te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
que mira y siembra futuro
Virginia Ogando
Gogoan Zaitugu! Te recordamos !
Boltxe Kolektiboa
Virginia Ogando, una mujer de 38 años hija de desaparecidos, decidió quitarse la vida y generó profundo pesar en las Abuelas de Plaza de Mayo y diversos organismos de derechos humanos. «Vicky», tal como se la conocía, tenía 3 años en octubre de 1976 cuando se produjo el secuestro de su madre Stella Maris Montesano de Ogando, embarazada de ocho meses, y de su padre, Jorge Oscar Ogando, ambos militantes en el PRT-ERP.
La noche del operativo en su casa en La Plata, Vicky estaba durmiendo en la cuna y cuando la patota compuesta por miembros de las fuerzas militares y policiales se retiró, una vecina la buscó y la puso en contacto con su abuela, Delia Giovanola de Califano, quien se encargó de la crianza y fue una de las 12 fundadoras de las Abuelas de Plaza de Mayo.
Delia pasó este año por la sala de audiencias de los Tribunales de Retiro y declaró como testigo ante el Tribunal Oral Federal 6, en el juicio sobre el plan sistemático de robo de bebés. El Gobierno, a través del secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, expresó su «profundo dolor por la trágica decisión de Virginia Ogando de poner fin a su vida».
«Virginia Ogando, a pesar de su voluntad de hacer y de su compromiso militante, no pudo superar las profundas secuelas traumáticas de su historia personal, teniendo en cuenta el horror inimaginable a que fueron sometidos quienes fueron detenidos-desaparecidos, y el no hallazgo del hermano que buscó afanosamente», indicó la Secretaría en un comunicado.
Y agregó que «ni el afecto de su abuela y demás familiares, compañeros y amigos, ni la asistencia psicológica, pudieron en su caso contra las huellas imborrables de aquel descenso a los infiernos del terrorismo de Estado», por lo que remarcó que «su muerte es también un crimen imputable a los genocidas».
Según testimonios de sobrevivientes, Jorge permaneció en el centro clandestino de detención «Pozo de Banfield», mientras que Stella Maris fue vista en el CCD «La Cacha» y luego fue llevada a parir a Pozo de Banfield, donde dio a luz a un niño el 5 de diciembre de 1976 al que llamó Martín. Después del parto fue trasladada al CCD «Pozo de Quilmes», aunque ambos continúan desaparecidos.
Junto a Delia, Virginia buscó incansablemente a su hermano Martín: desde el Banco de la Provincia de Buenos Aires, donde también trabajó su padre, Virginia organizó campañas de difusión para encontrarlo. Por medio de Internet y de las redes sociales multiplicó sus esfuerzos para profundizar la búsqueda que realiza Abuelas: creó una página web, www.virginiaogandobuscasuhermano.org, en la que publicó una serie de bellas cartas –«cual mensajes echados al mar en una botella» – , dirigidas a su hermano.
«Se ilusionaba cada vez que tenía una pista sobre su hermano, lloraba cada vez que el resultado no era el esperado. Su temprana partida nos ha generado una impotencia infinita y una herida en el alma imposible de sanar. Nos queda, a todos y a todas, seguir con su búsqueda y cumplir con su deseo de encontrar a Martín», indicaron las Abuelas en un comunicado.
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