Líbano. En el res­que­bra­ja­do mosai­co de Medio Oriente.

Por Gua­di Cal­vo*, Resu­men Medio Orien­te, 1 de noviem­bre de 2021-.

La crí­ti­ca situa­ción en Medio Orien­te, no hace más que agra­var­se y al pare­cer todo sigue jugan­do a favor del encla­ve sio­nis­ta, que, con los cons­tan­tes enfren­ta­mien­tos entre los paí­ses ára­bes, sigue sacan­do ven­ta­jas y tiem­po para la con­cre­ción de su plan maes­tro, el exter­mi­nio del pue­blo pales­tino y con­ti­nuar hacia la con­cre­ción del “Gran Israel”, para lo que ten­dría que seguir avan­zan­do hacia todas las tie­rras exis­ten­tes entre el Nilo y el Éufra­tes, terri­to­rios que hoy están bajo el con­trol sobe­rano de Siria, Líbano, Irak, Ara­bia Sau­dí, Egip­to y Jor­da­nia, lo que no es una uto­pía mayor que aquel el sue­ño de la crea­ción de un “hogar judío” en 1917.

Prue­ba de esa cons­tan­te divi­sión en el mun­do ára­be, es la cri­sis diplo­má­ti­ca, en cur­so, que ha esta­lla­do por las decla­ra­cio­nes, del por aho­ra, minis­tro de Infor­ma­ción, liba­nes Geor­ge Kor­dahi, empre­sa­rio y perio­dis­ta cris­tiano, en las que cali­fi­có a la gue­rra que des­de 2015, Ara­bia Sau­di­ta y Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos (EAU), han des­ata­do sobre Yemen, de “absur­da” y opi­nan­do que “debe dete­ner­se como todas las gue­rras árabes”.

Riad, el prin­ci­pal pre­cur­sor de la divi­sión, no solo en el mun­do ára­be, sino tam­bién del mun­do islá­mi­co, siem­pre al ser­vi­cio de Washing­ton y obvia­men­te de Tel-Aviv, ha dis­pues­to el pasa­do vier­nes 29, que el emba­ja­dor del Líbano, Faw­zi Kab­ba­ra, aban­do­na­se el rei­no, antes de las cua­ren­ta y ocho horas, en repre­sa­lia por las reflo­ta­das decla­ra­cio­nes, que se habían cono­ci­do tres meses atrás, de Kor­dahi, ade­más de dis­po­ner del cie­rre de sus fron­te­ras, impor­ta­cio­nes pro­ce­den­tes de Líbano, con la jus­ti­fi­ca­ción del trá­fi­co de anfe­ta­mi­nas, des­de los puer­tos, que esta­rían bajo el con­trol del legen­da­rio Hez­bo­llah (Par­ti­do de Dios), ade­más de prohi­bir a sus súbi­tos via­jar a ese país. Bah­réin, de inme­dia­to ha toma­do medi­das simi­la­res y se ha cono­ci­do pos­te­rior­men­te que Kuwait y los EAU, tam­bién deci­die­ron expul­sar a sus res­pec­ti­vos emba­ja­do­res del Líbano y reti­rar a los suyos de Beirut.

Cómo era espe­ra­ble el pode­ro­so Con­se­jo de Coope­ra­ción del Gol­fo, (CCG), regi­do de hecho por Ara­bia Sau­di­ta, se ali­neó a lo orde­na­do por el rei­no “lamen­tan­do” la fal­ta de crí­ti­cas a las accio­nes del fren­te Ansa­ru­llah (hutíes) que ha pasa­do a con­se­guir el con­trol de la mayo­ría del terri­to­rio. Mien­tras que la Liga Ára­be ha expre­sa­do su preo­cu­pa­ción por el dete­rio­ro de las rela­cio­nes entre Líbano y Ara­bia Saudí.

El cho­que diplo­má­ti­co deja­rá expues­to al gobierno de Bei­rut, a una pro­fun­di­za­ción de su cri­sis eco­nó­mi­ca, que encon­tra­ba, has­ta aho­ra, en Riad, y jun­to al res­to de las nacio­nes del gol­fo, la espe­ran­za de sos­te­ni­mien­to finan­cie­ro, como ha suce­di­do tan­tas veces en la siem­pre com­ple­ja relación.

Kor­dahi, que no se ha retrac­ta­do de sus decla­ra­cio­nes, las había ver­ti­do en el canal qata­rí al-Jazee­ra, agos­to, cuan­do toda­vía no había sido nom­bra­do en el car­go y jus­ti­fi­can­do las accio­nes de los hutíes, la resis­ten­cia yeme­ní: “ya que ellos, se limi­tan a pro­te­ger­se de una agre­sión exter­na, en las que sus casas, sus pue­blos, sus bodas y sus fune­ra­les son bom­bar­dea­dos de mane­ra cons­tan­te”. El hecho que dicha entre­vis­ta, vol­vie­ra a ser trans­mi­ti­da hace unos días, no se pue­de tomar como casual y tie­ne sin duda la inten­cio­na­li­dad de agu­di­zar la cri­sis, polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca que atra­vie­sa Líbano y no solo con­se­guir echar al minis­tro, sino remo­ver al pri­mer minis­tro Nayib Maka­ti, nom­bra­do recién el pasa­do 10 de sep­tiem­bre por el pre­si­den­te Michel Aoun, que se encuen­tra inten­tan­do admi­nis­trar la mega cri­sis eco­nó­mi­ca que el Ban­co Mun­dial con­si­de­ra una de las peo­res de la his­to­ria moder­na. Don­de la mone­da, en solo dos años, ha per­di­do el noven­ta por cien­to de su valor; el PBI, alcan­za­rá la pér­di­da del trein­ta por cien­to, sólo entre 2020 y 2021; con infla­ción de tres dígi­tos; lo que se tra­du­ce como, que para este año se espe­ra un incre­men­to de la pobre­za del 45 por cien­to, de la pobre­za extre­ma un 22. Por lo que un millón 700 mil per­so­nas, de los casi seis millo­nes de habi­tan­tes que tie­ne el país, se encuen­tran por deba­jo del umbral de pobre­za y casi 850 mil en la pobre­za ali­men­ta­ria. A lo que se le debe sumar la Pan­de­mia y la explo­sión en el puer­to de Bei­rut, en agos­to del año pasa­do, que dejó 215 muer­tos, devas­tan­do man­za­nas ente­ras de la capi­tal. Lo que gene­ró un sin­fín de espe­cu­la­cio­nes, ade­más de revi­vir en todos los liba­ne­ses, la memo­ria de sus lar­gos años de gue­rra civil (1975−1990) la que dejó más de 150 mil muer­tos y heri­das que de nin­gu­na mane­ra han cerra­do. Recien­te­men­te se cono­ció que el pre­si­den­te Aoun, habría acep­ta­do la ofer­ta rusa de imá­ge­nes sate­li­ta­les, sobre los suce­sos del puer­to, con el fin de escla­re­cer­los. Lo que polí­ti­ca­men­te, podría pro­vo­car una onda expan­si­va, mucho más inten­sa que la de la pro­pia explo­sión, alcan­zan­do a muchos paí­ses de la región y más allá.

Hay que recor­dar que ya en 2017, en medio de una espec­ta­cu­lar raz­zia inter­na, lan­za­da por el prín­ci­pe here­de­ro al trono sau­di­ta Moha­med bin Sul­tan (MbS) con­tra sus posi­bles riva­les en la suce­sión, en una apa­ren­te cru­za­da anti­co­rrup­ción fue dete­ni­do el enton­ces pri­mer minis­tro liba­nés Saad Hari­ri, en visi­ta ofi­cial al rei­no, con la excu­sa de tener ciu­da­da­nía sau­di­ta, por lo que tuvo que inter­ve­nir el pre­si­den­te fran­cés, Emma­nuel Macron, lo que per­mi­tió su vuel­ta a Bei­rut. Y en mayo últi­mo, el enton­ces minis­tro de Exte­rio­res liba­nés Char­bel Weh­be debió renun­ciar, des­pués de haber vin­cu­la­do el cre­ci­mien­to del Daesh, con las monar­quías del Golfo.

La ver­dad de la mentira.

Las nue­vas dis­po­si­cio­nes del rei­no waha­bi­ta, están diri­gi­das a que el gobierno del Líbano esta­lle y así con­se­guir recor­tar el poder de Hez­bo­llah. Ori­gen de la ver­da­de­ra “moles­tia”, más que por las decla­ra­cio­nes del minis­tro Kor­dahi, que no han sido más que un enmas­ca­ra­mien­to de la ver­da­de­ra raíz del pro­ble­ma que el rei­no, jun­to a todos sus socios, tie­ne en el Líbano, que es el papel pre­pon­de­ran­te en el espec­tro polí­ti­co y social de la orga­ni­za­ción polí­ti­co-mili­tar Hez­bo­llah, pre­sen­te no solo en el gobierno, sino tam­bién y mucho en todos los estra­tos de la socie­dad liba­ne­sa, y par­ti­cu­lar­men­te en los sec­to­res más pobres.

