Perú. Una luz al final del túnel: abren jui­cio por este­ri­li­za­cio­nes forzadas

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 13 de diciem­bre de 2021

Iku­mi es una expo­si­ción foto­grá­fi­ca que retra­ta la vida de las muje­res víc­ti­mas de este­ri­li­za­cio­nes for­za­das en los años noven­ta en el Perú. Fuen­te de la ima­gen: Expo­si­ción del Lugar de la Memo­ria (LUM).

Des­pués de vein­ti­cin­co años el caso de las este­ri­li­za­cio­nes for­za­das en la déca­da de los 90 pro­pi­cia­da por el régi­men de Alber­to Fuji­mo­ri como estra­te­gia para com­ba­tir la pobre­za encuen­tra eco judicial.

El juez Rafael Mar­tí­nez deci­dió abrir el sába­do 11 de diciem­bre un pro­ce­so penal con­tra el expre­si­den­te Alber­to Fuji­mo­ri y cua­tro ex altos car­gos de su segun­do Gobierno por el caso de las este­ri­li­za­cio­nes for­za­das come­ti­das duran­te su mandato.

Ade­más de Alber­to Fuji­mo­ri serán pro­ce­sa­dos los exmi­nis­tros Eduar­do Yong, Marino Cos­ta y Ale­jan­dro Agui­na­ga, así como el exfun­cio­na­rio Uli­ses Jor­ge Aguilar.

Ellos serán pro­ce­sa­dos por deli­tos con­tra la vida, el cuer­po y la salud – lesio­nes gra­ves segui­das de muer­te en el con­tex­to de gra­ve vio­la­ción de dere­chos huma­nos “como pre­sun­tos auto­res media­tos por domi­nio en apa­ra­to orga­ni­za­do de poder”.

Ale­jan­dro Agui­na­ga es actual­men­te médi­co del pro­pio Fuji­mo­ri, exmi­nis­tro de Salud y actual con­gre­sis­ta por Fuer­za Popu­lar, el par­ti­do polí­ti­co que diri­ge Kei­ko Fuji­mo­ri, hija y here­de­ra polí­ti­ca del expresidente.

El poder judi­cial peruano infor­mó más tar­de que sus­pen­día el pro­ce­sa­mien­to en par­ti­cu­lar para Alber­to Fuji­mo­ri has­ta que el Gobierno de Chi­le se pro­nun­cia­ra sobre la amplia­ción de su extra­di­ción plan­tea­da por la defen­sa del exmandatario.

Sin embar­go, la inves­ti­ga­ción judi­cial con­ti­nua­rá para los demás acusados.

Ampliar la extradiccion

Rafael Mar­tí­nez había ade­lan­ta­do la sema­na pasa­da que Fuji­mo­ri, de 83 años y que cum­ple una con­de­na de 25 años de pri­sión, no podía por aho­ra ser pro­ce­sa­do por las «este­ri­li­za­cio­nes for­za­das», por no hallar­se den­tro del con­ve­nio de extra­di­ción entre San­tia­go y Lima por el que Fuji­mo­ri vol­vió a Perú en 2007.

El Minis­te­rio Públi­co anun­ció el sába­do que soli­ci­ta­rá a Chi­le ampliar la extra­di­ción del encar­ce­la­do expre­si­den­te Alber­to Fuji­mo­ri, a fin de que pue­da ser enjui­cia­do por el pro­ce­so penal que se le sigue por el caso este­ri­li­za­cio­nes for­za­das, las cua­les se die­ron entre 1995 y 2000.

Así lo anun­ció Car­men Rosa Cri­sós­to­mo, fis­cal del caso, quien seña­ló duran­te la audien­cia vir­tual de lec­tu­ra de sen­ten­cia que el reque­ri­mien­to será pre­sen­ta­do de for­ma opor­tu­na, a fin de que las auto­ri­da­des judi­cia­les del país sure­ño la evalúen.

El caso

La polí­ti­ca de las este­ri­li­za­cio­nes empe­zó al ini­cio del gobierno de Fuji­mo­ri, cuan­do este anun­ció que 1991 sería “el año de la aus­te­ri­dad y la pla­ni­fi­ca­ción fami­liar”. Al año siguien­te, el gobierno deci­dió que el títu­lo se amplíe a toda la década.

Entre 1995 y 2000 se esti­ma que se rea­li­za­ron más de 300.000 este­ri­li­za­cio­nes, entre ellas más de 272.000 liga­du­ras de trom­pas y unas 24.000 vasec­to­mías como polí­ti­ca de reduc­ción de la pobre­za. De todas ellas no se cono­ce exac­ta­men­te cuán­tas fue­ron forzadas.

Los espe­cia­lis­tas con­si­de­ran que al menos 180.000 de estas, prac­ti­ca­das en dos años, fue­ron vio­la­to­rias de los dere­chos humanos.

El pro­ce­so penal ini­ció en 2002 y cuen­ta con unas 1.317 denun­cian­tes, la mayo­ría de ellas muje­res y hom­bres pobres e indí­ge­nas. Des­de enton­ces ha sido archi­va­do y reabier­to en varias oportunidades.

Se cal­cu­la que unas 270 000 muje­res perua­nas, muchas de ellas indí­ge­nas que no habla­ban espa­ñol, fue­ron some­ti­das a ciru­gías de liga­du­ra de las trom­pas de Falopio.

Ello como par­te del Pro­gra­ma Nacio­nal de Salud Repro­duc­ti­va y Pla­ni­fi­ca­ción Fami­liar que Fuji­mo­ri impul­só en sus últi­mos cua­tro años en el poder.

El cues­tio­na­do pro­gra­ma bus­ca­ba redu­cir la tasa de nata­li­dad para impul­sar el desa­rro­llo eco­nó­mi­co. En estas ciru­gías murie­ron 18 muje­res, según datos oficiales.

Esta es la pri­me­ra vez que el escán­da­lo supera las barre­ras judi­cia­les, pues cau­sas simi­la­res fue­ron archivadas.

25 años espe­ran­do justicia 

El juez sus­ten­tó en audien­cias ante­rio­res la teo­ría del “hom­bre de atrás” en cien­tos de docu­men­tos de archi­vo de las enti­da­des públi­cas y tes­ti­mo­nios de las víc­ti­mas e impu­tados obte­ni­dos por el Minis­te­rio Público.

Expli­có que cada emplea­do de la sani­dad que reclu­tó a la fuer­za o con enga­ños a hom­bres y muje­res para some­ter­los a las ciru­gías sabían que la “anti­con­cep­ción qui­rúr­gi­ca” era una prio­ri­dad para Fuji­mo­ri y los exministros.

Corrían el ries­go de ser des­pe­di­dos si no alcan­za­ban una cuo­ta men­sual de per­so­nas este­ri­li­za­das o no podían obte­ner bene­fi­cios como boni­fi­ca­cio­nes o via­jes, ofre­ci­dos si se lle­ga­ba a una meta.

Con el fin de per­sua­dir a las muje­res, los tra­ba­ja­do­res las ame­na­za­ban con que per­de­rían ayu­das socia­les o de ali­men­ta­ción, o con no entre­gar­les los docu­men­tos de sus bebés recién naci­dos. O direc­ta­men­te denun­ciar­las a la poli­cía si no acep­ta­ban el procedimiento.

El fis­cal Espi­no­za pre­sen­tó 187 docu­men­tos y decla­ra­cio­nes para impu­tar a Fuji­mo­ri y los exfun­cio­na­rios por las lesio­nes que pro­vo­ca­ron la muer­te a varias muje­res, entre ellas Mame­ri­ta Mes­tan­za y Celia Ramos, cuyos expe­dien­tes lle­ga­ron al sis­te­ma inter­ame­ri­cano de dere­chos humanos.

El juez Mar­tí­nez ha fija­do un pla­zo de 120 días para la fase de ins­truc­ción, en la cual se deben reu­nir las prue­bas del deli­to. Más ade­lan­te podría lle­gar el jui­cio oral.

La pri­me­ra orga­ni­za­ción de muje­res víc­ti­mas de este­ri­li­za­cio­nes for­za­das fue fun­da­da en Anta, región Cus­co. Rute Zúñi­ga es una de las anti­guas denun­cian­tes y diri­ge la Aso­cia­ción de Muje­res Perua­nas Afec­ta­das por las Este­ri­li­za­cio­nes For­za­das (AMPAEF) en el distrito.

FUENTE: Ser­vin­di

Itu­rria /​Fuen­te

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