Argen­ti­na. Un gobierno ya subor­di­na­do al poder eco­nó­mi­co y aho­ra tam­bién al FMI

Por Clau­dio della Cro­ce, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 8 de diciem­bre de 2021. 

Altas auto­ri­da­des eco­nó­mi­cas de Argen­ti­na bus­can en Esta­dos Uni­dos lle­gar a un acuer­do con el Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal (FMI), que per­mi­ta una rene­go­cia­ción de la deu­da exter­na, esti­ran­do los pla­zos de pago median­te un acuer­do de faci­li­da­des exten­di­das, ya que no exis­te la menor posi­bi­li­dad de afron­tar las obli­ga­cio­nes con­traí­das irres­pon­sa­ble­men­te por el gobierno neo­li­be­ral de Mau­ri­cio Macri.

Ese acuer­do, que ten­dría un lími­te de diez años de con­for­mi­dad con las prác­ti­cas habi­tua­les del Fon­do, tam­po­co supo­ne una solu­ción, ya que la Argen­ti­na no está en con­di­cio­nes de pagar las sumas adeu­da­das con los intere­ses que se irán acu­mu­lan­do, a lo que se suma las sobre­ta­sas adeu­da­das por la mag­ni­tud de los fon­dos que fue­ran com­pro­me­ti­dos, seña­lan los analistas.

Acor­dar aho­ra, supo­ne acep­tar las con­di­cio­na­li­da­des y ajus­tes habi­tua­les del FMI, y la situa­ción en la que hoy se encuen­tra la mayo­ría del pue­blo no per­mi­te ajus­tes, que sig­ni­fi­ca­rían incre­men­tar los ya inso­por­ta­bles índi­ces de pobre­za e indi­gen­cia, y no resul­ta creí­ble que el orga­nis­mo acuer­de pla­zos sin las con­tra­pres­ta­cio­nes habi­tua­les, que son par­te de cual­quier nego­cia­ción, y de las cua­les la Argen­ti­na tie­ne una lar­ga y cono­ci­da his­to­ria, añaden.

La pre­gun­ta que se hacen muchos es para quie­nes gobier­na esta admi­nis­tra­ción supues­ta­men­te pero­nis­ta, supues­ta­men­te pro­gre­sis­ta, ya que los prin­ci­pa­les bene­fi­cia­dos por sus polí­ti­cas han sido los gru­pos agro­ex­por­ta­do­res, a quie­nes apo­yan des­de la pre­si­den­cia y los minis­te­rios eco­nó­mi­cos (Eco­no­mía y Pro­duc­ción), ade­más de la pre­si­den­cia del Ban­co Cen­tral. El actual gobierno se ha subor­di­na­do al poder eco­nó­mi­co y aho­ra tam­bién al FMI.

Aho­ra el gobierno, en lugar de fre­nar la estam­pi­da de pre­cios, anun­cia que ajus­ta­rá el tipo de cam­bio para des­ace­le­rar la infla­ción, lo que sig­ni­fi­ca­rá una gran devaluación.

Diciem­bre es el mes en el que las fuer­zas mayo­ri­ta­rias del sis­te­ma polí­ti­co argen­tino –las del gobierno de Alber­to Fer­nán­dez y la de la opo­si­ción neo­li­be­ral- se apres­tan a con­sen­suar las bases de una nue­va gober­na­bi­li­dad, acor­dan­do con el FMI .

Y como en los peo­res años de la hege­mo­nía neo­li­be­ral, cual­quier alter­na­ti­va es tacha­da como irres­pon­sa­ble por los fac­to­res de poder y el posi­bi­lis­mo del siglo XXI. ¿Es cier­to que no se pue­de hacer otra cosa más que entre­gar la sobe­ra­nía y apos­tar al ajus­te? , seña­la el ana­lis­ta Ale­jan­dro Ber­co­vich en “¿Y si no le paga­mos al Fon­do?”, publi­ca­do en la revis­ta Crisis.

El pro­gra­ma que deli­nea­ron en pri­va­do el minis­tro ¿argen­tino? de Eco­no­mía Mar­tín Guz­mán y la titu­lar del FMI Kris­ta­li­na Geor­gie­va esta­ble­ce un mapa de reduc­ción del défi­cit fis­cal, una res­tric­ción cre­cien­te a la asis­ten­cia mone­ta­ria del Ban­co Cen­tral al Teso­ro, y una meta de reduc­ción de la bre­cha entre el dólar ofi­cial y los para­le­los, lo cual a lo lar­go de la his­to­ria se alcan­zó siem­pre con deva­lua­cio­nes en el mer­ca­do ofi­cial: es orto­do­xia pura y dura, aun cuan­do se admi­nis­tre en dosis no letales.

