Méxi­co. Ber­ta Cáce­res, el lega­do de su lucha y la impu­ni­dad en su ase­si­na­to: el mexi­cano Gus­ta­vo Cas­tro Soto sobre­vi­vien­te del ataque

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 4 de mar­zo de 2021

El mexi­cano Gus­ta­vo Cas­tro Soto fue sobre­vi­vien­te del ata­que y ase­si­na­to con­tra la ambien­ta­lis­ta len­ca Ber­ta Cáce­res la madru­ga­da del 02 de mar­zo de 2016 en Inti­bu­cá, Hon­du­ras. Reci­bió dos dis­pa­ros y lo die­ron por muer­to. Había asis­ti­do a un semi­na­rio sobre Ener­gías Reno­va­bles orga­ni­za­do por el Con­se­jo Cívi­co de Orga­ni­za­cio­nes Popu­la­res e Indí­ge­nas de Hon­du­ras (COPINH).

El pue­blo len­ca, el COPINH, las muje­res hon­du­re­ñas y Ber­ta Cáce­res, habían resis­ti­do y fre­na­do el pro­yec­to hidro­eléc­tri­co Agua Zar­ca de la empre­sa Desa­rro­llos Ener­gé­ti­cos Socie­dad Anó­ni­ma (DESA), pro­pie­dad de una fami­lia pode­ro­sa del país cen­tro­ame­ri­cano, los Ata­la Zablah, que pre­ten­día explo­tar y pri­va­ti­zar el agua del río Gual­car­que, el agua de todos.

Entre­vis­ta­do por La Cope­ra­cha, Cas­tro Soto seña­la que, a pesar de no haber lle­ga­do la jus­ti­cia para Ber­ta, su lega­do inte­gral se repro­du­ce en muje­res, movi­mien­tos socia­les y pue­blos ori­gi­na­rios. El tam­bién inte­gran­te de Otros Mun­dos Chia­pas iden­ti­fi­ca que ade­más de los res­pon­sa­bles direc­tos en el jui­cio por el ase­si­na­to de Ber­ta, tam­bién cabría saber qué tan res­pon­sa­bles son las finan­cia­do­ras del mega­pro­yec­to y otros actores.

¿Cómo va el pro­ce­so judi­cial por el ase­si­na­to de Ber­ta Cáce­res?
Se encar­ce­la­ron a 8 pre­sun­tos auto­res mate­ria­les, de los cua­les 7 fue­ron sen­ten­cia­dos a 30 años por el ase­si­na­to de Ber­ta y a 20 años por el ase­si­na­to en gra­do de ten­ta­ti­va con­tra mi per­so­na. Aho­ra el pro­ce­so gira en torno a David Cas­ti­llo, uno de los miem­bros de la mesa direc­ti­va de la empre­sa don­de se sen­ta­ba jun­to a la fami­lia Ata­la, los due­ños de la empre­sa. A él se le dio pri­sión pre­ven­ti­va hace 3 años y des­de enton­ces no se le ha enjuiciado.

La defen­sa y la impu­ni­dad en Hon­du­ras han lle­va­do a que las audien­cias se sus­pen­dan con­ti­nua­men­te. Final­men­te se acep­ta­ron las audien­cias y el COPINH y la fami­lia de Ber­ta pre­sen­ta­ron recien­te­men­te 88 prue­bas. Al final se acep­tó que uno de los her­ma­nos Ata­la fue­ra a decla­rar, y en eso está el juicio.

El gobierno hon­du­re­ño no sola­men­te ha fre­na­do el pro­ce­so, sino que sus accio­nes han sido ile­ga­les, la per­so­na que está actual­men­te pre­sa lle­va 3 años arrai­ga­do, pero legal­men­te sólo se per­mi­te año y medio. Ha habi­do vio­la­cio­nes al Códi­go Penal, se han tra­ta­do de evi­tar peri­ta­jes, tes­ti­gos, sufi­cien­tes prue­bas, se ha bus­ca­do gene­rar un esce­na­rio que sea favo­ra­ble a la impu­ni­dad. Esta­mos hablan­do de una de las fami­lias más ricas de Hon­du­ras, due­ña de ban­cos y súper tien­das, con mucho poder polí­ti­co y económico. 

