Uru­guay. La visi­ta al Congo

Por Andrés Gau­dín. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 10 de enero de 2022.

De impro­vi­so, fue­ra de agen­da, tras reci­bir de boca del cau­di­llo del Par­ti­do Popu­lar espa­ñol Pablo Casa­do la ofer­ta de ges­tio­nar el ingre­so de Uru­guay a la OTAN, el pre­si­den­te Luis Laca­lle Pou orde­nó sus pape­les y se fue por dos días a Repú­bli­ca Demo­crá­ti­ca del Con­go. No fue en el mar­co de una visi­ta de Esta­do, a dia­lo­gar con su par, el social­de­mó­cra­ta Félix Tshi­se­ke­di. Es más, ni se comu­ni­có con él ni pasó por Kinsha­sa, la capi­tal. Fue a pasar la Noche­bue­na con las hues­tes del Bata­llón IV Uru­guay de las fuer­zas de paz de la ONU (Cas­cos Azu­les), una avan­za­da orien­tal en el exte­rior, antes muy pres­ti­gio­sa y aho­ra vapu­lea­da por las reite­ra­das denun­cias (y con­de­nas en el caso de Hai­tí) sobre explo­ta­ción sexual adolescente.

En una situa­ción nor­mal, y más allá de la impe­ri­cia diplo­má­ti­ca de sal­tear­se a Tshi­se­ke­di y apa­re­cer de gol­pe en una pis­ta de ate­rri­za­je de la ONU, el via­je habría pasa­do inad­ver­ti­do. Un pre­si­den­te que visi­ta a 819 sol­da­dos en misión a 8100 kiló­me­tros de dis­tan­cia, en otro con­ti­nen­te y lejos de sus fami­lias en estas fechas tan repu­tadas del mes de diciem­bre. Un pre­si­den­te que com­par­te empa­na­das y ensa­la­das, cor­ta una gran tor­ta con los colo­res del país y deja de rega­lo una cami­se­ta auri­ne­gra de Peña­rol y otra tri­co­lor de Nacio­nal. Por el apu­ro de la sali­da no pudie­ron fir­mar­las los juga­do­res, pero al mar­gen: ¿cómo habrán reac­cio­na­do los hin­chas de Danu­bio, de Cerro, de Liver­pool, de esos tan­tos clu­bes tan anti­guos? Pero fue­ra de eso, nada fue nor­mal en ese viaje.

Como con un ges­to esti­lo Macri, entre sus pri­me­ras medi­das estu­vo la ven­ta a pre­cio de rema­te del avión pre­si­den­cial com­pra­do en tiem­pos del Fren­te Amplio (FA), Laca­lle que­dó en orsay y se pla­ni­fi­có el via­je en un Hér­cu­les de segun­da mano (de 1970) com­pra­do a Espa­ña en 26 millo­nes de dóla­res, pero que por fal­ta de man­te­ni­mien­to no era segu­ro. Se ave­ri­guó por un chár­ter, pero pidie­ron 300 mil dóla­res, un mon­to que en tiem­pos de ajus­te horro­ri­za­ría al país. Enton­ces –¡no es un pája­ro, no es un avión..!– apa­re­ció el empre­sa­rio colom­biano-argen­tino Fran­cis­co de Nar­váez, due­ño de super­mer­ca­dos TaTa, las far­ma­cias San Roque, Mul­ti Aho­rro, la fábri­ca de indu­men­ta­ria BAS y la empre­sa de comer­cio elec­tró­ni­co WoOW. “Cuqui­to (Cuqui es el papá) eli­ge uno de mis avio­nes”, dicen que dijo.

De Nar­váez venía de hacer bue­na letra. En octu­bre se había reu­ni­do con Laca­lle y tras ese encuen­tro anun­ció que tenía in men­te un plan de inver­sio­nes que en tres años per­mi­ti­ría la crea­ción de 1500 pues­tos de tra­ba­jo. El 1 de setiem­bre el dia­rio ofi­cia­lis­ta El País había infor­ma­do que el Ban­co Cen­tral le había auto­ri­za­do al gru­po argen­tino una emi­sión de deu­da por 200 millo­nes de dóla­res que repre­sen­ta­ría la mayor ope­ra­ción pri­va­da de la his­to­ria. Con la idea de que el prés­ta­mo del avión con los cas­tos inclui­dos –com­bus­ti­ble, han­ga­res, tri­pu­la­ción y has­ta cate­ring– era una des­me­su­ra que venía ata­da a un even­tual inter­cam­bio de favo­res, des­de el FA for­mu­la­ron un pedi­do de infor­mes que, has­ta aho­ra, no ha reci­bi­do res­pues­tas del gobierno.

Laca­lle no era nue­vo en estos usos y abu­sos. Ya había via­ja­do en misión ofi­cial a Bra­si­lia embar­ca­do en un avión Das­sault Fal­con 7X pro­pie­dad del bra­si­le­ño Ale­xan­dre Gran­de­ne, un fuer­te inver­sor en bie­nes inmo­bi­lia­rios de Pun­ta del Este, habi­tan­te des­ta­ca­do del bal­nea­rio uru­gua­yo, de los Pana­má Papers y de los Baha­mas Leaks. El dia­rio Folha de São Pau­lo com­ple­tó su curriculum/​prontuario recor­dan­do una con­de­na a tres años y seis meses de pri­sión por eva­sión fis­cal. Gran­de­ne había pres­ta­do su avión des­pués de haber invi­ta­do a Laca­lle y seño­ra a par­ti­ci­par en una de sus man­sio­nes de su fies­ta anual “Vips and Chics”. Esa vez el epi­so­dio del Fal­con 7X había pasa­do inadvertido.

“Esto de aho­ra es muy ale­vo­so, por­que ade­más este via­je, inne­ce­sa­rio, se rea­li­za mien­tras el país vive momen­tos difí­ci­les”, como el cie­rre, en ple­na pan­de­mia, de Casa de Gali­cia, una de las cua­tro mayo­res pre­pa­gas médi­cas, opi­nó la sena­do­ra San­dra Lazo, del FA. Laca­lle se ente­ró de las crí­ti­cas a su regre­so del Con­go, don­de al más paté­ti­co esti­lo Patri­cia Bull­rich se había foto­gra­fía en pose de Ram­bo, enfun­da­do en uni­for­me de camu­fla­je.
Lo más preo­cu­pan­te para el pre­si­den­te es que reci­bió crí­ti­cas des­de aden­tro de su coa­li­ción de gobierno, el pac­to pen­ta­co­lor con el que logró des­pla­zar al FA. Le lle­ga­ron des­de Cabil­do Abier­to, el par­ti­do mili­tar auto­eri­gi­do en guar­dián de la moral repu­bli­ca­na. El ultra cató­li­co sena­dor Gui­ller­mo Dome­nech, segun­do de a bor­do en el equi­po de defen­so­res de los geno­ci­das de la últi­ma dic­ta­du­ra (1973−1985), dijo que “con toda hones­ti­dad habría pre­fe­ri­do que el via­je se hubie­ra hecho en un avión de línea, que no impli­ca nin­gu­na obli­ga­ción con quie­nes lo pres­tan o lo faci­li­tan”. Con­sul­ta­do expre­sa­men­te sobre si el prés­ta­mo de De Nar­váez gene­ra­ría obli­ga­cio­nes a futu­ro, el diri­gen­te del mili­ta­ris­mo dudó sobre el accio­nar de Laca­lle pero fue cate­gó­ri­co en su impre­sión: “Por lo menos nos crea la sos­pe­cha de si nos está gene­ran­do una obligación”.

La extra­ña ambi­ción de per­te­ne­cer a la OTAN

Al menos en los pape­les, des­de hace 53 años Amé­ri­ca Lati­na es for­mal­men­te una de las áreas des­nu­clea­ri­za­das del mun­do. El 25 de abril de 1969, con la entra­da en vigen­cia del Tra­ta­do de Tla­te­lol­co, se echó a andar esta zona libre de armas nuclea­res, qui­zás el mayor y más gene­ro­so apor­te de la región al vapu­lea­do ideal de la paz. Vale la acla­ra­ción sobre la for­ma­li­dad, pues­to que las vie­jas metró­po­lis colo­nia­les, todas poten­cias ató­mi­cas, man­tie­nen sus intere­ses y su pre­sen­cia en las tie­rras domi­na­das a cam­bio de hacer­se car­go de la defen­sa mili­tar. Es el caso del Rei­no Uni­do en las Mal­vi­nas y Fran­cia en Gua­ya­na, Gua­da­lu­pe y Mar­ti­ni­ca. Y de EEUU, que con sus fabu­lo­sos cré­di­tos mane­ja la sobe­ra­nía de Colombia.

Esas tres poten­cia, con el cla­ro domi­nio de este últi­mo país, son los capa­ta­ces de la Orga­ni­za­ción del Tra­ta­do del Atlán­ti­co Nor­te (OTAN), una alian­za mili­tar occi­den­tal de los años de la Gue­rra Fría, que se man­tie­ne bási­ca­men­te para satis­fa­cer las nece­si­da­des de la pode­ro­sa indus­tria béli­ca nor­te­ame­ri­ca­na, y que en las últi­mas déca­das se ha exten­di­do a la mayo­ría de las vie­jas repú­bli­cas que con­for­ma­ban la disuel­ta Unión Sovié­ti­ca. La alian­za ha gana­do el Este euro­peo por las nece­si­da­des de EE UU de man­te­ner su ame­na­zan­te pre­sen­cia mili­tar a las puer­tas de Rusia.

Nadie deci­de en ese feu­do, y menos aún quie­nes con­for­man la cla­que. Sin embar­go, a prin­ci­pios de diciem­bre andu­vo por este Cono Sur el pre­si­den­te del Par­ti­do Popu­lar (PP) de Espa­ña, Pablo Casa­do, un pro­mi­nen­te per­so­na­je, pero sólo por diri­gir al mayor sec­tor de la dere­cha de su país. Casa­do apro­ve­chó su afi­ni­dad ideo­ló­gi­ca con Luis Laca­lle (Uru­guay), Sebas­tián Piñe­ra (Chi­le) y Mario Abdo Bení­tez (Para­guay) para ten­tar­los con un impo­si­ble ingre­so a la OTAN, un club reser­va­do por esta­tu­to a los paí­ses del Atlán­ti­co Nor­te. En los últi­mos años se han ple­ga­do en carác­ter de “socio glo­bal extra zona” Afga­nis­tán, Aus­tra­lia, Nue­vas Zelan­da, Irak, Japón, Corea del Sur, Mon­go­lia, Pakis­tán y Colom­bia, todos por deci­sión de EE UU y por­que los nece­si­ta para hacer los man­da­dos en áreas críticas.

No se sabe a nom­bre de quién, pero Casa­do dijo que “una de las cosas que estoy hablan­do es la idea de lle­var a la OTAN a demo­cra­cias que defien­den la liber­tad en el área atlán­ti­ca, pero tam­bién en un entorno no sólo geo­grá­fi­co de defen­sa de prin­ci­pios”. Tras un sus­pi­ro y vol­ver a hablar de las liber­ta­des, como esa de no vacu­nar­se impul­sa­da por la dere­cha euro­pea, Casa­do expli­có su idea como “una for­ma de cer­car a Vene­zue­la”. Nin­guno de los gobier­nos visi­ta­dos dijo algo. En Uru­guay tras­cen­dió que Laca­lle “que­dó impre­sio­na­do”, y Casa­do fue ova­cio­na­do tras hablar ante el direc­to­rio del Par­ti­do Nacio­nal del pre­si­den­te. El blo­que legis­la­ti­vo del Fren­te Amplio aún no tuvo res­pues­ta a su pre­gun­ta: “¿El tema OTAN, figu­ra en la agen­da del gobierno”? El 1512 la Arma­da reci­bió noti­cias ines­pe­ra­das: el gobierno gas­ta­rá 100 millo­nes de dóla­res en la com­pra de buques patrulleros.

Fuente:Elmuertoquehabla.

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *