Hon­du­ras: regre­sa Zela­ya y sigue la resis­ten­cia – Angel Gue­rra Cabrera

El regre­so de Manuel Zela­ya a Hon­du­ras arro­pa­do por una mul­ti­tu­di­na­ria marea huma­na es, ante todo, una impor­tan­te vic­to­ria del com­ba­ti­vo Fren­te Nacio­nal de Resis­ten­cia Popu­lar (FNRP). Zela­ya sufrió el pri­mer gol­pe de Esta­do con­tra un pre­si­den­te lati­no­ame­ri­cano des­pués de la sus­ti­tu­ción por demo­cra­cias for­ma­les de las dic­ta­du­ras mili­ta­res entre los años 80 y 90 del siglo XX. Bru­tal­men­te saca­do a la fuer­za de su casa en la madru­ga­da del 28 de junio de 2009 y colo­ca­do en un avión rum­bo a Cos­ta Rica por mili­ta­res. Es bien cono­ci­da la subor­di­na­ción de la ins­ti­tu­ción cas­tren­se hon­du­re­ña al Coman­do Sur de Esta­dos Uni­dos, a tra­vés de su Gru­po de Tarea Bra­vo, des­ta­ca­do en la base aérea de Soto Cano, situa­da entre Tegu­ci­gal­pa y San Pedro Zula.

El cuar­te­la­zo fue con­de­na­do por los gobier­nos lati­no­ame­ri­ca­nos y los orga­nis­mos inter­na­cio­na­les, inclu­yen­do la OEA, que expul­só a Hon­du­ras de su seno. Pero con una tibia pos­tu­ra de Esta­dos Uni­dos, que se negó a cali­fi­car­lo como gol­pe de Esta­do y en cues­tión de sema­nas ini­ció una manio­bra para legi­ti­mar­lo median­te unamedia­ción encar­ga­da por la secre­ta­ria de Esta­do Clin­ton nada menos que al tico Oscar Arias, de evi­den­te tra­yec­to­ria al ser­vi­cio de Washing­ton. Esta media­ción reci­bió apo­yo de la Unión Euro­pea y fue lo que comen­zó a debi­li­tar el recha­zo inter­na­cio­nal con­tra el gol­pe y la exi­gen­cia por la res­ti­tu­ción del gobierno cons­ti­tu­cio­nal de Zela­ya acor­da­dos por las asam­bleas gene­ra­les de la OEA y la ONU, la Una­sur y el Movi­mien­to de los No Alineados.

Sin embar­go, la mayo­ría de los esta­dos de Amé­ri­ca Lati­na man­tu­vo una fir­me posi­ción de no acep­ta­ción del régi­men de Tegu­ci­gal­pa, e inclu­so des­pués que este orga­ni­za­ra unas cues­tio­na­das elec­cio­nes y asu­mie­ra un nue­vo pre­si­den­te, siguió exis­tien­do un buen núme­ro de gobier­nos lati­no­ame­ri­ca­nos ape­ga­dos a esa pos­tu­ra, sobre todo los de la Alba y la Una­sur. No obs­tan­te que a par­tir de ese momen­to se recru­de­cie­ron las pre­sio­nes de Esta­dos Uni­dos para el reco­no­ci­mien­to de los comi­cios, del gobierno sur­gi­do de ellos y el rein­gre­so de Hon­du­ras a la OEA, la pos­tu­ra con­tra­ria de Argen­ti­na, Boli­via, Bra­sil, Para­guay, Ecua­dor, Vene­zue­la, Nica­ra­gua y, por supues­to, Cuba lo ha veni­do impidiendo.

Pero el 9 de abril de este año se ini­ció una media­ción lati­no­ame­ri­ca­na, sin inter­ven­ción de Esta­dos Uni­dos, lle­va­da a cabo por los pre­si­den­tes Juan Manuel San­tos, de Colom­bia, y Hugo Chá­vez, de Vene­zue­la, que con­du­jo a la fir­ma el 22 de mayo por el gober­nan­te hon­du­re­ño Por­fi­rio Lobo y el derro­ca­do pre­si­den­te Zela­ya de un docu­men­to ates­ti­gua­do por el pro­pio San­tos y el can­ci­ller vene­zo­lano Nico­lás Madu­ro. En el Acuer­do para la Recon­ci­lia­ción Nacio­nal y la Con­so­li­da­ción Demo­crá­ti­ca en Hon­du­ras, el gobierno de ese país se com­pro­me­te con el regre­so de Zela­ya ygarantizar(le), así como a los demás ex miem­bros de su gobierno, el ejer­ci­cio de todas sus liber­ta­des de acción polí­ti­ca y de todas las garan­tías con­tem­pla­das en la Cons­ti­tu­ción (…) y las leyes (…) toman­do para ello las medi­das espe­cia­les de segu­ri­dad per­so­nal que sean nece­sa­rias. Asi­mis­mo, el reco­no­ci­mien­to como fuer­za polí­ti­ca del FNRP y su dere­cho a soli­ci­tar su ins­crip­ción como tal y a com­pe­tir en elec­cio­nes demo­crá­ti­cas, y el dere­cho de rea­li­zar una Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te ‑deman­da prin­ci­pal de la resis­ten­cia- si así se vota en ple­bis­ci­to según el artícu­lo 5 de la Cons­ti­tu­ción. Como se recor­da­rá, la opo­si­ción de loshal­co­nes esta­du­ni­den­ses y la oli­gar­quía a que sim­ple­men­te se con­sul­ta­ra al pue­blo sobre esta posi­bi­li­dad fue lo que des­en­ca­de­nó el gol­pe de Esta­do. Por últi­mo, se acuer­da cons­ti­tuir una Comi­sión de Segui­mien­to de las esti­pu­la­cio­nes del docu­men­to inte­gra­da por Colom­bia y Vene­zue­la, a la que podrán sumar­se otros gobier­nos. El docu­men­to no lo dice pero sin estos com­pro­mi­sos Hon­du­ras no habría vuel­to a la OEA.

De los acuer­dos, ya se cum­plió el regre­so de Manuel Zela­ya y de sus com­pa­ñe­ros exi­lia­dos, pero fal­tan los res­tan­tes, que podrían abrir la puer­ta a cam­bios ver­da­de­ra­men­te demo­crá­ti­cos. A ello se opon­drán con todas sus fuer­zas Esta­dos Uni­dos y los sec­to­res más recal­ci­tran­tes de la oli­gar­quía. Una señal de ello: las tele­vi­so­ras hege­mó­ni­cas hon­du­re­ñas no tras­mi­tie­ron el regre­so de Zela­ya. En Hon­du­ras con­ti­núan la impu­ni­dad de los gol­pis­tas y la repre­sión, los ase­si­na­tos y las des­apa­ri­cio­nes. Con­tra todo ello se pro­po­ne seguir luchan­do el FNRP, aho­ra con la vic­to­ria polí­ti­ca de haber con­se­gui­do el retorno de Zela­ya, una de sus deman­das fundamentales.

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