pec­to a Rusia.

¿Qué más pue­do aña­dir? Rusia no está desa­fian­do a las eli­tes occi­den­ta­les. Rusia sim­ple­men­te está defen­dien­do su dere­cho a exis­tir y a desa­rro­llar­se libre­men­te. Y lo que es más impor­tan­te, no nos con­ver­ti­re­mos noso­tros mis­mos en una nue­va hege­mo­nía. Rusia no está sugi­rien­do sus­ti­tuir un mun­do uni­po­lar por un orden bipo­lar, tri­po­lar o cual­quier otro orden domi­nan­te, ni sus­ti­tuir la domi­na­ción occi­den­tal por la domi­na­ción del Este, del Nor­te o del Sur. Esto lle­va­ría inevi­ta­ble­men­te a otro calle­jón sin salida.

En este pun­to, me gus­ta­ría citar las pala­bras del gran filó­so­fo ruso Niko­lai Dani­levsky. Él creía que el pro­gre­so no con­sis­tía en que todos fue­ran en la mis­ma direc­ción, como pare­cen que­rer algu­nos de nues­tros opo­nen­tes. Esto solo haría que el pro­gre­so se detu­vie­ra, decía Dani­levsky. El pro­gre­so con­sis­te en «reco­rrer el cam­po que repre­sen­ta la acti­vi­dad his­tó­ri­ca de la huma­ni­dad, cami­nan­do en todas las direc­cio­nes», dijo, y aña­dió que nin­gu­na civi­li­za­ción pue­de enor­gu­lle­cer­se de ser la cum­bre del desarrollo.

Estoy con­ven­ci­do de que la dic­ta­du­ra solo se pue­de con­tra­rres­tar con el libre desa­rro­llo de los paí­ses y los pue­blos; la degra­da­ción del indi­vi­duo se pue­de con­tra­rres­tar con el amor a la per­so­na como crea­dor; la sim­pli­fi­ca­ción y la prohi­bi­ción pri­mi­ti­vas se pue­den sus­ti­tuir por la flo­re­cien­te com­ple­ji­dad de la cul­tu­ra y la tradición.

La impor­tan­cia del momen­to his­tó­ri­co actual radi­ca en las opor­tu­ni­da­des que se abren ante todas las civi­li­za­cio­nes, los Esta­dos y las aso­cia­cio­nes de inte­gra­ción para el desa­rro­llo demo­crá­ti­co y dife­ren­cia­do de cada uno. Cree­mos sobre todo que el nue­vo orden mun­dial debe basar­se en la ley y el dere­cho, y debe ser libre, dis­tin­ti­vo y justo.

La eco­no­mía y el comer­cio mun­dia­les tam­bién deben ser más jus­tos y abier­tos. Rusia con­si­de­ra inevi­ta­ble la crea­ción de nue­vas pla­ta­for­mas finan­cie­ras inter­na­cio­na­les; esto inclu­ye las tran­sac­cio­nes inter­na­cio­na­les. Estas pla­ta­for­mas deben estar por enci­ma de las juris­dic­cio­nes nacio­na­les. Deben ser segu­ras, des­po­li­ti­za­das y auto­ma­ti­za­das y no deben depen­der de nin­gún cen­tro de con­trol úni­co. ¿Es posi­ble hacer esto o no? Por supues­to que es posi­ble. Pero reque­ri­rá un gran esfuer­zo. Muchos paí­ses ten­drán que aunar esfuer­zos, pero es posible.

Esto des­car­ta la posi­bi­li­dad de abu­sos en una nue­va infra­es­truc­tu­ra finan­cie­ra mun­dial. Per­mi­ti­ría rea­li­zar tran­sac­cio­nes inter­na­cio­na­les efi­ca­ces, bene­fi­cio­sas y segu­ras sin el dólar ni nin­gu­na de las lla­ma­das mone­das de reser­va. Esto es aún más impor­tan­te, aho­ra que el dólar está sien­do uti­li­za­do como arma; Esta­dos Uni­dos, y Occi­den­te en gene­ral, han des­acre­di­ta­do la ins­ti­tu­ción de las reser­vas finan­cie­ras inter­na­cio­na­les. Pri­me­ro lo deva­lua­ron con la infla­ción en las zonas del dólar y del euro y lue­go se lle­va­ron nues­tras reser­vas de oro y divisas.

La tran­si­ción a las tran­sac­cio­nes en mone­das nacio­na­les cobra­rá rápi­da­men­te impul­so. Esto es inevi­ta­ble. Por supues­to, depen­de del esta­tus de los emi­so­res de estas mone­das y del esta­do de sus eco­no­mías, pero se irán for­ta­le­cien­do, y estas tran­sac­cio­nes están des­ti­na­das a pre­va­le­cer gra­dual­men­te sobre las demás. Tal es la lógi­ca de una polí­ti­ca eco­nó­mi­ca y finan­cie­ra sobe­ra­na en un mun­do multipolar.

Por otra par­te, los nue­vos cen­tros de desa­rro­llo mun­dial ya están uti­li­zan­do una tec­no­lo­gía y una inves­ti­ga­ción inigua­la­bles en diver­sos cam­pos y pue­den com­pe­tir con éxi­to con las empre­sas trans­na­cio­na­les occi­den­ta­les en muchos ámbitos.

Está cla­ro que tene­mos un inte­rés común y muy prag­má­ti­co en el inter­cam­bio cien­tí­fi­co y tec­no­ló­gi­co libre y abier­to. Uni­dos, pode­mos ganar más que si actua­mos por sepa­ra­do. La mayo­ría debe bene­fi­ciar­se de estos inter­cam­bios, no las empre­sas indi­vi­dua­les súper ricas.

¿Cómo van las cosas hoy en día? Si Occi­den­te ven­de medi­ca­men­tos o semi­llas de cul­ti­vo a otros paí­ses, les dice que aca­ben con sus indus­trias far­ma­céu­ti­cas nacio­na­les y con la selec­ción de semi­llas. De hecho, todo se redu­ce a esto: sus sumi­nis­tros de maqui­na­ria y equi­pos des­tru­yen la indus­tria local de inge­nie­ría. Me di cuen­ta de esto cuan­do fui Pri­mer Minis­tro. Una vez que abres tu mer­ca­do a un deter­mi­na­do gru­po de pro­duc­tos, el fabri­can­te local se hun­de al ins­tan­te y es casi impo­si­ble que levan­te cabe­za. Así es como cons­tru­yen rela­cio­nes. Así es como se apo­de­ran de los mer­ca­dos y los recur­sos, y los paí­ses pier­den su poten­cial tec­no­ló­gi­co y cien­tí­fi­co. Esto no es pro­gre­so, es escla­vi­tud y reduc­ción de las eco­no­mías a nive­les primitivos.

El desa­rro­llo tec­no­ló­gi­co no debe aumen­tar la des­igual­dad glo­bal, sino redu­cir­la. Así es como Rusia ha apli­ca­do tra­di­cio­nal­men­te su polí­ti­ca tec­no­ló­gi­ca exte­rior. Por ejem­plo, cuan­do cons­trui­mos cen­tra­les nuclea­res en otros paí­ses, crea­mos cen­tros de com­pe­ten­cia y for­ma­mos al per­so­nal local. Crea­mos una indus­tria. No solo cons­trui­mos una plan­ta, sino que crea­mos toda una indus­tria. De hecho, damos a otros paí­ses la opor­tu­ni­dad de abrir nue­vos cami­nos en su desa­rro­llo cien­tí­fi­co y tec­no­ló­gi­co, redu­cir la des­igual­dad y lle­var su sec­tor ener­gé­ti­co a nue­vos nive­les de efi­cien­cia y res­pe­to al medio ambiente.

Per­mí­tan­me sub­ra­yar de nue­vo que la sobe­ra­nía y la vía úni­ca de desa­rro­llo no sig­ni­fi­can en abso­lu­to ais­la­mien­to o autar­quía. Al con­tra­rio, se tra­ta de una coope­ra­ción enér­gi­ca y mutua­men­te bene­fi­cio­sa basa­da en los prin­ci­pios de equi­dad e igualdad.

Si la glo­ba­li­za­ción libe­ral con­sis­te en des­per­so­na­li­zar e impo­ner el mode­lo occi­den­tal a todo el mun­do, la inte­gra­ción con­sis­te, por el con­tra­rio, en apro­ve­char el poten­cial de cada civi­li­za­ción para que todos se bene­fi­cien. Si la glo­ba­li­za­ción es un dic­ta­do –que es a lo que se redu­ce final­men­te – , la inte­gra­ción es un esfuer­zo de equi­po para desa­rro­llar estra­te­gias comu­nes de las que todos pue­dan beneficiarse.

En este sen­ti­do, Rusia cree que es impor­tan­te hacer un mayor uso de los meca­nis­mos de crea­ción de gran­des espa­cios que se basan en la inter­ac­ción entre paí­ses veci­nos, cuyas eco­no­mías y sis­te­mas socia­les, así como bases de recur­sos e infra­es­truc­tu­ras, se com­ple­men­tan. De hecho, estos gran­des espa­cios cons­ti­tu­yen la base eco­nó­mi­ca de un orden mun­dial mul­ti­po­lar. Su diá­lo­go da lugar a una autén­ti­ca uni­dad de la huma­ni­dad, que es mucho más com­ple­ja, úni­ca y mul­ti­di­men­sio­nal que las ideas sim­plis­tas que pro­fe­san algu­nos cere­bros occidentales.

La uni­dad de la huma­ni­dad no pue­de crear­se emi­tien­do órde­nes como «haz lo que yo hago» o «sé como noso­tros». Se crea con la con­si­de­ra­ción de la opi­nión de todos y con un enfo­que cui­da­do­so de la iden­ti­dad de cada socie­dad y cada nación. Este es el prin­ci­pio que pue­de sus­ten­tar la coope­ra­ción a lar­go pla­zo en un mun­do multipolar.

En este sen­ti­do, pue­de mere­cer la pena revi­sar la estruc­tu­ra de las Nacio­nes Uni­das, inclui­do su Con­se­jo de Segu­ri­dad, para refle­jar mejor la diver­si­dad del mun­do. Al fin y al cabo, en el mun­do de maña­na depen­de­rán mucho más de Asia, Áfri­ca y Amé­ri­ca Lati­na de lo que se cree hoy en día, y este aumen­to de su influen­cia es sin duda un hecho positivo.

Per­mí­tan­me recor­dar que la civi­li­za­ción occi­den­tal no es la úni­ca ni siquie­ra en nues­tro espa­cio común euro­asiá­ti­co. Ade­más, la mayo­ría de la pobla­ción se con­cen­tra en el este de Eura­sia, don­de sur­gie­ron los cen­tros de las civi­li­za­cio­nes huma­nas más antiguas.

El valor y la impor­tan­cia de Eura­sia radi­can en que repre­sen­ta un com­ple­jo auto­su­fi­cien­te que posee enor­mes recur­sos de todo tipo y enor­mes opor­tu­ni­da­des. Cuan­to más tra­ba­je­mos para aumen­tar la conec­ti­vi­dad de Eura­sia y crear nue­vas vías y for­mas de coope­ra­ción, más logros impre­sio­nan­tes conseguiremos.

El éxi­to de la Unión Eco­nó­mi­ca Euro­asiá­ti­ca, el rápi­do cre­ci­mien­to de la auto­ri­dad y el pres­ti­gio de la Orga­ni­za­ción de Coope­ra­ción de Shanghái, las ini­cia­ti­vas a gran esca­la de «Un cin­tu­rón, una ruta», los pla­nes de coope­ra­ción mul­ti­la­te­ral para la cons­truc­ción del corre­dor de trans­por­te Nor­te-Sur y muchos otros pro­yec­tos, son el comien­zo de una nue­va era, de una nue­va eta­pa en el desa­rro­llo de Eura­sia. Estoy segu­ro de ello. Los pro­yec­tos de inte­gra­ción no se con­tra­di­cen, sino que se com­ple­men­tan, por supues­to, si son lle­va­dos a cabo por los paí­ses veci­nos en su pro­pio inte­rés y no intro­du­ci­dos por fuer­zas exter­nas con el obje­ti­vo de divi­dir el espa­cio euro­asiá­ti­co y con­ver­tir­lo en una zona de con­fron­ta­ción de bloques.

Euro­pa, el extre­mo occi­den­tal de la Gran Eura­sia, tam­bién podría con­ver­tir­se en su par­te natu­ral. Pero muchos de sus diri­gen­tes se ven obs­ta­cu­li­za­dos por la con­vic­ción de que los euro­peos son supe­rio­res a los demás, de que está por deba­jo de ellos par­ti­ci­par de igual a igual en las empre­sas con otros. Esta arro­gan­cia les impi­de ver que ellos mis­mos se han con­ver­ti­do en una peri­fe­ria extran­je­ra y en reali­dad se han con­ver­ti­do en vasa­llos, a menu­do sin dere­cho a voto.

Cole­gas,

El colap­so de la Unión Sovié­ti­ca alte­ró el equi­li­brio de las fuer­zas geo­po­lí­ti­cas. Occi­den­te se sin­tió gana­dor y decla­ró un acuer­do mun­dial uni­po­lar, en el que solo su volun­tad, cul­tu­ra e intere­ses tenían dere­cho a existir.

Aho­ra este perio­do his­tó­ri­co de domi­nio ili­mi­ta­do de Occi­den­te en los asun­tos mun­dia­les está lle­gan­do a su fin. El mun­do uni­po­lar está sien­do rele­ga­do al pasa­do. Nos encon­tra­mos en una encru­ci­ja­da his­tó­ri­ca. Nos espe­ra pro­ba­ble­men­te la déca­da más peli­gro­sa, impre­vi­si­ble y al mis­mo tiem­po más impor­tan­te des­de el final de la Segun­da Gue­rra Mun­dial. Occi­den­te es inca­paz de gober­nar a la huma­ni­dad en soli­ta­rio y la mayo­ría de las nacio­nes ya no quie­ren sopor­tar­lo. Esta es la prin­ci­pal con­tra­dic­ción de la nue­va era. Por citar un clá­si­co, se tra­ta de una situa­ción has­ta cier­to pun­to revo­lu­cio­na­ria: las eli­tes no pue­den y los pue­blos no quie­ren seguir vivien­do así.

Este esta­do de cosas está car­ga­do de con­flic­tos glo­ba­les o de toda una cade­na de con­flic­tos, lo que supo­ne una ame­na­za para la huma­ni­dad, inclui­do el pro­pio Occi­den­te. La prin­ci­pal tarea his­tó­ri­ca de hoy es resol­ver esta con­tra­dic­ción de for­ma cons­truc­ti­va y positiva.

El cam­bio de épo­ca es un pro­ce­so dolo­ro­so, aun­que natu­ral e inevi­ta­ble. Un futu­ro acuer­do mun­dial está toman­do for­ma ante nues­tros ojos. En este arre­glo mun­dial, debe­mos escu­char a todos, con­si­de­rar todas las opi­nio­nes, todas las nacio­nes, socie­da­des, cul­tu­ras y todos los sis­te­mas de pers­pec­ti­vas mun­dia­les, ideas y con­cep­tos reli­gio­sos, sin impo­ner una sola ver­dad a nadie. Solo sobre esta base, com­pren­dien­do nues­tra res­pon­sa­bi­li­dad por los des­ti­nos de las nacio­nes y de nues­tro pla­ne­ta, crea­re­mos una sin­fo­nía de la civi­li­za­ción humana.

Lle­ga­dos a este pun­to, me gus­ta­ría ter­mi­nar mis comen­ta­rios agra­de­cien­do la pacien­cia que han demos­tra­do al escucharlos.

Muchas gra­cias.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Muchas gra­cias, señor Pre­si­den­te, por un dis­cur­so tan completo.

No pue­do dejar de asir­me espon­tá­nea­men­te a la con­clu­sión, ya que ha men­cio­na­do la situa­ción revo­lu­cio­na­ria, los de arri­ba y los de aba­jo. Los que somos un poco mayo­res estu­dia­mos todo esto en la escue­la. ¿Con quién se aso­cia usted, con los de arri­ba o con los de abajo?

Vla­di­mir Putin: Con los de aba­jo, por supues­to, yo soy de abajo.

Mi madre era… Como sabe, he dicho muchas veces que ven­go de una fami­lia tra­ba­ja­do­ra. Mi padre era capa­taz, se gra­duó en una escue­la de for­ma­ción pro­fe­sio­nal. Mi madre no reci­bió edu­ca­ción, ni siquie­ra secun­da­ria, era una sim­ple tra­ba­ja­do­ra, y tuvo muchos tra­ba­jos; tra­ba­jó como enfer­me­ra en un hos­pi­tal, como con­ser­je y como vigi­lan­te noc­turno. No que­ría dejar­me en el jar­dín de infan­cia o en la guardería.

Así que, natu­ral­men­te, soy muy sen­si­ble –gra­cias a Dios, así ha sido has­ta aho­ra y espe­ro que siga sien­do así– al pul­so de lo que vive una per­so­na corriente.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Así que, a nivel mun­dial, usted se encuen­tra entre los que «no quie­ren [vivir a la vie­ja usanza]».

Vla­di­mir Putin: A nivel mun­dial, natu­ral­men­te, una de mis res­pon­sa­bi­li­da­des es vigi­lar lo que ocu­rre a nivel mun­dial. Defien­do lo que aca­bo de decir, las rela­cio­nes demo­crá­ti­cas con res­pec­to a los intere­ses de todos los par­ti­ci­pan­tes en la comu­ni­ca­ción inter­na­cio­nal, no solo los intere­ses de los lla­ma­dos «mil millo­nes de oro».

Fyo­dor Luk­ya­nov: Ya veo.

La últi­ma vez que nos reuni­mos fue hace exac­ta­men­te un año. El ambien­te inter­na­cio­nal ya era ten­so, pero si mira­mos el pasa­do octu­bre en com­pa­ra­ción con este, pare­ce una épo­ca idí­li­ca. Muchas cosas han cam­bia­do en el últi­mo año, el mun­do ha dado lite­ral­men­te la vuel­ta, como dicen algu­nos. Para usted per­so­nal­men­te, ¿qué ha cam­bia­do duran­te este año, en su per­cep­ción del mun­do y del país?

Vla­di­mir Putin: Lo que esta­ba ocu­rrien­do y lo que está ocu­rrien­do aho­ra, diga­mos, en rela­ción con Ucra­nia, no son cam­bios que estén ocu­rrien­do solo aho­ra o que hayan comen­za­do tras el lan­za­mien­to de la ope­ra­ción mili­tar espe­cial de Rusia, no. Todos estos cam­bios han esta­do ocu­rrien­do duran­te muchos años; algu­nos les pres­tan aten­ción, otros no, pero se tra­ta de cam­bios tec­tó­ni­cos en todo el orden mundial.

Ya sabes, estas pla­cas tec­tó­ni­cas, están en cons­tan­te movi­mien­to en algún lugar de la cor­te­za terres­tre. Los exper­tos dicen que se están movien­do aho­ra, y siem­pre están en movi­mien­to, sin embar­go todo pare­ce tran­qui­lo, pero los cam­bios siguen ocu­rrien­do. Y enton­ces, cho­can. La ener­gía se acu­mu­la y cuan­do las pla­cas se des­pla­zan, se pro­du­ce un terre­mo­to. La acu­mu­la­ción de esta ener­gía y su esta­lli­do han con­du­ci­do a estos acon­te­ci­mien­tos actuales.

Pero siem­pre han ocu­rri­do. ¿Cuál es la esen­cia de estos acon­te­ci­mien­tos? Están sur­gien­do nue­vos cen­tros de poder. Cons­tan­te­men­te digo, y no solo lo digo yo, ¿se tra­ta real­men­te de mí? Ocu­rren por cir­cuns­tan­cias obje­ti­vas. Algu­nos de los cen­tros de poder ante­rio­res se están des­va­ne­cien­do. No quie­ro hablar aho­ra de por qué ocu­rre, pero es un pro­ce­so natu­ral de cre­ci­mien­to, deca­den­cia y cam­bio. Están sur­gien­do nue­vos cen­tros de poder, prin­ci­pal­men­te en Asia, por supues­to. Áfri­ca tam­bién está toman­do la delan­te­ra. Sí, Áfri­ca sigue sien­do un con­ti­nen­te muy pobre, pero fíjen­se en su colo­sal poten­cial. Amé­ri­ca Lati­na. Todos estos paí­ses segui­rán desa­rro­llán­do­se, y estos cam­bios tec­tó­ni­cos segui­rán ocurriendo.

Noso­tros no hemos pro­vo­ca­do la situa­ción actual, ha sido Occi­den­te… Si tie­ne más pre­gun­tas, pue­do vol­ver a hablar de los acon­te­ci­mien­tos en Ucra­nia. ¿Fui­mos noso­tros los que dimos el gol­pe de Esta­do que con­du­jo a una serie de trá­gi­cos acon­te­ci­mien­tos, inclui­da nues­tra ope­ra­ción mili­tar espe­cial? No, no lo hicimos.

Pero lo que real­men­te impor­ta es que los cam­bios tec­tó­ni­cos se están pro­du­cien­do aho­ra y segui­rán pro­du­cién­do­se. Nues­tras accio­nes no tie­nen nada que ver con eso. De hecho, los acon­te­ci­mien­tos en cur­so ponen de relie­ve y pro­mue­ven los pro­ce­sos que se están ace­le­ran­do y desa­rro­llan­do más rápi­da­men­te que antes. Pero, en gene­ral, son inevi­ta­bles y habrían teni­do lugar inde­pen­dien­te­men­te de las accio­nes de Rusia hacia Ucrania.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Hablan­do del Esta­do, ¿ha apren­di­do algo nue­vo sobre él en el últi­mo año?

Vla­di­mir Putin: Ya sabe, en lo que res­pec­ta al Esta­do… Por supues­to, hemos incu­rri­do en cos­tes, sobre todo, en pér­di­das aso­cia­das a la ope­ra­ción mili­tar espe­cial, en la que no dejo de pen­sar, y tam­bién hay pér­di­das eco­nó­mi­cas. Pero hay enor­mes adqui­si­cio­nes y lo que está ocu­rrien­do aho­ra, sin duda, en últi­ma ins­tan­cia –quie­ro sub­ra­yar­lo– será bene­fi­cio­so para Rusia y su futuro.

¿De qué tra­tan estas adqui­si­cio­nes? Se tra­ta del for­ta­le­ci­mien­to de nues­tra sobe­ra­nía en todos los ámbi­tos, prin­ci­pal­men­te, en el eco­nó­mi­co. No hace mucho, a noso­tros mis­mos nos preo­cu­pa­ba que nos con­vir­tié­ra­mos en una espe­cie de semi­co­lo­nia en la que no pudié­ra­mos hacer nada sin nues­tros socios occi­den­ta­les. No podia­mos rea­li­zar tran­sac­cio­nes finan­cie­ras, no tenia­mos acce­so a la tec­no­lo­gía y a los mer­ca­dos, ni a las fuen­tes para adqui­rir la últi­ma tec­no­lo­gía. Nada. Bas­ta con que chas­queen los dedos para que todo lo que tene­mos se des­mo­ro­ne. Pero no, no se des­mo­ro­nó nada, y la base de la eco­no­mía rusa y de la Fede­ra­ción Rusa resul­tó ser mucho más fuer­te de lo que cual­quie­ra podía pen­sar, tal vez inclu­so noso­tros mismos.

Se tra­ta de un acto de depu­ra­ción y de com­pren­sión de nues­tras capa­ci­da­des, de la capa­ci­dad de reagru­par­se rápi­da­men­te dadas las cir­cuns­tan­cias y de la nece­si­dad obje­ti­va no solo de ace­le­rar los pro­ce­sos de sus­ti­tu­ción de las impor­ta­cio­nes, sino tam­bién de sus­ti­tuir a los que aban­do­nan nues­tro mer­ca­do. Resul­ta que en la mayo­ría de los ámbi­tos nues­tras empre­sas están sus­ti­tu­yen­do a las que se van. Los que se van nos susu­rran al oído: nos vamos por poco tiem­po y vol­ve­re­mos pron­to. ¿Y cómo van a con­se­guir­lo? Están ven­dien­do pro­pie­da­des mul­ti­mi­llo­na­rias por solo un dólar. ¿Por qué? Las están reven­dien­do a la admi­nis­tra­ción. ¿Qué sig­ni­fi­ca esto? Sig­ni­fi­ca que han lle­ga­do a un acuer­do con la admi­nis­tra­ción para que vuel­van. ¿Qué otra cosa podría ser? ¿Están rega­lan­do estos nego­cios a dos o tres indi­vi­duos? Por supues­to que no. Cono­ce­mos este sentimiento.