La refi­nan­cia­ción, a jui­cio de Guz­mán, abre un espa­cio para que el país se esta­bi­li­ce, pero el FMI tie­ne en cla­ro que el plan no es de cre­ci­mien­to sino de esta­bi­li­za­ción y apli­car­lo lle­va­ría a sabien­das a un menor cre­ci­mien­to y a cons­tre­ñir las pers­pec­ti­vas de una redis­tri­bu­ción del ingre­so que com­pen­se la cri­sis pro­du­ci­da por el gobirno neo­li­be­ral ante­rior –cuyas polí­ti­cas pare­ce seguir esta admi­nis­tra­ción- y la pandemia.

Los ana­lis­tas coin­ci­den en que el pro­ble­ma es que la deu­da es de tal mag­ni­tud que Argen­ti­na no está en con­di­cio­nes de reu­nir lo nece­sa­rio para pagar­la en los pla­zos que exi­ge el Fon­do en nin­gún escenario.

Todos son cons­cien­tes que, cuan­do ven­za el pla­zo de gra­cia de cua­tro años y medio que ofre­ce el Fon­do, el país no esta­rá en con­di­cio­nes de afron­tar la corrien­te de pagos de entre 12 y 16 mil millo­nes de dóla­res anua­les que reque­ri­rá la con­fluen­cia de ven­ci­mien­tos de los títu­los can­jea­dos a los bonis­tas pri­va­dos en 2020 y las cuo­tas del sal­va­ta­je falli­do de Donald Trump a Mau­ri­cio Macri.

A la Cor­te Inter­na­cio­nal de Justicia

A tra­vés de un docu­men­to en el que se ana­li­zan las vio­la­cio­nes que come­tió el Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal (FMI) al otor­gar el cré­di­to de 55 mil millo­nes de dóla­res al gobierno de Mau­ri­cio Macri, Sobe­ranxs le pro­pu­so al gobierno de Alber­to Fer­nán­dez y Cris­ti­na Fer­nán­dez de Kirch­ner que antes de sellar cual­quier tipo de soli­ci­te a la Asam­blea Gene­ral de la ONU que pida a la Cor­te Inter­na­cio­nal de Jus­ti­cia una opi­nión con­sul­ti­va sobre la for­ma dis­cre­cio­nal y arbi­tra­ria en la que se cele­bró el acuer­do, las res­pon­sa­bi­li­da­des y la posi­bi­li­dad de una repa­ra­ción por los daños ocasionados.

Sobe­ranxs es un espa­cio polí­ti­co pero­nis­ta, que con­du­cen el exvi­ce­pre­si­den­te y exmi­nis­tro de Eco­no­mía Ama­do Bou­dou, la exem­ba­ja­do­ra Ali­cia Cas­tro y el exvi­ce­go­ber­na­dor de Bue­nos Aires Gabriel Mariot­to, que seña­ló que sería la pri­me­ra vez en la his­to­ria que se cues­tio­na al FMI en una ins­tan­cia inter­na­cio­nal, impres­cin­di­ble para poner en evi­den­cia que debe ter­mi­nar­se con la impu­ni­dad de sus

Des­de Sobe­ranxs ase­gu­ran que “el Fon­do cele­bró un stand by con el gobierno de Macri a sabien­das que era impo­si­ble pagar en 36 meses las sumas com­pro­me­ti­das en un acuer­do sin ante­ce­den­tes en la his­to­ria de la ins­ti­tu­ción, y que no res­pon­dió a las prác­ti­cas habi­tua­les del orga­nis­mo. Ade­más, el FMI no cum­plió con las nor­mas con­te­ni­das en su Con­ve­nio Cons­ti­tu­ti­vo, vio­lan­do las dis­po­si­cio­nes con­te­ni­das en los artícu­los 1°, Sec­ción 5, Artícu­lo V, Sec­ción 5, y Artícu­lo VI, Sec­ción 1”, añaden.

El FMI ya anun­ció que en dos sema­nas se abo­ca­rá al aná­li­sis de la for­ma en que se ges­tó esa fabu­lo­sa entre­ga de dine­ro a un gobierno que era inca­paz de devol­ver­lo en los tér­mi­nos que esta­ban planteados.

