La hipo­cre­sía de un «No a la gue­rra» que lle­ga muy tarde

Me pon­go a escri­bir esto tra­tan­do de con­te­ner la rabia y la indig­na­ción que me pro­du­cen las reac­cio­nes de la izquier­da occi­den­tal y de la socie­dad en gene­ral sobre el con­tra­ata­que ruso con­tra Ucrania.

La ver­dad es que no espe­ro gran cosa con esto. Ten­go de sobra com­pro­ba­do que no hay más cie­go que el que no quie­re ver, y que por mucho que todos repi­táis mil veces que la tele mani­pu­la, seguís bai­lan­do al rit­mo que os mar­can des­de los medios de masas de occidente.

Des­de ayer he vis­to las redes socia­les lle­nas de car­te­li­tos de NO A LA GUERRA a los que habéis qui­ta­do los casi 20 años de tela­ra­ñas des­de la gue­rra de Irak.

Podría decir que esos mis­mos car­te­les han esta­do olvi­da­dos en el fon­do del cajón de la infa­mia, mien­tras Israel masa­cra­ba Pales­ti­na. Mien­tras EE.UU. arra­sa­ba Afga­nis­tán, o Libia, en bom­bar­deos masi­vos que han cau­sa­do la muer­te de mas de 150.000 per­so­nas, inclu­yen­do miles de niños. Muer­tes que EE.UU. se ha nega­do a inves­ti­gar. Pero decir todo esto, sería dema­sia­do fácil. Podría decir que cuan­do los medios os dije­ron otra vez, que al igual que con Libia había que inter­ve­nir en Siria, os habéis man­te­ni­do calla­dos mien­tras USA ata­ca­ba a un país sobe­rano y saquea­ba sus reser­vas de petróleo.

Tam­bién podría decir que en lo que va de mes de febre­ro del 2022 , ha habi­do muer­tos en Pales­ti­na, en Damas­co por bom­bar­deos de Israel, al igual que en Yemen o en Soma­lia. Y vues­tros car­te­li­tos seguían olvidados.

Tam­bién podría decir que las polí­ti­cas occi­den­ta­les han cau­sa­do un geno­ci­dio cons­tan­te en las aguas medi­te­rrá­neas, pero seria poner en ban­de­ja el que 4 caracu­los me tachen de dema­go­gia. Se ve que hay muer­tos que impor­tan, y otros que no.

Como decía Mal­colm X, tened cui­da­do con los medios de comu­ni­ca­ción por­que si no vais a aca­bar defen­dien­do a los opre­so­res.

Pero quie­ro cen­trar­me en la gue­rra que esta­lló en Ucra­nia en el año 2014, a la cual, vues­tros insul­sos car­te­les están lle­gan­do 8 años tar­de. Todo el mun­do pue­de des­pis­tar­se, todos pode­mos come­ter erro­res, pero tam­bién es posi­ble que haya algo más per­ver­so en según qué «des­cui­dos».

Tener memo­ria es algo muy impor­tan­te, y más en una socie­dad que fabri­ca con­flic­tos de usar y tirar para los que la mayo­ría de per­so­nas solo actúan ponien­do un ava­tar de moda en su foto de per­fil, y que días des­pués con la apa­ri­ción de cual­quier noti­cia de la pren­sa rosa, del fut­bol o de cual­quier gili­po­llez cadu­que en un sue­lo infértil.

Antes de nada hay que enten­der que una gue­rra hoy en día no apa­re­ce de la nada y que muchos de noso­tros enten­de­mos que la gue­rra glo­bal comen­zó hace mucho tiem­po. Otra cosa es que los medios de comu­ni­ca­ción de los que nos ali­men­ta­mos , deci­dan qué tiem­po hace, o qué con­flic­tos exis­ten o no exis­ten, pero son muchí­si­mos rin­co­nes del mun­do los que des­de hace años están en gue­rra y son invi­si­bi­li­za­dos debi­do a que los inte­rés eco­nó­mi­cos que hay detrás favo­re­cen a la alian­za occi­den­tal USA-OTAN.

Des­de hace años OTAN-USA ha ido fal­tan­do a su com­pro­mi­so y levan­tan­do base mili­ta­res esta­ble­cien­do allí sus tro­pas por toda la fron­te­ra rusa, con la inten­ción de debi­li­tar, y ase­diar a los paí­ses euro­asiá­ti­cos que podían hacer com­pe­ten­cia al dólar y al euro.

Es tan fácil como bus­car en un mapa las bases de la OTAN por el mun­do y veréis como los movi­mien­tos mili­ta­res de aco­so lle­van años sucediendo.