Dicha orga­ni­za­ción, no solo ha sido his­tó­ri­ca­men­te la “bes­tia negra” para el ejér­ci­to sio­nis­ta, al que ha derro­ta­do en dos opor­tu­ni­da­des, sino que ha ayu­da­do a exter­mi­nar a miles de terro­ris­tas en Siria, dan­do vuel­ta el des­tino de esa gue­rra casi per­di­da, jun­to al Ejer­ci­to Ára­be Sirio (EAS), leal al pre­si­den­te Bashar al-Assad, Rusia e Irán.

Algo simi­lar ha suce­di­do en la inva­sión terro­ris­ta a Yemen, don­de la cola­bo­ra­ción del Hez­bo­llah, se ha con­ver­ti­do en fun­da­men­tal, para qué a casi sie­te años de una gue­rra abis­mal­men­te asi­mé­tri­ca, el movi­mien­to Houthi, no solo haya con­se­gui­do resis­tir, sino pasar a la ofen­si­va lle­gan­do a gol­pear en las entra­ñas del régi­men, como los ata­ques al cora­zón de la indus­tria petro­le­ra sau­di­ta, en 2019, que se repi­tie­ron en mar­zo de este año, suma­do la can­ti­dad de obje­ti­vos acer­ta­dos en cer­ca­nías de Riad y pro­du­cien­do ata­ques a otras ciu­da­des como Dam­mam, Asir y Jazan.

Lo que ha obli­ga­do a Riad de mane­ra no secre­ta, pero sí muy dis­cre­ta, a enta­blar con­ver­sa­cio­nes con Tehe­rán, sobre la infi­ni­dad de cues­tio­nes crí­ti­cas entre estas dos poten­cias regio­na­les, en que el líder del Hez­bo­llah el jeque Nas­ra­lah, sigue sien­do uno de los gran­des escollos.

Por lo que la gue­rra, que, en mar­zo del 2015, su mayor impul­sor el prín­ci­pe here­de­ro Moha­med, con­si­de­ra­ba poco más que una excur­sión de caza, se ha con­ver­ti­do en un pan­tano, don­de no solo pue­da per­der la coro­na, sino que las ace­le­ra­das ten­sio­nes inter­nas del rei­no lo hagan esta­llar, lo que toda­vía no ha suce­di­do solo por tres moti­vos la con­ten­ción nor­te­ame­ri­ca­na, la calla­da repre­sión inter­na, del que el ase­si­na­to de Jamal Khashog­gi en 2018, no fue más que un hecho que no pudo ser silen­cia­do y la cata­ra­tas de dina­res que está vol­can­do en el pue­blo, para man­te­ner­lo dis­traí­do. Por lo que es cla­ve para Riad, Tel-Aviv y Washing­ton ais­lar al movi­mien­to chii­ta liba­nes, del actual gobierno del pre­si­den­te Aoun.

Ara­bia Sau­di­ta y sus socios regio­na­les jun­to a los Esta­dos Uni­dos, siguen san­gran­do de mane­ra pro­fu­sa por la heri­da que ellos mis­mos se infli­gie­ron en la gue­rra con­tra Yemen, que el pró­xi­mo mar­zo cum­pli­rá sie­te años.

En Marib, en el nor­te de Yemen, la úni­ca pro­vin­cia toda­vía en manos del “gobierno” pro sau­di­ta, con la que toda­vía cuen­tan, se libra una bata­lla estan­ca­da des­de hace meses don­de sin duda de caer en manos de los Houthies, la gue­rra toma­ra su des­tino defi­ni­ti­vo y qui­zás el rei­no sau­di­ta también.

*Gua­di Cal­vo es escri­tor y perio­dis­ta argen­tino. Ana­lis­ta Inter­na­cio­nal espe­cia­li­za­do en Áfri­ca, Medio Orien­te y Asia Cen­tral. En Face­book: https://​www​.face​book​.com/​l​i​n​e​a​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​lGC.

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