Por lo tan­to, esto es muy impor­tan­te. Noso­tros mis­mos nos hemos dado cuen­ta por fin –segui­mos dicien­do que somos un gran país – , aho­ra nos hemos dado cuen­ta de que, efec­ti­va­men­te, somos un gran país y pode­mos hacerlo.

Somos ple­na­men­te cons­cien­tes de las con­se­cuen­cias a medio pla­zo de recor­tar el acce­so a la tec­no­lo­gía. Pero de todos modos no tenía­mos acce­so a la tec­no­lo­gía crí­ti­ca. Las lis­tas del COCOM que han esta­do en vigor duran­te déca­das pare­cen haber sido can­ce­la­das. Aho­ra, han apre­ta­do las tuer­cas, pero resul­tó que, a pesar de todo, nos las arreglamos.

Otro com­po­nen­te impor­tan­te, esta vez de carác­ter espi­ri­tual, que es, qui­zás, la par­te más impor­tan­te. En pri­mer lugar, este lema –no deja­mos a nadie atrás– cala hon­do en el cora­zón de cada ruso y en el de los demás gru­pos étni­cos que son ciu­da­da­nos rusos, y la volun­tad de luchar por nues­tro pro­pio pue­blo soli­di­fi­ca la socie­dad. Esta ha sido siem­pre la gran fuer­za de nues­tro país. La hemos con­fir­ma­do y refor­za­do, que es lo más importante.

Fyo­dor Luk­ya­nov: ¿Ha habi­do algún acon­te­ci­mien­to en Rusia que le haya decep­cio­na­do este año?

Vla­di­mir Putin: No.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Enton­ces, ¿no es nece­sa­rio sacar con­clu­sio­nes y hacer algún cam­bio en particular?

Vla­di­mir Putin: Siem­pre es nece­sa­rio sacar con­clu­sio­nes. Si se refie­re a una remo­de­la­ción del per­so­nal, es un pro­ce­so natu­ral. Siem­pre hay que pen­sar en la reno­va­ción en dife­ren­tes áreas, for­mar nue­vo per­so­nal y pro­mo­ver a aque­llos que pue­dan ocu­par­se de tareas más gran­des que las que se ocu­pa­ban antes. Por supues­to, se tra­ta de un pro­ce­so natu­ral. Sin embar­go, no pue­do decir que alguien me haya decep­cio­na­do o que deba ser des­pe­di­do. No, por supues­to que no.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Excelente.

Señor Pre­si­den­te, su deci­sión de ini­ciar una ope­ra­ción mili­tar espe­cial en febre­ro fue una gran sor­pre­sa para todos, inclui­da la mayo­ría de los ciu­da­da­nos rusos. Sabe­mos que usted ha des­cri­to muchas veces la lógi­ca y las razo­nes de esa deci­sión. Sin embar­go, deci­sio­nes de esta impor­tan­cia difí­cil­men­te se toman sin un moti­vo espe­cial. ¿Qué ocu­rrió antes de que toma­ra la decisión?

Vla­di­mir Putin: Lo he dicho muchas veces, y hoy ape­nas oirán nada nue­vo. ¿Qué ha pasa­do? No voy a hablar de la expan­sión de la OTAN hacia Ucra­nia, que era abso­lu­ta­men­te inacep­ta­ble para noso­tros, y todo el mun­do lo sabía pero sim­ple­men­te hizo caso omi­so de nues­tros intere­ses de segu­ri­dad. Otro inten­to que hici­mos a fina­les del año pasa­do vol­vió a fra­ca­sar. Nos dije­ron que nos callá­ra­mos y… De acuer­do, no lo diré con tan­tas pala­bras, pero sim­ple­men­te nos igno­ra­ron. Este es el pri­mer punto.

En segun­do lugar, es impor­tan­te que los repre­sen­tan­tes del régi­men de Kiev, apo­ya­dos por sus mani­pu­la­do­res occi­den­ta­les, se nega­ron a apli­car los acuer­dos de Minsk. Su líder dijo que no le gus­ta­ba ni una sola dis­po­si­ción de los acuer­dos de Minsk. Lo dijo en públi­co. Otros fun­cio­na­rios dije­ron abier­ta­men­te que no los apli­ca­rían. El ante­rior pre­si­den­te [ucra­niano] dijo que fir­mó los acuer­dos de Minsk con la pre­mi­sa de que nun­ca se apli­ca­rían. ¿Qué otras razo­nes se necesitan?

Una cosa es que los medios de comu­ni­ca­ción e inter­net sir­van para sem­brar una idea en la cabe­za de millo­nes de per­so­nas, pero otra cosa son las accio­nes reales y la polí­ti­ca prác­ti­ca. Lo que te he con­ta­do aho­ra pasó des­aper­ci­bi­do para millo­nes de per­so­nas, por­que se pier­de en el espa­cio infor­ma­ti­vo, pero tú y yo somos cons­cien­tes de ello.

Todo eso se dijo final­men­te. ¿Qué sig­ni­fi­có para noso­tros? Sig­ni­fi­có que tenía­mos que hacer algo en el Don­bass. La gen­te lle­va ocho años vivien­do bajo el fue­go de los pro­yec­ti­les, y los ata­ques con­ti­núan has­ta hoy, por cier­to, pero tenía­mos que tomar una deci­sión por noso­tros mis­mos. ¿Cuál podría ser? Podría­mos reco­no­cer su inde­pen­den­cia. Pero reco­no­cer su inde­pen­den­cia y dejar­los en la esta­ca­da era inacep­ta­ble. Así que tuvi­mos que dar el siguien­te paso, y lo hici­mos: incluir­los en el Esta­do ruso. No habrían sobre­vi­vi­do solos, de eso no hay duda.

¿Y si los reco­no­ce­mos y los hace­mos par­te del Esta­do ruso a peti­ción suya, pues sabe­mos lo que pien­sa la gen­te, pero los bom­bar­deos y las ope­ra­cio­nes mili­ta­res pla­nea­das por el régi­men de Kiev con­ti­núan y son inevi­ta­bles? Han rea­li­za­do dos ope­ra­cio­nes mili­ta­res a gran esca­la; es cier­to que no tuvie­ron éxi­to, pero las hicie­ron. Los bom­bar­deos habrían con­ti­nua­do sin duda. ¿Qué podría­mos hacer? Lan­zar una ope­ra­ción. ¿Por qué espe­rar a que sean ellos los pri­me­ros en hacer­lo? Sabía­mos que se esta­ban pre­pa­ran­do para hacer­lo. Por supues­to, esta es la lógi­ca inevi­ta­ble de los acontecimientos.

No fui­mos noso­tros los que inven­ta­mos esta lógi­ca. ¿Por qué nece­si­ta­ban el gol­pe de Esta­do de 2014 en Ucra­nia en pri­mer lugar? En reali­dad, Yanu­kó­vich acep­tó dimi­tir y cele­brar unas elec­cio­nes anti­ci­pa­das. Esta­ba cla­ro que sus posi­bi­li­da­des –espe­ro que el señor Yanu­kó­vich no se sien­ta ofen­di­do– eran esca­sas, si es que había algu­na. Enton­ces, ¿qué sen­ti­do tenía dar un san­grien­to gol­pe anti­es­ta­tal e incons­ti­tu­cio­nal en esa situa­ción? Ni idea. Pero solo hay una res­pues­ta: demos­trar quién man­da, quién es el patrón. Todo el mun­do –per­dón, mis dis­cul­pas a las muje­res– se sien­ta en silen­cio y man­tie­ne la boca cerra­da, solo hace lo que deci­mos. No pue­do expli­car­lo de otra manera.

Así que die­ron un gol­pe de Esta­do, pero el pue­blo en Cri­mea o en Don­bass se negó a reco­no­cer­lo, y eso final­men­te con­du­jo a los trá­gi­cos acon­te­ci­mien­tos de hoy. ¿Por qué el lla­ma­do Occi­den­te no pudo cum­plir los acuer­dos alcan­za­dos en Minsk?

Me dije­ron, per­so­nal­men­te, que en esa situa­ción, uste­des tam­bién habrían fir­ma­do cual­quier cosa, si se les pusie­ra en esas con­di­cio­nes. Pero aun así, ¡lo fir­ma­ron! Lo fir­ma­ron e insis­tie­ron en que los líde­res de las repú­bli­cas del Don­bass, no reco­no­ci­das en aquel momen­to, pusie­ran tam­bién su fir­ma. Y lue­go ase­si­na­ron a uno de ellos: Zakharchenko.

Todas estas accio­nes con­du­je­ron a los trá­gi­cos acon­te­ci­mien­tos de hoy, y eso es todo.

Fyo­dor Luk­ya­nov: ¿No tie­ne la sen­sa­ción de que se ha sub­es­ti­ma­do al enemi­go? Para ser sin­ce­ro, este sen­ti­mien­to está pre­sen­te en la sociedad.

Vla­di­mir Putin: No. ¿Sabe cuál es el pro­ble­ma? Siem­pre vimos lo que ocu­rría allí.

Duran­te ocho años, han esta­do crean­do una zona for­ti­fi­ca­da que se aden­tra­ba bas­tan­te en el Don­bass y, por supues­to, aven­tu­rar­se allí y sufrir pér­di­das no tenía sen­ti­do; este es el pri­mer pun­to. En segun­do lugar, éra­mos muy cons­cien­tes de que este pro­ce­so con­ti­nua­ría, y sería cada vez peor, más difí­cil, más peli­gro­so para noso­tros, y sufri­ría­mos aún más pér­di­das. Esas son las con­si­de­ra­cio­nes por las que nos guia­mos. El desa­rro­llo de la OTAN en ese terri­to­rio esta­ba en pleno apo­geo, y sigue ade­lan­te, tal como ocu­rría enton­ces. Esas zonas for­ti­fi­ca­das se habrían exten­di­do mucho más allá de la línea de con­tac­to actual en el Don­bass, habrían esta­do en todas par­tes. Eso es todo.

Lo que vemos aho­ra, cuan­do nues­tras tro­pas en el Don­bass están apre­tan­do des­de el sur y el nor­te, es una cosa. Pero si se hubie­ran segui­do cons­tru­yen­do zonas for­ti­fi­ca­das allí duran­te varios años más, en todo el país, con per­so­nal que se entre­na y sis­te­mas de armas que se acu­mu­lan allí (armas que nun­ca tuvie­ron, armas que muchos toda­vía no tie­nen inclu­so aho­ra), la situa­ción habría sido com­ple­ta­men­te dife­ren­te para Rusia, inclu­so en tér­mi­nos de la rea­li­za­ción de esta ope­ra­ción mili­tar especial.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Usted ha dicho y escri­to repe­ti­da­men­te en su artícu­lo sobre polí­ti­ca que somos un solo pue­blo. ¿Ha cam­bia­do de opi­nión des­pués de un año?

Vla­di­mir Putin: No, por supues­to que no. ¿Y cómo se pue­de cam­biar esto? Es un hecho histórico.

El Esta­do ruso se esta­ble­ció en nues­tros terri­to­rios en el siglo IX, pri­me­ro en Nóv­go­rod, lue­go en Kiev, y lue­go cre­cie­ron jun­tos. Es una sola nación. La gen­te habla­ba el mis­mo idio­ma, el ruso anti­guo, y los cam­bios solo empe­za­ron a sur­gir, creo, en el siglo XIV o XV bajo la influen­cia de Polo­nia, por­que las zonas occi­den­ta­les del Esta­do ruso pasa­ron a for­mar par­te de otros paí­ses. De ahí sur­gie­ron los cambios.

Por supues­to, ya he dicho que cada etnia pasa por dife­ren­tes pro­ce­sos en su desa­rro­llo. Si una par­te de esta etnia deci­de en un momen­to deter­mi­na­do que ha alcan­za­do un nivel en el que se con­vier­te en una etnia dife­ren­te, solo cabe res­pe­tar­lo, por supuesto.

Pero este pro­ce­so no se ha pro­du­ci­do por sí solo. En pri­mer lugar, como he dicho, ocu­rrió por­que algu­nas de las tie­rras de la anti­gua Rusia en el oes­te se con­vir­tie­ron en par­tes de otros Esta­dos, por toda una serie de razones.

Esos Esta­dos empe­za­ron a pro­mo­ver sus intere­ses. Las tie­rras que pasa­ron a for­mar par­te de Polo­nia expe­ri­men­ta­ron una fuer­te influen­cia pola­ca, y así suce­si­va­men­te. El idio­ma empe­zó a cam­biar. Ya he dicho que, cuan­do Ucra­nia se unió a Rusia, se escri­bie­ron car­tas a Var­so­via y Mos­cú. Tene­mos archi­vos. Esas car­tas decían: «Noso­tros, cris­tia­nos orto­do­xos rusos, qui­sié­ra­mos diri­gir­nos a usted con el siguien­te asun­to…». Pedían a Mos­cú que los acep­ta­ra en Rusia y a Polo­nia que con­si­de­ra­ra sus intere­ses y sus cos­tum­bres cris­tia­nas orto­do­xas. Y sin embar­go, se lla­ma­ban a sí mis­mos «cris­tia­nos orto­do­xos rusos». No me lo he inven­ta­do. For­ma­ban par­te de la nación que aho­ra lla­ma­mos ucraniana.

Sí, enton­ces todo comen­zó a suce­der según sus pro­pias leyes. Se cons­tru­yó un enor­me Impe­rio Ruso. Los paí­ses euro­peos inten­ta­ron, y en par­te con­si­guie­ron, crear una barre­ra entre Euro­pa y el Impe­rio Ruso uti­li­zan­do el prin­ci­pio cono­ci­do des­de la anti­güe­dad: divi­de y ven­ce­rás. Empe­za­ron a hacer inten­tos de divi­dir la nación rusa uni­da. Comen­zó en el siglo XIX y aca­bó cre­cien­do a mayor esca­la, con el apo­yo prin­ci­pal­men­te de Occi­den­te. Por supues­to, inten­ta­ron cul­ti­var cier­tos sen­ti­mien­tos en la gen­te y a algu­nos inclu­so les gus­tó, en lo que res­pec­ta a los aspec­tos his­tó­ri­cos y lingüísticos.

Por supues­to, esos sen­ti­mien­tos fue­ron explo­ta­dos exac­ta­men­te para el pro­pó­si­to que men­cio­né, para divi­dir y con­quis­tar. No es nada fue­ra de lo común, pero cier­ta­men­te logra­ron algu­nos de sus obje­ti­vos. Y, pos­te­rior­men­te, lle­gó a coope­rar con Hitler duran­te la Segun­da Gue­rra Mun­dial, cuan­do se uti­li­za­ron cola­bo­ra­do­res ucra­nia­nos en las cam­pa­ñas de exter­mi­nio de rusos, pola­cos, judíos y bie­lo­rru­sos. Es un hecho his­tó­ri­co bien cono­ci­do: los escua­dro­nes de la muer­te asig­na­ron a los segui­do­res de Ban­de­ra los tra­ba­jos más sucios y san­grien­tos. Todo ello for­ma par­te de nues­tra his­to­ria. Pero tam­bién es un hecho his­tó­ri­co que rusos y ucra­nia­nos son esen­cial­men­te una sola etnia.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Así que lo que esta­mos pre­sen­cian­do es una gue­rra civil con una par­te de nues­tro pro­pio pueblo.

Vla­di­mir Putin: En par­te, sí. Des­gra­cia­da­men­te, aca­ba­mos en Esta­dos dife­ren­tes por una serie de razo­nes. Sobre todo, por­que cuan­do esta­ban crean­do la Unión Sovié­ti­ca tras el colap­so del impe­rio [ruso] –lo he tra­ta­do en mis artícu­los y lo he men­cio­na­do públi­ca­men­te más de una vez- los diri­gen­tes bol­che­vi­ques de enton­ces deci­die­ron –para apa­ci­guar a los bol­che­vi­ques de men­ta­li­dad nacio­na­lis­ta ori­gi­na­rios de Ucra­nia– dar­les algu­nas tie­rras his­tó­ri­cas ori­gi­nal­men­te rusas sin pre­gun­tar a la gen­te que vivía allí. Les per­mi­tie­ron tener toda Malo­ros­si­ya (Peque­ña Rusia), toda la región del Mar Negro y todo el Don­bass. Al prin­ci­pio, deci­die­ron que el Don­bass for­ma­ra par­te de Rusia, pero enton­ces una dele­ga­ción de Ucra­nia fue a ver a Vla­di­mir Lenin, quien con­vo­có a un repre­sen­tan­te del Don­bass y le dijo que el asun­to del Don­bass debía recon­si­de­rar­se, y así fue, pasan­do el Don­bass a Ucrania.

En este sen­ti­do, Ucra­nia, por supues­to, es un Esta­do crea­do arti­fi­cial­men­te. Tan­to más cuan­to que des­pués de la Segun­da Gue­rra Mun­dial –esto tam­bién es un hecho his­tó­ri­co– Sta­lin con­vir­tió repen­ti­na­men­te varios terri­to­rios pola­cos, hún­ga­ros y ruma­nos en par­te de Ucra­nia, arre­ba­tan­do así estas tie­rras a estos paí­ses. A los pola­cos, que no for­ma­ban par­te de la coa­li­ción nazi, les dio algu­nas de las tie­rras del este de Ale­ma­nia. Estos son hechos his­tó­ri­cos bien cono­ci­dos. Así es como se creó la actual Ucrania.

Aca­bo de pen­sar que, para ser jus­tos, Rusia, que creó la actual Ucra­nia, podría haber sido el úni­co garan­te real y serio de la esta­ta­li­dad, la sobe­ra­nía y la inte­gri­dad terri­to­rial de Ucrania.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Recuer­do que hubo un deba­te sobre los garan­tes en la pri­ma­ve­ra, pero lue­go todo desapareció.

Pue­de que sea una pre­gun­ta retó­ri­ca dado que las hos­ti­li­da­des y mucho más están en mar­cha, pero usted y los fun­cio­na­rios rusos han dicho en múl­ti­ples oca­sio­nes que la ope­ra­ción espe­cial se está desa­rro­llan­do según el plan. ¿Cuál es el plan? A decir ver­dad, esto no está muy cla­ro para los miem­bros de la socie­dad. ¿Cuál es el plan?

Vla­di­mir Putin: Verá, yo dije des­de el prin­ci­pio, el día en que comen­zó la ope­ra­ción, que lo más impor­tan­te para noso­tros era ayu­dar al Don­bass. Ya lo he men­cio­na­do, y si hubié­ra­mos actua­do de otra mane­ra, no habría­mos podi­do des­ple­gar nues­tras Fuer­zas Arma­das en ambos lados del Don­bass. Este es mi pri­mer punto.

En segun­do lugar, la Repú­bli­ca Popu­lar de Lugansk ha sido total­men­te libe­ra­da. Las acti­vi­da­des mili­ta­res rela­cio­na­das con la Repú­bli­ca de Donetsk están en mar­cha. Sin duda, cuan­do nues­tras tro­pas se acer­ca­ron a ella tan­to des­de el sur como des­de el nor­te, que­dó cla­ro que la pobla­ción que resi­de en estos terri­to­rios his­tó­ri­cos de Novo­ros­si­ya (Nue­va Rusia) ve su futu­ro como par­te de Rusia. ¿Cómo no íba­mos a res­pon­der a ello?

De ahí que sea­mos tes­ti­gos de los acon­te­ci­mien­tos que se han desa­rro­lla­do. Sur­gie­ron en el trans­cur­so y como con­se­cuen­cia lógi­ca de la situa­ción que se ha ido con­fi­gu­ran­do has­ta este momen­to. Pero el plan esta­ba ahí, y el obje­ti­vo es ayu­dar a la pobla­ción del Don­bass. Esta es la pre­mi­sa bajo la que esta­mos ope­ran­do. Por supues­to, estoy al tan­to de los pla­nes del Esta­do Mayor, pero no creo que deba­mos dis­cu­tir los detalles.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Gracias.

Ami­gos, he satis­fe­cho mi curio­si­dad mono­po­li­zan­do todo. Aho­ra, demos la pala­bra a los que tie­nen preguntas.

Comen­ce­mos. Ivan Safranchuk.

Ivan Safran­chuk: Ivan Safran­chuk, Uni­ver­si­dad MGIMO.

Usted ha dicho que tene­mos una déca­da muy impor­tan­te por delan­te en el desa­rro­llo del mun­do y de nues­tro país. Pero ten­go la impre­sión de que exis­te una puer­ta que nos ha lle­va­do a esta década.

Ten­go una pre­gun­ta sobre esta puerta.

La retó­ri­ca nuclear se ha inten­si­fi­ca­do mucho últi­ma­men­te. Ucra­nia ha pasa­do de las decla­ra­cio­nes irres­pon­sa­bles a la pre­pa­ra­ción prác­ti­ca de una pro­vo­ca­ción nuclear; los repre­sen­tan­tes de Esta­dos Uni­dos y del Rei­no Uni­do están hacien­do decla­ra­cio­nes con suge­ren­cias sobre el posi­ble uso de armas nucleares.

Biden, por ejem­plo, habla del Arma­ge­dón nuclear, y ense­gui­da se comen­ta en Esta­dos Uni­dos que no hay nada que temer. Al mis­mo tiem­po, Esta­dos Uni­dos se apre­su­ra a des­ple­gar bom­bas nuclea­res tác­ti­cas moder­ni­za­das en Euro­pa. Pare­ce que están hacien­do sonar el sable mien­tras se nie­gan a reco­no­cer las lec­cio­nes de la Cri­sis de los Misi­les de Cuba.

Señor Pre­si­den­te, ¿podría comen­tar, por favor, si es cier­to que el mun­do está al bor­de del posi­ble uso de armas nuclea­res? ¿Cómo actua­rá Rusia en estas cir­cuns­tan­cias, dado que es un Esta­do nuclear responsable?

Gra­cias.

Vla­di­mir Putin: Mire, mien­tras exis­tan las armas nuclea­res, siem­pre exis­ti­rá el peli­gro de que pue­dan ser uti­li­za­das. Esto es lo primero.

En segun­do lugar, el obje­ti­vo del actual albo­ro­to en torno a tales ame­na­zas y al posi­ble uso de armas nuclea­res es muy pri­mi­ti­vo, y pro­ba­ble­men­te no me equi­vo­que al expli­car de qué se trata.

Ya he dicho que el dic­ta­do de los paí­ses occi­den­ta­les y sus inten­tos de pre­sio­nar a todos los par­ti­ci­pan­tes de la comu­ni­ca­ción inter­na­cio­nal, inclui­dos los paí­ses neu­tra­les o ami­gos nues­tros, no están con­si­guien­do nada, y bus­can argu­men­tos adi­cio­na­les para con­ven­cer a nues­tros ami­gos o Esta­dos neu­tra­les de que todos deben enfren­tar­se a Rusia colectivamente.

La pro­vo­ca­ción nuclear y la exa­cer­ba­ción de la posi­bi­li­dad de que Rusia pue­da teó­ri­ca­men­te uti­li­zar armas nuclea­res se están uti­li­zan­do para alcan­zar estos obje­ti­vos: influir en nues­tros ami­gos, en nues­tros alia­dos y en los Esta­dos neu­tra­les dicién­do­les: mirad a quién apo­yáis; Rusia es un país que da mie­do, no la apo­yéis, no coope­réis con ella, no comer­ciéis con ella. Este es, de hecho, un obje­ti­vo primitivo.

¿Qué ocu­rre en la reali­dad? Des­pués de todo, nun­ca hemos dicho nada de for­ma proac­ti­va sobre la posi­bi­li­dad de que Rusia uti­li­ce armas nuclea­res. Todo lo que hici­mos fue una insi­nua­ción en res­pues­ta a las decla­ra­cio­nes de los líde­res occidentales.

La Sra. Liz Truss, la recien­te Pri­me­ra Minis­tra de Gran Bre­ta­ña, decla­ró direc­ta­men­te en una con­ver­sa­ción con un repre­sen­tan­te de los medios de comu­ni­ca­ción que Gran Bre­ta­ña es una poten­cia nuclear y que el deber de la Pri­me­ra Minis­tra es uti­li­zar posi­ble­men­te armas nuclea­res, y que lo hará. No es una cita, pero se acer­ca a la redac­ción ori­gi­nal. «Estoy dis­pues­ta a hacerlo».