La Gue­rra de Ucra­nia es solo un capi­tu­lo más de una serie mucho más exten­sa y es esen­cial tener­lo en cuen­ta a la hora de ana­li­zar los hechos de los últi­mos días.

Antes de nada, y para pre­ve­nir a los niños rata que apa­rez­can, diré que Putin me da asco, y que Rusia no es la URSS y sus polí­ti­cas nada tie­nen que ver con su pasa­do sovié­ti­co, pero me nie­go a poner el foco en Rusia, por­que con­si­de­ro que es poner el eje de la balan­za en un lugar erró­neo y que solo pue­de dar pie a posi­cio­nes manipuladas.

Voy a cen­trar­me en mi que­ri­do pue­blo del Donbass.

Cuan­do en el 2013 sur­gió el movi­mien­to Mai­dan como una supues­ta res­pues­ta social a la corrup­ción polí­ti­ca, los obre­ros y mine­ros del Don­bass lo veían con sim­pa­tía, pese a que ellos esta­ban inmis­cui­dos en una huel­ga del car­bón, de unas ciu­da­des aban­do­na­das des­de hace tiem­po por las admi­nis­tra­cio­nes, que que­da­ba muy lejos de la vida de la capital.

Des­de aquí tam­bién vimos las imá­ge­nes de las mani­fes­ta­cio­nes mul­ti­tu­di­na­rias en Kiev y de cómo se enfren­ta­ban con mucha vio­len­cia con­tra la policía.

Has­ta ahí todo iba bien. Las ban­de­ras roji­ne­gras le daban el toque gua­po para que para una socie­dad del espec­tácu­lo como la nues­tra se pusie­ra a aplau­dir los sím­bo­los y apo­yar esos movimientos.

La cosa empe­zó a tor­cer­se cuan­do los mani­fes­tan­tes que ata­ca­ban a la poli­cía iban uni­for­ma­dos para­mi­li­tar­men­te y empe­za­ron a apa­re­cer sím­bo­los nazis en sus escu­dos. Algo empe­za­ba a oler mal. La ban­de­ra roji­ne­gra resul­tó ser el sím­bo­lo del ejér­ci­to insur­gen­te ucra­niano del nazi Ste­pan Ban­de­ra, que se alió a los nazis ale­ma­nes en la Segun­da Gue­rra Mun­dial, lle­van­do aca­bo matan­zas de sus com­pa­trio­tas ucra­nia­nos judíos, que lle­ga­ron a escan­da­li­zar a los pro­pios alemanes.

Es curio­so ver cómo si alguien tira una pie­dra a la poli­cía en Eus­ka­di, Cata­lun­ya o Madrid, es poco menos que un terro­ris­ta, y cuan­do alguien que­ma vivo a un poli­cía en Vene­zue­la o Ucra­nia, es un acti­vis­ta por la libertad.

El caso es que los suce­sos de des­pués fue­ron por todos cono­ci­dos. El pre­si­den­te Yanu­ko­vich (otro corrup­to más, como cual­quier otro) aban­do­nó Ucra­nia y el gol­pe de esta­do colo­có a un fas­cis­ta reco­no­ci­do como Poroshen­ko. Los nazis toma­ron las calles. Poco a poco iría des­cu­brién­do­se que tales pro­tes­tas eran sos­te­ni­das por male­ti­nes de dóla­res ame­ri­ca­nos que insu­fla­ban para levan­tar ese mons­truo de la guerra.

La vio­len­cia des­de enton­ces ha sido sal­va­je y dia­ria. Lo pri­me­ro que hicie­ron fue acu­dir a las sedes comu­nis­tas y anti­fas­cis­tas y des­tro­zar­las. Los gru­pos nazis arma­dos lle­ga­ron a todas las asam­bleas, y dije­ron, o con noso­tros u os mata­mos. Muchos huye­ron y se ale­ja­ron, otros supues­tos com­pa­ñe­ros se unie­ron a las filas nazis en pos de la Uni­dad de Ucra­nia. Un esper­pen­to, pero así fue.

La pobla­ción de Ucra­nia es muy hete­ro­gé­nea, con un 20% de gen­te de ascen­den­cia rusa, prin­ci­pal­men­te esta­ble­ci­da en el este del país, en la cuen­ca mine­ra del Don­bass. Tam­bién hay tár­ta­ros, bie­lo­rru­sos, ruma­nos, mol­da­vos, pola­cos hún­ga­ros, gita­nos, judíos etc.

En el este de Ucra­nia, cuan­do Sta­lin man­do a miles de obre­ros rusos a poblar la aban­do­na­da zona del Don­bass, rica en car­bón, para que explo­ta­sen las minas, se fusio­na­ron las fami­lias rusas y ucra­nia­nas crean­do una con­vi­ven­cia sana con más amor fra­ter­nal que odio. Las fami­lias de padre ruso y madre ucra­nia­na y vice­ver­sa eran de lo más nor­mal allí.

Pero sinies­tra­men­te, años atrás, algo esta­ba fraguándose.

En pri­mer lugar, des­de la edu­ca­ción se empe­zó a lavar la cara del ejér­ci­to insur­gen­te de Ste­pan Ban­de­ra, que habían sido con­si­de­ra­dos como pros­cri­tos anti­pa­trio­tas, y empe­za­ron a ven­der­les en las escue­las como «héroes por la patria» (a día de hoy es fácil encon­trar libros de pri­ma­ria con niños dibu­ja­dos con los emble­mas roji­ne­gros de estos sal­va­jes asesinos).

Por otro lado, des­de las prin­ci­pa­les ter­tu­lias polí­ti­cas de la tele­vi­sión ucra­nia­na, empe­zó a crear­se el cal­do de cul­ti­vo de odio étni­co muy bien dise­ña­do y coci­na­do, en el que se ven­día a la pobla­ción rusa como la cul­pa­ble de todos los males eco­nó­mi­cos que sufría el pue­blo ucra­niano. Todo esto enre­ve­sa­do por la polí­ti­ca local de Yanu­co­vich que se decan­ta­ba por unas rela­cio­nes comer­cia­les hacia Rusia, en vez de hacia la «prós­pe­ra Europa».

En estas ter­tu­lias empe­za­ron a ven­der a la pobla­ción del Don­bass casi como monos sub­hu­ma­nos que solo ser­vían para picar las minas de car­bón, en con­tras­te con la pobla­ción ucra­nia­na de Kiev con su uni­ver­si­dad y su mun­do moderno. Eso fue un bom­bar­deo cons­tan­te de odio étnico.

Hay un video por inter­net en el que se ve a un famo­sí­si­mo ter­tu­liano ucra­niano dicien­do «Es una ver­dad dura de acep­tar, pero esa gen­te es un las­tre, que nos empo­bre­ce, y ocu­pa un espa­cio que los ver­da­de­ros ucra­nia­nos nece­si­ta­mos. Es duro decir­lo, pero hay gen­te en Don­bass que debe morir». Así, sin vase­li­na. Duran­te años, mien­tras ade­más para­le­la­men­te, el Pravy Sek­tor y Svo­bo­da, los prin­ci­pa­les par­ti­dos nazis de Ucra­nia, for­ma­ban para­mi­li­tar­men­te con dine­ro occi­den­tal a sus mili­tan­tes en téc­ni­cas de gue­rra y combate.

Vol­vien­do al Mai­dan, el efec­to de toda esta estra­te­gia dio los fru­tos que espe­ra­ban. El odio nazi, y racis­ta se tra­du­jo en lin­cha­mien­tos por Kiev de las per­so­nas racia­li­za­das, homo­se­xua­les, de izquier­das, o nos­tál­gi­cos del pasa­do sovié­ti­co. Los ase­si­na­tos se suce­dían cada día. En ese momen­to es cuan­do los gru­pos para­mi­li­ta­res de extre­ma dere­cha, se con­for­man como bata­llo­nes mili­ta­res ofi­cia­les, paga­dos con un buen suel­do direc­ta­men­te de las car­te­ras de oli­gar­cas loca­les como Kolo­mos­ki entre otros. Estos bata­llo­nes se diri­gen al Donbass.

Mien­tras estas for­ma­cio­nes mar­chan emu­lan­do en sim­bo­lo­gía y uni­for­mes a los gru­pos nazis ale­ma­nes, los civi­les de Kiev les aplau­den mien­tras corean «muer­te a los rusos», «Glo­ria a Ucra­nia, glo­ria a los héroes». Se mas­ca­ba la tragedia.

Mien­tras las uni­da­des nazis se diri­gían a arra­sar al pue­blo del Don­bass, los civi­les exal­ta­dos ultra­na­cio­na­lis­tas empe­za­ron a impo­ner su ley en todas las ciu­da­des. Lo pri­me­ro que hicie­ron fue derri­bar todas las esta­tuas de Lenin (en el este hay una en cada pue­blo) y a lin­char a todos a los que con­si­de­ra­ban enemi­gos de la patria.

Sin ir más lejos, hay muchas imá­ge­nes de suce­sos dis­tin­tos, en los que gru­pos de jóve­nes y no tan jóve­nes patean sin pie­dad la cabe­za de ancia­nos que lle­van flo­res a las esta­tuas de Lenin.

