Argen­ti­na. El perro VIP que mor­dió a las madres

Por Alfre­do Gran­de, APE, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 27 de febre­ro de 2021.

(APe).- Habla­mos con pala­bras, pero pen­sa­mos con con­cep­tos. Los con­cep­tos tie­nen for­ma racio­nal y se apo­yan en una defi­ni­ción. Es un poco engo­rro­so. Pero más engo­rro­so son las dis­cu­sio­nes sobre demo­cra­cia, revo­lu­ción, lucha de cla­ses, cuan­do nun­ca se pone en super­fi­cie cuál es el sen­ti­do fun­dan­te de esas pala­bras. Los equí­vo­cos ali­men­tan inter­mi­na­bles dis­cu­sio­nes que van diez­man­do las reuniones.

Un botón que qui­zá sir­va para mues­tra. La afir­ma­ción: “El Esta­do somos todos”. Antes de decir que no, o que sí, o que más o menos, hay que poner en super­fi­cie cuál es el con­cep­to de Esta­do que esta­mos uti­li­zan­do. Los siem­pre invo­ca­dos, habi­tual­men­te en vano, pro­ble­mas de comu­ni­ca­ción par­ten de estos malos enten­di­dos. Que, si empie­zan mal, ter­mi­nan peor.

La pala­bra que se ha impues­to gra­cias a la agen­cia mediá­ti­ca es “vacu­na­to­rio VIP”. La idea, o, mejor dicho, mi idea, es que deje de ser mera pala­bra y poda­mos cons­truir un con­cep­to. Lo dije: es muy engo­rro­so, pero tam­bién dije que es muy nece­sa­rio. Ante todo, hay que reco­no­cer, mal o bien que nos pese, que es una pala­bra que ha gene­ra­do alto impac­to, y como toda idea que se ins­ta­la, aun para cues­tio­nar­la, hay que emplear­la. Por eso el recur­so de la actual minis­tra de salud púbi­ca es pue­ril y, ade­más, ino­cuo. Decir: “no hay vacu­na­to­rio vip” la deja atra­pa­da en una para­do­ja. Para negar­lo, tie­ne que afir­mar­lo. “Yo no creo en bru­jas, pero que las hay, las hay”. Expre­sión arcai­ca que de todos modos hacía palan­ca en algo importante.

La creen­cia racio­nal no anu­la la per­cep­ción sen­si­ble. Aun­que nos res­pon­dan con el bol­si­llo, segui­mos hablan­do con el cora­zón. Que tie­ne razo­nes que la cul­tu­ra repre­so­ra no entien­de. Aun­que no sea dema­sia­do impor­tan­te, es impor­tan­te para com­ba­tir en la siem­pre decla­ma­da bata­lla cul­tu­ral. Que, de tan­tas bata­llas, tene­mos que pen­sar en el con­cep­to de “gue­rra cultural”.

Pode­mos no enten­der, pero de los olo­res y sabo­res del fas­cis­mo esta­mos impreg­na­dos des­de hace déca­das. En esa batalla/​guerra cul­tu­ral, empe­ce­mos por no negar. Cuan­do nega­mos, oscu­re­ce­mos. La estra­te­gia que me pare­ce ade­cua­da es comen­zar con una con­vic­ción mili­tan­te. Hay vacu­na­to­rio vip. Aho­ra pen­se­mos qué con­cep­to tene­mos de vacu­na­to­rio vip. Ejer­ce­mos el dere­cho a la “disec­ción semióti­ca”. La semióti­ca es la dis­ci­pli­na cien­tí­fi­ca que se encar­ga de estu­diar los sig­nos y las for­mas en que se cons­tru­ye y se trans­mi­te el sen­ti­do duran­te la comu­ni­ca­ción. For­ma par­te de las teo­rías de len­gua­je, don­de el signo se defi­ne como la uni­dad míni­ma de una ora­ción. En este caso, la uni­dad míni­ma es “VIP”. La razón es simple.

Como con­cep­to, “VIP” es más inclu­si­vo que vacu­na­to­rio. Lo VIP inclu­ye muchas más situa­cio­nes que la de un vacu­na­to­rio. Me pare­ce polí­ti­ca­men­te nece­sa­rio ocu­par­nos de “lo VIP”. La dere­cha libe­ral y el fas­cis­mo de con­sor­cio siem­pre lo tuvie­ron cla­ro. El pre­si­den­te que vino del Nor­te para vacu­nar al pero­nis­mo con el virus del libe­ra­lis­mo eco­nó­mi­co y las polí­ti­cas reac­cio­na­rias, acu­ñó: “los niños pobres que tie­nen ham­bre y los niños ricos que tie­nen tris­te­za”. La tram­pa semióti­ca y cul­tu­ral fue colo­car en un mis­mo plano “ham­bre” y “tris­te­za”. Por­que los chi­cos tris­tes no tie­nen ham­bre, pero los chi­cos con ham­bre tam­bién tie­nen tris­te­za. Y mucha. Y deses­pe­ra­ción. Y dolor físico.