Ya ves, nadie res­pon­dió a eso de nin­gu­na mane­ra. Supon­ga­mos que esta­ba dis­traí­da y se le esca­pó. ¿Cómo se pue­den decir esas cosas públi­ca­men­te? Pero la reali­dad es que lo dijo.

Debe­rían haber­la acla­ra­do, o Washing­ton podría haber decla­ra­do públi­ca­men­te que no tie­ne nada que ver con esto. No tene­mos ni idea de lo que está hablan­do, podrían haber dicho. No había nece­si­dad de herir los sen­ti­mien­tos de nadie; todo lo que tenían que hacer era des­vin­cu­lar­se de lo que ella dijo. Pero todos guar­da­ron silen­cio. ¿Qué se supo­ne que debe­mos pen­sar? Pen­sa­mos que era una posi­ción coor­di­na­da y que nos esta­ban chan­ta­jean­do. ¿Qué se supo­ne que debe­mos hacer? ¿Per­ma­ne­cer en silen­cio y fin­gir que no hemos oído nada, o qué?

Hay varias otras decla­ra­cio­nes sobre este asun­to. Kiev no deja de hablar de su deseo de poseer armas nuclea­res. Esta es la pri­me­ra par­te del Ballet de la Mer­lai­son. ¿Y qué?

Siguen hablan­do de nues­tras escan­da­lo­sas accio­nes en la cen­tral nuclear de Zapo­rozh­ye. ¿Qué tie­ne de escan­da­lo­so? Así es como lo expre­san a veces. Insi­núan cons­tan­te­men­te que esta­mos dis­pa­ran­do misi­les a la cen­tral nuclear de Zapo­rozh­ye. ¿Se han vuel­to locos, o qué? Tene­mos el con­trol de esta cen­tral nuclear. Nues­tras tro­pas están esta­cio­na­das allí.

Hace un par de meses, hablé con un líder occi­den­tal. Le pre­gun­té qué debía­mos hacer. Me dijo que debía­mos reti­rar las armas pesa­das de la cen­tral nuclear de Zapo­rozh­ye. Estu­ve de acuer­do y le dije que ya lo había­mos hecho y que allí no había armas pesa­das. «¿Lo hicis­te? Pues enton­ces reti­ra las otras». (Risas.)

Es una ton­te­ría, ¿ves? Te ríes, es diver­ti­do, en efec­to. Pero es casi tex­tual lo que dijo.

Le dije, escu­cha, que­rías que los repre­sen­tan­tes del OIEA estu­vie­ran pre­sen­tes en la esta­ción. Estu­vi­mos de acuer­do, y están allí.

Viven jus­to en los terre­nos de la cen­tral nuclear. Ven con sus pro­pios ojos lo que ocu­rre, quién dis­pa­ra y de dón­de vie­nen los pro­yec­ti­les. Al fin y al cabo, nadie dice que las tro­pas ucra­nia­nas estén bom­bar­dean­do la cen­tral nuclear. Y están agi­tan­do las cosas y cul­pan­do a Rusia de esto. Eso es un deli­rio. Pare­ce un deli­rio, pero en reali­dad está ocurriendo.

Creo que ya he dicho públi­ca­men­te que los gru­pos de sabo­ta­je del régi­men de Kiev habían des­trui­do tres o cua­tro líneas eléc­tri­cas aéreas de alta ten­sión fue­ra de la cen­tral nuclear de Kursk. Lamen­ta­ble­men­te, el FSB no pudo atra­par­los. Espe­re­mos que algún día lo haga. Esca­pa­ron. Pero fue­ron ellos los que lo hicieron.

Comu­ni­ca­mos a todos los socios occi­den­ta­les el inci­den­te. El silen­cio fue todo lo que obtu­vi­mos como res­pues­ta, como si no hubie­ra pasa­do nada. Es decir, están tra­tan­do de esce­ni­fi­car algún tipo de inci­den­te nuclear para res­pon­sa­bi­li­zar a Rusia y pro­vo­car una nue­va ron­da de su bata­lla con­tra Rusia, san­cio­nes con­tra Rusia, etc. No veo nin­gún otro moti­vo para hacer­lo. Esto es lo que está ocurriendo.

Aho­ra han inven­ta­do algo nue­vo. No fue casua­li­dad que hicié­ra­mos públi­ca la infor­ma­ción de nues­tros ser­vi­cios de segu­ri­dad de que están pre­pa­ran­do un inci­den­te con la lla­ma­da bom­ba sucia. Una bom­ba de este tipo es fácil de fabri­car, e inclu­so cono­ce­mos su ubi­ca­ción apro­xi­ma­da. Se car­gan en el Tochka‑U res­tos lige­ra­men­te modi­fi­ca­dos de com­bus­ti­ble nuclear –Ucra­nia dis­po­ne de las tec­no­lo­gías nece­sa­rias para ello – , explo­ta y dicen que fue Rusia quien hizo un ata­que nuclear.

Pero no tene­mos nece­si­dad de hacer­lo; no tie­ne sen­ti­do para noso­tros, ni polí­ti­co ni mili­tar. Pero, sin embar­go, lo van a hacer. Fui yo quien dio ins­truc­cio­nes al minis­tro [de Defen­sa] [Ser­gei] Shoi­gu para que lla­ma­ra a todos sus cole­gas y les infor­ma­ra al res­pec­to. No pode­mos igno­rar estas cosas.

Aho­ra dicen que el OIEA quie­re venir a ins­pec­cio­nar las ins­ta­la­cio­nes nuclea­res de Ucra­nia. Lo alen­ta­mos, y cree­mos que debe hacer­se lo antes posi­ble y las ins­pec­cio­nes deben ser en todas esas ins­ta­la­cio­nes, por­que sabe­mos que las auto­ri­da­des de Kiev están hacien­do todo lo posi­ble para cubrir sus hue­llas. Están tra­ba­jan­do en ello.

Por últi­mo, sobre el uso o no de [armas nuclea­res]. El úni­co país del mun­do que ha uti­li­za­do armas nuclea­res con­tra un Esta­do no nuclear fue Esta­dos Uni­dos de Amé­ri­ca; las uti­li­zó dos veces con­tra Japón. ¿Cuál era el obje­ti­vo? No había nin­gu­na nece­si­dad mili­tar para ello. ¿Cuál era la via­bi­li­dad mili­tar de uti­li­zar armas nuclea­res con­tra Hiroshi­ma y Naga­sa­ki, con­tra civi­les? ¿Había una ame­na­za a la inte­gri­dad terri­to­rial de los Esta­dos Uni­dos? Por supues­to que no. Tam­po­co era prác­ti­co des­de el pun­to de vis­ta mili­tar, por­que la maqui­na­ria béli­ca de Japón ya había sido des­trui­da, no era capaz de resis­tir, así que ¿qué sen­ti­do tenía ases­tar el gol­pe final con armas nucleares?

Por cier­to, los libros de tex­to japo­ne­ses sue­len decir que fue­ron los alia­dos los que ases­ta­ron el gol­pe nuclear a Japón. Tie­nen un con­trol tan fir­me sobre Japón que los japo­ne­ses ni siquie­ra pue­den escri­bir la ver­dad en sus libros de tex­to. Aun­que con­me­mo­ren esta tra­ge­dia cada año. Bien por los ame­ri­ca­nos, pro­ba­ble­men­te todos debe­ría­mos seguir su ejem­plo. Exce­len­te trabajo.

Pero estas cosas pasan, así es la vida. Por lo tan­to, Esta­dos Uni­dos es el úni­co país que lo ha hecho por­que creía que era en su interés.

En cuan­to a Rusia… Tene­mos la Doc­tri­na Mili­tar, y debe­rían leer­la. En uno de sus artícu­los se expli­can los casos, cuán­do, por qué, en rela­ción con qué y cómo Rusia con­si­de­ra posi­ble uti­li­zar armas de des­truc­ción masi­va en for­ma de armas nuclea­res para pro­te­ger su sobe­ra­nía, su inte­gri­dad terri­to­rial y garan­ti­zar la segu­ri­dad del pue­blo ruso.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Maña­na se cum­plen 60 años de la cul­mi­na­ción de la cri­sis del Cari­be, el día en que se deci­dió la retirada.

¿Se ima­gi­na usted en el papel de uno de los líde­res, Jrus­chov, para ser más pre­ci­sos? ¿Pode­mos lle­gar a ese punto?

Vla­di­mir Putin: Des­de lue­go que no.

Fyo­dor Luk­ya­nov: ¿No se lle­ga­rá a eso?

Vla­di­mir Putin: No, no pue­do ima­gi­nar­me en el papel de Jrus­chov. De nin­gu­na mane­ra. (Risas.)

Fyo­dor Luk­ya­nov: Muy bien. ¿Y qué hay del papel de un líder que tie­ne que tomar una deci­sión sobre esta cuestión?

Vla­di­mir Putin: Esta­mos dis­pues­tos a resol­ver cual­quier asun­to. No nos nega­mos. En diciem­bre pasa­do ofre­ci­mos a Esta­dos Uni­dos con­ti­nuar el diá­lo­go sobre la esta­bi­li­dad estra­té­gi­ca, pero no reci­bi­mos res­pues­ta. Fue en diciem­bre del año pasa­do. Silencio.

Si quie­ren, esta­mos lis­tos, hagá­mos­lo. Si no quie­ren, esta­mos desa­rro­llan­do nues­tra pro­pia tec­no­lo­gía moder­na, vehícu­los de entre­ga, inclu­yen­do armas super­só­ni­cas. En prin­ci­pio, no nece­si­ta­mos nada. Nos sen­ti­mos autosuficientes.

Sí, por supues­to, en algún momen­to nos alcan­za­rán tam­bién en armas super­só­ni­cas. Esto es obvio, tie­nen un país de alta tec­no­lo­gía y es solo cues­tión de tiem­po. Pero aún no nos han alcan­za­do. Lo tene­mos todo y esta­mos desa­rro­llan­do esta tec­no­lo­gía. Si alguien quie­re dia­lo­gar con noso­tros sobre esto, esta­mos lis­tos, adelante.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Rasi­gan Maha­rajh, ade­lan­te, por favor.

Rasi­gan Maha­rajh: Muchas gracias.

Usted ha res­pon­di­do a un pun­to direc­to que plan­teé antes, pero, si pudie­ra ampliar lo que había preguntado.

La esca­la­da y la ace­le­ra­ción de las cri­sis siguen ponien­do de mani­fies­to la pre­ca­ria situa­ción en la que nos encon­tra­mos y hacia la que nos con­du­ce nues­tro sis­te­ma. Así pues, el inter­cam­bio des­igual con­ti­núa, como usted ha seña­la­do, en la dis­tri­bu­ción de accio­nes, espe­cial­men­te de la capa­ci­dad huma­na, la capa­ci­dad y la com­pe­ten­cia, y hace que las pers­pec­ti­vas futu­ras de recon­ci­lia­ción y refor­ma den­tro de un sis­te­ma hege­mó­ni­co injus­to sean extre­ma­da­men­te som­brías. Las san­cio­nes y el mie­do a las repre­sa­lias han hecho que la sobe­ra­nía mone­ta­ria carez­ca de sen­ti­do, espe­cial­men­te con la mili­ta­ri­za­ción del sis­te­ma de pagos. En nues­tra coyun­tu­ra con­tem­po­rá­nea, ¿qué podría cons­ti­tuir enton­ces una alter­na­ti­va más demo­crá­ti­ca y via­ble al actual sis­te­ma inter­na­cio­nal de pagos y liquidaciones?

Vla­di­mir Putin: Esta es una de las cues­tio­nes cla­ve del desa­rro­llo actual y del futu­ro no solo del sis­te­ma finan­cie­ro, sino tam­bién del orden mun­dial. Usted aca­ba de dar en la diana.

Des­pués de la Segun­da Gue­rra Mun­dial, Esta­dos Uni­dos creó el sis­te­ma de Bret­ton Woods y lo for­ta­le­ció varias veces a lo lar­go de los años. Tra­ba­ja­ron en dife­ren­tes áreas y esta­ble­cie­ron ins­ti­tu­cio­nes inter­na­cio­na­les que están bajo su con­trol tan­to en las finan­zas como en el comer­cio inter­na­cio­nal. Pero es evi­den­te que se están desmoronando.

Como ya he dicho, Esta­dos Uni­dos come­tió un gran error al uti­li­zar el dólar como arma para luchar por sus intere­ses polí­ti­cos. Esto soca­va la con­fian­za en el dólar y en otras mone­das de reser­va. La pér­di­da de con­fian­za es gran­de –créan­me, sé de lo que hablo. Aho­ra todo el mun­do está pen­san­do si tie­ne sen­ti­do man­te­ner las reser­vas de divi­sas en dólares.

No es tan sen­ci­llo des­pren­der­se del dólar por­que los esta­dou­ni­den­ses han crea­do un sis­te­ma muy pode­ro­so que man­tie­ne estas reser­vas y no las deja salir. Es muy difí­cil salir, pero todo el mun­do ha empe­za­do a refle­xio­nar sobre el futu­ro. Ya lo he des­cri­to y solo pue­do repe­tir lo que pen­sa­mos sobre el futu­ro del sis­te­ma finan­cie­ro internacional.

En pri­mer lugar, se tra­ta de un enten­di­mien­to común, pero aún así: hay que garan­ti­zar el desa­rro­llo sobe­rano de todos los paí­ses, y hay que res­pe­tar la elec­ción de cual­quier país. Esto tam­bién es impor­tan­te, inclu­so en rela­ción con el sis­te­ma finan­cie­ro. Este debe ser inde­pen­dien­te, des­po­li­ti­za­do y, por supues­to, debe apo­yar­se en los sis­te­mas finan­cie­ros de los prin­ci­pa­les paí­ses del mundo.

Y si se crea este sis­te­ma (no será fácil, es un pro­ce­so difí­cil, pero es posi­ble), las ins­ti­tu­cio­nes inter­na­cio­na­les (habrá que refor­mar­las o recrear­las) que ayu­dan a los paí­ses que nece­si­tan apo­yo fun­cio­na­rán más eficazmente.

En pri­mer lugar, este nue­vo sis­te­ma finan­cie­ro debe­ría alla­nar el camino para la edu­ca­ción y la trans­fe­ren­cia de tecnología.

Si jun­ta­mos todo esto, reco­ge­mos una pale­ta de opor­tu­ni­da­des que hay que apro­ve­char, enton­ces este mode­lo eco­nó­mi­co y el sis­te­ma finan­cie­ro res­pon­de­rán a los intere­ses de la mayo­ría, y no solo a los de esos «mil millo­nes de oro» de los que hablamos.

Como pre­cur­sor de este sis­te­ma, sin duda hay que ampliar los pagos en mone­da nacio­nal. Dado que las auto­ri­da­des finan­cie­ras esta­dou­ni­den­ses están arman­do el dólar y crean­do pro­ble­mas con los pagos no solo para noso­tros, sino tam­bién para nues­tros socios y otros paí­ses, la lucha por la inde­pen­den­cia pro­mo­ve­rá inevi­ta­ble­men­te los pagos en mone­das nacionales.

Por ejem­plo, con la India, aho­ra hace­mos el 53% de los pagos mutuos por expor­ta­cio­nes en mone­da nacio­nal y alre­de­dor del 27% por impor­ta­cio­nes. Cada vez se uti­li­zan más acuer­dos simi­la­res con otros paí­ses. Por ejem­plo, con Chi­na, los pagos en yua­nes y rublos se están expan­dien­do rápi­da­men­te, y tam­bién con otros paí­ses; no los enu­me­ra­ré todos ahora.

En cuan­to a nues­tro pro­pio sis­te­ma finan­cie­ro, creo que la prin­ci­pal for­ma de pro­ce­der es crear un sis­te­ma mone­ta­rio mun­dial supra­na­cio­nal des­po­li­ti­za­do y basa­do en los sis­te­mas mone­ta­rios nacio­na­les. Este sis­te­ma garan­ti­za­ría sin duda los pagos y las tran­sac­cio­nes. Es posi­ble. Al final, de una mane­ra u otra, hemos dado los pri­me­ros pasos hacia los pagos en mone­das nacio­na­les, y lue­go pasos a nivel regio­nal. Creo que este pro­ce­so continuará.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Cole­gas, por favor, cuan­do hagan pre­gun­tas, pre­sén­ten­se. Rasi­gan Maha­rajh, Sudá­fri­ca. Para que todo el mun­do lo entienda.

Ale­xan­der Iskandaryan.

Ale­xan­der Iskan­dar­yan: Señor Pre­si­den­te, soy de Arme­nia y mi pre­gun­ta se refie­re a mi país y a mi región.

El deba­te sobre un tra­ta­do entre Arme­nia y Azer­bai­yán se ha inten­si­fi­ca­do últi­ma­men­te, y esto se debe prin­ci­pal­men­te a que hay dos pro­yec­tos que com­pi­ten entre sí: un pro­yec­to ruso pro­pues­to por el inter­me­dia­rio ruso y un pro­yec­to occi­den­tal. Esta situa­ción es bas­tan­te arries­ga­da, ade­más de otros ries­gos en la región. Hay cier­tas tensiones.

¿Qué pien­sa Rusia y cómo pien­sa res­pon­der a esta situa­ción y actuar en el futu­ro en este contexto?

Gra­cias.

Vla­di­mir Putin: Verá, ni siquie­ra sé si esto se ha dis­cu­ti­do públi­ca­men­te antes –tal vez sí, tal vez no– pero, inclu­so si no se ha dis­cu­ti­do, no veo nin­gún secre­to aquí.

Duran­te muchos años, hemos con­ti­nua­do el diá­lo­go con Arme­nia, pro­po­nien­do solu­cio­nar el asun­to de Nagorno-Kara­baj. Arme­nia con­tro­la­ba de fac­to sie­te zonas de Azer­bai­yán. Y pro­pu­si­mos avan­zar hacia la nor­ma­li­za­ción de las rela­cio­nes. Hay dos zonas, Kal­ba­jar y otra más al sur, con corre­do­res, gran­des zonas. En un momen­to dado podría­mos lle­gar a un acuer­do con Azer­bai­yán y este cede­ría cin­co zonas. No son nece­sa­rias, no tie­nen nin­gu­na uti­li­dad. Sim­ple­men­te están vacías, ya que la gen­te ha sido esen­cial­men­te expul­sa­da de esos terri­to­rios. ¿Por qué man­te­ner­los? No tie­ne sen­ti­do. Mien­tras que para las cone­xio­nes con Nagorno-Kara­baj, dos zonas, enor­mes, por cier­to, debe­rían ser suficientes.

Cree­mos que sería jus­to traer de vuel­ta a los refu­gia­dos, etc. Sería un buen paso para nor­ma­li­zar la situa­ción en la región en gene­ral. Los diri­gen­tes arme­nios deci­die­ron seguir su pro­pio camino, que, como sabe­mos, ha dado lugar a la situa­ción que tene­mos hoy.

Aho­ra, en lo que res­pec­ta al acuer­do y al tra­ta­do de paz, nues­tra posi­ción es que, por supues­to, debe haber un tra­ta­do de paz. Apo­ya­mos un acuer­do pací­fi­co, la deli­mi­ta­ción de la fron­te­ra y la reso­lu­ción com­ple­ta de la cues­tión fron­te­ri­za. La cues­tión es qué opción debe ele­gir­se. Depen­de de Arme­nia, del pue­blo arme­nio y de los diri­gen­tes arme­nios. En cual­quier caso, sea cual sea la opción que eli­jan, la apo­ya­re­mos siem­pre que trai­ga la paz.

Pero no tene­mos inten­ción de impo­ner nada ni dic­tar nada a Arme­nia. Si el pue­blo arme­nio o los diri­gen­tes arme­nios creen que deben deci­dir una ver­sión espe­cí­fi­ca del tra­ta­do de paz… Por lo que ten­go enten­di­do, el borra­dor de Washing­ton pre­vé el reco­no­ci­mien­to de la sobe­ra­nía de Azer­bai­yán sobre Nagorno-Kara­baj. Si Arme­nia eli­ge eso, que así sea. Apo­ya­re­mos cual­quier elec­ción que haga el pue­blo armenio.

Si el pue­blo y los líde­res arme­nios creen que Nagorno-Kara­baj tie­ne cier­tas pecu­lia­ri­da­des que deben ser con­si­de­ra­das en un futu­ro tra­ta­do de paz, tam­bién es posi­ble. Pero, sin duda, es una cues­tión de acuer­do entre Arme­nia y Azer­bai­yán. Los acuer­dos deben ser acep­ta­bles tam­bién para la otra par­te, para Azer­bai­yán. Es una cues­tión muy difícil.

Pero Arme­nia es nues­tro socio estra­té­gi­co y alia­do, y por supues­to, tenien­do en cuen­ta los intere­ses de Azer­bai­yán, nos guia­re­mos en gran medi­da por lo que pro­pon­ga la pro­pia Armenia.

Fyo­dor Luk­ya­nov: Hace dos años, usted habló muy bien del pre­si­den­te Erdo­gan en la reu­nión del Club Val­dai, dicien­do que no se retrac­tó de sus pala­bras sino que hizo lo que dijo que haría. En los últi­mos dos años han ocu­rri­do muchas cosas. ¿Ha cam­bia­do su opi­nión sobre él?

Vla­di­mir Putin: No. Es un líder com­pe­ten­te y fuer­te que se guía sobre todo, y posi­ble­men­te exclu­si­va­men­te, por los intere­ses de Tur­quía, su pue­blo y su eco­no­mía. Esto expli­ca en gran medi­da su posi­ción en cues­tio­nes ener­gé­ti­cas y, por ejem­plo, en la cons­truc­ción de TurkStream.

Hemos pro­pues­to la cons­truc­ción de un cen­tro de gas en Tur­quía para los con­su­mi­do­res euro­peos. Tur­ki­ye ha apo­ya­do esta idea, por supues­to, en pri­mer lugar, basán­do­se en sus pro­pios intere­ses. Tene­mos muchos intere­ses comu­nes en el turis­mo, el sec­tor de la cons­truc­ción y la agri­cul­tu­ra. Hay muchos ámbi­tos en los que tene­mos intere­ses comunes.

El pre­si­den­te Erdo­gan nun­ca deja que nadie se apro­ve­che ni actúa en inte­rés de ter­ce­ros paí­ses. Defien­de por enci­ma de todo los intere­ses de Tur­quía, inclu­so en el diá­lo­go con noso­tros. En este sen­ti­do, Tur­ki­ye en su con­jun­to y per­so­nal­men­te el Pre­si­den­te Erdo­gan no son socios fáci­les; muchas de nues­tras deci­sio­nes nacen en medio de lar­gos y difí­ci­les deba­tes y negociaciones.

Pero hay un deseo por ambas par­tes de lle­gar a acuer­dos, y nor­mal­men­te lo hace­mos. En este sen­ti­do, el Pre­si­den­te Erdo­gan es un socio cohe­ren­te y fia­ble. Este es pro­ba­ble­men­te su ras­go más impor­tan­te, que es un socio fiable.

Fyo­dor Luk­ya­nov: ¿Ha tra­ta­do algu­na vez de obte­ner una ven­ta­ja, por ejem­plo, de usted?

Vla­di­mir Putin: Verá, ya he seña­la­do que el pre­si­den­te de Tur­quía no es un socio fácil, que siem­pre defien­de sus intere­ses, no los per­so­na­les, sino los de su país, pero no se pue­de decir que haya inten­ta­do nun­ca obte­ner un tra­to gratuito.

Sim­ple­men­te tra­ba­ja para encon­trar una solu­ción que sea la mejor, en opi­nión de su gobierno. Noso­tros tra­ba­ja­mos para encon­trar solu­cio­nes que sean las mejo­res para noso­tros. Como he dicho, sole­mos encon­trar una solu­ción inclu­so en cues­tio­nes muy deli­ca­das, como Siria, las cues­tio­nes de segu­ri­dad y la eco­no­mía, inclui­das las infra­es­truc­tu­ras. Has­ta aho­ra, lo hemos conseguido.

Repe­ti­ré que esto es extre­ma­da­men­te impor­tan­te. Sabe­mos que si hemos reco­rri­do un camino difí­cil y es difí­cil lle­gar a un acuer­do, pero lo alcan­za­mos no obs­tan­te, pode­mos estar segu­ros de que se apli­ca­rá. Lo más impor­tan­te es la fia­bi­li­dad y la esta­bi­li­dad de nues­tras relaciones.

F. Luk­ya­nov: Por favor. Kubat Rakhimov.

K. Rakhi­mov: Kubat Rakhi­mov, Repú­bli­ca Kirguisa.

¡Que­ri­do Vla­di­mir Vladimirovich!

Rusia es de hecho el líder indis­cu­ti­ble del nue­vo movi­mien­to anti­co­lo­nial. El com­pro­mi­so de Rusia con los valo­res con­ser­va­do­res tra­di­cio­na­les tam­bién resue­na en todo el mun­do. Pero duran­te el tra­ba­jo de nues­tro Club Val­dai, hemos vis­to una peti­ción muy seria de jus­ti­cia social y de orga­ni­za­ción jus­ta de las rela­cio­nes sociales.

¿Cómo ve esto y cómo podría­mos ser úti­les como exper­tos del Club Val­dai? Esta es mi pri­me­ra pregunta.

La segun­da pre­gun­ta: ¿cómo valo­ra­ría las pers­pec­ti­vas de tras­la­dar la capi­tal de la Fede­ra­ción Rusa al cen­tro del país, al cen­tro del con­ti­nen­te euro­asiá­ti­co para estar más cer­ca de los paí­ses de la Orga­ni­za­ción de Coope­ra­ción de Shanghai?

V. Putin: Gracias.

V. Putin: En cuan­to a una estruc­tu­ra social más jus­ta en Rusia, según la Cons­ti­tu­ción, Rusia es un Esta­do social y, por supues­to, todo lo que hace­mos, todos nues­tros obje­ti­vos de desa­rro­llo nacio­nal se cen­tran espe­cí­fi­ca­men­te en la reso­lu­ción de los pro­ble­mas socia­les. Se podría hablar de esto duran­te horas, e inclu­so el tiem­po de hoy no sería sufi­cien­te. Todo lo que esta­mos hacien­do va pre­ci­sa­men­te enca­mi­na­do a esto, a resol­ver las tareas socia­les a las que se enfren­ta el Esta­do ruso. Y tene­mos muchas, inclu­so muchos pro­ble­mas sin resolver.

Ya lo he dicho y lo vol­ve­ré a decir: debe­mos desa­rro­llar la eco­no­mía y sobre esa base abor­dar las cues­tio­nes de la sani­dad, la edu­ca­ción, el desa­rro­llo tec­no­ló­gi­co y cam­biar la estruc­tu­ra de nues­tra eco­no­mía. Los cam­bios estruc­tu­ra­les son lo más impor­tan­te. El mer­ca­do labo­ral va a cam­biar y, en este sen­ti­do, hay que pen­sar, por supues­to, en las per­so­nas que van a ser libe­ra­das de sus anti­guos empleos, dar­les nue­vas com­pe­ten­cias, reci­clar­las, etc.

En cuan­to al Club Val­dai, reúne a exper­tos de diver­sos cam­pos. Si los exper­tos nos infor­man de las ten­den­cias de desa­rro­llo en áreas cla­ve, agra­de­ce­re­mos, por supues­to, tener en cuen­ta su opi­nión a la hora de ela­bo­rar nues­tros pla­nes, tenien­do en cuen­ta su posi­ción sobre las ten­den­cias que aca­bo de men­cio­nar. Por­que enten­dien­do lo que ocu­rri­rá maña­na, pode­mos y debe­mos cons­truir la polí­ti­ca hoy.

En cuan­to al tras­la­do de la capi­tal, sí, tam­bién hay con­ver­sa­cio­nes al res­pec­to. Nos han trans­fe­ri­do nues­tro capi­tal, y esto ha ocu­rri­do más de una vez en la his­to­ria del Esta­do ruso. His­tó­ri­ca­men­te, men­tal­men­te, el cen­tro de Rusia siem­pre se ha aso­cia­do a Mos­cú, y me pare­ce que no es necesario.

Hay pro­ble­mas en el desa­rro­llo de la capi­tal como mega­ló­po­lis, y ten­go que decir que bajo la direc­ción del equi­po del actual alcal­de Sob­ya­nin, se están resol­vien­do mucho mejor que en muchos otros paí­ses y muchas otras mega­ló­po­lis del mundo.

Hubo un perio­do en el que hubo, y aún siguen cre­cien­do par­cial­men­te, pro­ble­mas rela­cio­na­dos con el trans­por­te, el desa­rro­llo de la infra­es­truc­tu­ra social, etc. Sin embar­go, en los últi­mos años, el alcal­de Sob­ya­nin ha hecho mucho para fre­nar esas ame­na­zas y crear las con­di­cio­nes para que los mos­co­vi­tas y quie­nes vie­nen a Mos­cú por tra­ba­jo o los visi­tan­tes por turis­mo se sien­tan cómo­dos aquí. Se ha hecho mucho por el desa­rro­llo de la ciu­dad en los últi­mos años.

Exis­te un pro­ble­ma de exce­si­va cen­tra­li­za­ción de todas las estruc­tu­ras fede­ra­les en Mos­cú. Yo, por ejem­plo, soy par­ti­da­rio de hacer como en otros paí­ses, es decir, des­cen­tra­li­zar estos pode­res y com­pe­ten­cias cen­tra­les y metro­po­li­ta­nas a otras regio­nes de Rusia. Por ejem­plo, esta­mos crean­do un cen­tro judi­cial en San Peters­bur­go. El Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal ya está fun­cio­nan­do allí, hay pla­nes con­cre­tos para cons­truir el Tri­bu­nal Supre­mo. Tene­mos que hacer­lo len­ta­men­te, con cal­ma, crean­do con­di­cio­nes favo­ra­bles para la comu­ni­dad judi­cial de San Peters­bur­go. Y lo hare­mos sin pri­sas ni aspavientos.

Algu­nas gran­des empre­sas que, diga­mos, tra­ba­jan real­men­te en Sibe­ria pero tie­nen sus órga­nos cen­tra­les de direc­ción en Mos­cú, podrían tener su sede allí. Esto, por cier­to, es lo que está ocu­rrien­do. RusHy­dro, por ejem­plo, está ins­ta­lan­do su sede en Sibe­ria, en Kras­no­yarsk, creo.

Y algu­nas auto­ri­da­des cen­tra­les podrían estar dis­per­sas por toda la Fede­ra­ción Rusa. Esto solo bene­fi­cia­ría tan­to al sis­te­ma de gobierno como a las regio­nes don­de aparecerían.

F. Luk­ya­nov: Gracias.

Ivan Timo­feev.

I. Timo­feev: ¡Señor Pre­si­den­te, bue­nas tardes!

Ivan Timo­feev, Club Valdai.

Mi pre­gun­ta es la siguien­te. En el últi­mo año se ha impues­to a Rusia un núme­ro de san­cio­nes sin pre­ce­den­tes. Ha men­cio­na­do la con­ge­la­ción de nues­tras reser­vas en Euro­pa en tres­cien­tos mil millo­nes. A esto hay que aña­dir la con­ge­la­ción de los bie­nes de nues­tros ciu­da­da­nos y orga­ni­za­cio­nes en dece­nas de miles de millo­nes. Por cier­to, hay pla­nes para con­fis­car esta pro­pie­dad, y aho­ra están desa­rro­llan­do los meca­nis­mos ade­cua­dos. Y ade­más, hay muchas otras cosas: res­tric­cio­nes finan­cie­ras, prohi­bi­cio­nes de sumi­nis­tro de bie­nes y tec­no­lo­gía a Rusia, prohi­bi­cio­nes de entre­gas de nues­tro petró­leo, mani­pu­la­cio­nes con el gas, etc. Todo esto lo sabe­mos muy bien, lo ha men­cio­na­do en su discurso.

No se espe­ra­ba que nues­tra eco­no­mía lo sopor­ta­ra. Lo hizo. Esto ha suce­di­do en gran medi­da por­que la eco­no­mía se ha man­te­ni­do basa­da en el mer­ca­do, se ha man­te­ni­do fle­xi­ble, se ha man­te­ni­do adap­ta­ble. Las empre­sas están bus­can­do nue­vos mer­ca­dos, bus­can­do la sus­ti­tu­ción de las impor­ta­cio­nes cuan­do sea posi­ble. El gobierno está toman­do una serie de medi­das para ayu­dar a las empresas.

Pero dadas las con­di­cio­nes extre­mas de la polí­ti­ca exte­rior y las pro­pias san­cio­nes, ¿qui­zás sea el momen­to de seguir el camino de una mayor des­re­gu­la­ción de la eco­no­mía? Ha men­cio­na­do la des­cen­tra­li­za­ción. ¿Redu­cir el núme­ro de ins­pec­cio­nes, redu­cir la car­ga reglamentaria?

Me encan­ta­ría cono­cer su opi­nión al respecto.

V. Putin: Nues­tra opción, como se dice en estos casos, es redu­cir el núme­ro de ins­pec­cio­nes y des­ha­cer­nos de la exce­si­va regu­la­ción del gobierno.

Usted sabe que las ins­pec­cio­nes pro­gra­ma­das se han dete­ni­do no solo para las peque­ñas y media­nas empre­sas, sino tam­bién para las gran­des. Si aún no se ha dicho, lo diré aho­ra: amplia­re­mos ese régi­men tam­bién has­ta 2023.

En cuan­to a la regu­la­ción, esta gui­llo­ti­na admi­nis­tra­ti­va, como decía­mos, ha dado lugar a la dero­ga­ción de más de mil actos, creo, y a su sus­ti­tu­ción por menos de qui­nien­tos nue­vos, espe­re­mos que moder­nos. Hay más de 400 nue­vos actos que regu­lan la acti­vi­dad económica.

Por lo tan­to, segui­re­mos por este camino, con la excep­ción, cla­ro está, de aque­llos tipos de pro­duc­ción que impli­can cier­tos ries­gos para el con­su­mi­dor. Creo que está cla­ro para todos. Pero aquí tam­bién tra­ta­re­mos de tra­ba­jar de mane­ra que todas estas fun­cio­nes regu­la­do­ras e ins­pec­cio­nes sean pun­tua­les, para no inter­fe­rir en el tra­ba­jo de las empre­sas, de los nego­cios en general.

Tie­ne toda la razón: en res­pues­ta a las res­tric­cio­nes de todo tipo impues­tas a Rusia y a su eco­no­mía… Dijo que se supo­nía que algo se derrum­ba­ría aquí. No se asu­mió, pero el obje­ti­vo era derri­bar la eco­no­mía rusa; no lo con­si­guie­ron. Sí, efec­ti­va­men­te se ha con­ver­ti­do, y en eso tie­ne razón, en algo mucho más adap­ta­ble, más fle­xi­ble. Ha resul­ta­do que nues­tra acti­vi­dad eco­nó­mi­ca es lo sufi­cien­te­men­te madu­ra como para asu­mir fácil­men­te las áreas y acti­vi­da­des, de aque­llas acti­vi­da­des que están dejan­do vacan­tes aque­llos de nues­tros socios que han deci­di­do aban­do­nar Rusia. Es fácil para nues­tra eco­no­mía hacer­se car­go y con­ti­nuar con aque­llas empre­sas que, como pare­cía hace poco, no podían exis­tir sin una pre­sen­cia occi­den­tal. Fácil­men­te, prác­ti­ca­men­te en todas las direcciones.

Sí, enten­de­mos y vemos las difi­cul­ta­des a medio pla­zo. Enten­de­mos que no pode­mos pro­du­cir todo. Pero sabe, esta maña­na hablé con algu­nos cole­gas antes de venir aquí, natu­ral­men­te hablé con todos en el gobierno, el Ban­co Cen­tral y la Ofi­ci­na Eje­cu­ti­va. En gene­ral, la eco­no­mía rusa se ha adap­ta­do a las nue­vas condiciones.

Toda­vía que­da mucho por hacer para crear nue­vas cade­nas de sumi­nis­tro, tan­to para las impor­ta­cio­nes como para las expor­ta­cio­nes, y para redu­cir los cos­tes aso­cia­dos. Pero, en gene­ral, el pun­to álgi­do de las difi­cul­ta­des ha pasa­do, la eco­no­mía rusa se ha adap­ta­do y segui­re­mos desa­rro­llán­do­nos en una pla­ta­for­ma más esta­ble y soberana.

Pero la res­pues­ta a todos estos retos, por supues­to, pue­de ser y debe ser, inclu­so, y qui­zá sobre todo, la labor no buro­crá­ti­ca de las empre­sas, apo­yán­do­las y aumen­tan­do el espa­cio de liber­tad de la acti­vi­dad económica.

F. Luk­ya­nov: Ale­xan­der Andree­vich, no hay for­ma de evitarlo.

A. Pro­ja­nov: Vla­di­mir Vla­di­mi­ro­vich, muy a menu­do los extran­je­ros nos pre­gun­tan: «¿Qué pue­den uste­des, Rusia, ofre­cer al mun­do hoy? ¿Dón­de están sus pre­mios Nobel? ¿Dón­de están sus gran­des des­cu­bri­mien­tos, indus­tria­les, cien­tí­fi­cos?» Mis cole­gas sue­len res­pon­der: «Bueno, ¿qué pasa con eso? ¿Y la gran cul­tu­ra rusa? ¿Y Push­kin? ¿Y Rublev? ¿Y la pin­tu­ra de ico­nos? ¿Y la mara­vi­llo­sa arqui­tec­tu­ra rusa?» Pero dicen: «Pero todo eso es el pasa­do. ¿Y hoy?»

Al escu­char­le hoy, he des­cu­bier­to lo que Rusia pue­de ofre­cer al mun­do hoy: Rusia pue­de ofre­cer al mun­do hoy la reli­gión de la jus­ti­cia, por­que esta reli­gión, este sen­ti­mien­to está en la raíz de nues­tra cul­tu­ra rusa, de nues­tro sacri­fi­cio ruso. Y hoy Rusia hace este sacri­fi­cio, está esen­cial­men­te sola, sola con­tra el res­to del cruel mun­do occi­den­tal en esta lucha por la jus­ti­cia. Es la gran apor­ta­ción de la Rusia actual en el con­tex­to de la civi­li­za­ción mun­dial, de la cul­tu­ra mun­dial. Por­que inclu­so aque­llos vie­jos valo­res tra­di­cio­na­les de los que hablá­ba­mos, el mis­mo Rublev, los ico­nos rusos, la mis­ma admi­ra­ble arqui­tec­tu­ra rusa de Nóv­go­rod y Pskov, las asom­bro­sas Eda­des de Oro y de Pla­ta, todos ellos habla­ban de jus­ti­cia. En el seno de la civi­li­za­ción rusa se encuen­tra la justicia.

¿Tal vez debe­ría­mos hacer de la ideo­lo­gía rusa actual una reli­gión de la justicia?

V. Putin: Tene­mos cua­tro con­fe­sio­nes tra­di­cio­na­les, es sufi­cien­te para nosotros.

F. Luk­ya­nov: Habrá la quinta.

V. Putin: Esto es una bro­ma, por supuesto.

En cuan­to a hacer algo… Sabe que sigo su tra­ba­jo, su tra­ba­jo crea­ti­vo, cuan­do ten­go tiem­po, dis­fru­to leyen­do lo que escri­be y dice. Por supues­to, sé que es un ver­da­de­ro patrio­ta ruso en el sen­ti­do más ama­ble, bueno y amplio de la palabra.

No estoy segu­ro de si es nece­sa­rio pre­sen­tar algo a alguien a propósito.

Aca­ba de decir que sacri­fi­ca­mos algo en inte­rés de muchas otras nacio­nes. No estoy de acuer­do con usted en este pun­to. No esta­mos sacri­fi­can­do nada, esta­mos tra­ba­jan­do en el for­ta­le­ci­mien­to de nues­tra sobe­ra­nía, es nues­tro inte­rés. Se tra­ta ante todo de un refuer­zo de nues­tra sobe­ra­nía finan­cie­ra, eco­nó­mi­ca, será la base, el fun­da­men­to de nues­tro desa­rro­llo futu­ro, tec­no­ló­gi­co, edu­ca­ti­vo, científico.

Tan­to si hay pre­mios Nobel como si no… ¿Cuán­do hizo Alf­yo­rov su inven­to? Des­pués de 30 años –¿o cuán­tos años?– se le con­ce­dió el pre­mio Nobel. ¿Es ese el obje­ti­vo? El expre­si­den­te de los Esta­dos Uni­dos reci­bió el pre­mio Nobel. ¿Es una medi­da de algún tipo de logro? Con todo el res­pe­to que mere­cen tan­to el comi­té del Nobel como el recep­tor de este nota­ble pre­mio Nobel, ¿es ese el úni­La cien­cia avan­za. Tene­mos que hacer todo lo posi­ble para que tan­to la cien­cia bási­ca como la apli­ca­da ten­gan un efec­to mul­ti­pli­ca­dor en nues­tro desa­rro­llo, y lo hare­mos. Hoy en día tene­mos mejo­ras sig­ni­fi­ca­ti­vas y visi­bles en nues­tro per­so­nal cien­tí­fi­co, y nues­tra cien­cia se está con­vir­tien­do en una de las más jóve­nes del mundo.

Sí, por supues­to, los mis­mos Esta­dos, tenien­do en cuen­ta su ven­ta­ja com­pe­ti­ti­va en tér­mi­nos de un mono­po­lio de las finan­zas mun­dia­les, vacío todo de todo el mun­do, inclu­yen­do el per­so­nal cien­tí­fi­co y crea­ti­vo, es com­pren­si­ble. Y eso tam­bién ter­mi­na­rá con la pér­di­da del mono­po­lio del dólar como mone­da mun­dial, lo que tam­bién está ocu­rrien­do hoy.

Lo que hace­mos es muy atrac­ti­vo para muchos paí­ses y pue­blos del mun­do. Nues­tros supues­tos socios occi­den­ta­les hacen todo lo posi­ble para des­pres­ti­giar a Rusia, para humi­llar­la de algu­na mane­ra, para igno­rar sus intere­ses. Y cuan­do lucha­mos por nues­tros intere­ses y lo hace­mos de for­ma abier­ta, hones­ta y, hablan­do con fran­que­za, valien­te, este hecho por sí solo, este ejem­plo es extre­ma­da­men­te con­ta­gio­so y atrac­ti­vo para miles de millo­nes de per­so­nas en el planeta.

Mire, muchos paí­ses de Áfri­ca, algu­nos paí­ses tie­nen aho­ra ban­de­ras rusas. Lo mis­mo ocu­rre en Amé­ri­ca Lati­na, en Asia. Tene­mos muchos ami­gos. Y no nece­si­ta­mos impo­ner nada a nadie. Muchas per­so­nas, tan­to polí­ti­cos como ciu­da­da­nos de a pie, están sim­ple­men­te can­sa­das de vivir bajo dic­ta­dos exter­nos. Ya esta­mos har­tos. Y cuan­do ven el ejem­plo de nues­tra lucha con­tra este dic­ta­do, nos apo­yan inter­na y exter­na­men­te. Y este apo­yo no hará más que aumentar.

F. Luk­ya­nov: Señor Pre­si­den­te, esta vez se ha habla­do mucho de cien­cia. En mi opi­nión, una de las sesio­nes más intere­san­tes ver­só sobre cómo desa­rro­llar la cien­cia y la tec­no­lo­gía en estas condiciones.

Rus­lan Yunu­sov, sen­ta­do en la sala, nos dibu­jó un cua­dro muy interesante.

Rus­lan Yunu­sov: Gracias.

Hoy repre­sen­to a Rosa­tom y al Club Valdai.

Señor Pre­si­den­te, ha dicho usted las pala­bras correc­tas sobre la cien­cia. Vemos que en los últi­mos vein­te años, el apo­yo a la cien­cia en Rusia ha aumen­ta­do con­si­de­ra­ble­men­te y el pro­gra­ma de mega­be­cas ha hecho posi­ble la crea­ción de doce­nas de moder­nos labo­ra­to­rios en Rusia, pode­mos verlo.

Sin embar­go, por otro lado, noso­tros como cien­tí­fi­cos vemos que la mayo­ría de los pro­fe­so­res que abrie­ron estos labo­ra­to­rios nun­ca vinie­ron a vivir a Rusia y a tra­ba­jar a tiem­po com­ple­to. Inclu­so se pue­de enten­der por qué es difí­cil com­pe­tir: aquí tie­nes una mega­be­ca por cin­co años, y aquí tie­nes una cáte­dra de por vida. Real­men­te es un problema.

Por otro lado, lo comen­ta­mos ayer en la sesión: nues­tros cole­gas chi­nos han dado un tre­men­do sal­to en la cien­cia en los últi­mos vein­te años. Hoy en día, no solo vuel­ven los cien­tí­fi­cos, sino que están a la van­guar­dia en muchos campos.

Aquí se tra­ta de quan­ta, y quie­ro decir que sabe­mos que el orde­na­dor cuán­ti­co más poten­te hoy en día está en Chi­na, no en Esta­dos Uni­dos, el máxi­mo núme­ro de paten­tes es publi­ca­do en quan­ta por Chi­na, no por los Esta­dos Unidos.

Pero, por otro lado, por supues­to, en Rusia tam­bién tene­mos pro­gra­mas que reúnen a muchos labo­ra­to­rios. El mis­mo pro­yec­to cuán­ti­co, el orde­na­dor cuán­ti­co, está for­ma­do por vein­te gru­pos cien­tí­fi­cos, quin­ce uni­ver­si­da­des, ins­ti­tu­tos de la Aca­de­mia de Cien­cias. Pero tene­mos cin­co años de planificación.

Creo que hoy en día nos enfren­ta­mos a una pre­sión cre­cien­te, tene­mos real­men­te un desa­fío a la sobe­ra­nía cien­tí­fi­ca y tec­no­ló­gi­ca y qui­zás sea el momen­to ade­cua­do para empe­zar a for­mu­lar pro­yec­tos estra­té­gi­cos y hacer que el hori­zon­te sea de diez a vein­te años.

Gra­cias.

V. Putin: Sí, cuan­to más alto sea el hori­zon­te, mejor, cuan­to más lejos esté, estoy de acuer­do con usted. Debe­mos fijar­nos en los ejem­plos posi­ti­vos de otros paí­ses, nues­tros ami­gos y socios, inclui­da Chi­na. En los últi­mos años se ha hecho mucho bajo el lide­raz­go del Pre­si­den­te Xi Jin­ping, que ha pres­ta­do mucha aten­ción a esto, no solo al desa­rro­llo de la cien­cia, sino tam­bién a Chi­na en su con­jun­to, a la eco­no­mía chi­na, al aumen­to del bien­es­tar del pue­blo chino. Lo sé, esta­mos en bue­nos y amis­to­sos tér­mi­nos con él. Y don­de están logran­do resul­ta­dos reales, por supues­to, pue­de ser obje­to de nues­tro estu­dio y apli­ca­ción en nues­tra práctica.

En cuan­to a las mega­be­cas, sí que han desem­pe­ña­do un papel bueno y posi­ti­vo, y la siguien­te eta­pa que esta­mos ponien­do en mar­cha no es solo la inves­ti­ga­ción y la crea­ción de labo­ra­to­rios indi­vi­dua­les, sino la crea­ción de comu­ni­da­des cien­tí­fi­cas de jóve­nes cien­tí­fi­cos. Y ese, de hecho, es el futu­ro de estas megabecas.

Estoy de acuer­do con los que ini­cia­ron este pro­ce­so. Lo esta­mos hacien­do. (Diri­gién­do­se al Sr. Fur­sen­ko) ¿Sí, Sr. Presidente?

Segui­re­mos haciéndolo.

Ha dicho que no ha veni­do nadie. Algu­nos vie­nen aquí y tra­ba­jan, aun­que estén regis­tra­dos for­mal­men­te en algún lugar del extran­je­ro, pasan la mayor par­te de su tiem­po en Rusia, bas­tan­tes de ellos. Son nues­tros anti­guos com­pa­trio­tas, y no solo anti­guos com­pa­trio­tas, sino com­pa­trio­tas que tie­nen un tra­ba­jo allí pero que vie­nen a tra­ba­jar para noso­tros siempre.

El mun­do de la cien­cia, al igual que el del arte, no tole­ra lími­tes y res­tric­cio­nes arti­fi­cia­les. La gen­te debe sen­tir­se libre, y aquí no vamos a ence­rrar a nadie, sino que aco­ge­re­mos a quien quie­ra tra­ba­jar en Rusia. En gene­ral, lo esta­mos con­si­guien­do y segui­re­mos por el mis­mo camino.

Aumen­tar el hori­zon­te de pla­ni­fi­ca­ción: pro­ba­ble­men­te ten­ga razón. Aun­que tene­mos mega­be­cas des­de hace cin­co años, ¿no? Por supues­to, es posi­ble ampliar­las. Se tra­ta, por supues­to, de cues­tio­nes rela­cio­na­das con la finan­cia­ción del pre­su­pues­to, pero se pue­de hacer. En cual­quier caso, hoy pode­mos ampliar estos horizontes.

Pero lo que ha dicho de que la gen­te tra­ba­ja en algún sitio, tie­ne un pues­to de pro­fe­sor, y es para toda la vida, no en todos los sitios. Usted mis­mo es un cien­tí­fi­co, lo sabe: fir­mas un con­tra­to por unos años, cuan­do el con­tra­to ter­mi­na, pue­des des­pe­dir­te. Por eso todo esto tam­po­co es para vivir allí. Pero vivir en el espa­cio de tu len­gua mater­na, de tu cul­tu­ra, es para toda la vida.

Por tan­to, esta liber­tad de elec­ción debe con­ce­der­se tan­to a las per­so­na­li­da­des cul­tu­ra­les como a los aca­dé­mi­cos. Tene­mos que crear con­di­cio­nes más atrac­ti­vas que las crea­das en el extran­je­ro. No es un pro­ce­so fácil. Vamos por este camino, esta­mos obte­nien­do resul­ta­dos, y segui­re­mos por esta vía, inclu­yen­do –pro­ba­ble­men­te ten­ga razón– la amplia­ción del hori­zon­te de planificación.

F. Luk­ya­nov: Wang Wen, por favor.

Wang Wen (tra­du­ci­do): Gracias.

Me lla­mo Wang Wen. Tra­ba­jo en la Uni­ver­si­dad de Chun­yang. Es una uni­ver­si­dad chi­na. Esta vez visi­té más de vein­te ciu­da­des de Rusia y escri­bí una serie de artícu­los para mos­trar la ver­da­de­ra Rusia a Chi­na. Hay mucha gen­te en Chi­na que ama a Rusia y a usted en particular.

Me gus­ta­ría hacer la siguien­te pre­gun­ta. Debes estar bajo mucha pre­sión en este momen­to, tie­ne mucha pre­sión sobre sus hom­bros. ¿Sien­te mie­do o ner­vio­sis­mo, o tal vez ansie­dad, espe­cial­men­te ante la ame­na­za de Occi­den­te? ¿Sien­te que ha crea­do una nue­va Rusia? ¿O el des­tino ruso le ha crea­do a usted?

Y la segun­da pre­gun­ta: ¿qué le gus­ta­ría decir al pue­blo chino? ¿Qué diría de los últi­mos diez años de rela­cio­nes entre Rusia y Chi­na? ¿Cuá­les son sus pre­vi­sio­nes y expec­ta­ti­vas para el futu­ro de la coope­ra­ción ruso-china?

Muchas gra­cias.

V. Putin: Sabe, cuan­do tra­ba­jo, nun­ca pien­so en los logros his­tó­ri­cos, solo pro­ce­do a par­tir de lo que hay que hacer y de lo que no se pue­de hacer. Y en ese sen­ti­do, por supues­to, las cir­cuns­tan­cias que vive el país con­di­cio­nan a cual­quier per­so­na, inclui­da yo, por supues­to que es cierto.

Por supues­to, a muchos les gus­ta­ría oír que aho­ra ten­go mie­do, pero si tuvie­ra mie­do de todo, no haría nada. No pue­do guiar­me por tales con­si­de­ra­cio­nes en la posi­ción que ocu­po. Debo guiar­me por los intere­ses del pue­blo ruso y del Esta­do ruso, y eso es lo que estoy hacien­do y segui­ré hacien­do. Haré lo que con­si­de­re correc­to para los intere­ses de mi pue­blo y de mi país.

En cuan­to a las rela­cio­nes ruso-chi­nas, en los últi­mos años han adqui­ri­do un nivel de aper­tu­ra, con­fian­za mutua y efi­ca­cia abso­lu­ta­men­te iné­di­to. En tér­mi­nos de país, Chi­na es nues­tro mayor socio comer­cial y eco­nó­mi­co. Tra­ba­ja­mos en todos los ámbi­tos, inclui­do el mili­tar, rea­li­za­mos cons­tan­te­men­te ejer­ci­cios con­jun­tos y esta­mos com­pro­me­ti­dos con la coope­ra­ción mili­tar y téc­ni­ca de una mane­ra que pro­ba­ble­men­te nun­ca se haya hecho antes en la his­to­ria de nues­tros países.

El mayor volu­men de nego­cio de Rusia es con Chi­na, y está cre­cien­do a un rit­mo muy rápi­do. Esta tasa de cre­ci­mien­to se alcan­zó antes de las res­tric­cio­nes y la redis­tri­bu­ción de nues­tros flu­jos de pro­duc­tos bási­cos hacia Asia, inclui­da China.

Jun­to con mi ami­go –él dice lo mis­mo de mí, y yo lo con­si­de­ro mi ami­go – , el Sr. Xi Jin­ping, nos hemos fija­do cier­tas tareas, entre ellas un cier­to nivel de comer­cio. Defi­ni­ti­va­men­te lo alcan­za­re­mos. Esta­mos avan­zan­do hacia ellas a un rit­mo más rápi­do de lo que había­mos planeado.

En cuan­to a nues­tra rela­ción con Chi­na, tra­ta­mos al pue­blo chino como un ami­go cer­cano, con gran res­pe­to por su cul­tu­ra y sus tra­di­cio­nes. Estoy segu­ro de que con esta sóli­da base avan­za­re­mos con confianza.

F. Luk­ya­nov: Señor Pre­si­den­te, el pro­fe­sor Wang se refi­rió a los temo­res: este año, cuan­do sur­gió el fac­tor nuclear en pri­ma­ve­ra, usted seña­ló su pre­sen­cia, y mucha gen­te se puso un poco ner­vio­sa, recor­dan­do su decla­ra­ción aquí, en nues­tro acto de hace cua­tro años, de que todos ire­mos al cie­lo. No tene­mos pri­sa, ¿ver­dad? (Risas.)

Si lo pien­sas, es bas­tan­te alarmante.

V. Putin: Lo hice a pro­pó­si­to para que se preo­cu­pa­ra. El efec­to se ha con­se­gui­do. (Risas).

F. Luk­ya­nov: Ya veo. Gracias.

Moham­med Ihsan, por favor.

M. Ihsan (tra­du­ci­do): El pro­fe­sor Moham­med Ihsan, de la región del Kur­dis­tán de Irak.

Estoy muy con­ten­to de estar aquí, señor Pre­si­den­te. Ten­go una pre­gun­ta direc­ta para usted.

El tema de esta sesión es la paz des­pués de la hege­mo­nía, la jus­ti­cia y la segu­ri­dad para todos. ¿Cree usted que en esta eta­pa los kur­dos de todas las par­tes del Kur­dis­tán logra­rán una mayor segu­ri­dad, logra­rán más jus­ti­cia en el futu­ro? ¿Podría expli­car esta cues­tión con más detalle?

Y como ha dicho, en Cen­troa­mé­ri­ca, en Áfri­ca, las ban­de­ras rusas están por todas par­tes, hay mucha gen­te que ama a Rusia, que la apo­ya. Y quie­ro ase­gu­rar­les que lo mis­mo pue­de decir­se de Orien­te Medio: allí tam­bién hay mucha gen­te que ama y apo­ya a Rusia.

Gra­cias.

V. Putin: Gra­cias. Las ban­de­ras están pre­sen­tes en los paí­ses euro­peos y en Esta­dos Uni­dos tam­bién, tene­mos muchos segui­do­res allí. Por cier­to, en Esta­dos Uni­dos hay una pro­por­ción muy gran­de de per­so­nas que man­tie­nen valo­res tra­di­cio­na­les, y están con noso­tros, lo sabemos.

En cuan­to a los kur­dos, no he dicho nada en rela­ción con los kur­dos, sino en gene­ral con todas las nacio­nes: por supues­to que hay que bus­car un equi­li­brio de intere­ses. Solo si hay un equi­li­brio de intere­ses pue­de ser sos­te­ni­ble la paz, inclui­do el des­tino del pue­blo kurdo.

F. Luk­ya­nov: Por favor, con­ti­núe. Sr. Starysh.

K. Starysh: Gracias.

Bue­nas noches.

Cons­tan­tin Starysh, de la Repú­bli­ca de Mol­da­via. Repre­sen­to a la opo­si­ción par­la­men­ta­ria, por supues­to a la opo­si­ción, por­que nues­tro gobierno, por des­gra­cia para nues­tro país y nues­tro pue­blo, sigue pre­fi­rien­do otras vías para sus via­jes al extran­je­ro. Como resul­ta­do, des­de hoy las luces de Chi­si­nau se han apa­ga­do casi por com­ple­to. Pero esa no es la cuestión.

Ten­go una pre­gun­ta, pero pri­me­ro un reca­do. Ha habla­do tan bien, Vla­di­mir Vla­di­mi­ro­vich, sobre su fami­lia que me arries­ga­ré. Ten­go dos hijos, de ocho y diez años, que son estu­dian­tes del Liceo Push­kin de Chi­si­nau. Me han pedi­do que le salu­de, y no podía negar­me este peque­ño pla­cer pater­nal. Así que le salu­do de par­te de Ale­xan­dra y Gavril des­de Chisinau.

V. Putin: Gracias.

K.Starysh: Aho­ra una pregunta.

Usted ha habla­do en su dis­cur­so de la inevi­ta­bi­li­dad de nue­vos mode­los de inter­ac­ción entre los paí­ses y las regio­nes. Qui­zá en este con­tex­to ten­ga sen­ti­do vol­ver a la idea que usted men­cio­nó en 2001 de un espa­cio eco­nó­mi­co, huma­ni­ta­rio y cul­tu­ral común que se exten­de­rá des­de Vla­di­vos­tok has­ta Lisboa.

Para noso­tros, los mol­da­vos de dis­tin­tas nacio­na­li­da­des, esta for­mu­la­ción de la cues­tión nos ven­dría muy bien, ya que siem­pre nos resul­ta muy difí­cil ele­gir entre lo bueno y lo malo, entre Euro­pa y Rusia. Para noso­tros sería un pro­yec­to muy pro­me­te­dor y una luz al final del túnel.

Pero ¿es posi­ble en el mun­do que vamos a cons­truir, en un mun­do post-con­flic­to, en un mun­do que ya no ten­drá un hege­món, un poli­cía glo­bal y una poten­cia dominante?

Gra­cias.

V. Putin: ¿Es posi­ble crear un espa­cio común –huma­ni­ta­rio, eco­nó­mi­co y regio­nal– para garan­ti­zar la segu­ri­dad de todos los que viven en este enor­me mega­con­ti­nen­te des­de Lis­boa has­ta Vla­di­vos­tok? Por supues­to, sí. La espe­ran­za mue­re al final. No es nues­tra idea. Es cier­to que en aque­lla épo­ca se decía «has­ta los Ura­les», pero más tar­de trans­for­mé esta idea de nues­tros cole­gas y anti­guos diri­gen­tes fran­ce­ses en «has­ta Vladivostok».

¿Por qué? Por­que la gen­te que vive más allá de los Ura­les tam­bién tie­ne la mis­ma cul­tu­ra, que es lo más importante.

Hoy se están pro­du­cien­do acon­te­ci­mien­tos difí­ci­les, difí­ci­les y trá­gi­cos. Pero, ¿por qué no en su con­jun­to? En gene­ral, es posi­ble ima­gi­nar­lo. Creo que ocu­rri­rá de un modo u otro.

En mi dis­cur­so hablé de Eura­sia en su con­jun­to, inclui­da la par­te euro­pea. ¿Sabe qué es muy impor­tan­te? Quie­ro vol­ver a mi pre­sen­ta­ción y decir que es muy impor­tan­te que esta par­te euro­pea pue­da recu­pe­rar su per­so­na­li­dad jurídica.

Como cuan­do se habla con tal o cual com­pa­ñe­ro y él no deci­de nada y tie­ne que lla­mar a Washing­ton en cada oca­sión y pre­gun­tar qué se pue­de hacer y qué no.

De hecho, esto es lo que ocu­rre en la vida.

Recuer­do que cuan­do empe­za­ron los acon­te­ci­mien­tos muy difí­ci­les en torno a Siria, lle­gó uno de los líde­res y tuve una reu­nión con él. Acor­da­mos lo que haría­mos, cómo lo haría­mos. Con­cre­ta­men­te: esto, esto y esto haré.

Des­de Mos­cú voló a Washing­ton. De vuel­ta a París, todo olvi­da­do. Como si nun­ca hubie­ra habi­do nin­gún acuer­do. ¿Cómo hablar? ¿Sobre qué?

Había acuer­dos espe­cí­fi­cos, has­ta dón­de se move­ría la arma­da, qué haría­mos, cómo nos pon­dría­mos de acuer­do. ¿Esta­mos en con­tra? ¿Esta­mos a favor? Y nos pusi­mos de acuer­do. Esta­mos de acuerdo.

¿Cómo habla­mos? ¿De qué hay que hablar con ellos? Enton­ces será mejor que lla­me direc­ta­men­te a Washing­ton. Eso es todo. Estoy hablan­do aho­ra y no me lo estoy inventando.

Por supues­to, Euro­pa pro­te­ge sus intere­ses, espe­cial­men­te en la eco­no­mía, pero no mucho. Vola­ron los gaso­duc­tos. No son nues­tros, son de toda Euro­pa. Hay cin­co empre­sas euro­peas repre­sen­ta­das en Nord Stream 1. ¿Y qué? Todos guar­dan silen­cio, como si fue­ra lo correc­to. Y tie­nen el des­ca­ro de decir: tal vez Rusia voló el oleo­duc­to. Rusia lo hizo esta­llar. ¿Se han vuel­to com­ple­ta­men­te locos? No, pero sin embar­go lo hacen.

Gaz­prom ha publi­ca­do, inclu­so, imá­ge­nes de 2016, y se ve un arte­fac­to explo­si­vo de fabri­ca­ción esta­dou­ni­den­se bajo el sis­te­ma de gaso­duc­tos. Dije­ron que lo habían per­di­do duran­te el ejer­ci­cio. Se per­dió de tal mane­ra que este arte­fac­to explo­si­vo, que creo que fue dise­ña­do para des­truir minas sub­ma­ri­nas, pasó jus­to por deba­jo del gaso­duc­to. Mira, ahí hay una foto.

No, los medios de comu­ni­ca­ción del mun­do ni siquie­ra difun­den esto, nadie lo repi­te, todo mue­re en la raíz, en nin­gu­na par­te: ni en inter­net, ni en las pan­ta­llas de tele­vi­sión, nada. Tam­bién es el uso de un mono­po­lio mediá­ti­co para pro­mo­ver la infor­ma­ción que ellos quie­ren y aca­bar con todo lo que se inter­pon­ga en su camino. Está ahí, pero todo el mun­do está en silencio.

Por eso, por supues­to, tene­mos que crear este espa­cio uni­fi­ca­do en todos los sen­ti­dos des­de Lis­boa has­ta Vla­di­vos­tok. Pero esto solo pue­de hacer­se con los que tie­nen dere­cho a voto. No quie­ro pro­vo­car ni ofen­der a nadie, pero así es la prác­ti­ca, así es la reali­dad de la vida actual. Pero sin embar­go, en mi opi­nión es posi­ble en la pers­pec­ti­va histórica.

Ya lo he men­cio­na­do, lo diré de nue­vo. Hel­mut Kohl me dijo una vez que Esta­dos Uni­dos harán lo suyo, inclu­so en Amé­ri­ca Lati­na, Asia se desa­rro­lla­rá pode­ro­sa­men­te a su mane­ra, si la civi­li­za­ción euro­pea quie­re seguir sien­do un cen­tro mun­dial, por supues­to, debe ser con Rusia. Esa era la posi­ción de Hel­mut Kohl. Los actua­les diri­gen­tes de la Repú­bli­ca Fede­ral de Esto­nia pare­cen tener una opi­nión dife­ren­te. Pero esa es la elec­ción de los paí­ses europeos.

Pero me gus­ta­ría vol­ver al pun­to de par­ti­da. Ha dicho que las luces se apa­ga­ron en Chi­si­nau. No está cla­ro por qué pasó, cier­ta­men­te no tene­mos nada que ver con ello.

¿Sabes por qué lo digo? Por­que siem­pre se le echa la cul­pa de todo a Rusia: en algún lugar se fue la luz, en algún lugar no fun­cio­na el baño, per­dón, en otro lugar… todo es cul­pa de Rusia. Recuer­da, como en la famo­sa pelí­cu­la: ¿tam­bién des­trui­mos la capi­lla de algún siglo XII o de otro? Pero gra­cias a Dios, no. Pero quie­ro infor­mar­le, y lo que voy a decir es cier­to. Cuan­do nego­ciá­ba­mos con el gobierno mol­da­vo el sumi­nis­tro de gas, los pre­cios del gas, Gaz­prom adop­tó una posi­ción de mer­ca­do abso­lu­ta­men­te prag­má­ti­ca en el con­tra­to de sumi­nis­tro de gas natu­ral con Moldavia.

La par­te mol­da­va no está de acuer­do con la posi­ción de Gaz­prom e insis­te en las pre­fe­ren­cias de pre­cios. Gaz­prom insis­tió obs­ti­na­da­men­te, enton­ces el Sr. Miller vino a ver­me, expu­so su posi­ción y dijo que creía que su pun­to de vis­ta era correc­to. Le pedí que hicie­ra con­ce­sio­nes a la par­te mol­da­va, tenien­do en cuen­ta las capa­ci­da­des eco­nó­mi­cas y finan­cie­ras del Esta­do mol­da­vo. Le dije que aun­que los pre­cios son jus­tos des­de el pun­to de vis­ta del mer­ca­do, son inase­qui­bles para Mol­da­via; si no pue­den pagar, ¿de qué sirve?

No esta­ba real­men­te de acuer­do con­mi­go, pero escu­chó mi opi­nión. Gaz­prom se puso de acuer­do con el gobierno mol­da­vo y cele­bró un con­tra­to de sumi­nis­tro de gas en las con­di­cio­nes de Mol­da­via, en las con­di­cio­nes de la par­te mol­da­va, del gobierno moldavo.

Hay muchos deta­lles, pero no quie­ro abu­rrir a la audien­cia, por­que, apar­te de usted, pro­ba­ble­men­te no le intere­se a nadie. Tie­ne que ver con las deu­das, con los pagos actua­les, con un deter­mi­na­do pago anti­ci­pa­do. Pero, en gene­ral, la par­te mol­da­va fue total­men­te satis­fe­cha en cuan­to a pre­cios. Hay que pagar, por supues­to. Eso en sí mis­mo es, creo, obvio.

¿Por qué no hay luz en Mol­da­via? No es nues­tro pro­ble­ma, lo siento.

F. Luk­ya­nov: Señor Pre­si­den­te, usted ha men­cio­na­do a Euro­pa. Hubo un epi­so­dio intere­san­te hace dos meses o menos, cuan­do usted tuvo una con­ver­sa­ción con el pre­si­den­te Macron poco antes del ini­cio de las hos­ti­li­da­des, los perio­dis­tas esta­ban sen­ta­dos en su des­pa­cho, y lo esta­ban gra­ban­do a tra­vés del alta­voz. Es una for­ma algo inusual. Bien, no es la pri­me­ra vez. ¿Cuál es su acti­tud ante este tipo de cosas?

V. Putin: Nega­ti­va­men­te. Creo que hay cier­tos for­ma­tos de comu­ni­ca­ción entre jefes de Esta­do y hay que res­pe­tar­los, o de lo con­tra­rio se pier­de la con­fian­za en lo que hace el inter­lo­cu­tor. En gene­ral, no hay nada malo aquí si lo que deci­mos, si nues­tras valo­ra­cio­nes lle­gan a los medios de comu­ni­ca­ción. Pero hay que adver­tir­les de ello, eso es todo.

F. Luk­ya­nov: ¿No le avisaron?

V. Putin: Por supues­to que no. Por el con­tra­rio, cuan­do habla­mos por telé­fono, inclu­so a tra­vés de cana­les cerra­dos, siem­pre par­ti­mos de la base de que se tra­ta de con­ver­sa­cio­nes con­fi­den­cia­les y no están suje­tas a divul­ga­ción públi­ca, o están suje­tas a un acuer­do entre las par­tes. Si se hace de for­ma uni­la­te­ral es cier­ta­men­te inapropiado.

F. Luk­ya­nov: Y aho­ra, cuan­do Macron lla­ma, ¿pre­gun­ta quién está a su lado allí?

V. Putin: No.

F. Luk­ya­nov: ¿Por qué no? Ten­dría que hacerlo.

V. Putin: Por­que aho­ra asu­mo que alguien está escuchando.

F. Luk­ya­nov: Ya veo.

Por favor, un invi­ta­do de Indonesia.

R.B. Con­nie (tra­du­ci­do): Gracias.

Señor Pre­si­den­te, me ha gus­ta­do mucho su dis­cur­so. Creo que nos tra­jo el espí­ri­tu de cómo pode­mos cons­truir jun­tos, cons­truir más fuer­te. Pare­ce un lema para el G20.

Espe­ra­mos que ven­ga a Indo­ne­sia el pró­xi­mo mes.

Le pre­gun­ta­ré sobre el titu­lar «El mun­do des­pués de la hege­mo­nía: segu­ri­dad para todos».

El Sr. Sukarno ya dijo en 1955 que todas las alian­zas de segu­ri­dad son peli­gro­sas para la paz. Usted y Chi­na están en el Con­se­jo de Segu­ri­dad de la ONU. ¿Pue­de con­se­guir des­ha­cer­se de QUAT, AUCUS y la OTAN jun­tos? ¿Es posible?

Segun­da pregunta.

En Indo­ne­sia, todo el mun­do le quie­re mucho. Todo el mun­do gri­ta siem­pre «hurra». Me gus­ta­ría pre­gun­tar, ¿es posi­ble hacer­se una foto con usted después?

V. Putin: Sí, con mucho gus­to. Con una mujer tan her­mo­sa, con gran placer.

Hemos man­te­ni­do muy bue­nas rela­cio­nes con Indo­ne­sia duran­te casi toda nues­tra his­to­ria más reciente.

Cuan­do el Pre­si­den­te Wido­do me lla­ma y me lla­ma «her­mano», le digo lo mis­mo. Apre­cia­mos la rela­ción que tene­mos con Indonesia.

Agra­dez­co a los diri­gen­tes y al Pre­si­den­te que me hayan invi­ta­do al G20. Pen­sa­re­mos en cómo lo hare­mos. No cabe duda de que Rusia esta­rá repre­sen­ta­da a un alto nivel allí. Qui­zá yo tam­bién vaya allí. Lo pensaré.

En cuan­to a la crea­ción de nue­vos blo­ques en Asia, creo que es un inten­to de tras­la­dar el falli­do sis­te­ma de pen­sa­mien­to de blo­ques de la región atlán­ti­ca a Asia. Sin duda, se tra­ta de una idea per­ju­di­cial. Se tra­ta de nue­vo de un inten­to de ser ami­go de alguien con­tra alguien, en este caso la amis­tad con­tra Chi­na. No solo no apo­ya­mos el inten­to de resu­ci­tar o recrear aho­ra en la región de Asia-Pací­fi­co lo que ocu­rrió en el Atlán­ti­co, sino que cree­mos que es una empre­sa muy dañi­na y peligrosa.

Hay que decir que esto tie­ne con­se­cuen­cias nega­ti­vas para los par­ti­ci­pan­tes o alia­dos de los mis­mos Esta­dos Uni­dos a los que, como sabe­mos, se les qui­tan los con­tra­tos de sumi­nis­tro de sub­ma­ri­nos, sea como sea. Toda­vía no se ha hecho nada, pero las con­se­cuen­cias nega­ti­vas, inclu­so para los alia­dos de Esta­dos Uni­dos, ya están lle­gan­do. Y si estas prác­ti­cas con­ti­núan, el núme­ro de estos erro­res y pro­ble­mas no hará más que aumen­tar. Noso­tros, por supues­to, nos hemos mani­fes­ta­do y nos mani­fes­ta­mos en con­tra de este tipo de política.

F. Luk­ya­nov: Gene­ral Shar­ma, lo sé, que­ría preguntarle.

BK Shar­ma (tra­du­ci­do): Señor Pre­si­den­te, en el mun­do post­he­ge­mó­ni­co, ¿qué papel espe­ra que desem­pe­ñe India?

