Uru­guay. «Ingo­ber­na­bles» (por Jor­ge Zabalza)

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 19 de julio de 2021.

“Los orien­ta­les son ingo­ber­na­bles”, sen­ten­ció el coro­nel, metió vio­lín en bol­sa y renun­ció al car­go de dic­ta­dor infa­me. Ingo­ber­na­bles por el láti­go y el cepo, ingo­ber­na­bles para los auto­ri­ta­ris­mos en todos sus gra­dos y las tira­nías en todas sus for­mas. Bien que se saben gober­nar a sí mis­mos los orien­ta­les, como lo hicie­ron cada vez que las cir­cuns­tan­cias lo exi­gie­ron, como en 1980, en el ple­bis­ci­to del mudo y masi­vo acuer­do con­tra la dic­ta­du­ra. Una vez más la bru­ta­li­dad vie­ne des­de el vér­ti­ce, por­que… ¿de qué otro modo se pue­de cali­fi­car la impo­si­ción, de “pesa­do”, de esa ley de urgen­te con­si­de­ra­ción? En cier­tos momen­tos, los bue­nos moda­les dejan de ser­vir a los due­ños del poder, comien­zan a apre­tar las cla­vi­jas sua­ve­men­te, esti­ran al máxi­mo los meca­nis­mos de la domi­na­ción pací­fi­ca, van des­cu­brien­do que algu­nos ofre­cen la otra meji­lla y que otras y otros ocu­pan las trin­che­ras de la resis­ten­cia. ¿No es algo así lo que está ocu­rrien­do?
Aho­ra y saben que 800.000 volun­ta­des se opo­nen a las suyas. Aho­ra des­ple­ga­rán su fuer­za polí­ti­ca para impe­dir que dero­guen su tan pre­cia­da ley por­ta­vio­nes. Habrá que resis­tir una vez más. Por supues­to, los opri­mi­dos no aban­do­nan las vías pací­fi­cas por volun­tad pro­pia. Pre­fe­ri­rían, por supues­to, qui­tar­se las cade­nas mien­tras toman mate en la coci­na.
Son los due­ños de todo quie­nes recor­tan los espa­cios a la expre­sión pací­fi­ca de los due­ños de nada, los que, pau­la­ti­na­men­te, van pro­vo­can­do reac­cio­nes aira­das del aba­jo que se mue­ve, deján­do­lo sin alter­na­ti­vas, has­ta que al mag­ma no le que­da más sali­da que la erup­ción, sea cómo y dón­de sea. En este islo­te de la poe­sía libe­ral, muchos creen que “nun­ca más” habrá gol­pes de esta­do, hacen abs­trac­ción de la lucha de cla­ses, de su his­to­ria, de las impe­rio­sas nece­si­da­des de los due­ños del Uru­guay, de su inte­rés vital en repro­du­cir y ampliar el capi­tal, sin impor­tar­les sus con­se­cuen­cias socia­les, la reduc­ción de la masa sala­rial y la pro­duc­ción en masa de la mar­gi­na­ción y la exclu­sión.
Sin embar­go, quie­nes cono­cen la his­to­ria ini­cia­da en 1958, la que ini­cia­ron Eche­go­yen y Nar­do­ne, la de los gru­pos fas­cis­tas y la pri­me­ra Car­ta de Inten­ción con el FMI, ponen las bar­bas en remo­jo, están aler­tas y pre­pa­ran su espí­ri­tu para lo que pue­da venir. Los gol­pes no se pue­den dete­ner cuan­do los tan­ques ya rue­dan en las calles, sino antes, cuan­do el auto­ri­ta­ris­mo mues­tra sus pezu­ñas y va tre­pan­do la cues­ta de la repre­sión vio­len­ta hacia el terro­ris­mo de Estado.