La mayor par­te de esas pali­zas des­con­tro­la­das aca­ban en muerte.

Las per­so­nas del este, de pro­ce­den­cia rusa, se ven obli­ga­dos a reac­cio­nar. Vien­do la que se les vie­ne enci­ma, se empie­zan a reu­nir en torno a las pla­zas y esta­tuas de Lenin para demos­trar su pos­tu­ra, y orga­ni­zar su autoprotección.

Lle­ga el día fatí­di­co que nos cam­bió la vida a miles de per­so­nas de muchos paí­ses. El 2 de mayo de 2014.

La liga de fut­bol, «casual­men­te» en mitad de ese cal­do de cul­ti­vo, orga­ni­za un par­ti­do amis­to­so «por la patria» entre dos equi­pos de fut­bol con hin­cha­das gran­des fas­cis­tas. Antes del par­ti­do todos se unen en una mani­fes­ta­ción por la uni­dad de la patria ucraniana.

Cer­ca del reco­rri­do de esa mani­fes­ta­ción se había esta­ble­ci­do en la puer­ta de la Casa de los Sin­di­ca­tos, un cam­pa­men­to de mani­fes­tan­tes anti-Mai­dan, de ascen­den­cia rusa.

En Rusia su «sema­na san­ta» esta mar­ca­da por la his­to­ria sovié­ti­ca, y des­de el 1 de mayo, Día de la Cla­se Obre­ra, has­ta el 9 de mayo, con­me­mo­ran­do el Día de la Vic­to­ria con­tra el III Reich ale­mán, son días de fies­ta, y la gen­te apro­ve­cha para visi­tar a fami­lia­res y hacer excur­sio­nes. Por lo que el cam­pa­men­to anti-Mai­dan solo tie­ne varios cien­tos de per­so­nas, en su mayo­ría jubi­la­dos y chavalillos.

En un momen­to deter­mi­na­do de la mar­cha fas­cis­ta, se des­vían del reco­rri­do y se diri­gen en masa hacia la Casa de los Sin­di­ca­tos. Habría mucho que hablar de cómo suce­dió todo y de que agen­tes esta­ban invo­lu­cra­dos, pero si me meto en eso aho­ra, no aca­bo nunca.

El resul­ta­do ya lo sabe­mos tod@s. La gen­te del cam­pa­men­to vien­do a esa masa enfu­re­ci­da de nazis con ban­de­ras ucra­nia­nas, tuvo que refu­giar­se den­tro del edificio.

Los nazis rodea­ron el edi­fi­cio y lo pren­die­ron fue­go con todo el mun­do den­tro. Más de 50 vic­ti­mas, inclu­yen­do cha­va­les de 16 años, murie­ron cal­ci­na­dos. Hay imá­ge­nes al alcan­ce de cual­quie­ra de una mujer emba­ra­za­da estran­gu­la­da por los nazis con un cable de telé­fono mien­tras el res­to de mani­fes­tan­tes gri­ta­ban «muer­te a los rusos».

La gen­te que tra­ta­ba de huir de las lla­mas y se tira­ba des­de un ter­cer piso a la calle, eran reci­bi­dos con barras de ace­ro y gol­pea­dos has­ta la muer­te por la tur­ba de «civi­les inocentes».

Los datos reales es que ade­más de esas 50 per­so­nas que­ma­das, hay otras 150 que des­apa­re­cie­ron sin saber nun­ca dón­de habían acabado.

La infa­mia no ter­mi­na­ría ahí, pues las auto­ri­da­des, que esta­ban pre­sen­tes en ese ata­que sin hacer nada, inclu­so cola­bo­ran­do. A las úni­cas per­so­nas que detu­vie­ron por esos hechos, fue­ron pre­ci­sa­men­te a algu­nos de los ata­ca­dos. Mien­tras, los polí­ti­cos ucra­nia­nos, aplau­dían públi­ca­men­te en redes los hechos suce­di­dos. Las imá­ge­nes de los cuer­pos de las y los com­pa­ñe­ros cal­ci­na­dos son terribles.

Tam­bién son terri­bles las imá­ge­nes de muchas cha­va­las y cha­va­les ucra­nia­nos de vein­ti­po­cos años, relle­nan­do los coc­te­les molo­tov con los que que­ma­rían vivos a los com­pa­ñe­ros. O las imá­ge­nes de la líder de FEMEN en Ucra­nia cele­bran­do la masa­cre con el edi­fi­cio en lla­mas a su espal­da (es tan fácil como poner en Goo­gle «Femen, Odessa»)

Aquí, en nues­tro país, los mis­mos medios que os están dicien­do lo malos que son los rusos y que debéis salir a la calle a pro­tes­tar con­tra esta gue­rra a día de hoy, son los mis­mos que tras esos hechos publi­ca­ban los siguien­tes titu­la­res: «MAS DE 50 MUERTOS EN CHOQUES CON LOS SEPARATISTAS PRORRUSOS».

Hay que ser pro­fun­da­men­te des­pre­cia­ble y cri­mi­nal para publi­car eso, ven­dien­do a las víc­ti­mas de ver­du­gos, nada nue­vo bajo el sol.

Los hechos que siguie­ron a esto eran de esperar.

Los nazis lin­chan­do, ahor­can­do, ente­rran­do vivos a civi­les rusos, vio­lan­do muje­res, cru­ci­fi­can­do a per­so­nas a las que des­pués pren­de­rían fue­go. Me sería muy fácil adjun­tar las fotos de todo esto, pero no quie­ro caer en el mor­bo ama­ri­llis­ta, y por res­pe­to a las per­so­nas ami­gas y com­pa­ñe­ras de las víc­ti­mas, que bas­tan­te ten­drán con tener gra­ba­das esas imá­ge­nes en la cabe­za como para ponér­se­las con­ti­nua­men­te delan­te de los ojos.

Pero ya digo, esas imá­ge­nes son públi­cas y están al alcan­ce de cual­quie­ra que se moles­te en bus­car­las. A los que se nie­guen y solo pre­fie­ran tra­gar la mier­da que le cagan los medios en la boca tam­po­co pre­ten­do hacer­les cam­biar de opi­nión. Bas­tan­te tie­nen con sus des­pre­cia­bles existencias.

Ante el dis­cur­so ucra­niano que lla­ma a tomar Don­bass y a exter­mi­nar a ese 20% de su pobla­ción en el este, muy a su pesar, (por­que los rusos del Don­bass no que­rían nin­gu­na gue­rra) se ve obli­ga­dos a reac­cio­nar para defen­der sus fami­lias, y sus casas.

Se hacen sen­dos refe­rén­dums en los que se deci­de inde­pen­di­zar­se de Ucra­nia y pedir ayu­da a Rusia. En Cri­mea, sin ir mas lejos, el 97% de la pobla­ción es rusa, y los resul­ta­dos de dichos refe­rén­dums eran de espe­rar. Nadie quie­re que­dar­se en una casa en la que te quie­ren matar.

Se decla­ran una serie de Repu­bli­cas Popu­la­res inde­pen­dien­tes de Ucrania.

El ejér­ci­to ucra­niano decla­ra la gue­rra y enca­be­za­dos por los bata­llo­nes nazis (Azov, Aidar, etc..) comien­zan a rodear y bom­bar­dear las ciu­da­des pro-rusas mas representativas.

Hay que decir, que toda esta gue­rra civil y étni­ca, lo que escon­día eran los pla­nes de la OTAN para apo­de­rar­se de un encla­ve impor­tan­tí­si­mo en su gue­rra fría eco­nó­mi­ca encu­bier­ta (y no tan encu­bier­ta) con­tra Rusia. Dan un gol­pe de esta­do, colo­can un títe­re occi­den­ta­lis­ta y esta­ble­cen bases mili­ta­res en las puer­tas de Rusia. Para eso, una pie­za impor­tan­tí­si­ma estra­té­gi­ca era la penín­su­la de Cri­mea con sus bases nava­les y el con­trol del mar negro.

Rusia no es ton­ta, y se lo ve venir, e inme­dia­ta­men­te res­pal­da el refe­rén­dum de Cri­mea anexionándosela.

Tan­to Kra­ma­torsk como Jár­kov, no están pre­pa­ra­das para aguan­tar el ase­dio mili­tar de la arti­lle­ría y sucum­ben muy pron­to. Las esce­nas de vio­len­cia nazis que se suce­de­rían esos días son sobrecogedoras.

Pero Lugansk y Donetsk se hacen fuer­tes. Los obre­ros, mine­ros, civi­les, y tam­bién algu­nos poli­cías y sol­da­dos de ascen­den­cia rusa, se orga­ni­zan, toman cuar­te­les y se arman for­man­do las mili­cias popu­la­res de auto­de­fen­sa. No están dis­pues­tos a dejar­se matar.

Los bata­llo­nes nazis y el ejér­ci­to ucra­niano las rodea, crean­do un cer­co que inco­mu­ni­ca dichas ciu­da­des y comien­zan a bom­bar­dear sin pie­dad a la pobla­ción civil sal­tán­do­se todas las con­vec­cio­nes y pac­tos de dere­chos humanos.

Lo pri­me­ro que hacen es bom­bar­dear las plan­tas de agua, elec­tri­ci­dad y ener­gía. Dejan­do a la pobla­ción sin agua, sin elec­tri­ci­dad, sin comu­ni­ca­cio­nes, radio, telé­fono y tele­vi­sión. Des­pués des­tro­zan las prin­ci­pa­les vías de comu­ni­ca­ción para evi­tar que pue­dan abas­te­cer­se de víveres.

Vues­tros car­te­li­tos de No a la Gue­rra dor­mían plá­ci­da­men­te en el arma­rio pol­vo­rien­to de vues­tras con­cien­cias. La comu­ni­dad inter­na­cio­nal guar­da silencio.

Duran­te meses estas ciu­da­des son gol­pea­das de la mane­ra más cruel. Miles de per­so­nas, ancia­nos, niños, etc, mue­ren des­mem­bra­dos sal­tan­do por los aires en una car­ni­ce­ría sangrienta.

Los hos­pi­ta­les, cole­gios, guar­de­rías, no se sal­van de las bom­bas. Las ciu­da­des y pue­blos de alre­de­dor son des­trui­das. Se gene­ra un éxo­do de cien­tos de miles de per­so­nas que son reci­bi­dos en Rusia para pro­te­ger­se de los bombardeos.

El sadis­mo de los fas­cis­tas emu­la a la Espa­ña de Fran­co con el bom­bar­deo de La Des­ban­dá. En la últi­ma carre­te­ra que que­da sin tomar de Lugansk y que la comu­ni­ca con Rusia, suce­de algo terri­ble. El ejér­ci­to ucra­niano comu­ni­ca a los civi­les del Don­bass que para­rían el fue­go duran­te 24 horas para que todos los civi­les que qui­sie­ran huir a Rusia lo hicie­ran de inmediato.

Cara­va­nas de auto­bu­ses comien­zan el camino por dicha carretera.

El ejér­ci­to ucra­niano abre fue­go y masa­cra la carre­te­ra redu­cien­do a escom­bros de hie­rros humean­tes retor­ci­dos entre cuer­pos cal­ci­na­dos. Ese mis­mo ejér­ci­to que aho­ra esta sien­do cas­ti­ga­do por Rusia. Quien a hie­rro mata, a hie­rro muere.

El suce­so del 2 de mayo, he dicho que a muchos nos mar­có para siem­pre, y entre lágri­mas de rabia y deseos de jus­ti­cia muchas per­so­nas deci­die­ron dejar­lo todo y acu­dir a poner su pecho como escu­do y sus manos como herra­mien­tas a defen­der al pue­blo de Don­bass de la car­ni­ce­ría fas­cis­ta. Yo fui una de las per­so­nas que deja­ron todo y cogí un avión solo, entre lágri­mas de mie­do, para atra­ve­sar miles de kiló­me­tros, atra­ve­sar el cer­co del ejér­ci­to ucra­niano y plan­tar­me en Lugansk a ayu­dar a un pue­blo olvi­da­do por todas voso­tras y vosotros.

Lo que allí pude ver, muchos lo tachan de pro­pa­gan­da rusa. Mucho tiem­po me cos­ta­rá y muchas más sesio­nes de psi­có­lo­go me harán ir superan­do las terri­bles imá­ge­nes y viven­cias que allí viví. Tuve que esfor­zar­me con todas mis fuer­zas, y mi agi­li­dad físi­ca y men­tal para no morir en enési­mas oca­sio­nes. A mi alre­de­dor, sin tan­ta suer­te, pude con­tem­plar los cuer­pos muti­la­dos, y las vís­ce­ras espar­ci­das de niños, ancia­nos, hom­bres y muje­res ino­cen­tes. Ese olor, esa san­gre, esas imá­ge­nes no se me olvi­da­rán en la vida.

Han pasa­do 8 años en los que el ejér­ci­to ucra­niano ha masa­cra­do sin pie­dad y sin inte­rrup­ción al pue­blo del Don­bass. 8 putos años en los que todos habéis guar­da­do silen­cio cruel y cóm­pli­ce. Des­de los medios, has­ta los que aho­ra sacáis vues­tros ofen­si­vos car­te­li­tos de No a la Guerra.

Las vic­ti­mas civi­les «ofi­cia­les» que son infi­ni­ta­men­te más cor­tas que las reales, reco­no­cen 14.000 per­so­nas asesinadas.

Los bata­llo­nes nazis a su vez, toma­ban pue­blos ente­ros, vio­la­ban a pla­cer a todas las muje­res y niñas, saquea­ban las casas, tor­tu­ra­ban a los hom­bres e inclu­so cele­bra­ban orgías en las que vio­la­ban a bebes delan­te de sus madres. Podéis com­pro­bar quién era el Bata­llón Tornado.

En el tiem­po que viví con ellos pude com­pro­bar como sufrían a 40º de calor, sin una gota de agua, sin poder comer, ni asear­nos, dur­mien­do en rin­co­nes, sóta­nos e inclu­so alcan­ta­ri­llas para evi­tar el con­ti­nuo macha­que de las bom­bas ucranianas.

El pre­si­den­te Poroshen­ko era aplau­di­do por todos los ucra­nia­nos cuan­do decía «nues­tros niños podrán ir a la escue­la mien­tras los niños del Don­bass ten­drán que escon­der­se en sóta­nos como ratas». Todo su pue­blo le aplau­día. El mis­mo pue­blo que con­ce­dió la car­te­ra de Minis­te­rio de Defen­sa en tiem­pos de gue­rra a los líde­res nazis del Pravy Sek­tor. Ser un civil ino­cen­te no te exi­me de dar­le el poder a autén­ti­cos psi­có­pa­tas para que tor­tu­ren maten y vio­len sin piedad.

Aho­ra, Rusia, que lle­va tiem­po advir­tien­do de que no per­mi­ti­ría que se le siguie­se ase­dian­do y ponien­do en peli­gro, se ha deci­di­do a actuar. Evi­den­te­men­te, lo hacen para pro­te­ger sus intere­ses y evi­tar que la OTAN siga armán­do­se y rodeán­do­la con misi­les y tro­pas. No seré yo quien sim­pa­ti­ce con Putin ni con la Rusia actual. Nada más lejos de la reali­dad. Pero me nie­go a par­ti­ci­par de esta infa­mia ponien­do el foco en Rusia. Me pare­ce de estar com­ple­ta­men­te cie­gos. En pri­mer lugar por­que estas con­se­cuen­cias del enfren­ta­mien­to geo­es­tra­té­gi­co de gran­des blo­ques tie­ne muchos res­pon­sa­bles que lle­van años bom­bar­dean­do otras tie­rras y movien­do fichas para seguir exten­dien­do su domi­nio, y veo com­ple­ta­men­te legí­ti­mo que otros paí­ses que ven la que se les vie­ne enci­ma mue­van tam­bién sus fichas.

Por otro lado, por­que como ya digo, esta gue­rra que de pron­to a todos os preo­cu­pa por que lo esta dic­tan­do el tele­dia­rio, no ha empe­za­do el 23 de febre­ro del 2022. Esta gue­rra lle­va 8 años ase­si­nan­do sin pie­dad a una pobla­ción ino­cen­te mien­tras todos os poníais de per­fil o mira­bais para otro lado. Vues­tros car­te­li­tos de No a la gue­rra, lle­gan cruel­men­te muy tar­de y al ser­vi­cio indi­rec­to de los intere­ses OTANistas.

Os quie­ren con­ver­tir en otros cóm­pli­ces mani­pu­la­dos de la bar­ba­rie que lle­va un pue­blo sufrien­do duran­te 8 inter­mi­na­bles años, en los que Ucra­nia se ha pasa­do por el forro todos los pun­tos de los acuer­dos de Minsk.

Me gus­ta­ría que hicie­rais el esfuer­zo por un momen­to de enten­der la rabia e indig­na­ción que me pro­du­ce ver que aho­ra sal­táis todos.

Inde­pen­dien­te­men­te de las inten­cio­nes reales de Rusia, lo cier­to es que por fin, el pue­blo de Don­bass va a dejar de sufrir y vivir escon­di­dos entre sóta­nos de rui­nas rega­das por sangre.

Lo cier­to es que ese ejér­ci­to terro­ris­ta y ase­sino de Ucra­nia, está sien­do des­mi­li­ta­ri­za­do a base de des­tro­zar sus bases, sus pol­vo­ri­nes y alma­ce­nes de armas y bom­bas que ya no podrán seguir lan­zan­do sobre el Donbass.

Lo cier­to es que los bata­llo­nes de neo­na­zis ultra sal­va­jes como el bata­llón Azov no vol­ve­rán a vio­lar y tor­tu­rar por­que ayer murie­ron por miles en su base mili­tar de Mariu­pol. Sus líde­res nazis han sido eli­mi­na­dos y hay una lis­ta lar­guí­si­ma de cri­mi­na­les de gue­rra que están sien­do cap­tu­ra­dos y serán juz­ga­dos ante el pue­blo del Donbass.

