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Es necesario repudiar a nivel planetario la decisión imperialista de la ONU de intervenir bélicamente en Libia.
En un claro gesto de intervención imperialista, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas haaprobado una resolución que permite el uso de la fuerza para imponer una zona de exclusión aérea sobre Libia y paraproveer asistencia y protección a la población civil de ese país. El mismo Consejo de Seguridad que jamás tomó esta iniciativa contra el sionismo que año tras año bombardea y masacra al pueblo palestino, ahora se apura ‑desesperados por quedarse con el petróleo libio gracias a la excusa que les ha dado su ex amigo Gadafi- para declarar su apoyo a un grupo de rebeldes monárquicos (los del Consejo de Transición), que no representan ni por asomo al pueblo libio descontento con su gobierno. El texto de la ONU aceptado por la mayoría del máximo órgano ejecutivo de la ONU sirve de basepara un ataque militar sobre el territorio controlado por Muamar Gadafi y sobrelas fuerzas que le apoyan y sus medios de defensa, lo que podría ocurrir deforma inminente. En Bengasi, la ciudad cercada por las tropas de Gadafiy a la espera de ser «salvada» por la comunidad internacional, se ha celebrado lavotación con vítores de centenares de libios que se han reunido frente a lasede del Consejo Nacional de Transición libio. • La resolución, que «autoriza a losestados miembros a tomar todas las medidas necesarias» para impedir elvuelo de los aviones de Gadafi y asistir a los civiles, ha sido respaldado por10 votos a favor y cinco abstenciones, las de dos países con derecho de vetoque no lo usaron , Rusia y China, más las de Alemania, India y vergonzosamente la de Brasil, que debería haber votado en contra si la Cancillería de Itamaratí tuviera algo de dignidad. Colombia, por supuesto, votó a favor de sus tutores norteamericanos y europeos Un portavoz del Pentágono manifesto queEstados Unidos dispone ya de recursos militares en el Mediterráneo como paraactuar de inmediato, lo que aún podría permitir retrasar o abortar el intentode las tropas de Gadafi de apoderarse de la ciudad deBengasi, bastión de los rebeldes desde el comienzo de estealzamiento. También Francia parece preparar acciones rápidas. El ministro de Asuntos Exteriores francés, Alain Juppé, queha participado personalmente en los debates del Consejo de Seguridad en NuevaYork, ha declarado en la reunión que sería necesario responder «encuestión de días o de horas porque la situación en Bengasi no admitedemora». “Incluso si esta resolución llegase demasiadotarde como para impedir la caída de Bengasi, la segunda mayor ciudad de Libia,puede servir aún para debilitar enormemente la maquinaria militar del régimenlibio y permitir a los rebeldes libios recuperar recursos y territorio”, dijoun diplomatico norteamericano. Libia ha tardado poco más de una hora enreaccionar. El viceministro de Asuntos Exteriores Khaled Kaaim ha asegurado quela decisión adoptada por la ONU es una amenaza para la seguridad del país yconstituye una llamada para que los «libios se maten entre ellos». Enel lado contrario, el jefe militar de los rebeldes libios, Abdelfatah Yunes-que era ministro de Interior del régimen libio y dimitió para sumarse a larebelión‑, ha expresado su agradecimiento a la comunidad internacional mientrasha pedido que la exclusión aérea se aplique sólo a las zonas bajo control delas fuerzas de Muamar el Gadafi. EEUU es el país líder de la OTAN, pero se resiste esta vez a asumir el papelde principal o único protagonista. Aterrorizado por el riesgo de verse envueltoen otra guerra en un país árabe, el Gobierno norteamericano ha dejado claro enlos últimos días que considera que esta misión debería ser cumplida, principalmente,por los países vecinos, es decir por los europeos y los árabes, que son tambiénlos que más intereses inmediatos tienen en Libia. Francia, el Reino Unido, Egipto, EmiratosÁrabes o Qatar, entre otros, debían ser, por tanto, los países que cargasen conla principal responsabilidad militar que se desprende de la resolucióndiscutida esta noche. Tanto la OTAN como la Liga Árabe y el Consejo de Países del Golfo han dadosu respaldo a la imposición de una zona de exclusión aérea, por loque se entiende que todos sus miembros están autorizados a utilizar la fuerzapara hacerla cumplir. Mientras tanto, la Unión Africana, país al que perteneceLibia, se ha manifestado contra toda intervención extranjera y aboga por que elconflicto se resuelva en paz y entre los libios. Un funcionario del Departamento de Defensa yanquiha adelantado que se han elaborado planes militares que incluyen acciones«más agresivas que la mera demostración de fuerza». Aunque no añadiódetalles, esas acciones podrían abarcan desde el disparo de misiles de crucerodesde barcos hasta el bombardeo de aviones sobre los sistemas de defensaantiaérea y las concentraciones de tropas libias. Gadafi posee modernos equiposde misiles tierra-aire de fabricación rusa que serían objetivo prioritario deun ataque extranjero. Asimismo, entre los potenciales blancos de unaintervención se encuentran las unidades de tanques y la artillería que hancastigado a las fuerzas rebeldes en los días anteriores. Algunos ataques pueden realizarse desde las navesde Estados Unidos y de la OTAN en el Mediterráneo. Para otros se requerirá eluso de las bases de esa organización en el sur de Europa. Expertos militaresnorteamericanos han especulado en el pasado con el gran valor estratégico queen esta coyuntura podrían tener las bases norteamericanas en España. Italia haanunciado tras la decisión de la ONU que está dispuesta a ceder el uso de susbases militares para apoyar las acciones derivadas de establecer una zona deexclusión aérea sobre Libia, según ha informado una fuente del Gobiernoitaliano a Reuters. La base de Sigonella, ubicada en la isla de Sicilia, es unade las más próximas a Libia, por lo que podría ser de gran utilidad.Actualmente forma parte de la logística de las operaciones realizadas por laSexta Flota de Estados Unidos. Frente a esta acción injerencista y colonialista, es imprescindible levantar bien alto la voz en contra de la invasión y el ataque militar occidental. No se trata de defender a Gadafi y sus tropelias, sino de exigir que los problemas internos de los libios los tienen que resolver los libios, sin padrinazgos bélicos extranjeros de ningún tipo. |