La atro­pe­lla­da bagua­la des­con­cer­tó a diri­gen­tes y par­la­men­ta­rios fren­team­plis­tas que que­da­ron como anes­te­sia­dos, miran­do para la fiam­bre­ra. La Mesa Polí­ti­ca recha­zó todo el con­te­ni­do de la LUC por “inopor­tuno, incons­ti­tu­cio­nal y anti­de­mo­crá­ti­co”, pero los par­la­men­ta­rios, inusi­ta­da e incom­pren­si­ble­men­te, ter­mi­na­ron por apro­bar el 50% del arti­cu­la­do. Con­fia­ron en las acos­tum­bra­das nego­cia­cio­nes y tran­sas de pasi­llo, en los dis­cur­sos de salón, modi­fi­ca­ron la super­fi­cie, es cier­to, pero deja­ron intac­ta la sus­tan­cia de cla­se de la ley con­tra el pue­blo tra­ba­ja­dor. No con­fia­ron en las reser­vas espi­ri­tua­les de nues­tro pue­blo, en su espon­ta­nei­dad para movi­li­zar­se y luchar.
La grue­sa con­tra­dic­ción tra­jo des­ave­nen­cias, repro­ches y pará­li­sis en el Fren­te. La volun­tad popu­lar de luchar con­tra la bru­ta­li­dad debió asu­mir­la la Inter­so­cial. La ini­cia­ti­va de impul­sar el refe­rén­dum fue de FUCVAM, la FEUU, el movi­mien­to femi­nis­ta y el movi­mien­to sin­di­cal. El mayor acier­to del par­ti­do opo­si­tor vino de las bases socia­les y no del núcleo de diri­gen­tes par­ti­da­rios.
Los artícu­los 135 y 136 (que modi­fi­can el sis­te­ma de edu­ca­ción téc­ni­ca y ter­cia­ria) y los 235 y 236 (que fija nue­vos meca­nis­mos para fijar el pre­cio del com­bus­ti­ble), des­per­ta­ron más con­tra­dic­cio­nes inter­nas en el Fren­te. Cua­tro artícu­los que la ban­ca­da par­la­men­ta­ria enten­dió que iban en la “direc­ción correc­ta”, mien­tras que el movi­mien­to social los sin­tió como un agra­vio y con­si­de­ró que era urgen­te dero­gar­los. En reali­dad, en los 341 artícu­los res­tan­tes hay otros sapos que pasa­ron inad­ver­ti­dos y la mili­tan­cia debió tra­gar. La con­ci­lia­ción y el prag­ma­tis­mo obs­ta­cu­li­zan la lec­tu­ra correc­ta del modo de pen­sar de la masa que dicen repre­sen­tar. Abren rum­bos diver­gen­tes, las bases socia­les toman un camino y los que hacen polí­ti­ca en el Pala­cio Legis­la­ti­vo empren­den el otro. 

En los últi­mos quin­ce días la ini­cia­ti­va del refe­rén­dum tras­cen­dió las fron­te­ras de lo orga­ni­za­do y, por deci­sión pro­pia, miles de muje­res y hom­bres salie­ron a reco­ger las fir­mas que fal­ta­ban. Lo logra­ron en exce­so. Un fenó­meno simi­lar al ocu­rri­do en al ballo­ta­ge de noviem­bre de 2019, cuan­do una espon­tá­nea movi­li­za­ción de base ele­vó al 49% el cau­dal elec­to­ral del Fren­te, superan­do con luz el 39% alcan­za­do un mes antes.
La capa­ci­dad mili­tan­te demos­tra­da en los hechos deja plan­tea­do un inte­rro­gan­te bási­co: ¿la par­ti­ci­pa­ción direc­ta for­ta­le­ce la demo­cra­cia repre­sen­ta­ti­va como se está sos­te­nien­do o, por el con­tra­rio, la des­le­gi­ti­ma y plan­tea otras for­mas de luchar? ¿No será que pre­ci­so con­fiar más en esa reser­va aní­mi­ca de rebel­día y pro­po­ner­se pasos más auda­ces y menos ins­ti­tu­cio­na­li­za­dos?
Los acon­te­ci­mien­tos polí­ti­cos en toda Amé­ri­ca La Pobre están con­fir­man­do que los pue­blos en movi­mien­to son el úni­co freno capaz de dete­ner las ínfu­las auto­ri­ta­rias y neo­li­be­ra­les de las actua­les fuer­zas reac­cio­na­rias. Inclui­das las más vio­len­tas. Es la lec­ción que se reco­ge de Hai­tí, Chi­le, Boli­via y Colom­bia. Lec­cio­nes que con­du­cen a pen­sar cues­tio­nes más pro­fun­das: ¿hacia dón­de se orien­ta el esfuer­zo mili­tan­te? ¿hacia la cose­cha de votos? ¿a la acu­mu­la­ción de cabe­zas pen­san­tes? Segu­ra­men­te, hoy día una izquier­da tipo “sesen­tis­ta” no gana­ría elec­cio­nes ni mayo­rías par­la­men­ta­rias, pero es segu­ro que pro­du­ci­ría mon­to­nes de muje­res y hom­bres con cla­ra com­pren­sión de las nece­si­da­des his­tó­ri­cas reales, ver­da­de­ras colum­nas de la lucha por la trans­for­ma­ción revo­lu­cio­na­ria de la socie­dad. Un cau­dal ideo­ló­gi­co y polí­ti­co capaz de ilu­mi­nar la oscu­ri­dad. Para ganar elec­cio­nes se deja­ron por el camino muchas cosas: en aras de cose­char votos se renun­ció a todo, inclu­so a la anu­la­ción de la ley de impu­ni­dad. La mode­ra­ción y el prag­ma­tis­mo nos die­ron el 2005, pero… ¿cuán­ta con­fu­sión pro­du­je­ron? ¿el trans­for­mis­mo no será el moti­vo de la cada vez mayor dis­tan­cia que sepa­ra el par­la­men­to de las bases socia­les?
Bueno, lle­ga­do a este pun­to, qui­sie­ra dejar acla­ra­do algo: me sen­tí con­vo­ca­do por el gru­po “Maes­tras No a LUC” y par­ti­ci­pé de en la “Coor­di­na­ción Oes­te con­tra TODA la LUC”. Sigo pen­san­do que, al acto agre­si­vo que es la LUC, se le debe­ría haber res­pon­di­do con la dero­ga­ción de ese por­ta­vio­nes legis­la­ti­vo. 
Aho­ra se vie­ne una gran bata­lla polí­ti­ca con­tra este gobierno del agro­ne­go­cio, de los lati­fun­dis­tas y las empre­sas extran­je­ras, para librar­nos de una eco­no­mía tute­la­da por las cali­fi­ca­do­ras de ries­go, que recor­ta el gas­to social para redu­cir el défi­cit fis­cal y pagar los ser­vi­cios de la Deu­da. Habrá que enfren­tar el ses­go ideo­ló­gi­co que el gobierno adop­ta en el cam­po inter­na­cio­nal. Defen­der al pue­blo revo­lu­cio­na­rio de Cuba. 

La LUC fue una gro­se­ría. El pri­mer esla­bón de la cade­na de gro­se­rías con­tra el pue­blo: la segu­ri­dad social, las des­mo­no­po­li­za­cio­nes que crean mono­po­lios pri­va­dos, el res­pal­do polí­ti­co y jurí­di­co a la repre­sión, el cer­co a las huel­gas de las y los asa­la­ria­dos, etc. No se va sola­men­te por 135 artícu­los de la LUC, vamos con­tra el gobierno. Ya sue­nan los tam­bo­res en la torre eje­cu­ti­va, augu­ran la pues­ta en mar­cha del pro­yec­to polí­ti­co de cuño libe­ral con­tra el pue­blo. 
La res­pues­ta tam­bién está en mar­cha, se movi­li­zan los tra­ba­ja­do­res de la pes­ca, los de OSE y, des­de Bella Unión, como en tiem­pos pre­té­ri­tos se vie­nen los pelu­dos en la defen­sa de ALUR y la pro­duc­ción de caña de azú­car (que en asam­blea popu­lar resol­vie­ron “bajar” a Mon­te­vi­deo y acam­par fren­te al Pala­cio el 19 de Julio). Todas y todos los ingo­ber­na­bles esta­mos auto­con­vo­ca­dos a resis­tir el emba­te. Habrá que man­te­ner encen­di­da la llamita. 

Itu­rria /​Fuen­te

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