Actual­men­te hay una pre­sión fuer­te por par­te del gobierno de Esta­dos Uni­dos con Joe Biden, don­de los Demó­cra­tas están pro­mo­vien­do reti­rar el apo­yo al pre­si­den­te de Hon­du­ras, carac­te­ri­za­do por repre­sión, impu­ni­dad, nar­co­trá­fi­co y corrup­ción. Eso qui­zá cam­bie un poco la impu­ni­dad que ha habi­do has­ta ahorita. 

¿Inde­pen­dien­te del jui­cio por el ase­si­na­to dón­de ves más res­pon­sa­bles?
Hay un entra­ma­do de intere­ses muy com­ple­jo, cada actor o cada inte­rés tie­ne un papel fun­da­men­tal en este círcu­lo de impu­ni­dad. Por ejem­plo, el pro­yec­to no se hubie­ra podi­do hacer si no hay finan­cia­do­res. Pri­me­ro fue el Ban­co Mun­dial y se reti­ró. Des­pués fue el Ban­co Holan­dés de Desa­rro­llo y el Fon­do Fin­lan­dés para la Coope­ra­ción Inter­na­cio­nal, quie­nes sabien­do que había muer­tos y había repre­sión, no había con­sul­ta pre­via, libre e infor­ma­da sobre el pro­yec­to, lo seguían financiando.

¿Qué hubie­ra pasa­do si no hubie­ran finan­cia­do? Qui­zás el pro­yec­to has­ta ahí hubie­ra lle­ga­do. Y si se han reti­ra­do no es por vir­tud pro­pia, es por la pre­sión inter­na­cio­nal sobre el uso de sus fon­dos que finan­cian mega­pro­yec­tos como pre­sas, mine­ras y otras con­ce­sio­nes extrac­ti­vas. Estos ban­cos tie­nen muchí­si­ma res­pon­sa­bi­li­dad. Pero de igual mane­ra el Ban­co Cen­tro­ame­ri­cano de Inte­gra­ción Eco­nó­mi­ca (BCIE) don­de Méxi­co y varios paí­ses son par­te, man­tie­nen el finan­cia­mien­to y los intere­ses en este proyecto.

Otro actor son la mis­ma fami­lia Ata­la, la empre­sa, no sola­men­te por la deu­da que tie­ne y los prés­ta­mos que ha reci­bi­do, sino por­que tie­ne inte­rés de la apro­pia­ción del terri­to­rio y del nego­cio de la ven­ta de ener­gía. El otro actor es el gobierno que man­tie­ne en tal impu­ni­dad a un sec­tor oli­gar­ca y de ahí todo el entra­ma­do ins­ti­tu­cio­nal como es el Ejér­ci­to, la Poli­cía, hacien­do com­par­sa de gran­des tras­na­cio­na­les y oli­gar­cas. Todos tie­nen mucha responsabilidad.

Gus­ta­vo Cas­tro y Ber­ta Cáce­res hace 20 años. Foto cor­te­sía Otros Mun­dos Chiapas

¿Cuá­les son las ense­ñan­zas que deja Ber­ta a los movi­mien­tos socia­les, a las muje­res y a los pue­blos ori­gi­na­rios?
Es un lega­do muy inte­gral. Ber­ta vio nacer al COPINH pero tam­bién éste fue for­man­do a Ber­ta. Den­tro de la estra­te­gia que ella plan­tea­ba, esta­ba la apro­pia­ción de un sis­te­ma de comu­ni­ca­ción, de for­ma­ción polí­ti­ca, de soli­da­ri­dad con las orga­ni­za­cio­nes y los movi­mien­tos socia­les no sola­men­te de Hon­du­ras sino de Amé­ri­ca Lati­na, la movi­li­za­ción con dis­tin­tos temas polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos por­que se movi­li­za­ban en torno a la deu­da exter­na, Tra­ta­do de Libre Comer­cio, Plan Pue­bla Pana­má, repre­sas, mine­ría, extrac­ti­vis­mo, racis­mo, patriarcado.

