Fren­te a la bar­ba­rie impe­ria­lis­ta: Demo­cra­cia y Socia­lis­mo- Luis Ocampo

Hace aho­ra exac­ta­men­te 100 años comen­za­ba la I Gue­rra Mun­dial, una con­fron­ta­ción polí­ti­co-mili­tar bru­tal con­di­cio­na­da por una pro­fun­dí­si­ma cri­sis en el seno del capi­ta­lis­mo mun­dial, ya en su fase finan­cie­ra-espe­cu­la­ti­va-impe­ria­lis­ta. En esa gue­rra se juga­ba entre otras cosas la hege­mo­nía den­tro del sis­te­ma capi­ta­lis­ta-impe­ria­lis­ta, a la que Ale­ma­nia aspiraba.

La I Gue­rra Mun­dial tuvo un tre­men­do cos­te para las cla­ses tra­ba­ja­do­ras y para la huma­ni­dad. Con­di­cio­nó ade­más la pri­me­ra gran rup­tu­ra ideo­ló­gi­co-polí­ti­ca en el seno del movi­mien­to socia­lis­ta inter­na­cio­nal, entre aque­llas corrien­tes que defen­dían la par­ti­ci­pa­ción en la gue­rra inter­ca­pi­ta­lis­ta ‑los que final­men­te se que­da­ron con la deno­mi­na­ción de social­de­mó­cra­tas- y aquel sec­tor del movi­mien­to socia­lis­ta enca­be­za­do por el movi­mien­to bol­che­vi­que que con­si­de­ra­ba que las cla­ses tra­ba­ja­do­ras no tenían que apo­yar a nin­guno de los ban­dos en esa gue­rra defen­dien­do que lo que había que hacer era la revo­lu­ción socia­lis­ta ‑y en esa tarea se empe­ña­ron-. Así fue en el caso de Rusia y otros Pue­blos bajo el domi­nio del impe­rio zarista.

Sin la I Gue­rra Mun­dial no hubie­ra habi­do la pri­me­ra Revo­lu­ción socia­lis­ta de la his­to­ria de la huma­ni­dad. No se hubie­se demos­tra­do, prác­ti­ca­men­te, que hay otras for­mas muy supe­rio­res a las del capi­ta­lis­mo de orga­ni­zar la socie­dad, el Esta­do, las rela­cio­nes entre las per­so­nas, las rela­cio­nes de cla­se, las rela­cio­nes de géne­ro, las rela­cio­nes inter­na­cio­na­les, los dere­chos de los Pue­blos, la rela­ción con la naturaleza…

La I Gue­rra Mun­dial puso de mani­fies­to que la huma­ni­dad nece­si­ta­ba y nece­si­ta otros mode­los de orga­ni­za­ción social como alter­na­ti­va al huma­ni­ci­dio y la bar­ba­rie. La Revo­lu­ción Sovié­ti­ca demos­tró que tal cues­tión era posi­ble y ade­más orga­ni­za­da en base al poder popular.

Es ver­dad que el Régi­men sovié­ti­co, con­di­cio­na­do por pre­sio­nes exter­nas y esen­cial­men­te por sus con­tra­dic­cio­nes inter­nas, fue debi­li­tán­do­se has­ta la clau­di­ca­ción; pero que­dó demos­tra­da la expe­rien­cia his­tó­ri­ca de que los tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras, si alcan­zan el gra­do de orga­ni­za­ción y for­ma­ción para ello, es decir de capa­ci­ta­ción, pue­den, pode­mos, cons­truir un sis­te­ma de Poder Popu­lar, un mode­lo alter­na­ti­vo al del impe­ria­lis­mo y por supues­to con valo­res estra­té­gi­cos favo­ra­bles al avan­ce de la huma­ni­dad y de la civi­li­za­ción en general.

La II Gue­rra Mun­dial, fue en bue­na medi­da la segun­da par­te de la pri­me­ra. Una Ale­ma­nia humi­lla­da y domi­na­da polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca­men­te por las poten­cias ven­ce­do­ras a tra­vés de las clau­su­las total­men­te abu­si­vas del Tra­ta­do de Ver­sa­lles, fue el esce­na­rio apro­pia­do para el ascen­so social y polí­ti­co del nazis­mo, al que solo se opu­so con con­vic­ción y orga­ni­za­ción el Par­ti­do Comu­nis­ta Ale­mán, por cier­to, con gran influen­cia tam­bién social y política.

El nazi-fas­cis­mo fue la expre­sión polí­ti­ca del pro­gre­si­vo ascen­so al poder de la frac­ción más agre­si­va y estra­té­gi­ca­men­te cri­mi­nal e irra­cio­nal del capitalismo.

El Régi­men nazi, el pro­duc­to más ela­bo­ra­do del fas­cis­mo, no hubie­ra teni­do pro­ble­ma alguno en uti­li­zar arma­men­tos nuclea­res para impo­ner su domi­na­ción al mun­do si los hubie­ra teni­do dis­po­ni­bles, aún a cos­ta de poner en ries­go la super­vi­ven­cia de la humanidad.

En la actua­li­dad, el capi­ta­lis­mo-impe­ria­lis­ta está cada vez más impreg­na­do de esos impul­sos de irra­cio­na­li­dad, que se acer­can de for­ma muy peli­gro­sa y muy fre­cuen­te­men­te a plan­tea­mien­tos total­men­te huma­ni­ci­das. Es por ello que no se pue­den eva­luar sus estra­te­gias des­de pers­pec­ti­vas inte­lec­tua­les o éti­cas de racio­na­li­dad o, diga­mos, del bien común, por­que esos no son sus valo­res ni en la menor medida.

Es curio­so cómo, cuan­do se eva­lúan los resul­ta­dos de las inter­ven­cio­nes en Irak o en Libia del impe­ria­lis­mo des­de una pers­pec­ti­va lla­mé­mos­le “tra­di­cio­nal”, se lle­ga a la con­clu­sión de que la estra­te­gia impe­ria­lis­ta ha fra­ca­sa­do en aque­llos paí­ses por que no han con­se­gui­do impo­ner un esta­do esta­ble, ple­na­men­te favo­ra­ble a sus intere­ses, como si ese fue­se real­men­te el obje­ti­vo de la inter­ven­ción imperialista.

El autén­ti­co obje­ti­vo de la inter­ven­ción en Irak y Libia era des­truir sus Esta­dos y des­ar­ti­cu­lar sus socie­da­des al máxi­mo para poder dis­po­ner de sus recur­sos natu­ra­les de for­ma abso­lu­ta y sin la menor inter­fe­ren­cia o resis­ten­cia de los Pue­blos respectivos.

La evo­lu­ción de las cosas en esa región del mun­do y el «dejar hacer» al nue­vo «cali­fa­to», recien­te­men­te cons­ti­tui­do entre Irak y Siria, es un cla­ro ejem­plo de lo que decimos.

El impe­ria­lis­mo se mue­ve como pez en el agua en esce­na­rios de bar­ba­rie; y eso es lo que están impo­nien­do en todas las par­tes del mun­do don­de pue­den hacer­lo, inclu­yen­do el este de Europa.

La recu­pe­ra­ción del nazi-fas­cis­mo para esa línea estra­té­gi­ca les vie­ne como ani­llo al dedo.

Hoy esta­mos vivien­do de nue­vo una bru­tal cri­sis del capi­ta­lis­mo. Para inten­tar salir de ella nece­si­tan de nue­vo la gene­ra­li­za­ción de la gue­rra, y por eso la están impul­san­do en varios esce­na­rios. Pero si la gue­rra siem­pre ha sido una tra­ge­dia para las gen­tes del común, hoy esa cir­cuns­tan­cia se mul­ti­pli­ca expo­nen­cial­men­te por la capa­ci­dad des­truc­ti­va de los recur­sos mili­ta­res. Es por ello que la opo­si­ción a la gue­rra tie­ne que ser, como por otra par­te siem­pre lo ha sido, un ele­men­to de iden­ti­dad del movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio. La mejor mane­ra de luchar con­tra la gue­rra es luchar por la cons­truc­ción de un Régi­men polí­ti­co en el Esta­do Espa­ñol que sea un autén­ti­co agen­te acti­vo en esa dirección.

El Esta­do Espa­ñol es el esla­bón débil del capi­ta­lis­mo occi­den­tal. Des­de hace mucho tiem­po veni­mos hacien­do esa afir­ma­ción que cada vez es com­par­ti­da por más gente.