V. Putin: La India ha reco­rri­do un lar­go camino des­de que era una colo­nia bri­tá­ni­ca has­ta lo que es hoy. Casi 1.500 millo­nes de per­so­nas y los nota­bles resul­ta­dos de su desa­rro­llo han des­per­ta­do la admi­ra­ción y el res­pe­to del mun­do ente­ro por la India.

Se ha hecho mucho en los últi­mos años bajo el lide­raz­go del Pri­mer Minis­tro Modi. Sin duda es un patrio­ta. Y su tesis del make in India tie­ne impor­tan­cia tan­to eco­nó­mi­ca como moral.

La India ha dado gran­des pasos en su desa­rro­llo y, por supues­to, tie­ne un enor­me futu­ro. India no solo tie­ne dere­cho a estar orgu­llo­sa de ser la mayor demo­cra­cia, en el buen sen­ti­do de la pala­bra, sino tam­bién del rit­mo de su desa­rro­llo. Esta es una base muy impor­tan­te sobre la que se desa­rro­lla la India.

Tene­mos una rela­ción espe­cial con la India, cau­sa­da o cons­trui­da sobre la base de una alian­za muy estre­cha duran­te muchas, muchas déca­das. Nun­ca hemos teni­do, quie­ro recal­car­lo, nun­ca hemos teni­do pro­ble­mas difí­ci­les, siem­pre nos hemos apo­ya­do mutua­men­te. Así es aho­ra, estoy segu­ro de que así será en el futuro.

El rit­mo de la inter­ac­ción eco­nó­mi­ca está aumen­tan­do. En pri­mer lugar, se pro­du­ce un aumen­to glo­bal del volu­men de nego­cio. Pero como ejem­plo, el Pri­mer Minis­tro Modi me pidió que aumen­ta­ra el sumi­nis­tro de fer­ti­li­zan­tes, que es muy impor­tan­te para la agri­cul­tu­ra india, y lo hici­mos. ¿Por cuán­to cree usted? Hemos mul­ti­pli­ca­do por 7,6 nues­tros sumi­nis­tros de fer­ti­li­zan­tes a la India, no por un pun­to por­cen­tual, sino por 7,6. El volu­men de nego­cio de la com­pra­ven­ta de pro­duc­tos agrí­co­las casi se duplicó.

Man­te­ne­mos rela­cio­nes con­ti­nuas en el ámbi­to de la coope­ra­ción téc­ni­co-mili­tar. El Pri­mer Minis­tro Modi es un hom­bre de uno de los pue­blos del mun­do capaz de lle­var a cabo una polí­ti­ca exte­rior inde­pen­dien­te en inte­rés de su pue­blo. A pesar de todo tipo de inten­tos de fre­nar algo, de limi­tar algo, él es, ya sabes, como un rom­pehie­los y va cons­tan­te­men­te en la direc­ción correc­ta para el Esta­do indio.

Creo que no solo hay un gran futu­ro para paí­ses como la India, sino tam­bién un papel cre­cien­te en los asun­tos internacionales.

F. Luk­ya­nov: Al hablar de fer­ti­li­zan­tes pen­sé inme­dia­ta­men­te en Bra­sil. ¿Dón­de está sen­ta­do Igor Gilov?

V. Putin: Por cier­to, hemos acor­da­do con Bra­sil que las entre­gas de fer­ti­li­zan­tes aumen­ta­rán, pero lamen­ta­ble­men­te el núme­ro ha dis­mi­nui­do lige­ra­men­te. No sé por qué, tal vez por la logís­ti­ca, pero creo que ha habi­do un des­cen­so en las entre­gas de fer­ti­li­zan­tes de varios pun­tos porcentuales.

F. Luk­ya­nov: Nos dejó, no impor­ta. Enton­ces pre­gun­ta­ré lo que que­ría preguntar.

El otro día hubo elec­cio­nes. ¿Cómo lo esta­mos hacien­do? Lula pro­ba­ble­men­te vol­ve­rá. Está en bue­nos tér­mi­nos con él, ¿no?

V. Putin: Esta­mos en bue­nos tér­mi­nos con el señor Lula, esta­mos en bue­nos tér­mi­nos con el señor Bol­so­na­ro. No inter­fe­ri­mos en los pro­ce­sos polí­ti­cos nacio­na­les, eso es lo más importante.

Sabe­mos que en la India hay con­sen­so sobre la coope­ra­ción con Rusia, con­sen­so sobre nues­tra par­ti­ci­pa­ción en los BRICS a pesar de los duros pro­ce­sos polí­ti­cos inter­nos. Esto es de prin­ci­pal impor­tan­cia para noso­tros, par­ti­mos de esto.

Tam­bién tene­mos un con­sen­so sobre Bra­sil. Con­si­de­ra­mos a Bra­sil nues­tro socio más impor­tan­te en Amé­ri­ca Lati­na y hare­mos todo lo posi­ble para desa­rro­llar estas rela­cio­nes en el futuro.

F. Luk­ya­nov: Señor Pre­si­den­te, ya que esta­mos hablan­do de los BRICS, hace una sema­na y media hubo una ini­cia­ti­va de que Ara­bia Sau­dí quie­re unirse.

¿Apo­ya esto?

V. Putin: Sí, lo apo­ya­mos. Esto requie­re el con­sen­so de todos los paí­ses BRICS. Pero Ara­bia Sau­dí es un país que se desa­rro­lla rápi­da­men­te, y no solo por­que sea el líder en la pro­duc­ción de hidro­car­bu­ros, en la pro­duc­ción de petróleo.

Es por­que el Prín­ci­pe Here­de­ro del gobierno sau­dí tie­ne pla­nes muy ambi­cio­sos, y esto es muy impor­tan­te, para diver­si­fi­car la eco­no­mía, para lo que tie­nen pla­nes de desa­rro­llo nacio­nal com­ple­tos. Dada la ener­gía y crea­ti­vi­dad del Prín­ci­pe Here­de­ro, estoy segu­ro de que estos pla­nes se harán realidad.

Por lo tan­to, por supues­to, Ara­bia Sau­dí mere­ce ser miem­bro de las prin­ci­pa­les orga­ni­za­cio­nes inter­na­cio­na­les, como el BRICS y la OCS. Hace muy poco hemos defi­ni­do el esta­tus de Ara­bia Sau­dí en la OCS. Desa­rro­lla­re­mos las rela­cio­nes con este país tan­to en el ámbi­to bila­te­ral como en el multilateral.

F. Luk­ya­nov: Estos días hay muchos infor­mes en Occi­den­te que dicen que Ben Sal­man es gro­se­ro con los esta­dou­ni­den­ses por su culpa.

V. Putin: Eso no es cierto.

Ben Sal­man es un hom­bre joven, de carác­ter deci­di­do, son hechos evi­den­tes. No tie­ne que ser gro­se­ro, y no escu­cha­rá nin­gu­na crí­ti­ca dura a cam­bio, eso es todo. Hay que res­pe­tar tan­to al prín­ci­pe here­de­ro como a la pro­pia Ara­bia Sau­dí, y ellos res­pon­de­rán de la mis­ma mane­ra. Tam­bién lo harán los que sean gro­se­ros con ellos.

En cuan­to a noso­tros, no tie­ne sen­ti­do por­que tan­to el prín­ci­pe here­de­ro como toda la cúpu­la sau­dí se guían por sus pro­pios intere­ses nacio­na­les. Y si se tra­ta de redu­cir o aumen­tar la pro­duc­ción –y conoz­co al prín­ci­pe here­de­ro bas­tan­te bien per­so­nal­men­te, sé por qué se guía – , por supues­to que se guía por los intere­ses nacio­na­les y por los intere­ses de equi­li­brar los mer­ca­dos energéticos.

En este sen­ti­do, su posi­ción –hablo aho­ra sin bro­mas– es abso­lu­ta­men­te equi­li­bra­da. Su obje­ti­vo es equi­li­brar los intere­ses tan­to de los pro­duc­to­res como de los con­su­mi­do­res, por­que en los mer­ca­dos ener­gé­ti­cos ni siquie­ra impor­ta el pre­cio final, sino el entorno eco­nó­mi­co o polí­ti­co del momen­to. Para los mer­ca­dos inter­na­cio­na­les de la ener­gía, lo impor­tan­te es la pre­vi­si­bi­li­dad y la esta­bi­li­dad. El prín­ci­pe here­de­ro se esfuer­za por ello y, en gene­ral, con­si­gue lo que quiere.

F. Luk­ya­nov: ¿Así que tam­po­co se subirá a su cuello?

Putin: Defi­ni­ti­va­men­te no.

F. Luk­ya­nov: Muham­mad Javed, por favor.

Muham­mad Javed (tra­du­ci­do): Muchas gra­cias, señor Presidente.

Le envío amor y res­pe­to des­de Pakis­tán, des­de Isla­ma­bad. Gra­cias por su sóli­do y exhaus­ti­vo aná­li­sis de lo que está ocurriendo.

Mi pre­gun­ta está rela­cio­na­da con un fac­tor muy impor­tan­te, tam­bién rela­cio­na­do con la his­to­ria ante­rior a la Segun­da Gue­rra Mun­dial, cuan­do los judíos fue­ron demo­ni­za­dos y lue­go todo lo rela­cio­na­do con ellos fue igno­ra­do por Esta­dos Uni­dos y Euro­pa Occi­den­tal. Lue­go vino el mons­truo­so Holo­caus­to. Aho­ra se está crean­do un sín­dro­me de odio en torno a Rusia. Ha habla­do del Don­bass, de cómo se tra­ta­ba a la gente.

Yo mis­mo he esta­do en el Rei­no Uni­do, en los paí­ses escan­di­na­vos: el neo­na­zis­mo está en aumen­to allí. En con­cre­to, tra­ba­jé en un pro­yec­to para eva­luar estas ten­den­cias. Lo que hemos apren­di­do de este pro­yec­to es que se están pro­du­cien­do varios vicios: por ejem­plo, no se infor­ma del neo­na­zis­mo, como se hacía antes de la Segun­da Gue­rra Mun­dial y, en segun­do lugar, todo el mun­do inten­ta nive­lar­lo, no infor­mar. Esto sig­ni­fi­ca que hay una nece­si­dad, como usted ha dicho, por par­te de Rusia de pro­te­ger la len­gua rusa, a los rusos fue­ra de Rusia, y una nece­si­dad de crear un plan de lucha con­tra el aumen­to del neo­na­zis­mo. Es una ame­na­za seria.

Y el últi­mo com­po­nen­te es este. Se están reclu­tan­do acto­res no esta­ta­les de varias regio­nes de Ucra­nia. Hay infor­mes creí­bles de que esto está ocu­rrien­do con el fin de uti­li­zar bri­ga­das para luchar con­tra los ejér­ci­tos tra­di­cio­na­les para supri­mir la capa­ci­dad de lucha.

Me inte­re­sa­ría escu­char su aná­li­sis, esto es muy serio: Euro­pa se enfren­ta al auge del neonazismo.

Gra­cias.

V. Putin: Me pare­ce que uno de los pro­ble­mas gra­ves y fun­da­men­ta­les de los que supues­ta­men­te se preo­cu­pan por el futu­ro de Ucra­nia, los lla­ma­dos nacio­na­lis­tas ucra­nia­nos, es que inclu­so el movi­mien­to nacio­na­lis­ta y el movi­mien­to neo­fas­cis­ta, neo­na­zi, se están fusionando.

Al fin y al cabo, se apo­yan en quie­nes no pue­den dejar de ser cla­si­fi­ca­dos como cola­bo­ra­do­res y nazis. Es impo­si­ble no refe­rir­se a quie­nes, como ya he dicho, en nom­bre de las auto­ri­da­des hitle­ria­nas des­tru­ye­ron a la pobla­ción pola­ca, judía y rusa en los terri­to­rios ocu­pa­dos duran­te la Segun­da Gue­rra Mun­dial. Es impo­si­ble sepa­rar a los lla­ma­dos ura­pa­trio­tas y nacio­na­lis­tas de hoy en día con los ban­de­ris­tas, que en reali­dad son lo mis­mo. Ese, en mi opi­nión, es su gran pro­ble­ma de hecho.

Por eso digo, inclu­so a nues­tros supues­tos socios occi­den­ta­les: miren lo que se está hacien­do en las calles de Kiev y otras gran­des ciu­da­des, cuan­do miles de per­so­nas se pasean por las calles con esvás­ti­cas y antor­chas, etc.

Sí, el neo­na­zis­mo tam­bién es posi­ble en nues­tro país. Es tenaz en todos los paí­ses, un con­ta­gio tan tenaz. Pero noso­tros lucha­mos con­tra ello, y allí, a nivel esta­tal, lo apo­yan –es, por supues­to, un pro­ble­ma. Lo man­tie­nen en silen­cio, pero exis­te, y no hay for­ma de evi­tar­lo, por­que existe.

Pero esto no es lo que mue­ve a los actua­les «patrio­tas del hurra» en Ucra­nia, ni siquie­ra sus intere­ses, ni siquie­ra las ideas del nacio­na­lis­mo, todo es muy pri­mi­ti­vo: les mue­ven los intere­ses eco­nó­mi­cos, el deseo de man­te­ner miles de millo­nes de dóla­res en los ban­cos occi­den­ta­les, dine­ro que han roba­do al pue­blo ucra­niano. Han roba­do y escon­di­do en los ban­cos occi­den­ta­les y para ase­gu­rar su capi­tal, hacen todo lo que Occi­den­te les dice que hagan, envol­vién­do­lo en un envol­to­rio nacio­na­lis­ta, pre­sen­tán­do­lo a su pro­pio pue­blo como una lucha por los intere­ses del pue­blo ucra­niano. Esto es lo que está suce­dien­do real­men­te: no hay pie­dad y están luchan­do con­tra Rusia has­ta el últi­mo ucraniano.

Lo digo con pesar. Las pér­di­das allí son una de cada diez, una de cada ocho. Últi­ma­men­te es casi siem­pre uno de cada sie­te, uno de cada ocho. La gen­te no se sal­va en abso­lu­to. ¿Pue­den los ver­da­de­ros patrio­tas de su país per­mi­tir­lo? Van direc­ta­men­te por este camino sin dudar­lo, sin siquie­ra pen­sar­lo. Por supues­to, no defien­den sus intere­ses nacionales.

Pero este con­ta­gio del nacio­na­lis­mo es tenaz, y el hecho de que esté liga­do al neo­na­zis­mo, inten­tan o pre­fie­ren no notar­lo. Y esto, por supues­to, es un gran pro­ble­ma para el pro­pio régi­men ucra­niano actual y para los que les apo­yan, por supues­to. Pero no pode­mos igno­rar­lo y siem­pre lo seña­la­re­mos, inclu­so como una de las cau­sas fun­da­men­ta­les de la cri­sis actual.

F. Luk­ya­nov: Sr. Kim.

H.Kim (tra­du­ci­do): Hola, me lla­mo Kim Heung­jong, de Corea del Sur. Esta es mi segun­da visi­ta al Club Val­dai, he apren­di­do mucho. Muchas gra­cias por la opor­tu­ni­dad de escu­char mucho.

Ten­go una pre­gun­ta sobre la segu­ri­dad. Me inte­re­sa­ría cono­cer su opi­nión sobre la posi­ción rusa ante las cre­cien­tes ten­sio­nes entre Chi­na y Esta­dos Uni­dos en torno a Tai­wán, Corea del Nor­te y su pro­gra­ma nuclear.

La segun­da pre­gun­ta se refie­re a la lucha con­tra el cam­bio cli­má­ti­co. Rusia es muy rica en recur­sos natu­ra­les y com­bus­ti­bles fósi­les. Ace­le­rar la tran­si­ción hacia la neu­tra­li­dad del car­bono pue­de ir en con­tra de los intere­ses rusos.

V. Putin: Per­mí­tan­me empe­zar por el últi­mo. La tran­si­ción a un mun­do neu­tro en car­bono no va en con­tra de los intere­ses de Rusia por­que tene­mos la capa­ci­dad de desa­rro­llar for­mas alter­na­ti­vas de ener­gía, inclui­do el hidró­geno, inclu­so el hidró­geno puro, y tene­mos serias ven­ta­jas com­pe­ti­ti­vas en este sen­ti­do. Esto no nos asus­ta en abso­lu­to, al con­tra­rio, nos da incen­ti­vos para desa­rro­llar­nos. Y como recur­so ener­gé­ti­co de tran­si­ción, el gas pri­ma­rio es la mejor fuen­te de ener­gía. En cuan­to al refi­na­do de petró­leo en pro­fun­di­dad, tam­bién tene­mos muchas de las ven­ta­jas que aca­bo de men­cio­nar. No entra en con­flic­to con nues­tros intere­ses de nin­gu­na manera.

Lo úni­co que es con­tra­rio a nues­tros intere­ses es la baca­nal en el sec­tor ener­gé­ti­co, ade­lan­tán­do­se a la segu­ri­dad ener­gé­ti­ca y a la ener­gía ver­de. ¿Cómo hemos podi­do infra­fi­nan­ciar y obs­ta­cu­li­zar la inver­sión en el sec­tor ener­gé­ti­co con­ven­cio­nal duran­te muchí­si­mos años sin pre­pa­rar todo lo rela­cio­na­do con la ener­gía ver­de para esta tran­si­ción? ¿Cómo se ha podi­do hacer esto?

Esta es en gran par­te la cau­sa de la cri­sis ener­gé­ti­ca actual. Al fin y al cabo, los polí­ti­cos occi­den­ta­les solo hablan de esto para poner a los votan­tes de su lado. Pri­me­ro, asus­tan a los ciu­da­da­nos medios con el posi­ble cam­bio cli­má­ti­co, lue­go, basán­do­se en ese mie­do, empie­zan a pro­me­ter cosas que son impo­si­bles de cum­plir, con­si­guen votos, lle­gan al poder y lue­go… «boom».

¿Qué está ocu­rrien­do aho­ra, una vuel­ta a la gene­ra­ción con car­bón, una vuel­ta al gasó­leo de cale­fac­ción? Se habla mucho, pero ¿cuál es el resul­ta­do? No se tra­ta de Rusia. Esta­mos dis­pues­tos a sumi­nis­trar gas, tam­bién esta­mos dis­pues­tos a sumi­nis­trar petró­leo, ¿por qué se nie­gan? Nos que­da un oleo­duc­to tras la explo­sión de Northern Streams, está en fun­cio­na­mien­to, pode­mos bom­bear 27.500 millo­nes de metros cúbi­cos. Pero no quie­ren, ¿qué tie­ne que ver con noso­tros? Si no lo quie­ren, no lo hagan.

En cuan­to a la ener­gía ver­de, repi­to, hay que pre­pa­rar todo a tiem­po. Las medi­das sis­té­mi­cas que limi­tan el desa­rro­llo de las for­mas tra­di­cio­na­les de ener­gía han pro­vo­ca­do esta gra­ve cri­sis. No hay finan­cia­ción, los ban­cos no pres­tan, no solo en Euro­pa, lo mis­mo ocu­rre en Esta­dos Uni­dos. Por qué se limi­ta allí –los ban­cos no dan, no ase­gu­ran, no asig­nan la tie­rra, no cons­tru­yen el trans­por­te para la trans­fe­ren­cia de petró­leo y gas de estos pro­duc­tos, y esto ha esta­do suce­dien­do duran­te años. La impor­tan­te infra­fi­nan­cia­ción del sec­tor ha pro­vo­ca­do caren­cias. Eso es todo.

Los Esta­dos están asig­nan­do petró­leo de las reser­vas estra­té­gi­cas –bien, de acuer­do, pero habrá que repo­ner­las más tar­de, los exper­tos del mer­ca­do lo entien­den. Hoy lo han saca­do de las reser­vas estra­té­gi­cas, pero maña­na ten­dre­mos que com­prar­lo. Oímos: com­pra­re­mos cuan­do los pre­cios bajen. Pero no están cayen­do. ¿Y qué? Bueno, ¡aquí esta­mos! Ten­dre­mos que com­prar a pre­cios altos, los pre­cios han vuel­to a subir. ¿Qué tie­ne eso que ver con noso­tros? Se tra­ta de erro­res sis­té­mi­cos en el sec­tor ener­gé­ti­co por par­te de quie­nes debe­rían pen­sar y ocu­par­se de él. Eso es lo primero.

Segun­do. En cuan­to a Corea del Nor­te y lo que con­cier­ne a Tai­wán. Tai­wán es, sin duda, par­te inte­gran­te de la Repú­bli­ca Popu­lar Chi­na. Siem­pre hemos man­te­ni­do esta posi­ción, y no ha cambiado.

Cual­quier ges­to de carác­ter pro­vo­ca­dor cuan­do los altos fun­cio­na­rios de Esta­dos Uni­dos visi­tan Tai­wán se per­ci­be en Rusia nada menos que como una pro­vo­ca­ción. Para ser sin­ce­ro, no sé por qué lo hacen.

Cono­ce­mos a mucha gen­te aquí des­de hace muchos, muchos años y habla­mos el mis­mo idio­ma, digá­mos­lo así, al esti­lo fami­liar. Esto es lo que está ocu­rrien­do: la tra­ge­dia de Ucra­nia. Todo Occi­den­te se nos echa enci­ma, tra­tan­do de des­truir nues­tra eco­no­mía, sumi­nis­tran­do armas, miles de millo­nes de muni­cio­nes a Ucra­nia. Están luchan­do con­tra Rusia.

Pero, ¿por qué tie­nen que estro­pear al mis­mo tiem­po las rela­cio­nes con Chi­na? ¿Son per­so­nas nor­ma­les o no? Pare­ce com­ple­ta­men­te con­tra­rio al sen­ti­do común y a la lógi­ca. ¿Por qué esa abue­la tuvo que arras­trar­se a Tai­wán para pro­vo­car que Chi­na toma­ra algún tipo de repre­sa­lia? En un momen­to en el que ellos y Rusia no tie­nen for­ma de arre­glar las rela­cio­nes por lo que está ocu­rrien­do en Ucra­nia. Esto es una tontería.

Pare­ce que hay un pen­sa­mien­to sutil y pro­fun­do detrás. No creo que haya una piz­ca de suti­le­za ahí. No es más que una ton­te­ría y una auto­jus­ti­fi­ca­ción. ¿Sabe de qué se tra­ta? La arro­gan­cia y la sen­sa­ción de impu­ni­dad es lo que está detrás de estas accio­nes irracionales.

Nues­tra posi­ción es cla­ra, la he deja­do clara.

Aho­ra, con res­pec­to al pro­ble­ma nuclear de la Repú­bli­ca Popu­lar Demo­crá­ti­ca de Corea.

En mi opi­nión, este pro­ble­ma tam­bién radi­ca –ya saben cuál es– en la fal­ta de volun­tad de diá­lo­go, en la acti­tud abso­lu­ta­men­te gro­se­ra hacia los intere­ses de Corea del Nor­te, inclu­so en el ámbi­to de la segu­ri­dad. Des­pués de todo, hubo un momen­to en que prác­ti­ca­men­te todo esta­ba acor­da­do. Los líde­res nor­co­rea­nos acep­ta­ron, de hecho, las pro­pues­tas de Esta­dos Uni­dos sobre cómo resol­ver este pro­ble­ma, inclui­do el com­po­nen­te nuclear.

Pero, en el últi­mo momen­to, la par­te esta­dou­ni­den­se cam­bió su posi­ción y obli­gó, en efec­to, a los diri­gen­tes nor­co­rea­nos a rene­gar de los acuer­dos alcan­za­dos. Esta­dos Uni­dos lo hizo: impu­so san­cio­nes adi­cio­na­les, empe­zó a res­trin­gir algo en las finan­zas y la ban­ca, aun­que había un acuer­do para no hacer­lo. ¿Por qué? Tam­po­co está muy claro.

Por cier­to, tene­mos pro­pues­tas con­jun­tas con la Repú­bli­ca Popu­lar Chi­na sobre cómo avan­zar en la reso­lu­ción de este pro­ble­ma. Estas pro­pues­tas se han reco­gi­do en nues­tros dos docu­men­tos, y todo el mun­do es cons­cien­te de ello. Nos ceñi­re­mos a la posi­ción acordada.

Por cier­to, en lo que res­pec­ta a las cues­tio­nes huma­ni­ta­rias y simi­la­res, tam­bién tene­mos que enten­der el esta­do de la eco­no­mía nor­co­rea­na y las nece­si­da­des de la gen­te común, no para dar una vuel­ta de tuer­ca, sino para resol­ver cier­tas cues­tio­nes por moti­vos humanitarios.

