No hay duda alguna que la imagen es en estos tiempos una cuestión imprescindible para poder hacer “algo en la vida”. Auténticos asnos, gracias a un curriculum medio inventado y una buena imagen en la entrevista de trabajo y buenas referencias están colocados en puestos de elite, mientras brillantes universitarios languidecen en las colas del paro o se ven obligados a emigrar. Así es la vida en esta época de la comunicación y donde prevalece lo superficial sobre lo real, lo que hay dentro del cerebro. A esto nos ha llevado también el sistema capitalista.
En el sistema capitalista lo que realmente importa en la vida, importa poco. Ya hace años que las y los candidatos se esfuerzan por dar “buena imagen” y el mensaje político pasa no a un segundo plano, sino al último rincón por el que se interesan las y los votantes. Total… ¿Qué más da? Si ciertamente las políticas a realizar van a ser similares. Por eso Bill Clinton pese a sus aventuras sexuales con las becarias que pasaban por el despacho de la casa blanca, daba una imagen impecable de familia unida con su hija y señora. Repetimos…sus políticas eran similares a las de cualquier otro candidato, lo que importaba era la imagen.
Cantidades de dinero tremendas gastadas en asesores de imagen, que te dicen que tienes que decir, como tienes que posar, con quien tienes que posar o a que país del llamado tercer mundo tienes que destinar tus lágrimas de cocodrilo. No te dejan solidarizarte con Donbas porque son “stalinistas feroces” o «prorusos” pero tienes que llorar por cualquier otro pueblo martirizado porque queda más “presentable”.
Y así tiramos millas y funciona el sistema capitalista en su forma política llamada ”democracia parlamentaria” más bien «democracia burguesa» debería llamarse. Una pieza más de esa gran mentira en la que han convertido el mundo los auténticos amos del planeta, los del banco mundial, el FMI y los dueños de las grandes corporaciones y bancos. Si se ganan las elecciones se hacen políticas superficiales, pero eso si…. A estos últimos, ¡ni tocar!
Gracias a la imagen y a una muy inteligente campaña comunicativa en la que ha participado el sector “progresista” de los medios de comunicación escritos y televisivos del estado capitalista español, surgió como un elefante en una cacharrería la formación “Podemos” hace varios meses y la verdad es que hay que quitarse el sombrero ante la habilidad de este grupo para manejar la imagen, cuestión fundamental como estamos comentando para tener éxito en política. Hemos puesto comillas en la palabra “progresista” porque los medios de comunicación del estado, tanto los progresistas como los ultramontanos son eso, parte del estado y al estado defienden desde diferentes trincheras. No nos vamos a engañar, los mismos que han aupado a Podemos son los que vomitaron odio contra Iniciativa Internacionalista y día si, día también tergiversaban y criminalizaban la lucha por la libertad de Euskal Herria y otros pueblos del estado. Los mismos.
Ocurre que como en el caso de Bill Clinton que también se supo manejar perfectamente en los medios de comunicación y también cosechó éxitos, lo que importa no es la imagen sino las políticas que se van a realizar o se realizan desde ya. Una charla es tan hacer política como una acción de gobierno y viendo como te manejas en la gestación de una charla se ve como lo harás cuando seas gobierno. Y lo que realmente interesa no es que llegues al gobierno para hacer algún cambio cosmético y después no importunar al FMI, al banco mundial, a la OTAN, a la Unión Europea al BBVA, o al Santander-Hispano que es realmente a quienes hay que importunar. Esa es la clave para que los cambios sean reales y no meras operaciones de imagen o cosméticas. Si no vas a ir por esa senda, se agradecería que se aclare, porque la ambigüedad y la vaguedad de mensajes debe tener un límite, si eres honesto al menos. Se nos permitirá que dudemos de la honestidad de algunos y algunas.
Jiménez Villarejo se ha hecho muchas fotos con los candidatos de Podemos. Es más ha sido candidato de Podemos. Ha participado en mesas redondas, mítines y un largo etc. de actividades con este novedoso grupo que parece haber inventado la rueda.
Jiménez Villarejo fue fiscal en el franquismo y juró ante Dios y los evangelios su adhesión al Caudillo. Durante el ejercicio de su cargo se firmaron penas de muerte y no se le vió protestar ni tanto así. Los chicos y chicas de Podemos no parecen tener problemas con hacerse fotos con el y participar en mesas redondas y charlas.
Chivite fue una persona que lucho contra la dictadura fascista en la que participaba Jiménez Villarejo y por ello fue condenado a muerte. Iglesias y su grupo “Podemos” pensaron que por cuestión de imagen no era conveniente hacerse fotos con el ni participar en mesas redondas. Lo comentado anteriormente. Cuestión de imagen. Y es que hacerse fotos con Chivite puede restar votos y claro…
Hay muchas personas consecuentes, revolucionarias, honestas que han sucumbido al encanto y la campaña de imagen de Podemos. Quizás este tipo de datos debería llevarles a una reflexión sobre con quienes se están juntando y con quienes están pensando en futuros pactos post-electorales. Reflexionar siempre es bueno…
He examinado con detenimiento mi álbum personal de fotos y lo cierto es que tengo muchas fotografías con embaucadores y medradores. No pienso borrarlas, porque al fin y al cabo forman parte de mi vida. Pero no me haría una foto con Pablo iglesias y es que aunque no me voy a presentar a ningún cargo publico, uno “por cuestión de imagen” …no todo en la vida son votos, también está la dignidad, la misma que le sobra a Chivite y que le ha hecho rechazar participar con los de Podemos cuando estos han retirado el veto ante el revuelo en las redes sociales. Ante la cuestión de imagen…la cuestión de dignidad.
Dice un viejo refrán castellano que el diablo para engañar mienta las sagradas escrituras.