El Esta­do Espa­ñol es el úni­co lugar de Euro­pa Occi­den­tal en el que se dan las con­di­cio­nes obje­ti­vas, y cada vez más las sub­je­ti­vas, para un autén­ti­co cam­bio de Régi­men en un sen­ti­do pro­gre­sis­ta, tal como ocu­rrió en 1931 con la pro­cla­ma­ción de la II Repú­bli­ca. No es un pro­ce­so sen­ci­llo ni se va a con­se­guir de aquí a las pró­xi­mas elec­cio­nes muni­ci­pa­les, pero es per­fec­ta­men­te posi­ble en un perio­do de pocos años; y ya está en marcha.

Nues­tra res­pon­sa­bi­li­dad indi­vi­dual y colec­ti­va es hacer, des­de ya, un gran­dí­si­mo esfuer­zo des­de el pun­to de vis­ta de la for­ma­ción, de la orga­ni­za­ción y de la línea polí­ti­ca para que este pro­ce­so lle­gue a buen puer­to, en el menor tiem­po posible.

En Madrid, en el con­jun­to de Cas­ti­lla, ese esfuer­zo tie­ne que tener un espe­cial impul­so des­de la Coor­di­na­do­ra 25S, des­de Yes­ca, des­de Iz​.Ca. y otras orga­ni­za­cio­nes afi­nes, por­que la Coor­di­na­do­ra 25S ha demos­tra­do que es un ins­tru­men­to con capa­ci­dad polí­ti­ca y de con­vo­ca­to­ria que le per­mi­te enca­be­zar una línea de tra­ba­jo que nos con­duz­ca a la vic­to­ria, siem­pre que se haga con inte­li­gen­cia, cons­tan­cia y gene­ro­si­dad. Otras líneas, de las que aho­ra habla­re­mos, nos lle­va­rán, si no, a una nue­va derro­ta del movi­mien­to popular.

Asis­ti­mos actual­men­te a una fie­bre elec­to­ra­lis­ta ins­ti­tu­cio­na­li­za­do­ra, que de nue­vo con­fun­de de for­ma abso­lu­ta­men­te gro­tes­ca, podría­mos decir cómi­ca sino fue­ra por los pro­ble­mas que con­lle­va, la acu­mu­la­ción de votos, los resul­ta­dos elec­to­ra­les, con la acu­mu­la­ción de poder polí­ti­co-popu­lar. Que de nue­vo pre­ten­den enga­tu­sar­nos con la idea de que el obje­ti­vo del movi­mien­to popu­lar es obte­ner unos bue­nos resul­ta­dos elec­to­ra­les y no el empo­de­ra­mien­to y acu­mu­la­ción de fuer­zas polí­ti­cas y socia­les que per­mi­ta impo­ner un pro­ce­so destituyente-constituyente.

Los bue­nos resul­ta­dos en los pro­ce­sos elec­to­ra­les pue­den ser, en deter­mi­na­dos momen­tos his­tó­ri­cos, un com­ple­men­to útil para el avan­ce del movi­mien­to popu­lar y la acu­mu­la­ción de poder popu­lar. Pero con­se­guir unos cuan­tos repre­sen­tan­tes en las ins­ti­tu­cio­nes al mar­gen de ese pro­ce­so no sir­ve abso­lu­ta­men­te para nada. La his­to­ria recien­te en este Esta­do así lo evi­den­cia, ¿aca­so algu­na vic­to­ria sig­ni­fi­ca­ti­va se ha con­se­gui­do por la vía elec­to­ral en las últi­mas décadas?

Es curio­so que estas corrien­tes elec­to­ra­lis­tas e ins­ti­tu­cio­na­li­za­do­ras se reac­ti­ven en un momen­to en el que el Régi­men está estra­té­gi­ca­men­te heri­do de muerte.

El movi­mien­to 15M fue la expre­sión de que el vaso del has­tío social hacia el Régi­men ya se había des­bor­da­do. Supu­so una infle­xión en la con­cien­cia social de recha­zo al Sis­te­ma ins­ti­tu­cio­na­li­za­do en la Cons­ti­tu­ción del 78, pero des­de el ini­cio apa­re­cie­ron con cla­ri­dad al menos dos almas en su seno, tal como sue­le ocu­rrir en los movi­mien­tos socia­les amplios.

Por una par­te, el alma de aque­llos que sim­ple­men­te que­rían hacer refor­mas en el Régi­men para poder acce­der a tener una repre­sen­ta­ción más o menos sig­ni­fi­ca­ti­va en él. Nos acor­da­re­mos per­fec­ta­men­te de que había sec­to­res cuya úni­ca preo­cu­pa­ción era la Refor­ma de la Ley elec­to­ral y aca­bar con el bipar­ti­dis­mo. Implí­ci­ta­men­te nos esta­ban envian­do el men­sa­je de que la pre­sen­cia de otras orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas en las ins­ti­tu­cio­nes del Régi­men podía con­se­guir que éste fue­ra sus­tan­cial­men­te mejo­ra­do. La otra gran alma en el seno del movi­mien­to 15M era la de aquell@s que apos­tá­ba­mos y apos­ta­mos por los pro­ce­sos des­ti­tu­yen­tes-cons­ti­tu­yen­tes, por­que con­si­de­ra­mos que este Régi­men no es refor­ma­ble y que una pre­sen­cia mayor o menor de fuer­zas polí­ti­cas pro­gre­sis­tas en sus ins­ti­tu­cio­nes, sin que ello sea nece­sa­ria­men­te des­pre­cia­ble, no es en abso­lu­to la solución.

En los deba­tes asam­blea­rios la segun­da posi­ción fue cla­ra­men­te mayo­ri­ta­ria, pero en los deba­tes mediá­ti­cos y en la uti­li­za­ción que deter­mi­na­das frac­cio­nes del poder hicie­ron del movi­mien­to 15M, la pri­me­ra posi­ción fue la que tuvo pre­sen­cia y permanencia.

De algu­na mane­ra se podría decir que “Pode­mos” es la plas­ma­ción de esa corrien­te que se corres­pon­de con la idea de con­se­guir pre­sen­cia en las ins­ti­tu­cio­nes; y la Coor­di­na­do­ra 25S es la expre­sión más aca­ba­da e impor­tan­te de las corrien­tes que en el seno del 15M deman­da­ban y deman­dan la nece­si­dad de un pro­ce­so des­ti­tu­yen­te-cons­ti­tu­yen­te, en el seno del 15M y actual­men­te del con­jun­to de la sociedad.

Este deba­te ideo­ló­gi­co-polí­ti­co de fon­do se va a ver inten­si­fi­ca­do en los pró­xi­mos tiem­pos y par­ti­cu­lar­men­te en rela­ción con las pró­xi­mas elec­cio­nes muni­ci­pa­les. Hay que entrar en el deba­te con toda la fuer­za ideo­ló­gi­ca-polí­ti­ca posi­ble. Todos los argu­men­tos obje­ti­vos e his­tó­ri­cos están de nues­tro lado, pero el poder mediá­ti­co como es lógi­co esta­rá en contra.

El movi­mien­to 22M es un ins­tru­men­to ‑aun­que en él con­flu­yan sec­to­res con pers­pec­ti­vas dife­ren­tes- de pri­me­rí­si­ma impor­tan­cia para impul­sar los pro­ce­sos des­ti­tu­yen­tes-cons­ti­tu­yen­tes. Es muy impor­tan­te nues­tro tra­ba­jo en su seno.

Para cons­truir de for­ma pro­gre­si­va una corre­la­ción de fuer­zas que abra de ver­dad las expec­ta­ti­vas para un autén­ti­co cam­bio de sis­te­ma y para con­fi­gu­rar la con­fluen­cia de los movi­mien­tos socia­les y polí­ti­cos en los diver­sos Pue­blos y nacio­nes del Esta­do Espa­ñol, para que coor­di­na­dos, sin per­der en lo mas míni­mo la iden­ti­dad de cada uno, con­flu­ya­mos en aque­lla par­te de la lucha que de for­ma común nos intere­sa, la que afec­ta al Pro­ce­so Destituyente.

Des­de la Cas­ti­lla comu­ne­ra, de cuyo levan­ta­mien­to con­tra el pri­mer pro­yec­to de cor­te impe­ria­lis­ta-capi­ta­lis­ta enca­be­za­do por Car­los V se van a cum­plir qui­nien­tos años, vamos a apor­tar a esta lucha con­flu­yen­te todo aque­llo a lo que la tra­di­ción comu­ne­ra nos obliga.

Luis Ocam­po, mili­tan­te Comunero.

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *