Por Laly Machado, Resumen Latinoamericano, 31 de diciembre de 2020.
Paraguay duele porque nos están arrancando las hijas. Duele por su desigualdad e injusticias pero más por nuestras hijas. Duele por el despojo de tierras, por avance sojero, por el golpe blando, por la banda de Stroessner en el gobierno, por la sangre que tiñe al partido colorado, pero más por las pibas!
Los yankis y mercenarixs latinoamericanxs financian y forman a la FTC ( Fuerza de Tareas Conjunta) para torturar y ejecutar niñas como la forma más siniestra y cobarde de frenar la lucha del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Asesinaron a nuestras hijas, Lilian y María del Carmen y desaparecieron a Lichita en defensa de la oligarquía sojera. Lo peor de todo esto es que nada es nuevo, no se trata de un caso aislado, de un echo criminal específico, sino de una forma sistemática que intenta frenar la lucha revolucionaria. Esta metodología criminal del estado paraguayo necesita de un elemento esencial: la impunidad del desinterés. Necesitan de las voces ausentes en la denuncia, los pies que faltan en la marcha, lxs intelectuales que no estudian el tema, los organismos de DDHH que pierden humanidad ignorando esta barbarie, lxs revolucionarixs de mentira que quedan atareadxs ante las consecuencias de la lucha de verdad… Paraguay es también producto de nuestra desidia, de la vara desigual que usamos para sentir las injusticias, que no duelen igual contra cualquiera, en cualquier lugar del mundo.
En Paraguay se lucha, se está jodiendo el enemigo y la revancha es desgarradora.
En Paraguay hay ejemplos vivos de coherencia y combatividad. Habrá quienes desde sus relativas seguridades y sus estériles análisis sean críticxs con los métodos de lucha, el momento histórico para la existencia del EPP y quién sabe cuántos descaros más se animen a repartir lxs que juegan el juego de este sistema; pero al margen del palabrerío, la realidad es que en Paraguay se está peleando y si por las razones que sean no estamos ahí, ni así, seamos por lo menos capaces de sentir el dolor de estxs combatientes como propio cuando les asesinan o desaparecen a sus hijas que son las nuestras. Mínimamente nos corresponde como militantes, para no traicionar al Che, para no ser indiferentes y vomitadxs por la historia.
Unamos los esfuerzos, no pensemos en código de solidaridad sino de compromiso, abracemos a la familia Villalba aunque nos cueste el cuero, porque vale la pena, porque nos corresponde.
Llenemos de odio el corazón para que se agite en defensa del amor más pura, el amor al pueblo.
Aparición con vida de Lichita!
Juicio y castigo por Lilian y María del Carmen!
Libertad a Laura Villalba y todas las presas políticas.
Refugio a la familia Villalba.
Viva la lucha del pueblo paraguayo.
» Entonces sentí la tremenda opresión en el pecho, una opresión en la que no parecía estar afectado ningún órgano físico, pero que era casi asfixiante, insoportable. Ahí, en el pecho, cerca de la garganta, ahí debe estar el alma, echa un ovillo.»