«O nos matan o se van, pero aquí no se negocia»; decenas de miles de personas han marchado y se han concentrado frente al Ministerio del Interior. 13 muertos ayer
«Dégage, dégage, dégage» (Lárgate, lárgate, lárgate). Lanzando un rúgido unánime y ensordecedor, miles de tunecin@s se han concentrado, desde poco después de las nueve y media de la mañana, ante la sede del ministerio del Interior, en la céntrica avenida Habib Burguiba, para decirle a su presidente, Zine el Abidin Ben Ali, que la promesa de que dejará el cargo dentro de tres años que hizo anoche en un discurso televisado no les basta. Quieren que dimita hoy mismo.
Ante esa presión, el presidente ha destituido al Gobierno en pleno y ha anunciado la celebración de elecciones legislativas para dentro de «unos meses».
En una repetición de la situación de Argentina en diciembre de 2001, cuando las protestas populares echaron a 5 presidentes en dos semanas, el ministro de Exteriores, Kamel Morjane, declaró hoy que es «totalmente factible» un gobierno de unidad nacional.
Entrevistado por la radio francesa Europe 1, el canciller dijo que ese acuerdo es posible con opositores como Mohammed Nejib Chebbi, jefe histórico del Partido Democrático Progresista, agrupación opositora sin representación parlamentaria.
Lo que significaría que el supuesto llamado a elecciones quedaría sin efecto, a tenor de la falta de apoyo del presidente en los círculos empresariales y militares. La convocatoria a los líderes opositores, como ha ocurrido también en Argentina, tiene por objetivo intentar que la gente recupere la confianza en el sistema «democrático».
El régimen está dispuesto a morir matando
Los antidisturbios han cerrado la principal avenida de la capital, han cargado con dureza contra los manifestantes y han disuelto la manifestación sin contemplaciones. La calle se ha llenado del humo de los gases lacrimógenos.
Los habitantes de la capital lanzaban botellas de agua desde las ventanas de sus casas para aliviar el tremendo picor de ojos de la gente. Los conatos de enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas policiales han sido constantes hasta que éstas han decidido desalojar de forma violenta.
La gente, al huir de la represión, empezó a tirar piedras contra los coches ante la puerta del Ministerio de Turismo situado justo enfrente del de Interior, pero fueron dispersados con más violencia por los efectivos policiales. Decenas de robocops de las fuerzas especiales antidisturbios se encuentran en estos momentos desplegadas en la avenida Burguiba y furgonetas policiales circulan a gran velocidad sin esquivar a los transeuntes, que deben saltar para evitarlas.
En unos momentos de gran confusión las fuerzas policiales también han reprimido en las calles aledañas donde en esos momentos se encontraban niños y ancianos.
La manifestación de esta mañana, convocada por la central sindical UGTT, ocupó prácticamente todo el centro de Túnez. El presidente, Ben Ali, fue objeto de consignas antigubernamentales y de críticas de los manifestantes, que avanzaron en principio sin inconvenientes por la capital, hasta que se encontraron con los antidisturbios.
13 muertos ayer
Según fuentes médicas citadas por France Presse, 13 personas murieron por disparos de balas policiales durante el día y la noche de ayer en la capital tunecina y sus alrededores, en enfrentamientos con las Fuerzas del Orden tras el discurso presidencial. El mismo que prohibía «disparar a los manifestantes»
Pese al discurso del presidente, la huelga general prevista para hoy fue confirmada como exitosa por la central sindical y, pese a que la situación parece más calma que la de días precedentes, había noticias de protestas en otros puntos del país.
La represión a las protestas y los choques con manifestantes causaron hasta ahora más de 70 muertos.