El trá­mi­te no cum­plió los requi­si­tos lega­les en Argen­ti­na y trans­gre­dió todos los requi­si­tos del Fon­do, ya sea por el mon­to o por la moti­va­ción polí­ti­ca. Los tér­mi­nos cons­ti­tu­ye­ron una far­sa, por­que el gobierno neo­li­be­ral de Jun­tos por el Cam­bio ya esta­ba en rojo y los pres­ta­mis­tas inter­na­cio­na­les habían deja­do de pres­tar­le en un año antes.

“La eva­lua­ción ex-post se con­ci­bió como un meca­nis­mo para tra­zar lec­cio­nes des­pués que se com­ple­ta un acuer­do excep­cio­nal”, seña­ló un comu­ni­ca­do del Fon­do. Lo de “excep­cio­nal” es por los 57 mil millo­nes de dóla­res que se acor­da­ron en el prés­ta­mo a la Argen­ti­na, de los que se reci­bie­ron 44 mil millo­nes. Según infor­mó el FMI, en la sema­na del 20 de diciem­bre, el Direc­to­rio Eje­cu­ti­vo ana­li­za­rá el trá­mi­te antes de dis­cu­tir con Argen­ti­na el nue­vo pro­gra­ma de vencimientos.

Asi­mis­mo, la deu­da exter­na pri­va­da con el exte­rior supera los 80 mil millo­nes de dóla­res. Más de 33.400 millo­nes, es deu­da con empre­sas del exte­rior del mis­mo gru­po. Equi­va­le al 75% de la deu­da con el FMI. Los pagos al exte­rior de estas fir­mas, ¿no es par­te del pro­ble­ma de la esca­sez de divi­sas? ¿Nadie inves­ti­ga su legi­ti­mi­dad?, pre­gun­ta el ana­lis­ta Raúl Dellatorre.

Los dóla­res pres­ta­dos sir­vie­ron para una mega­fu­ga de capi­ta­les. Sie­te millo­nes de per­so­nas físi­cas y jurí­di­cas com­pra­ron en esos años de la ges­tión de Cam­bie­mos la suma de 86.200 millo­nes de dóla­res, pero los 100 mayo­res com­pra­do­res adqui­rie­ron 24.679 millo­nes de dóla­res en ese lap­so, pero jamás el Ban­co Cen­tral infor­mó cuá­les eran esos com­pra­do­res-fuga­do­res seria­les bene­fi­cia­dos por una deu­da que debe pagar todo el pue­blo argentino.. 

El Pre­si­den­te del Ban­co Cen­tral, Miguel Pes­ce, sabien­do feha­cien­te­men­te quie­nes fue­ron los gran­des com­pra­do­res de dóla­res de ese perío­do, afir­mó en noviem­bre últi­mo que para poder pagar hay que soli­ci­tar­le al FMI quin­ce años de pla­zo y no los 10 años que impli­ca la inje­ren­cia del FMI en las cuen­tas y en la sobe­ra­nía fis­cal, mone­ta­ria y comercial.

Y soli­ci­ta ese pla­zo por­que no pagan la deu­da los que com­pra­ron los dóla­res y los fuga­ron, la pagan los asa­la­ria­dos, los jubi­la­dos y pen­sio­na­dos, los peque­ños y media­nos pro­duc­to­res de la ciu­dad y del cam­po, etc. per­ci­bien­do meno­res ingre­sos, seña­la Hora­cio Rovelli. 

El argu­men­to oficial

El argu­men­to ofi­cial argen­tino ante el Fon­do ha sido, a lo lar­go de estos lar­gos meses de nego­cia­cio­nes, que en la medi­da que el país alcan­ce un exce­den­te comer­cial hol­ga­do, esta­rá recién en con­di­cio­nes de des­ti­nar una par­te del mis­mo al pago de una deu­da mal heredada. 

De esa pro­yec­ción, y del cum­pli­mien­to pre­vio de los obje­ti­vos de cre­ci­mien­to y desa­rro­llo con inclu­sión social, que debe­rían apa­re­cer como suce­sión del actual pro­ce­so de recu­pe­ra­ción, depen­de­rán los años de «gra­cia» o espe­ra que recla­ma­rá Argen­ti­na para empe­zar a can­ce­lar el capi­tal adeudado.

Voce­ros ofi­cia­les dibu­jan una meta opti­mis­ta de expor­ta­cio­nes por 100 mil millo­nes de dóla­res a alcan­zar en pocos años, par­tien­do de los 73.000 millo­nes con los que cerra­ría este año, ima­gi­nan­do el apor­te de varios pro­yec­tos ener­gé­ti­cos en mar­cha o lis­tos para arran­car (Vaca Muer­ta, hidró­geno ver­de, ven­ta de elec­tri­ci­dad a paí­ses limí­tro­fes con pro­ble­mas de auto­abas­te­ci­mien­to), mine­ro indus­tria­les (con el desa­rro­llo de la cade­na del litio a la cabe­za) y eco­no­mía del cono­ci­mien­to principalmente.

Ade­más, pro­yec­tan que la agro­ex­por­ta­ción segui­rá rin­dien­do fru­tos tan­to en volu­men como en valo­res, ya que ima­gi­nan un hori­zon­te de varios años de altos pre­cios para las mate­rias pri­mas y alimentos. 

Colo­fón

Argen­ti­na no tie­ne un pro­ble­ma de res­tric­ción exter­na clá­si­co. No es que nece­si­te que crez­can las expor­ta­cio­nes para que la eco­no­mía lo haga en for­ma sos­te­ni­da y com­pa­ti­ble con la balan­za comer­cial. De hecho, en lo que va de este siglo, has­ta octu­bre 2021, el supe­rá­vit comer­cial acu­mu­la­do (las expor­ta­cio­nes supe­ra­ron a las impor­ta­cio­nes) fue de 200.192 millo­nes de dóla­res, una suma sig­ni­fi­ca­ti­va en cual­quier lugar del mundo.

Des­de la izquier­da se insis­te en que el actual gobierno se ha subor­di­na­do al poder eco­nó­mi­co y aho­ra tam­bién al FMI. El gobierno de Alber­to Fer­nán­dez con el pre­tex­to de impul­sar las ven­tas al exte­rior para con­se­guir los dóla­res sufi­cien­tes para pagar la deu­da y sus intere­ses, pro­pi­cia dos leyes cla­ves, seña­la el eco­no­mis­ta Hora­cio Rovelli.

Una, el “Régi­men de Fomen­to al Desa­rro­llo Agro­in­dus­trial, Fede­ral, Inclu­si­vo, Sus­ten­ta­ble y Expor­ta­dor” que “con­sen­suó” con el Con­se­jo Agro­in­dus­trial Argen­tino (CAA) y con­tie­ne un con­jun­to de bene­fi­cios para un sec­tor que bási­ca­men­te no los nece­si­ta. Sus prin­ci­pa­les cáma­ras que son CIARA (Cáma­ra de la Indus­tria Acei­te­ra) y CEC (Cen­tro de Expor­ta­do­res de Cerea­les), que decla­ran haber ingre­sa­do en los pri­me­ros 11 meses del año 2021, 30 mil 129 millo­nes de dóla­res por la ven­ta de 95 millo­nes de tone­la­das de gra­nos y derivados.

Y el otro pro­yec­to es peor, le con­fie­re a las empre­sas hidro­car­bu­rí­fe­ras una vigen­cia por 20 (vein­te) años de esta­bi­li­dad tri­bu­ta­ria e incen­ti­vos y tra­ta­mien­tos dife­ren­cia­les en lo tri­bu­ta­rio, aran­ce­la­rio y cam­bia­rio, cuan­do el com­ple­jo petro­le­ro, está en manos de tras­na­cio­na­les aso­cia­das a las gran­des empre­sas nacio­na­les, que conec­tan las cin­co cuen­cas que exis­ten en el país y se apro­pian de la ren­ta de nues­tro subsuelo.

El pro­ble­ma real es que la suma obte­ni­da por un bru­tal ajus­te externo en base a maxi­mi­zar las expor­ta­cio­nes y a redu­cir el con­su­mo de ali­men­tos y ener­gía, se fuga casi en su tota­li­dad: no solo se fuga ese supe­rá­vit comer­cial, sino que inclu­so se endeu­da al país.

“Pero no para hacer obras de infra­es­truc­tu­ras, para cons­truir vivien­das, para hacer puen­tes, cami­nos repre­sas, tener una pro­pia mari­na mer­can­te, recu­pe­rar los puer­tos y el Río Para­ná, o una sufi­cien­te red ferro­via­ria, no, sino que nos endeu­da­mos para que una mino­ría fugue capi­ta­les al extran­je­ro”, indi­ca Rovelli.

*Clau­dio della Cro­ceEco­no­mis­ta y docen­te argen­tino, inves­ti­ga­dor aso­cia­do al Cen­tro Lati­no­ame­ri­cano de Aná­li­sis Estra­té­gi­co (CLAE)

Fuen­te: Rebelion

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