Tene­mos muy bue­nas rela­cio­nes con la Repú­bli­ca de Corea y siem­pre hemos podi­do dia­lo­gar tan­to con la Repú­bli­ca de Corea como con la Repú­bli­ca Popu­lar Demo­crá­ti­ca de Corea. Pero aho­ra sabe­mos que la Repú­bli­ca de Corea ha deci­di­do sumi­nis­trar armas y muni­cio­nes a Ucra­nia. Esto des­trui­ría nues­tras rela­cio­nes. ¿Cómo se sen­ti­ría la Repú­bli­ca de Corea si reanu­dá­ra­mos la coope­ra­ción con Corea del Nor­te en este ámbi­to? ¿Eso le haría feliz?

Les pido que pres­ten aten­ción a esto.

F. Luk­ya­nov: Señor Pre­si­den­te, ya que usted mis­mo ha dicho que se tra­ta de un asun­to fami­liar, ¿podría correr un tupi­do velo sobre nues­tro círcu­lo familiar?

Cuan­do estu­vo en Chi­na a prin­ci­pios de febre­ro y se reu­nió con el Pre­si­den­te Xi, ¿le advir­tió de los pla­nes de…

V. Putin: No.

F. Luk­ya­nov: ¿Dijo algo sobre el hecho de que usted no com­par­tie­ra con él como amigos?

V. Putin: Usted sabe que el líder chino no es el tipo de per­so­na que expre­sa su ira por algo. Es un líder mun­dial auto­su­fi­cien­te. Y enton­ces no es nece­sa­rio, toma­mos deci­sio­nes sobe­ra­nas, tan­to Rusia como la Repú­bli­ca Popu­lar China.

Por eso en Chi­na ven per­fec­ta­men­te lo que sig­ni­fi­ca para Rusia el deseo de Occi­den­te de empu­jar las infra­es­truc­tu­ras del blo­que de la OTAN hacia nues­tras fron­te­ras, pue­den eva­luar obje­ti­va­men­te estas situa­cio­nes. Al igual que ven lo que ha suce­di­do en Don­bass duran­te los últi­mos ocho años, son per­fec­ta­men­te capa­ces de eva­luar las con­se­cuen­cias y las cau­sas del gol­pe de Esta­do en Ucra­nia en 2014.

Por supues­to, la Repú­bli­ca Popu­lar Chi­na y los diri­gen­tes chi­nos están a favor de solu­cio­nes prag­má­ti­cas y equi­li­bra­das para la cri­sis de Ucra­nia de for­ma pací­fi­ca, y res­pe­ta­mos esa posición.

F. Luk­ya­nov: Enton­ces Nel­son Wong, supongo.

N.Wong (tra­du­ci­do): Gracias.

Me lla­mo Nel­son Wong y soy de Shanghai, Chi­na. Es un gran honor estar aquí, señor Presidente.

Usted ha men­cio­na­do en su dis­cur­so y en sus obser­va­cio­nes que el orden mun­dial basa­do en reglas ha sido y sigue sien­do muy uti­li­za­do por Occi­den­te, aun­que no está cla­ro de dón­de pro­ce­de. Y hay que decir que este tema se ha dis­cu­ti­do bas­tan­te en los últi­mos cua­tro días aquí en nues­tros debates.

Señor Pre­si­den­te, mi pre­gun­ta es la siguien­te. Cuan­do mira­mos al futu­ro, vemos que esta­mos entran­do en una era en la que no habrá super­po­ten­cias. Ten­go que decir que ya habla­mos de eso el pri­mer día de nues­tras dis­cu­sio­nes. A medi­da que la úni­ca super­po­ten­cia, Esta­dos Uni­dos, pier­de el con­trol, entra­mos en una nue­va era. Esto no es solo el prin­ci­pio del fin del esta­tus de super­po­ten­cia de Esta­dos Uni­dos, es más, ya esta­mos en el pro­ce­so mis­mo de esa pérdida.

En esta nue­va eta­pa, me pare­ce que tam­bién nece­si­ta­re­mos cier­tas reglas. Si vamos a tener esas nor­mas, en su opi­nión, señor Pre­si­den­te, ¿qué nor­mas serían las más impor­tan­tes? Evi­den­te­men­te, aún no exis­ten esas nor­mas, pero a modo de hipó­te­sis: ¿qué prin­ci­pios deben res­pe­tar­se a la hora de ela­bo­rar nue­vas normas?

Gra­cias.

V. Putin: ¿Por qué no exis­ten esas nor­mas? Las hay, están reco­gi­dos en la Car­ta de las Nacio­nes Uni­das. Y estas nor­mas se lla­man dere­cho inter­na­cio­nal. Lo úni­co que nece­si­ta­mos es que todo el mun­do res­pe­te y com­pren­da estas nor­mas por igual. Solo podre­mos recha­zar estas nor­mas o moder­ni­zar­las radi­cal­men­te cuan­do se hayan sen­ta­do las bases para desa­rro­llar rela­cio­nes basa­das en prin­ci­pios diferentes.

La Car­ta de las Nacio­nes Uni­das ha fija­do el equi­li­brio de poder sur­gi­do tras la Segun­da Gue­rra Mun­dial. Por supues­to, el mun­do está cam­bian­do, ha cam­bia­do. Gigan­tes como Chi­na, como la India, como Indo­ne­sia, con una gran pobla­ción están cre­cien­do, están sur­gien­do enor­mes paí­ses en Áfri­ca y en desa­rro­llo –200 millo­nes de per­so­nas cada uno, en Amé­ri­ca Latina.

El mun­do está cam­bian­do. Por supues­to, las nor­mas del dere­cho inter­na­cio­nal tie­nen que seguir estos cam­bios y regu­lar las rela­cio­nes entre los Esta­dos de acuer­do con el equi­li­brio de poder que se está con­fi­gu­ran­do en la vida real del mun­do. Pero hay que hacer­lo con cal­ma, des­pa­cio, según prin­ci­pios com­pren­si­bles, no reglas inven­ta­das por alguien.

Lo dije en mi intro­duc­ción, ¿y quién ha leí­do estas reglas? Se habla de algu­nas reglas. ¿Qué reglas? ¿Dón­de están escri­tas, quién las apro­bó? Es una ton­te­ría. ¿Se dice todo diri­gi­do a idio­tas? Para un públi­co de gen­te que ni siquie­ra sabe leer bien. ¿Qué nor­mas, quién ha tra­ba­ja­do con ellas? Es una ton­te­ría, eso es todo. No, hablan de ello, como deci­mos, sin parar. E impon­dre­mos algún tipo de res­tric­cio­nes y san­cio­nes a quie­nes no las cumplan.

Están libran­do una gue­rra comer­cial con Chi­na, seña­lan­do lo que Chi­na debe hacer en algu­nas de sus pro­vin­cias, regu­lan­do qué tipo de rela­cio­nes debe haber, el res­pe­to a los dere­chos huma­nos. Son herra­mien­tas de luchan con­tra la Repú­bli­ca Popu­lar Chi­na, herra­mien­tas de com­pe­ten­cia des­leal, eso es lo que es. Temen el cre­cien­te poder de Chi­na y por eso todo lo que está ocu­rrien­do: hablan de los dere­chos huma­nos y se pre­sio­na a las dis­tin­tas regio­nes de Chi­na para que resuel­van los pro­ble­mas actua­les de carác­ter eco­nó­mi­co y polí­ti­co. La cues­tión es pre­ci­sa­men­te esa: luchar con­tra Chi­na como com­pe­ti­dor cre­cien­te, y para ello se están inven­tan­do todo tipo de herramientas.

La base para ello es la obser­van­cia de los intere­ses, la aper­tu­ra y las nor­mas comu­nes que todos los acto­res de la comu­ni­ca­ción inter­na­cio­nal entien­den y apli­can de mane­ra uni­for­me. Tene­mos que con­se­guir este equi­li­brio de intere­ses, res­ta­ble­cer este equi­li­brio de intere­ses y seguir estas nor­mas. Pero esto tie­ne que hacer­se en públi­co, no entre bas­ti­do­res, no en inte­rés de un país o gru­po de paí­ses, sino en inte­rés de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal en su conjunto.

F. Luk­ya­nov: Señor Pre­si­den­te, sin salir de Chi­na, a la pre­gun­ta ante­rior sobre la ener­gía ver­de y otras cosas. Está cla­ro que el mer­ca­do ener­gé­ti­co euro­peo pro­ba­ble­men­te se cerra­rá por com­ple­to para noso­tros en los pró­xi­mos años. Exis­te esa posibilidad.

¿Esta­mos pre­pa­ra­dos para cons­truir rápi­da­men­te una infra­es­truc­tu­ra para los mer­ca­dos asiáticos?

V. Putin: Sabe que no lo cons­trui­mos basán­do­nos en las con­di­cio­nes actua­les, lo hici­mos hace mucho tiem­po. El pro­yec­to Power of Sibe­ria no se cons­tru­yó debi­do a los acon­te­ci­mien­tos de Ucra­nia, se cons­tru­yó por­que somos cons­cien­tes de que las nece­si­da­des ener­gé­ti­cas de nues­tros ami­gos de Chi­na están cre­cien­do y tene­mos capa­ci­dad para satisfacerlas.

Tam­bién esta­mos nego­cian­do con la India diver­sas for­mas de lle­var nues­tros recur­sos ener­gé­ti­cos al mer­ca­do indio, con otros paí­ses. Segui­re­mos licuan­do el gas natu­ral. Nues­tra par­ti­ci­pa­ción en los mer­ca­dos mun­dia­les de GNL es toda­vía modes­ta, pero no deja de cre­cer. Segui­re­mos hacién­do­lo. Vamos a desa­rro­llar este ámbi­to, repi­to, no por las limi­ta­cio­nes actua­les, sino por­que así son las ten­den­cias de la eco­no­mía mundial.

La eco­no­mía chi­na ha lle­ga­do a ser más gran­de que la esta­dou­ni­den­se en tér­mi­nos de pari­dad de poder adqui­si­ti­vo, eso es un hecho, y nues­tras nece­si­da­des están cre­cien­do. Así que, ¿por qué no íba­mos a abas­te­cer­les, espe­cial­men­te a nues­tros ami­gos, a nues­tros veci­nos, con los que man­te­ne­mos gran­des rela­cio­nes y com­par­ti­mos una fron­te­ra común, del mis­mo modo que a los demás paí­ses asiá­ti­cos? Lo hemos hecho y lo segui­re­mos haciendo.

Aho­ra, de hecho, ya hemos acor­da­do un nue­vo sis­te­ma a tra­vés de Mon­go­lia. Tan­to Mon­go­lia como Chi­na están intere­sa­das. Deja­re­mos entrar a nues­tros ami­gos y socios en nues­tros recur­sos extrac­ti­vos –por qué no – , igual que hici­mos con los euro­peos, con los ame­ri­ca­nos, pero pre­fie­ren dejar nues­tro mer­ca­do, que se mue­van don­de quie­ran, en cual­quier direc­ción. ¿Es bueno para ellos o no? Creo que en reali­dad no es bueno.

Se van con pér­di­das. Quien quie­ra entrar, esta­mos abier­tos a la coope­ra­ción, este pro­ce­so con­ti­nua­rá. Tan­to si esta­mos pre­pa­ra­dos como si no, lle­va­mos muchos años pre­pa­rán­do­nos para ello y con­ti­nua­re­mos con este pro­ce­so. No veo nin­gún obs­tácu­lo insu­pe­ra­ble, nin­gún pro­ble­ma que no poda­mos resol­ver, todo se solucionará.

A. Dzer­mant: Ale­xei Dzer­mant, Minsk, Bielorrusia.

Antes de for­mu­lar mi pre­gun­ta, Vla­di­mir Vla­di­mi­ro­vich, me gus­ta­ría dar las pala­bras de apo­yo de muchos, muchos bie­lo­rru­sos. Me reúno a menu­do con ellos en pla­ta­for­mas de deba­te, don­de dis­cu­ti­mos sobre los acon­te­ci­mien­tos, inclui­da Ucra­nia. Así que per­so­nal­men­te a usted y a Rusia, que está luchan­do con­tra el nazis­mo en Ucra­nia, el más cáli­do apo­yo de los ciu­da­da­nos de mi país.

Me gus­ta­ría hacer la siguien­te pre­gun­ta. Dado que Occi­den­te está cons­tru­yen­do un ver­da­de­ro muro, un blo­queo y san­cio­nes con­tra la Repú­bli­ca de Bie­lo­rru­sia y Rusia, el corre­dor Nor­te-Sur está adqui­rien­do una gran impor­tan­cia logís­ti­ca y finan­cie­ra. Por supues­to, aho­ra es impor­tan­te lle­nar­lo con pro­yec­tos con­cre­tos que inclu­yan tan­to a Rusia como a Bielorrusia.

Pero, ¿no cree que con el cre­cien­te desa­rro­llo de Asia y Orien­te en gene­ral, no solo debe­mos desa­rro­llar la infra­es­truc­tu­ra mate­rial, sino tam­bién pres­tar aten­ción al aspec­to cul­tu­ral y huma­ni­ta­rio, para que ten­ga­mos las mis­mas ideas, valo­res y una deter­mi­na­da visión del mun­do con los paí­ses de Oriente?

Gra­cias.

V. Putin: Tie­ne razón. Lo hace­mos. Y ni siquie­ra por­que alguien esté cons­tru­yen­do un muro des­de el Oes­te, siem­pre lo hemos hecho.

Mire, la mayor par­te de la pobla­ción de Rusia está en la Rusia euro­pea, pero hay mucho terri­to­rio más allá de los Mon­tes Ura­les, y por eso Rusia es un país euro­asiá­ti­co, y siem­pre lo recor­da­mos, nun­ca lo olvi­da­mos. Tra­di­cio­nal­men­te desa­rro­lla­mos rela­cio­nes con los paí­ses asiá­ti­cos, pero espe­cial­men­te aho­ra que hay un cre­ci­mien­to tan explo­si­vo allí, no solo aho­ra sino en los últi­mos años.

Lo vemos todo, por eso hemos reorien­ta­do en gran medi­da nues­tra coope­ra­ción con los paí­ses asiá­ti­cos. Por supues­to, ¿cómo pode­mos desa­rro­llar los víncu­los eco­nó­mi­cos sin pres­tar aten­ción al com­po­nen­te huma­ni­ta­rio? Has­ta cier­to pun­to, Chi­na e India son cunas de civi­li­za­cio­nes mun­dia­les, siem­pre tene­mos un gran res­pe­to, aten­ción e inte­rés por ellas.

El inte­rés del públi­co ruso por estas civi­li­za­cio­nes siem­pre ha sido muy alto. Por cier­to las escue­las que estu­dian la India, Chi­na, la cul­tu­ra de estos paí­ses, sus pue­blos, sus Esta­dos mul­ti­na­cio­na­les, tene­mos un nivel muy alto de la cien­cia en estas áreas, siem­pre ha sido tra­di­cio­nal para Rusia y vamos a apo­yar en el futuro.

F. Luk­ya­nov: Esti­ma­dos cole­gas, esta es la cuar­ta hora de nues­tro tra­ba­jo. Creo que ya hemos abu­sa­do del tiem­po del Pre­si­den­te. ¿Hay algu­na otra pre­gun­ta can­den­te? Lo hay.

V. Putin: Por favor.

P.Mtembu (tra­du­ci­do): Gra­cias. Pila­ni Mtem­bu, de Sudá­fri­ca, Ins­ti­tu­to para el Diá­lo­go Global.

Señor Pre­si­den­te, usted ha dicho que Occi­den­te no pue­de lide­rar uni­la­te­ral­men­te a toda la huma­ni­dad y que debe­mos cons­truir una sin­fo­nía de la civi­li­za­ción huma­na. Me inte­re­sa­ría cono­cer su opi­nión, si que­re­mos cons­truir un orden mun­dial mul­ti­po­lar, sobre la impor­tan­cia de la coope­ra­ción regio­nal como for­ma de man­te­ner y cons­truir los cimien­tos de la multipolaridad.

Y unas pocas pala­bras más des­de la pers­pec­ti­va del com­pro­mi­so de Rusia con Áfri­ca, en par­ti­cu­lar con res­pec­to a la cum­bre Rusia-África.

Gra­cias.

V. Putin: Tene­mos muy bue­nas rela­cio­nes con Áfri­ca en gene­ral y con la Repú­bli­ca de Sudá­fri­ca en par­ti­cu­lar, des­de, como saben, la lucha de Áfri­ca por la inde­pen­den­cia y con­tra el colo­nia­lis­mo. Esta rela­ción abso­lu­ta­men­te úni­ca se for­jó duran­te los años en que la Unión Sovié­ti­ca, Rusia apo­yó a los esta­dos afri­ca­nos en su lucha por la libertad.

Y esta base de nues­tras rela­cio­nes que se for­mó en las déca­das pasa­das debe uti­li­zar­se, por supues­to, en las nue­vas cir­cuns­tan­cias para desa­rro­llar las rela­cio­nes mul­ti­la­te­ra­les con los Esta­dos afri­ca­nos de hoy, inclui­da la Repú­bli­ca de Sudá­fri­ca, que, como sabe­mos, es un socio nues­tro muy acti­vo y efi­caz en el BRICS.

Lo apre­cia­mos, cono­ce­mos las capa­ci­da­des de la Repú­bli­ca de Sudá­fri­ca. Cono­ce­mos las opor­tu­ni­da­des y tene­mos con­fian­za en el futu­ro del con­ti­nen­te afri­cano, y sin duda desa­rro­lla­re­mos nues­tras rela­cio­nes con los paí­ses afri­ca­nos, tan­to con los que hemos desa­rro­lla­do rela­cio­nes tra­di­cio­na­les en las últi­mas déca­das como con los que las esta­mos desa­rro­llan­do ahora.

Pero en cuan­to al fon­do de su pre­gun­ta y la pri­me­ra par­te de la mis­ma. En prin­ci­pio, creo que lo he con­tes­ta­do; no creo que pue­da desa­rro­llar mi posi­ción en una res­pues­ta breve.

Tie­ne que haber un equi­li­brio de intere­ses. Esto no pue­de hacer­se bajo la hege­mo­nía o el inten­to de man­te­ner la hege­mo­nía de un país o gru­po de paí­ses sobre el res­to de la huma­ni­dad. Estos hege­mo­nes ten­drán que con­tar con estas legí­ti­mas deman­das de la gran mayo­ría de los par­ti­ci­pan­tes en la comu­ni­ca­ción inter­na­cio­nal, y no con pala­bras, sino con hechos.

Des­pués de todo, ¿qué está pasan­do? Todo el mun­do habla de boqui­lla de la igual­dad, del apo­yo a los paí­ses afri­ca­nos, por ejem­plo. Todo sue­na bien en las pala­bras, pero ¿qué ocu­rre en la prác­ti­ca? Des­pués de todo, qué herra­mien­tas se uti­li­zan hoy en día, diga­mos, la herra­mien­ta del dólar u otras mone­das, diga­mos, el euro. ¿Qué ocu­rre en la prác­ti­ca? En los dos últi­mos años se impri­mie­ron 5,9 billo­nes de dóla­res y 2,9 billo­nes de euros. ¿Dón­de ha ido a parar ese dine­ro? Pasó a com­prar bie­nes en los mer­ca­dos mun­dia­les y Esta­dos Uni­dos pasó de ser un impor­ta­dor neto de ali­men­tos a com­prar más ali­men­tos en los mer­ca­dos mun­dia­les de los que ven­de a los mer­ca­dos mun­dia­les, empe­zó a com­prar ali­men­tos a cos­ta de tener la imprenta.

A eso con­du­ce un mono­po­lio finan­cie­ro: hubo una esca­sez inme­dia­ta. No solo hubo una mala cose­cha el año ante­rior y una pan­de­mia, sino que se redu­jo la pro­duc­ción, se impri­mió dine­ro para luchar con­tra la pan­de­mia y se lan­zó a la pobla­ción, que empe­zó a com­prar ali­men­tos y los pre­cios subie­ron. ¿Y quién sufre? En pri­mer lugar, Áfri­ca y, en par­te, Amé­ri­ca Lati­na y Asia. ¿Alguien pien­sa en ello? Por supues­to, los que lo hacen pien­san en ello. Estas con­se­cuen­cias les impor­tan un ble­do. Deci­den sus intere­ses sin pen­sar en las con­se­cuen­cias para esos mis­mos paí­ses africanos.

Lo mis­mo ocu­rre en el otro lado del mer­ca­do ali­men­ta­rio, rela­cio­na­do con los fer­ti­li­zan­tes. Mire, ¿cómo es posi­ble? Lo he dicho antes, lo diré de nue­vo. ¿Cómo es posi­ble que deci­dan levan­tar las res­tric­cio­nes y prohi­bi­cio­nes a los fer­ti­li­zan­tes rusos en Euro­pa y que lue­go acla­ren que esas res­tric­cio­nes se levan­ta­ron solo para los paí­ses de la Unión Euro­pea? ¿Se han vuel­to com­ple­ta­men­te locos o qué? Han emi­ti­do esta acla­ra­ción por escri­to. ¿Cómo se pue­de ima­gi­nar? Pero lo hacen sin timi­dez, sin todo. ¿Es esto un equi­li­brio de intere­ses o qué?

Ya lo hemos dicho muchas veces: tene­mos 300.000 tone­la­das de fer­ti­li­zan­tes incau­ta­dos, tira­dos en los puer­tos euro­peos. Nues­tras empre­sas están dis­pues­tas a dar­lo gra­tis, pero no lo hacen, ni siquie­ra a los paí­ses afri­ca­nos. Algu­nos líde­res afri­ca­nos me pre­gun­ta­ron dón­de exac­ta­men­te. Les pedí a mis asis­ten­tes que les envia­ran dón­de y cuán­to encuen­tran: 300 mil tone­la­das, millo­nes de dólares.

Dén­se­lo a los paí­ses más pobres, lo nece­si­tan. No, no lo hacen. ¿Se tra­ta de un equi­li­brio de intere­ses? Si quie­res luchar con Rusia, haz­lo. No quie­res que obten­ga­mos ingre­sos extra, lo esta­mos dan­do gra­tis, no hay ingre­sos. Rega­lar a los paí­ses en desa­rro­llo, sus accio­nes solo con­tri­bu­yen a que los pre­cios suban. ¿Por qué haces esto? Así que tie­nes inte­rés en ello.

¿Se tra­ta de un equi­li­brio de intere­ses? ¿Cómo se con­si­gue que la rela­ción sea esta­ble? Para lograr este equi­li­brio, tene­mos que actuar en el mar­co de lo que lla­ma­mos las reglas del dere­cho inter­na­cio­nal, tene­mos que acor­dar­las y adhe­rir­nos a ellas. En el ámbi­to finan­cie­ro, tene­mos que crear un sis­te­ma de pagos inter­na­cio­nal inde­pen­dien­te como el que he mencionado.

He dado un ejem­plo con­cre­to de a qué con­du­ce la emi­sión sin res­tric­cio­nes de las prin­ci­pa­les divi­sas. Tam­bién tie­ne con­se­cuen­cias prác­ti­cas, sobre todo para los paí­ses en desarrollo.

Me gus­ta­ría vol­ver a esto: para que el mun­do sea esta­ble, hay que lograr este equi­li­brio de intereses.

Por favor, levan­ten la mano.

F. Luk­ya­nov: Nata­lia Tsaiser.

D. Kons­tan­ta­ko­pou­los (tra­du­ci­do): Señor Pre­si­den­te, dos peque­ñas preguntas.

V. Putin: No es como Nata­lia, por supuesto.

D. Kons­tan­ta­ko­pou­los ¿Cree que ha lle­ga­do el momen­to de una mayor inte­gra­ción en la anti­gua Unión Soviética?

Y la segun­da pre­gun­ta. ¿Cuál es su men­sa­je para los ciu­da­da­nos de a pie de Occi­den­te? Si tuvie­ra delan­te a un ciu­da­dano occi­den­tal, ¿qué le diría?