Tam­po­co inda­ga­ba por qué los niños ricos tenían tris­te­za. ¿Se que­da­ron sin el via­je a Dis­ney? ¿Un niño más rico com­pró la play sta­tion 5? Por eso la fra­se del feliz­men­te y recien­te­men­te falle­ci­do ex pre­si­den­te, es la fra­se de un VIP. Borró con las garras lo que varias gene­ra­cio­nes escri­bie­ron con las manos de la mili­tan­cia. Los niños eran pri­vi­le­gia­dos por­que no tenían ni ham­bre ni tristeza.

Lo VIP fue ocu­pan­do espa­cios de gran poder. Rama­les ferro­via­rios que cerra­ban, y ava­lan­cha de buses y camio­nes que flo­re­cían. El pri­mer mun­do ver­da­de­ro para los VIP y su inol­vi­da­ble “deme dos”. Dólar bara­to para impor­tar todo, mien­tras la capa­ci­dad pro­duc­ti­va de la Argen­ti­na era des­trui­da. Apa­re­cían nue­vos VIP, tam­bién lla­ma­dos los nue­vos ricos. Rema­ke de la “pla­ta dul­ce” aho­ra en ver­sión cons­ti­tu­cio­nal y electoral.

El indul­to a los jerar­cas del geno­ci­dio, fue otro des­plie­gue de lo VIP. Y hay dema­sia­dos ejem­plos que lle­gan a nues­tros días, que cada vez son menos nues­tros. Des­cu­brir lo VIP que nos habi­ta recién ´por el vacu­na­to­rio, es de un cinis­mo e hipo­cre­sía a prue­ba de votos. “El escán­da­lo es la cara visi­ble de la hipo­cre­sía”. Afo­ris­mo impli­ca­do que per­mi­te des­cu­brir en cada escan­da­li­za­do un enor­me hipó­cri­ta. 
En setiem­bre del 2017 (AP antes pan­de­mia) escri­bí la decla­ra­ción uni­ver­sal de los pri­vi­le­gios huma­nos.

O sea: un lis­ta­do de toda la para­fer­na­lia VIP que nos inva­de. Sin embar­go, a las damas y caba­lle­ros del pun­do­nor repu­bli­cano sólo les preo­cu­pa del uni­ver­so VIP, el mal­di­to vacunatorio.

Para el modo retro­pro­gre­sis­ta y fas­cis­ta de con­sor­cio lo VIP no solo está natu­ra­li­za­do, sino sacra­li­za­do. Un Minis­tro acla­ra que los fun­cio­na­rios no son pro­pie­ta­rios del Esta­do. Lo que no acla­ra es que en reali­dad el Esta­do es un country cerra­do para pocas y pocos de varios pode­res VIP.

Un impor­tan­te mili­tan­te social me decía que nun­ca el kirch­ne­ris­mo lle­vó en sus lis­tas a un pique­te­ro o mili­tan­te barrial. O sea: los fren­tes nacio­na­les y popu­la­res tam­bién tie­nen sus VIP. Un perio­dis­ta de tris­te figu­ra y lamen­ta­ble dis­cur­so, hace una defen­sa del vacu­na­to­rio seña­lan­do que en todo el pla­ne­ta hay corrup­ción con las vacu­nas. Segu­ro nun­ca leyó mi afo­ris­mo: “mal de muchos, con­sue­lo de cómplices”.

Lo sepa o no, creo que no, esa línea argu­men­tal lo con­vier­te en cóm­pli­ce por legi­ti­ma­ción. Una espe­cie de resig­na­ción cos­tum­bris­ta del tipo “así es la vida”. Un dato no menor, o sea un dato mayor, es apun­tar, en el sen­ti­do lite­ral de la pala­bra, a quien dis­pa­ró pri­me­ro con el misil del vacu­na­to­rio VIP.

El escri­tor de libros muy nece­sa­rios, feroz crí­ti­co del pero­nis­mo libe­ral, con tono y son­ri­sa de abue­lo de Hei­di, sacó la espo­le­ta de la gra­na­da. ¿Dete­rio­ro cog­ni­ti­vo, fal­se­dad ideo­ló­gi­ca, abu­so de posi­ción domi­nan­te, sín­dro­me de Esto­col­mo? Poco impor­ta. Los ser­vi­cios a la dere­cha reac­cio­na­ria supon­go que le serán recom­pen­sa­dos. Lo que me impor­ta ya que tan­to valo­ra­mos la memo­ria his­tó­ri­ca, es recor­dar des­de el lejano 2002, una feroz mor­di­da del CEO VIP del perio­dis­mo pro­gre­sis­ta, inclu­so revolucionario.

En un acto rea­li­za­do en la Uni­ver­si­dad Popu­lar Madres de Pla­za de Mayo, de la cual fui fun­da­dor, des­de ya no el más noto­rio, pero fun­da­dor fui, 4 ora­do­res se refi­rie­ron al ata­que a las torres geme­las del 11 de sep­tiem­bre de 2001. Indig­na­do por las mani­fes­ta­cio­nes allí rea­li­za­das, escri­be un artícu­lo cuyo títu­lo es suge­ren­te. “La ale­gría de la muer­te”. El rema­te es impac­tan­te. “Estas nue­vas defi­ni­cio­nes, en un momen­to en que el mun­do se acon­go­ja ante la pro­vo­ca­ción sinies­tra del 11 de setiem­bre y las repre­sa­lias terri­bles con­tra per­so­nas tan inde­fen­sas como las ase­si­na­das aquel día, obli­gan a la res­pues­ta de quie­nes no cree­mos que haya que ele­gir entre la lim­pie­za étni­ca de Milo­se­vic y los “daños cola­te­ra­les” de la OTAN, entre las explo­sio­nes de Bin Laden y las de Bush, entre los colo­nos fas­cis­tas de Sha­ron y los ase­si­nos seria­les de Hamas, sobre todo en este dia­rio, (Pági­na 12) que con tan­ta gene­ro­si­dad abre sus pági­nas cada vier­nes para algu­nas de las ense­ñan­zas que se impar­ten en esa aca­de­mia”.

Lue­go de esa dia­tri­ba, fui­mos a entre­vis­tar­nos con la pla­na mayor de Pagi­na 12. Recuer­do los nom­bres de los que nos reci­bie­ron y de los que fui­mos. La gene­ro­si­dad que el CEO VIP había men­cio­na­do, se inte­rrum­pió levan­tan­do de la noche del jue­ves a la maña­na de vier­nes, el Suple­men­to de la Uni­ver­si­dad Popu­lar que publi­ca­ba sema­nal­men­te Pagi­na 12.

Los que fui­mos pre­ten­día­mos denun­ciar a la pla­na mayor que el perio­dis­ta VIP que acu­sa­ba por ale­grar­nos de las muer­tes, era finan­cia­do por fun­da­cio­nes nor­te­ame­ri­ca­nas. Lo digo en fácil: pusi­mos vio­lín, gui­ta­rra y piano en bol­sas, y sali­mos tras­qui­la­dos. La deci­sión final, aun­que me tien­ta decir la solu­ción final al con­flic­to gene­ra­do a par­tir de ese acto polí­ti­co aca­dé­mi­co, fue eli­mi­nar el Suple­men­to del dia­rio. Ya las Madres habían sido san­cio­na­das por defen­der a los pre­sos vas­cos. Mi tex­to “Los enemi­gos del pue­blo” que­dó sin publi­car. Pude leer­lo en una acti­vi­dad de la COOPI en Villa Car­los Paz. La mis­ma coope­ra­ti­va que hoy tam­bién pade­ce la solu­ción final de la inten­den­cia de esa ciu­dad que pre­ten­de destruirla.

El perio­dis­ta CEO VIP decre­tó el final de la his­to­ria de ese Suple­men­to que era para toda la mili­tan­cia, una las caras más visi­bles de la Uni­ver­si­dad Popu­lar. Actuó como CEO VIP cor­po­ra­ti­vo. 20 años des­pués, que pare­ce que son algo, en tono bona­chón, des­tru­ye al Minis­tro de Salud de la Nación.

En su pro­gra­ma de reduc­ción de daños, el Gobierno Nacio­nal pone un corral para hablar solo del vacu­na­to­rio VIP, sin que lo VIP de nues­tro rei­no cons­ti­tu­cio­nal, que algu­nos lla­man demo­cra­cia, sea cues­tio­na­do. Oxí­geno para el fas­cis­mo de con­sor­cio y ane­mia para el retro­pro­gre­sis­mo. Por eso no es un tema de corrup­ción. El capi­ta­lis­mo no está corrom­pi­do. Es una inmen­sa fábri­ca de lógi­ca VIP. Que ya no es “very impor­tant per­son”. Sino “very impor­tan­te pri­vi­le­ge”. Los más impor­tan­tes pri­vi­le­gios. A esos pri­vi­le­gios hay que mor­der­los. Y des­tro­zar­los. Pero si el Perro VIP muer­de, y des­pués ladra, es solo para mantenerlos.

Pin­tu­ra: Rup­tu­ra celes­tial, Feli­pe Alar­cón Eche­ni­que
Edi­ción: 4270

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