Colom­bia. La vida de Gus­ta­vo Petro está en peligro

Por José F. Medi­na. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 29 de diciem­bre de 2021.

En Colom­bia des­de el 2016 has­ta nues­tros días, han ase­si­na­do a más de 1260 líde­res polí­ti­cos de todos los sec­to­res del país, y úni­ca­men­te en este año 2021 ya han falle­ci­do 146, según el Ins­ti­tu­to de Estu­dios para el Desa­rro­llo y la Paz (Inde­paz).

La vio­len­cia con­tra los líde­res polí­ti­cos en Colom­bia ha sido asi­mi­la­da como coti­dia­na, es tan­ta que ya no cau­sa impac­to en la pobla­ción, cual­quier muer­te es una esta­dís­ti­ca y nada más. Los gobier­nos cóm­pli­ces en mucho de los casos, inves­ti­gan para no escla­re­cer los hechos, por lo con­tra­rio, al con­cluir las inves­ti­ga­cio­nes sola­men­te que­da un cúmu­lo de dudas, supo­si­cio­nes, fábu­las y mitos que hacen casi impo­si­ble seña­lar a un responsable.

En Amé­ri­ca Lati­na se están dan­do pro­ce­sos de enver­ga­du­ra y de un hiper­va­lor his­tó­ri­co, el pro­gre­sis­mo avan­za y paí­ses que la dere­cha con­ser­vó como suyos por mucho tiem­po, aho­ra están gra­vi­tan­do en la cen­troiz­quier­da tal como ya suce­dió en Chi­le y aho­ra Colom­bia con muchas posi­bi­li­da­des también.

En los últi­mos días decem­bri­nos, ya el can­di­da­to Gus­ta­vo Petro se posi­cio­na como el más posi­ble vota­do, con más de la mitad del por­cen­ta­je sobre cual­quie­ra de los can­di­da­tos exis­ten­tes, y eso ya es sufi­cien­te para que las fuer­zas oscu­ras de Colom­bia pla­ni­fi­quen un aten­ta­do con­tra el líder político.

Recor­de­mos que al can­di­da­to Rafael Uri­be Uri­be que apo­ya­ba el movi­mien­to sin­di­cal y coope­ra­ti­vis­ta en Colom­bia, en 1914 murió a hacha­zos; Jai­me Par­do Leal diri­gen­te de la izquier­da colom­bia­na y de la Unión Patrió­ti­ca fue ase­si­na­do en 1987, un año antes había obte­ni­do un récord en votos y se con­vir­tió en una ame­na­za para la oli­gar­quía, decía Leal que: «Si mue­ro trá­gi­ca­men­te por mis enemi­gos bien­ve­ni­da sea la muer­te, ya que otros patrio­tas ven­drán atrás para rem­pla­zar­me y obte­ner lo que el pue­blo quie­re, una Colom­bia feliz lle­na de espe­ran­za»; Ber­nar­do Jara­mi­llo Ossa de la Unión Patrió­ti­ca, ulti­ma­do en 1990 por para­mi­li­ta­res, fue embos­ca­do cuan­do inten­ta­ba com­prar en una far­ma­cia jun­to a su espo­sa; Manuel Zepe­da Var­gas secre­ta­rio gene­ral del Par­ti­do Comu­nis­ta colom­biano y tam­bién líder de la Unión Patrió­ti­ca, le dis­pa­ra­ron sica­rios en 1994, los auto­res eran sub­ofi­cia­les del ejér­ci­to colom­biano ya reti­ra­dos, cual­quier pare­ci­do con la muer­te del pre­si­den­te Jove­nel Moi­se en Hai­tí es pura casua­li­dad; Car­los Piza­rro aban­de­ra­do del M19 y la Unión Patrió­ti­ca, liqui­da­do en un avión en 1990, a pesar de tener hom­bres de segu­ri­dad, el ase­sino entró al avión sin que nadie lo vie­ra, sacó una pis­to­la del baño del avión, que alguien le había deja­do allí ocul­ta, y lue­go avan­zó hacia el can­di­da­to para matar­lo sin que nin­gún escol­ta se die­ra cuen­ta del hecho; Jor­ge Elié­cer Gai­tán eli­mi­na­do en abril de 1948, can­di­da­to del Par­ti­do Libe­ral, pero de un alto com­pro­mi­so con los pobres, con una gran posi­bi­li­dad de triun­far, se con­vir­tió en un peli­gro para la oli­gar­quía y tene­do­res de las rique­zas colom­bia­nas; Luis Car­los Galán Sar­mien­tos muer­to en 1989, era el favo­ri­to según las encues­tas, era abo­ga­do, eco­no­mis­ta, perio­dis­ta y polí­ti­co colom­biano, las balas lo alcan­za­ron duran­te un dis­cur­so en una pla­za pública.

Nue­va­men­te, se dan las con­di­cio­nes para un esce­na­rio hos­til y de olor putre­fac­to, la mayor ven­ta­ja la posee Gus­ta­vo Petro que ha sido gue­rri­lle­ro del M19, sena­dor y crí­ti­co de Álva­ro Uri­be, alcal­de de Bogo­tá, y en el 2018 que­dó como el segun­do can­di­da­to más vota­do con más de ocho millo­nes de votos, a pesar de sus decla­ra­cio­nes al por­tal País Inter­na­cio­nal don­de pre­ci­sa «Colom­bia no nece­si­ta socia­lis­mo, nece­si­ta demo­cra­cia y paz», es muy pro­ba­ble que una vez lle­ga­do a la pre­si­den­cia, algo de su pasa­do gue­rri­lle­ro sal­ga a la luz públi­ca en defen­sa de los más nece­si­ta­dos, no será una revo­lu­ción lo de Petro, pero sí un paso impor­tan­te en la reor­ga­ni­za­ción estruc­tu­ral del poder neo­gra­na­dino, camino que muchos temen y que posi­ble­men­te quie­ran evi­tar, uti­li­zan­do la fór­mu­la de la eli­mi­na­ción físi­ca como méto­do tra­di­cio­nal colom­biano, el aven­ta­ja­do can­di­da­to debe cui­dar­se, no ser inge­nuo y tener mucho valor para afron­tar con éxi­to la nue­va cam­pa­ña elec­to­ral venidera.

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