V. Putin: Pri­me­ro, sobre la integración.

Este es un tema muy sen­si­ble. Aquí tam­bién hay que con­se­guir lo que he dicho con res­pec­to a todo el mun­do, es decir, hay que con­se­guir un equi­li­brio de intere­ses. Hay que hacer­lo con pro­fe­sio­na­li­dad, sin pri­sas y con cohe­ren­cia. Tene­mos cier­tos pla­nes en el mar­co de la Unión Eco­nó­mi­ca Euro­asiá­ti­ca. Se tra­ta de eli­mi­nar las res­tric­cio­nes a los gru­pos de pro­duc­tos más impor­tan­tes para garan­ti­zar ple­na­men­te la libre cir­cu­la­ción de mer­can­cías, finan­zas, capi­ta­les y mano de obra.

No creo que sea con­ve­nien­te ade­lan­tar­se, como ocu­rrió, por ejem­plo, en la Unión Euro­pea, cuan­do algu­nos paí­ses con cier­to nivel de desa­rro­llo eco­nó­mi­co entra­ron en la zona euro y lue­go no supie­ron qué hacer, por­que los pro­ble­mas sur­gen cuan­do el ins­tru­men­to de la infla­ción deja de estar dis­po­ni­ble para regu­lar la situa­ción den­tro de la eco­no­mía. Me refie­ro a la situa­ción cono­ci­da, por ejem­plo, con Gre­cia y algu­nos otros países.

Por eso no debe­mos ade­lan­tar­nos, sino ser cohe­ren­tes en la apli­ca­ción de los pla­nes que hemos tra­za­do. Sabe­mos lo que tene­mos que hacer en este ámbi­to y lo hare­mos sin fal­ta, tenien­do en cuen­ta los intere­ses de todas las par­tes implicadas.

En cuan­to a nues­tro men­sa­je a los ciu­da­da­nos medios de los paí­ses occi­den­ta­les, tan­to en Esta­dos Uni­dos como en Euro­pa. Quie­ro decir lo más impor­tan­te: luchar por sala­rios más altos, eso es lo pri­me­ro. En segun­do lugar, no crea que Rusia es su enemi­go. Rusia es su ami­ga, y hemos hecho todo lo posi­ble duran­te déca­das y esta­mos dis­pues­tos a hacer todo lo posi­ble en el futu­ro para for­ta­le­cer nues­tras relaciones.

En este con­tex­to, me vino a la men­te un chis­te que hace poco se lo con­ta­ba a mis cole­gas. Un ami­go de Ale­ma­nia me lo con­tó el otro día. En una fami­lia, el hijo le pre­gun­ta a su padre: «Papá, ¿por qué hace tan­to frío?» Y dice: «Por­que Rusia ha ata­ca­do a Ucra­nia». El niño pre­gun­ta: «¿Qué tie­ne eso que ver con noso­tros?» —«Hemos impues­to san­cio­nes con­tra los rusos». —«¿Por qué?» —«Para que se sien­tan mal». —«¿Somos rusos?»

Quie­ro decir que todos los pro­ble­mas, y esto se diri­ge a los ciu­da­da­nos en este caso de los paí­ses euro­peos, y a los de Esta­dos Uni­dos, todos los pro­ble­mas que sur­gen en este sen­ti­do no están rela­cio­na­dos con las accio­nes de Rusia. Están rela­cio­na­dos con los erro­res sis­té­mi­cos come­ti­dos por sus diri­gen­tes polí­ti­cos, los diri­gen­tes polí­ti­cos de sus paí­ses, en el ámbi­to ener­gé­ti­co, en el ámbi­to ali­men­ta­rio y en la polí­ti­ca mone­ta­ria, que con­du­je­ron a un aumen­to sin pre­ce­den­tes de la infla­ción y a la esca­sez de recur­sos ener­gé­ti­cos. Esto no tie­ne nada que ver con Rusia: es el resul­ta­do de los erro­res sis­te­má­ti­cos de los líde­res de sus paí­ses. Y tene­mos que rea­li­zar un aná­li­sis sen­sa­to de lo que está ocu­rrien­do e impul­sar un cam­bio de polí­ti­ca económica.

Cuan­do se tra­ta de polí­ti­ca inter­na­cio­nal, por supues­to, siem­pre es una deci­sión de los Esta­dos sobe­ra­nos, pero, por supues­to, debe­ría basar­se en la opi­nión de los votan­tes, los ciu­da­da­nos de a pie del país en cues­tión. Pero los ciu­da­da­nos de a pie deben saber –ter­mino don­de empe­cé– que Rusia no es un enemi­go y que nun­ca ha teni­do malas inten­cio­nes hacia los Esta­dos euro­peos ni hacia Esta­dos Unidos.

Y sabe­mos que noso­tros, Rusia, tene­mos muchos ami­gos allí. Cons­trui­re­mos nues­tras rela­cio­nes con el lla­ma­do Occi­den­te colec­ti­vo sobre la base de esta par­te de la pobla­ción de los paí­ses euro­peos y de Esta­dos Unidos.

F. Luk­ya­nov: Señor Pre­si­den­te, ¿el lla­ma­mien­to a la lucha por unos sala­rios más altos se apli­ca tam­bién a los ciu­da­da­nos de Rusia?

V. Putin:Sí.

V. Putin: Y ten­go que decir­les que este es uno de los temas fun­da­men­ta­les que el Gobierno tie­ne que tra­tar, y los sin­di­ca­tos lo están hacien­do a pesar de todo, a pesar de todas las ope­ra­cio­nes especiales.

En la comi­sión tri­par­ti­ta exis­te un difí­cil diá­lo­go entre los repre­sen­tan­tes de la patro­nal, los sin­di­ca­tos y el Gobierno. Este diá­lo­go está en marcha.

Pode­mos ver que los ingre­sos nomi­na­les de los ciu­da­da­nos están aumen­tan­do, mien­tras que los ingre­sos reales han dis­mi­nui­do lige­ra­men­te. Dada la situa­ción de la eco­no­mía rusa, pode­mos resol­ver estos pro­ble­mas y debe­mos hacer­lo. De acuer­do con los pla­nes del gobierno ruso, espe­ro que se resuel­van todas las tareas que nos hemos pro­pues­to en este sentido.

Hay alguien más que quie­ra [hacer una pregunta].

F. Luk­ya­nov: Señor Pre­si­den­te, usted no es quien man­da aquí, soy yo. (Risas.)

V. Putin: Esto se lla­ma hegemonía.

F. Luk­ya­nov: Toda­vía no lo hemos superado.

Cole­gas, sugie­ro un bom­bar­deo al final. Nata­lia [Tsai­ser] está ofen­di­da, y hay dos pre­gun­tas más, y ter­mi­na­re­mos aquí.

V. Putin: OK.

F. Luk­ya­nov: Natalia.

N. Tsai­ser: ¡Señor Pre­si­den­te, bue­nas tardes!

Nata­lia Tsai­ser, alian­za Afri­can Busi­ness Initiative.

Lle­vo casi quin­ce años tra­ba­jan­do en el desa­rro­llo de las rela­cio­nes inter­na­cio­na­les y amplian­do los con­tac­tos en el ámbi­to de la diplo­ma­cia públi­ca. Como alguien que cons­tru­ye puen­tes, siem­pre es impor­tan­te para mí pro­yec­tar algún tipo de acción en el futuro.

Evi­den­te­men­te, nos encon­tra­mos ante una nue­va eta­pa his­tó­ri­ca, y cuan­do el capí­tu­lo de los acon­te­ci­mien­tos actua­les haya ter­mi­na­do, habrá que for­mar nue­vas o dife­ren­tes ins­ti­tu­cio­nes de aso­cia­ción inter­na­cio­nal. No me refie­ro a los paí­ses que ya han toma­do una deci­sión, sino a los que, debi­do a su posi­ción geo­po­lí­ti­ca, no pue­den expre­sar abier­ta­men­te sus inten­cio­nes y posiciones.

Señor Pre­si­den­te, ¿cómo ve la nue­va ins­ti­tu­ción de la aso­cia­ción inter­na­cio­nal? ¿Qué base de pari­dad está dis­pues­ta a ofre­cer Rusia a nivel inter­na­cio­nal? ¿Qué meca­nis­mos, herra­mien­tas y per­so­nas se nece­si­tan para hacer nue­vos alia­dos, socios y ami­gos, no a nivel decla­ra­ti­vo, sino a un nivel fun­da­men­tal­men­te res­pon­sa­ble en sus acuer­dos? ¿Cree que pue­de tener sen­ti­do que cam­bie­mos algu­nos o cons­tru­ya­mos otros enfo­ques en el mar­co de la aso­cia­ción inter­na­cio­nal del futuro?

Gra­cias.

V. Putin: Sabe, su pre­gun­ta es muy amplia, si es que pue­de lla­mar­se pregunta.

Lo que me gus­ta­ría decir. Creo que ya he res­pon­di­do prác­ti­ca­men­te a lo que me ha pre­gun­ta­do. Debe­mos y pode­mos hacer hin­ca­pié en la coope­ra­ción, en pri­mer lugar con aque­llos paí­ses que son sobe­ra­nos en sus deci­sio­nes fun­da­men­ta­les. Eso es lo primero.

El segun­do. Tene­mos que bus­car el con­sen­so para tomar esas decisiones.

Y en ter­cer lugar, hay que bus­car un equi­li­brio de intereses.

¿En el mar­co de qué ins­ti­tu­cio­nes? Se tra­ta sobre todo, por supues­to, de orga­ni­za­cio­nes inter­na­cio­na­les uni­ver­sa­les, y la núme­ro uno en este caso es la ONU.

F. Luk­ya­nov: Alan Free­man, por favor.

A. Free­man (tra­du­ci­do): Señor Pre­si­den­te, ven­go de Cana­dá, un país de la OTAN. El futu­ro Pri­mer Minis­tro, o más bien su abue­lo, era un ban­de­ri­lle­ro. Hay resen­ti­mien­to en todo el mun­do con­tra la posi­ción de la OTAN, y hay muchas voces en el Sur glo­bal. Estas voces exis­ten tan­to en el Nor­te como en el Occi­den­te colec­ti­vo. ¿Por qué no los escu­cha­mos? Por­que están sien­do reprimidos.

Mire lo que le pasó a Julian Assan­ge. Los medios de comu­ni­ca­ción, las eli­tes polí­ti­cas, las eli­tes aca­dé­mi­cas están lle­van­do a cabo una cam­pa­ña sin pre­ce­den­tes, es racis­ta y ruso­fó­bi­ca, inti­mi­da a la gen­te, les impi­de expre­sar toda la opo­si­ción a lo que hacen sus gobier­nos. No se ve la mag­ni­tud de la opo­si­ción que exis­te en Euro­pa, en Cana­dá, en el Rei­no Uni­do, no se ve aquí.

¿Qué pode­mos hacer para cons­truir una rela­ción entre quie­nes en el Occi­den­te colec­ti­vo luchan con­tra lo que hace su gobierno y quie­nes apo­yan lo que ocu­rre en el Sur glo­bal y en Rusia, para que Rusia actúe con valen­tía en el esce­na­rio global?

V. Putin: Me pare­ce que nadie tie­ne que sacri­fi­car nada del con­jun­to de sus intere­ses nacio­na­les, solo tie­ne que luchar por sus intere­ses nacio­na­les, y noso­tros tra­ba­ja­re­mos con uste­des al unísono.

Por supues­to, no esta­mos inmer­sos en los deta­lles de la lucha polí­ti­ca inter­na de los paí­ses del colec­ti­vo occi­den­tal que usted ha men­cio­na­do. No esta­mos –usted lo sabe pro­ba­ble­men­te mejor que yo– tra­ba­jan­do con la opo­si­ción prác­ti­ca­men­te a nivel de los ser­vi­cios de segu­ri­dad, como hace Occi­den­te con noso­tros y con nues­tra opo­si­ción. Sabe­mos que se están gas­tan­do cien­tos de millo­nes, si no miles de millo­nes de dóla­res, para apo­yar a la opo­si­ción en todas las direc­cio­nes, a tra­vés de diver­sos cana­les, y han idea­do todo tipo de ideas para cana­li­zar los recur­sos finan­cie­ros hacia Rusia para estos fines. Ni siquie­ra tene­mos tiem­po para seguir­le la pis­ta. Pero no esta­mos hacien­do nada al respecto.

Pero con­ta­mos con el hecho –y lo he dicho muchas veces hoy, creo que inclu­so en mi dis­cur­so– de que nues­tra pro­pia posi­ción sobre las cues­tio­nes fun­da­men­ta­les de las rela­cio­nes inter­na­cio­na­les y sim­ple­men­te del desa­rro­llo de la socie­dad es atrac­ti­va para un gran núme­ro de per­so­nas, no sólo en el mun­do en gene­ral, sino tam­bién en Occidente.

Aca­bo de decir eso. Sabe­mos que tene­mos muchos segui­do­res allí. Cons­trui­re­mos rela­cio­nes con los paí­ses del lla­ma­do Occi­den­te colec­ti­vo apo­yán­do­nos en estos mis­mos apoyos.

Por mi par­te, solo pue­do desear­les éxi­to en la lucha por sus intere­ses nacio­na­les. Esto será sufi­cien­te para esta­ble­cer bue­nas rela­cio­nes con Rusia.

(Diri­gién­do­se a Lukyanov).

Aun así, déja­me tener la últi­ma palabra.

Voy a pedir a todos los pre­sen­tes que levan­ten la mano y res­pon­dan a su pregunta.

Sí. Por favor.

F. Luk­ya­nov: Gabor Steer.

Gabor Steer: Bue­nas tar­des, señor Presidente.

Al prin­ci­pio de nues­tra con­ver­sa­ción habló de cuá­les eran tus obje­ti­vos, de cómo eva­lua­ba la situa­ción, y mi pre­gun­ta es la siguien­te: El 24 de febre­ro, ¿pen­só que la SWO con­ti­nua­ría en ocho meses? Y no solo con­ti­núa, sino que la situa­ción se agra­va. Ade­más, muchos en el mun­do ya temen el esta­lli­do de la Ter­ce­ra Gue­rra Mundial.

De ahí la pre­gun­ta. Una de mis ciu­da­des favo­ri­tas del espa­cio post­so­vié­ti­co es Odes­sa. Qué le pare­ce, deme su con­se­jo: si me gus­ta­ría ir allí el pró­xi­mo verano o den­tro de dos años…

V. Putin: No espe­re, ve cuan­to antes. Es una bro­ma. Es una broma.

G. Stir: ¿Ten­go que pedir un visa­do ruso o ucra­niano en dos años?

V. Putin: Usted sabe que Ode­sa es una de las ciu­da­des más bellas del mun­do. Se sabe que Odes­sa fue fun­da­da por Eka­te­ri­na II, e inclu­so los nacio­na­lis­tas extre­mos, creo, no se atre­ven a derri­bar el monu­men­to a la fun­da­do­ra de la ciudad.

Odes­sa pue­de ser tan­to una man­za­na de la dis­cor­dia como un sím­bo­lo de la reso­lu­ción de con­flic­tos y un sím­bo­lo de la bús­que­da de algún tipo de solu­ción a todo lo que está suce­dien­do aho­ra. No se tra­ta de noso­tros. Hemos dicho muchas veces que esta­mos dis­pues­tos a nego­ciar, y lo he vuel­to a men­cio­nar públi­ca­men­te hace poco, hablan­do en el Krem­lin. Pero los diri­gen­tes del régi­men de Kiev han deci­di­do no con­ti­nuar las nego­cia­cio­nes con la Fede­ra­ción Rusa. Los que lo hacen –y son bas­tan­tes. Es cier­to que son los que apli­can esta polí­ti­ca en Washing­ton los que tie­nen la últi­ma pala­bra. Resol­ver este pro­ble­ma es muy sen­ci­llo: dar una señal ade­cua­da a Kiev para que cam­bie su posi­ción y se esfuer­ce por resol­ver estos pro­ble­mas de for­ma pací­fi­ca. Eso es todo.

Y en cuan­to a su posi­ble via­je a Ode­sa, sin bro­mas, le reco­mien­do que lo haga. Real­men­te es una ciu­dad muy boni­ta, con tra­di­cio­nes e his­to­ria mara­vi­llo­sas. Es digno de admirar.

Aun­que en los últi­mos años, al menos en la épo­ca en la que estu­ve en Ode­sa, no me cau­só la mejor impre­sión por­que, obvia­men­te, las ins­ta­la­cio­nes públi­cas esta­ban en decli­ve, era visi­ble inclu­so en las facha­das de los edi­fi­cios, aun­que en el cen­tro toda­vía se con­ser­va­ba, un poco al mar­gen, todo allí no pare­cía tan pre­sen­ta­ble. Pero vale la pena ver Odessa.

Haga­mos la final. Por favor.

F. Luk­ya­nov: Y Car­los Ron, ¿qué pasa con Venezuela?

V. Putin: ¿Vene­zue­la?

F. Luk­ya­nov: Sí.

V. Putin: Me gus­ta­ría que los rusos ter­mi­na­ran. Hagámoslo.

C. Ron (tra­du­ci­do): Señor Pre­si­den­te, salu­dos des­de Vene­zue­la, de par­te de su ami­go el Sr. Pre­si­den­te Nico­lás Maduro.

En estos momen­tos, cer­ca del 30% del mun­do está some­ti­do a algún tipo de san­ción ile­gal por par­te de Esta­dos Uni­dos. Usted ha dicho la impor­tan­cia de defen­der los prin­ci­pios con­sa­gra­dos en la Car­ta de la ONU. El mes pasa­do se reu­nió en Nue­va York el Gru­po de Ami­gos en Defen­sa de la Car­ta de la ONU, y una de las cues­tio­nes que se plan­tea­ron en la reu­nión fue: ¿cómo se pue­de con­tri­buir a una zona libre de san­cio­nes ile­ga­les, don­de se pue­da hacer nego­cios, hacer nego­cios sin mie­do a esas sanciones?

¿Qué cree que podría hacer Rusia para crear ese espa­cio? ¿Y cómo cree que pue­de ocu­rrir esto? Tal vez ten­ga algún otro men­sa­je para el pue­blo de Venezuela.

V. Putin: Rusia, al resis­tir a las san­cio­nes que se le han impues­to, está crean­do un espa­cio de liber­tad en cier­to sen­ti­do para no tener mie­do a las san­cio­nes y desa­rro­llar libre­men­te los lazos eco­nó­mi­cos entre varias regio­nes del mun­do y varios países.

En este caso no se nece­si­tan solu­cio­nes espe­cia­les. El pro­pio ejem­plo de lo que está ocu­rrien­do, creo que es ilus­tra­ti­vo. Aho­ra, un cole­ga pre­gun­tó qué seña­les esta­mos dis­pues­tos a enviar a los ciu­da­da­nos de los paí­ses euro­peos y occi­den­ta­les en gene­ral. He dicho eso, pero tam­bién he habla­do de los erro­res que han come­ti­do los diri­gen­tes polí­ti­cos de los paí­ses occi­den­ta­les en la eco­no­mía mun­dial, en el sec­tor finan­cie­ro, en el ener­gé­ti­co y en el alimentario.

Esta es una de las con­fir­ma­cio­nes. Han impues­to san­cio­nes con­tra Vene­zue­la. Has­ta hace poco era uno de los mayo­res pro­duc­to­res de petró­leo. Impu­sie­ron san­cio­nes a Irán, impu­sie­ron san­cio­nes a Rusia. Aho­ra ame­na­zan con san­cio­nes con­tra Ara­bia Sau­dí. Quie­ren limi­tar los pre­cios del petró­leo y el gas rusos. Pues bien, a cada paso come­ten un error que aca­rrea con­se­cuen­cias nefas­tas para los pro­pios paí­ses que impo­nen estas san­cio­nes. Este es solo un ejem­plo. Y lue­go bus­can a alguien a quien cul­par. Lo hacen todo con sus pro­pias manos y lue­go bus­can a quien culpar.

Sin embar­go, Vene­zue­la se está desa­rro­llan­do. Hay gran­des pro­ble­mas, lo sabe­mos, pero Vene­zue­la los está superando.

Impu­si­mos estas san­cio­nes con­tra Rusia y espe­rá­ba­mos un colap­so total de la eco­no­mía rusa, hemos habla­do de ello al prin­ci­pio de nues­tra reu­nión de hoy. Pero no fue una gue­rra relám­pa­go con­tra la eco­no­mía rusa.

¿Qué está pasan­do? Mire: la infla­ción se situa­rá en torno al 12% para el año, y hay una ten­den­cia a la baja. En el pri­mer tri­mes­tre del año que vie­ne, según nues­tros exper­tos, esta­rá en torno al 5%. En los paí­ses de la Unión Euro­pea con eco­no­mías avan­za­das, es del 17% (como los Paí­ses Bajos), mien­tras que en algu­nos paí­ses de la Unión euro­pea es del 21 – 23% [por­cen­ta­je], el doble que en los Paí­ses Bajos.

El des­em­pleo es del 3,8%. Es menor que en el perio­do pre pan­dé­mi­co, cuan­do era de 4,7. Ten­dre­mos un défi­cit pre­su­pues­ta­rio del 2% el pró­xi­mo año y del 1,4% el siguien­te y del 0,7% el siguien­te. Es mayor en casi todos los paí­ses de la euro­zo­na. La deu­da públi­ca es fun­da­men­tal­men­te más baja que en la euro­zo­na, tan­to en Esta­dos Uni­dos como en Gran Bretaña.

Ten­dre­mos una rece­sión este año, entre el 2,8 y el 2,9%. Lo será. Pero la pro­duc­ción indus­trial, la fabri­ca­ción, se man­tie­ne en el mis­mo nivel. El sec­tor de la cons­truc­ción ha subi­do más de un 5%, un 5,1%, en los ocho pri­me­ros meses de este año. La agri­cul­tu­ra se ha dupli­ca­do y la ten­den­cia va en aumento.

Hemos aumen­ta­do los prés­ta­mos a los sec­to­res empre­sa­rial y de con­su­mo. Los prés­ta­mos han subi­do. Sí, hemos vis­to algu­nos pro­ble­mas rela­cio­na­dos con la sali­da de dine­ro de los ban­cos. El dine­ro ha empe­za­do a vol­ver y los ciu­da­da­nos están hacien­do lo correc­to, es mejor tener al menos algún inte­rés en el ban­co, es bas­tan­te obvio, que man­te­ner­lo bajo un col­chón, per­der dine­ro con la infla­ción. La esta­bi­li­dad de nues­tro sis­te­ma ban­ca­rio es fia­ble, la esta­bi­li­dad del sis­te­ma ban­ca­rio es alta. Repi­to, los prés­ta­mos están creciendo.

Usted me ha pre­gun­ta­do: ¿qué pue­de hacer Rusia para crear con­di­cio­nes, para vivir inde­pen­dien­te de estas san­cio­nes y desa­rro­llar­se de for­ma sos­te­ni­ble? Creo que no es un mal ejem­plo, y es nece­sa­rio aunar los esfuer­zos de todos los que están intere­sa­dos en esto, para lograr este acuer­do y el equi­li­brio de intere­ses que ya he dicho muchas veces. Y enton­ces, sin duda, el éxi­to esta­rá asegurado.

Ter­mi­ne­mos aquí.

F. Luk­ya­nov: Bueno, por fin.

Vla­di­mir Vla­di­mi­ro­vich, empe­cé dicien­do que tenía­mos muchas ganas de ver­le. Creo que nos ire­mos muy satis­fe­chos y refle­xio­na­re­mos duran­te mucho tiem­po. Es difí­cil para mí, sen­ta­do aquí [eva­luar], por supues­to, las impre­sio­nes pue­den variar, pero me pare­ce que este es uno de nues­tros deba­tes más exi­to­sos en tér­mi­nos de cober­tu­ra de temas y la atmós­fe­ra gen­Mu­chas gra­cias, y esta­mos desean­do que lle­gue, ya empe­za­mos a espe­rar­le den­tro de un año.

V. Putin: De acuerdo.

Quie­ro dar las gra­cias a nues­tro mode­ra­dor, nues­tro anfi­trión. Y, por supues­to, gra­cias a todos por el inte­rés que pres­tan a las rela­cio­nes con Rusia, me refie­ro prin­ci­pal­men­te a nues­tros invi­ta­dos extranjeros.

Me gus­ta­ría agra­de­cer a todos los exper­tos del Club Val­dai su tra­ba­jo en esta pla­ta­for­ma y, por supues­to, su nota­ble y sus­tan­cial con­tri­bu­ción a esas sesio­nes de brains­tor­ming tan nece­sa­rias, inclu­yen­do el pro­ce­so de toma de deci­sio­nes a nivel práctico.

Gra­cias. Les deseo todo lo mejor.

27 de octu­bre de 2022

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Revi­sa­do y corre­gi­do por Boltxe Kolektiboa

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