Los «ino­cen­tes civi­les de Kiev» lle­van un día asus­ta­dos por las sire­nas, escon­di­dos en sóta­nos, y en los ande­nes del metro, llo­ran­do en imá­ge­nes que nos repi­ten todos los envia­dos espe­cia­les en Kiev que nun­ca han que­ri­do pisar las ciu­da­des masa­cra­das del Don­bass. Todos os habéis indig­na­do ante esto en 24 horas. ¿Aca­so las vidas de los niños y niñas del Don­bass no valen lo mismo?

Vues­tro No a la gue­rra se vería satis­fe­cho si Rusia se reti­ra­ra de Ucra­nia. Y vol­ve­ríais a guar­dar los car­te­li­tos obe­dien­tes a los medios, para vol­ver a callar y ente­rrar con vues­tras pro­pias pala­das a los hijos e hijas del Don­bass. La ver­dad es que os desprecio.

Me gus­ta­ría acom­pa­ña­ros a los orfa­na­tos que hemos visi­ta­do en Don­bass, de niños que han que­da­do solos para siem­pre en una tie­rra des­trui­da. Esos orfa­na­tos de los que salí llo­ran­do de rabia y tris­te­za al ver cómo esta­ban acos­tum­bra­dos con 5 años a tirar­se al sue­lo hechos una boli­ta a una orden de la maes­tra para pro­te­ger­se de las bom­bas. Y como día a día, esos niños han ido sien­do diezmados.

No me espe­réis con voso­tros aho­ra cla­man­do con­tra la guerra.

La gue­rra siem­pre es y será una mier­da de ricos que pagan los pobres. Pero esta gue­rra ha des­trui­do muchí­si­mas vidas que os miran des­de el olvi­do mien­tras tra­táis de pro­te­ger a sus verdugos.

No estoy dicien­do que todo esto haga que sea legí­ti­mo que mue­ran civi­les en Ucra­nia. No voy a ser hipó­cri­ta, alguno mori­rá y es impo­si­ble evi­tar­lo en un esce­na­rio así. Aun­que lo cier­to, es que a dife­ren­cia del ejér­ci­to ucra­niano, que sis­te­má­ti­ca­men­te mata civi­les, y que has­ta esta mis­ma maña­na ha mata­do a dos pro­fe­so­ras en un cole­gio de Gor­lov­ka, el ejér­ci­to ruso esta pro­cu­ran­do cau­sar bajas solo entre los mili­ta­res, aun­que en la tele te digan lo con­tra­rio usan­do imá­ge­nes de archi­vo de bom­bar­deos en Siria u otros paí­ses. La maqui­na­ria pro­pa­gan­dís­ti­ca está tra­ba­jan­do a todo tra­po. Lo que sí que digo, es que es infa­me que habléis de eso cuan­do son dece­nas de miles de muer­tos entre niños, ancia­nos hom­bres y muje­res que no han mere­ci­do ni vues­tro apo­yo ni vues­tra solidaridad.

No me pidáis que sien­ta pena. No voy a ser tan cíni­co de decir que es que casi me matan. Yo asu­mí todo el ries­go para acu­dir allí con mi cora­zón como escu­do para parar las balas con­tra el pue­blo. Pero en mi cora­zón están muchas per­so­nas a las que vi morir, muchos niños a los que vi llo­rar (y morir tam­bién), muchos ancia­nos que no mere­cían aca­bar sus vidas des­mem­bra­dos o muer­tos de ham­bre y sed en sus escon­di­tes olvi­da­dos. Me debo a ellos, y me debo a la justicia.

La OTAN, USA y Euro­pa son cri­mi­na­les y ase­si­nos. Las gue­rras de poten­cias entras las que inclu­yo a Rusia debe­rían ser fre­na­das todas de inme­dia­to. Los y las tra­ba­ja­do­ras del mun­do debe­ría­mos estar uni­dos con­tra sus gue­rras, con­tra todas sus gue­rras, y con­tra los oli­gar­cas de un lado y otro. Eso sería ideal. Obre­ros ucra­nia­nos y rusos expro­pian­do a los oli­gar­cas y cons­tru­yen­do un entorno de apo­yo mutuo y solidaridad.

Pero esta­mos a años luz de eso y a mi lo que me impor­ta aho­ra, es que la gen­te del Don­bass podrá salir de sus refu­gios y jugar en un par­que con sus hijos, sin mie­do a sal­tar por los aires, por pri­me­ra vez en 8 años.

NI GUERRA ENTRE PUEBLOS NI PAZ ENTRE CLASES

25 de Febre­ro de 2022

Rami­ro Gómez, Bri­ga­da Ruben Ruiz Iba­rru­ri- Cara­va­na Anti­fas­cis­ta de Ban­da Bassotti

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