Perú. Un pre­si­den­te cam­pe­sino para recons­truir la uni­dad nacional

Maria­na Álva­rez Ore­lla­na /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 5 de agos­to de 2021

Una con­vo­ca­to­ria a todos los perua­nos, sin dis­tin­ción algu­na, para ini­ciar “el tiem­po de la recons­truc­ción de la gran uni­dad nacio­nal”, hizo el pre­si­den­te Pedro Cas­ti­llo al con­cluir su pri­mer men­sa­je a la Nación como jefe del Estado.

Juro por los pue­blos del Perú, por un país sin corrup­ción y por una nue­va Cons­ti­tu­ción. “Es la pri­me­ra vez que nues­tro país será gober­na­do por un cam­pe­sino”, resal­tó al asu­mir la presidencia.

En ese sen­ti­do, Cas­ti­llo anun­ció que envia­rá al Con­gre­so un pro­yec­to para refor­mar la Cons­ti­tu­ción pro­mul­ga­da en 1993 por el enton­ces pre­si­den­te con­ser­va­dor Alber­to Fuji­mo­ri y des­ta­có que Perú no pue­de estar con­de­na­do a seguir pri­sio­ne­ro de esta Cons­ti­tu­ción”, un cor­sé que limi­ta la acción del Esta­do en mate­ria de economía.

En una jor­na­da car­ga­da de sim­bo­lis­mos, Cas­ti­llo, un pro­fe­sor de escue­la rural de 51 años, se con­vir­tió en el jefe del Esta­do peruano ata­via­do con su tra­di­cio­nal som­bre­ro cho­tano, de paja y ala ancha, un terno con moti­vos indí­ge­nas y con un pri­mer dis­cur­so lar­go y sobrio.

El nue­vo man­da­ta­rio, docen­te rural y líder sin­di­cal sin expe­rien­cia polí­ti­ca, con­si­guió la adhe­sión de millo­nes de votan­tes pos­ter­ga­dos duran­te más de dos déca­das,y que vie­ron agra­var­se sus difi­cul­ta­des con la pan­de­mia. Tras pre­sen­tar un idea­rio de rei­vin­di­ca­ción social expre­sa­do en la “nacio­na­li­za­ción” de las rique­zas, y la pro­me­sa de refor­mar la Cons­ti­tu­ción para dar­le más peso eco­nó­mi­co al Esta­do, mode­ró el tono y lo acer­có al centro.

Cas­ti­llo afir­mó que es “total­men­te fal­so” que su gobierno vaya a incu­rrir en expro­pia­cio­nes o esta­ti­za­cio­nes, como afir­man sus adver­sa­rios, pero advir­tió que habrá un sis­te­ma en el que “las gran­des empre­sas no esta­fen al fis­co y en que el Esta­do asu­ma un rol fis­ca­li­za­dor en “la defen­sa del ambien­te y los dere­chos de los consumidores”.

seña­ló asi­mis­mo que quie­re pro­yec­tos mine­ros para mejo­rar la eco­no­mía local y los ingre­sos fis­ca­les y afir­mó que bus­ca­rá mejo­rar los tra­ta­dos de libre comer­cio prio­ri­zan­do “los intere­ses del país”.

“Debe­mos dejar de lado las dife­ren­cias ideo­ló­gi­cas, las posi­cio­nes polí­ti­cas e intere­ses para poder arran­car a nues­tra patria de las gra­ves cri­sis que la ago­bian”, dijo el man­da­ta­rio, quien con­vo­có a la ciu­da­da­nía “sin dis­tin­gos de nin­gu­na natu­ra­le­za, para decir­les que aho­ra es el tiem­po de la recons­truc­ción de la gran uni­dad nacional”.

“Esta es una tarea que nos com­pro­me­te a todos. Lo hare­mos en demo­cra­cia bus­can­do a con­cer­ta­ción nacio­nal”, mani­fes­tó, tras indi­car que “todos los perua­nos debe­mos de saber que las tareas que tene­mos por delan­te son duras y que nos nece­si­tan a todos” por­que el obje­ti­vo de recons­truir el país debe dar­se con “una sola fuer­za, un solo cora­zón, una sola direc­ción: la direc­ción del pro­gre­so y la jus­ti­cia social para todos”.

De igual mane­ra, el jefe del Esta­do ase­gu­ró que, una vez con­clui­do su man­da­to, el 28 de julio del año 2026, “regre­sa­ré a mis labo­res docen­tes de siempre”.

“Nues­tra pri­me­ra gran tarea es con­ti­nuar con la lucha con­tra el COVID-19 que tan­to ha gol­pea­do a nues­tro país. (…) Nos toca gober­nar en un momen­to de gra­ve­dad para el Perú, pero debe­mos maxi­mi­zar nues­tro esfuer­zo para alcan­zar la vacu­na­ción de toda nues­tra pobla­ción en el menor tiem­po posi­ble”, agregó.

A dife­ren­cia de sus ante­ce­so­res, el líder izquier­dis­ta prác­ti­ca­men­te no tuvo tiem­po para orga­ni­zar su tran­si­ción y su gabi­ne­te ya que la Jun­ta Nacio­nal Elec­to­ral (JNE) recién lo pro­cla­mó pre­si­den­te hace unos días, tras recha­zar cien­tos de impug­na­cio­nes pre­sen­ta­das por la dere­chis­ta Kei­ko Fuji­mo­riEl fuji­mo­ris­mo y sus alia­dos se nega­ron a reco­no­cer la derro­ta y hubo lla­ma­dos abier­tos a los mili­ta­res para que den un gol­pe de Esta­do.

Una cri­sis profunda

Duran­te el año 2020 se incre­men­tó la pobre­za en un 30% en el Perú. El 92% de los pobres están en situa­ción de empleo infor­mal. No obs­tan­te, la infor­ma­li­dad aumen­tó de al 77.3% a nivel nacio­nal, lo que pdro­du­jo una pre­ca­ri­za­ción del empleo que se expre­sa en 2.9 millo­nes de per­so­nas que han deja­do de tener un empleo ade­cua­do, tie­nen pocos acce­sos a bene­fi­cios y dere­chos labo­ra­les, lo que acre­cien­ta aún más las des­igual­da­des existentes. 

Duran­te la pan­de­mia del Covid-19 la pobre­za ha oca­sio­na­do que tres millo­nes 330 mil per­so­nas más, cai­gan en pobre­za, res­pec­to al año 2019. Esto sig­ni­fi­ca que el Perú ha retro­ce­di­do 10 años en la lucha con­tra la pobre­za. Del res­tan­te 70% de la pobla­ción, un 36% de ellos tie­ne altas pro­ba­bi­li­da­des de caer en pobre­za ante ciclos de crisis.

En lo sani­ta­rio, el desa­fío para el nue­vo pre­si­den­te no es menor: reci­be un país con­ver­ti­do en el de mayor mor­ta­li­dad por covid-19 al acu­mu­lar casi 200.000 falle­ci­dos, con 603 dece­sos cada 100.000 habitantes.

Maria­na Álva­rez Ore­lla­na. Antro­pó­lo­ga, docen­te e inves­ti­ga­do­ra perua­na, ana­lis­ta aso­cia­da al Cen­tro Lati­no­ame­ri­cano de Aná­li­sis Estra­té­gi­co (CLAE, www​.estra​te​gia​.la)

FUENTE: Rebe­lion

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