Yo creo que ese es el lega­do que dejan Ber­ta y el COPINH, que la lucha es inte­gral. No es mono­te­má­ti­ca, no es sólo local. Inclu­so rei­vin­di­can­do la lucha por la diver­si­dad sexual y del movi­mien­to LGBTTI.

¿Cómo miras el pano­ra­ma actual con los mega­pro­yec­tos y la pan­de­mia en los terri­to­rios?
Muchos gobier­nos de la región, no sola­men­te Hon­du­ras, están entran­do en un cues­tio­na­mien­to muy fuer­te y evi­den­cián­do­se sobre a quién sal­var. Los paí­ses y los gobier­nos han res­ca­ta­do nue­va­men­te a gran­des empre­sas, gran­des tras­na­cio­na­les. Pero ade­más, si antes había un sis­te­ma de corrup­ción impre­sio­nan­te, aho­ra, con la inyec­ción de recur­sos, cuan­to más.

Tam­bién es un momen­to en que los movi­mien­tos socia­les tene­mos que bus­car alter­na­ti­vas. Tie­ne que ser un momen­to para refle­xio­nar cuál debe ser el camino de las resis­ten­cias. Tene­mos que ser autó­no­mos en nues­tras pro­pias regio­nes, pro­du­cir los ali­men­tos, pro­du­cir la ener­gía, empe­zar a gene­rar recur­sos pro­pios y no depen­der tan­to. Con la pan­de­mia se vio cla­ro que las comu­ni­da­des que sobre­vi­vie­ron a la cri­sis fue­ron las que podían sem­brar, que tenían pro­duc­ción, que tenían medi­ci­na tra­di­cio­nal. Tene­mos el reto de pre­pa­rar nue­vas estra­te­gias y alternativas.

¿Las per­so­nas defen­so­ras con­ti­núan con el mis­mo nivel de ries­go aho­ra en la pan­de­mia? 
Se ha incre­men­ta­do el ries­go. Ya era de por sí un ries­go opo­ner­se a las gran­des inver­sio­nes extrac­ti­vis­tas que impli­can muchos intere­ses eco­nó­mi­cos en apro­pia­ción de terri­to­rios, recur­sos, agua, ener­gía. Era un ries­go opo­ner­se a la infra­es­truc­tu­ra, mega­pro­yec­tos e inva­sión del capi­tal. Aho­ra se inten­si­fi­ca por­que muchos de estos mega­pro­yec­tos son decla­ra­dos como indispensables. 

En cuan­to a la segu­ri­dad de las per­so­nas defen­so­ras debe­mos modi­fi­car las estra­te­gias, no pode­mos rea­li­zar las mis­mas accio­nes que antes. Muchas accio­nes están cri­mi­na­li­za­das en el mar­co de la modi­fi­ca­ción de las leyes y códi­gos pena­les. Hoy pue­de ser decla­ra­do como cri­men orga­ni­za­do o secues­tro el hecho de que una comu­ni­dad blo­quee un camino para defen­der su tie­rra o su agua.

La segu­ri­dad debe ser per­so­nal, fami­liar y colec­ti­va, se deben gene­rar meca­nis­mos y pro­to­co­los de segu­ri­dad comu­ni­ta­rias, eso es fun­da­men­tal. Pedir­le al gobierno que nos garan­ti­ce la segu­ri­dad cuan­do es quien impul­sa aque­llo que tene­mos en con­tra, pue­de ser un meca­nis­mo mediá­ti­co, pero no la garan­ti­za. Se deben bus­car meca­nis­mos comu­ni­ta­rios de protección.

Publi­ca­do ori­gi­nal­men­te en La Cope­ra­cha

FUENTE: des­In­for­me­mo­nos

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