Pen­sa­mien­to crí­ti­co. Caso San­trich, pos­ver­dad y perfidia

Por Gerar. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 16 de diciem­bre de 2020.

El caso de San­trich es la come­dia-tra­ge­dia his­tó­ri­ca en la cual las cla­ses diri­gen­tes de mane­ra reite­ra­ti­va han trai­cio­na­do los pac­tos y/​o acuer­dos de paz con los gru­pos insur­gen­tes. Se pue­de recor­dar des­de la trai­ción a José Anto­nio Galán por el régi­men espa­ñol a fines del siglo XVIII, el ase­si­na­to pos­te­rior a Rafael Uri­be Uri­be a comien­zos del siglo XX y el ase­si­na­to de Gua­da­lu­pe Sal­ce­do en los años cincuenta.

La ten­den­cia his­tó­ri­ca del régi­men polí­ti­co es incum­plir los acuer­dos pac­ta­dos entre las insur­gen­cias arma­das y socia­les, con la fina­li­dad de des­mon­tar sus pro­ce­sos polí­ti­cos, ani­qui­lar a sus miem­bros y redu­cir su capa­ci­dad de influen­cia. De lo ante­rior, exis­ten muchos ejem­plos en la his­to­ria recien­te, que no vale la pena mencionarlos.

Pos­ver­dad y régi­men político

Sin embar­go, el caso de Jesús San­trich , se arti­cu­la a un nue­vo fenó­meno recien­te, que par­te de las trans­for­ma­cio­nes gene­ra­das por el capi­ta­lis­mo en su fase neo­li­be­ral, y es el naci­mien­to del fenó­meno de la pos­ver­dad. Dicho pro­ce­so par­te de la repro­duc­ción de la doc­tri­na aso­cia­da al “Fin de la His­to­ria y de los gran­des rela­tos”, en don­de en la socie­dad del mun­do con­tem­po­rá­neo no exis­ten gran­des ver­da­des y/​o rela­tos, sino que, en cam­bio, flo­re­ce el rela­ti­vis­mo de una fal­sa diver­si­dad, en don­de cada indi­vi­duo y cada gru­po tie­ne una ver­dad úni­ca e inco­ne­xa. Para esta con­cep­ción del mun­do se pue­de ser por igual una per­so­na Terra­pla­nis­ta y Cien­tí­fi­co, cuan­do cla­ra­men­te exis­te una con­tra­dic­ción de for­ma y de fon­do en estas dos con­cep­cio­nes de ver el mun­do. Pero lo ante­rior, se arti­cu­la de una mane­ra hábil, con los dis­cur­sos legi­ti­ma­do­res del actual orden social vigen­te, a pesar de que se habla de diver­si­dad y múl­ti­ples for­mas de exis­ten­cia e iden­ti­dad, el gran con­sen­so, es que el prin­ci­pal pro­duc­tor de dicha diver­si­dad es el mer­ca­do y el con­su­mo, como úni­co medio de gene­ra­ción de equi­dad. Es decir, por un lado, se habla de la muer­te las gran­des ver­da­des, pero por el otro se legi­ti­ma el capi­ta­lis­mo en su fase neo­li­be­ral como úni­co orden social vigente.

Es en este con­tex­to, en don­de el capi­ta­lis­mo a tra­vés de los gran­des medios de comu­ni­ca­ción y las redes socia­les, que a tra­vés de fal­sas noti­cias (fake news) y gran­des estra­te­gias, para influir y gene­rar mie­do, con la fina­li­dad de tor­pe­dear por todos los medios los lla­ma­dos a la cons­truc­ción de un mun­do dife­ren­te y opues­to al meta­bo­lis­mo del capi­tal. Un cla­ro ejem­plo es el naci­mien­to del mito por todo el mun­do del Cas­tro-Cha­vis­mo bajo la mis­ma lógi­ca de la gue­rra fría y la cam­pa­ña del NO en el plebiscito.

En este con­tex­to el caso de Jesús San­trich, es otro ejem­plo de la apli­ca­ción de la lógi­ca de la Pos­ver­dad, a tra­vés de la pues­ta en mar­cha de una estra­te­gia pre­via­men­te pen­sa­da por el régi­men polí­ti­co para dina­mi­tar el pro­ce­so de paz, a tra­vés de un entra­ma­do de accio­nes; por un lado está el entram­pa­mien­to, en don­de se negó la sobe­ra­nía nacio­nal actuan­do como una repú­bli­ca bana­ne­ra en pro de los intere­ses del Tirano del Nor­te, boi­co­tean­do el actuar de la JEP y la Cor­te Supre­ma a tra­vés de la nega­ción de los vein­ti­cua­tro mil audios y por el otro, el lin­cha­mien­to mediá­ti­co, que fue some­ti­do, en un pro­ce­so de juz­ga­mien­to sin garan­ti­zar el debi­do pro­ce­so, que en los últi­mos días, deno­ta la com­pli­ci­dad de los gran­des medios con la estra­te­gia de la fis­ca­lía, el inte­rés del régi­men polí­ti­co por tor­pe­dear y lan­zar a la bor­da el pro­ce­so de paz (San­tos-Duque).

En esta vía, es nece­sa­ria la refle­xión sobre la impor­tan­cia des­de los sec­to­res alter­na­ti­vos, demo­crá­ti­cos y revo­lu­cio­na­rios sobre la impor­tan­cia de la bús­que­da de la ver­dad, como uno de los prin­ci­pa­les meca­nis­mos para poder escla­re­cer y denun­ciar la reali­dad que se escon­de detrás del feti­che y deve­lar su secre­to tal como lo diría Marx.

En este caso se requie­re que todo el movi­mien­to social y popu­lar pue­da for­ta­le­cer su ejer­ci­cio de denun­cia con­tra las arbi­tra­rie­da­des del poder esta­ble­ci­do y bus­car por todos los medios, la cons­truc­ción en la calle de un gobierno alter­na­ti­vo y demo­crá­ti­co, que pue­da garan­ti­zar la imple­men­ta­ción de los acuer­dos, aca­bar con la per­fi­dia y bus­car todos los cami­nos nece­sa­rios para la paz com­ple­ta y la solu­ción polí­ti­ca al con­flic­to arma­do. En estos momen­tos, no se pue­de ser ambi­va­len­te y caer en los can­tos de Sire­na del régi­men. Estos hechos demos­tra­ron, que los Ex Nego­cia­do­res de Paz de las FARC-EP eran total­men­te ino­cen­tes y que el mili­ta­ris­mo los lle­vó nue­va­men­te a alzar las armas en vis­ta de las nulas garan­tías para la reincorporación.

Fuen­te: Rebelión

Itu­rria /​Fuen­te

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