Cuba. Hoy nos con­vi­da Fidel a creer en el futuro

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 17 de noviem­bre de 2021.

Pala­bras de José Julián Díaz Pérez, pre­si­den­te de la FEU de la Uni­ver­si­dad de La Haba­na, en el acto de cele­bra­ción del Día Inter­na­cio­nal del Estu­dian­te, rea­li­za­do en el Aula Mag­na de esa ins­ti­tu­ción docen­te.

Hace hoy 82 años serían ase­si­na­dos en Pra­ga nue­ve estu­dian­tes uni­ver­si­ta­rios, arres­ta­dos y hos­ti­ga­dos otros miles. El nacien­te impe­rio fas­cis­ta ale­mán sumió en san­gre a la enér­gi­ca juven­tud che­cos­lo­va­ca, más de 1200 estu­dian­tes fue­ron lle­va­dos a cam­pos de con­cen­tra­ción. Es impor­tan­te recor­dar en estas fechas, tro­ca­das por el tiem­po en fes­te­jos, la semi­lla fecun­da y dolo­ro­sa de su resistencia.

Hace un poco menos, en el 2005, en con­me­mo­ra­ción de aquel 17 de Pra­ga, nos dedi­ca­ría sus últi­mas pala­bras en la uni­ver­si­dad el coman­dan­te en jefe. Un dis­cur­so (el de Fidel) de varias horas, y, aun así, como solía, de una efi­ca­cia visio­na­ria. Lo reci­bi­ría esta Aula Mag­na lle­na de los noso­tros aque­llos, él nos habla­ría des­de este mis­mo podio que hoy tam­bién se estre­me­ce bus­can­do en su memoria.

De aquel dis­cur­so, resal­tar el gran para­le­lis­mo con nues­tra reali­dad a tra­vés de estos 16 años, aler­ta de cons­tan­cia. Enton­ces, Fidel empren­día camino con los tra­ba­ja­do­res socia­les. Con la sin­ce­ri­dad impla­ca­ble, habla­ba de coger el toro por los cuer­nos, de reco­no­cer los pro­ble­mas más com­ple­jos y lace­ran­tes. Era un lla­ma­do a todo el pue­blo, a impli­car­se en las solu­cio­nes, en la ges­tión de sus recur­sos, en la lucha con­tra la corrup­ción y la injus­ti­cia. Era nece­sa­rio lle­gar con fuer­za a las comu­ni­da­des más com­ple­jas, a los más humil­des, a los vul­ne­ra­bles, dotar­los de herra­mien­tas para empren­der la trans­for­ma­ción. Era tam­bién un lla­ma­do a no nor­ma­li­zar las dife­ren­cias eco­nó­mi­cas, a no caer en el bache de acep­tar eterno el méri­to abs­trac­to y conveniente.

Nos hace una diser­ta­ción del aho­rro en la reali­dad cuba­na, sacan­do cuen­tas, enca­mi­nan­do la cien­cia, opti­mi­zan­do recur­sos. Fidel nos habla­ba de la efi­cien­cia. A esa apa­ren­te con­tra­dic­ción del socia­lis­mo bajo los arrai­ga­dos resor­tes del capi­tal, nos res­pon­día con la efi­cien­cia cons­cien­te y gue­va­ria­na, con el espí­ri­tu como gran motor del desa­rro­llo, con el tra­ba­ja­dor crí­ti­co, pro­ta­go­nis­ta del pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio, com­pro­me­ti­do con el porvenir.

Habre­mos de salir a bus­car el hom­bre nue­vo. No hay fór­mu­las para el socia­lis­mo. No lle­ga­re­mos al comu­nis­mo a tra­vés de estruc­tu­ras, ni siquie­ra de leyes o una repar­ti­ción mejor o un mayor índi­ce eco­nó­mi­co. El avan­ce del socia­lis­mo se medi­rá en la cons­cien­cia colec­ti­va, y su capa­ci­dad de gene­rar bien­es­tar, de trans­for­mar esas leyes y estruc­tu­ras, de empren­der el poder popu­lar, en la par­ti­ci­pa­ción y en la iden­ti­fi­ca­ción con el pro­yec­to socia­lis­ta, con el comunismo.

Decía Fidel que ese era el arma más pode­ro­sa del mun­do, el men­sa­je de la Revo­lu­ción, su ejem­plo y cohe­ren­cia. Urge creer en él, sin maqui­lla­je, hacien­do uso del desa­rro­llo sin ceder al bri­llo opu­len­to de la moder­ni­dad. Nos toca estu­diar minu­cio­sa­men­te el trans­cur­so de las revo­lu­cio­nes. La trans­for­ma­ción pro­fun­da y tre­men­da de la socie­dad pasa por irla des­en­tra­ñan­do envuel­ta en sus con­tra­dic­cio­nes, por la bue­na volun­tad en bús­que­da crí­ti­ca y constante.

Tras­cien­de tam­bién en sus pala­bras otra gran aler­ta, la de enten­der en dispu­ta cons­tan­te el futu­ro de la Revo­lu­ción. La nece­si­dad de cono­cer pro­fun­da­men­te a que nos enfren­ta­mos, sus for­mas y esen­cias, sus pro­yec­cio­nes. Del impe­ria­lis­mo diría el Che que ni tan­ti­co así. Nos corres­pon­de asu­mir al enemi­go. Espe­rar siem­pre el gol­pe más bajo es el cos­to de empren­der este camino tan alto.

Enten­der que nues­tra mayor defen­sa es la cons­truc­ción de la nue­va reali­dad. El enemi­go inten­ta dis­traer­nos con la pues­ta en esce­na de turno, nos bus­ca sumir en ese micro­mun­do vir­tual descompensado.

La dispu­ta del socia­lis­mo está en el pue­blo, no en los por­ta­vo­ces del capi­tal. Nues­tros oídos, sin el fil­tro de la maqui­na­ria mediá­ti­ca, nues­tro pen­sa­mien­to y bra­zos ten­drán que emer­ger de los barrios en su vida dia­ria. Mien­tras sea­mos un pue­blo ente­ro dis­pues­to a defen­der la Revo­lu­ción no nos podrán vencer.

Hoy nos con­vi­da Fidel a creer en el futu­ro. Sin más, dejo al Fidel de estos ver­sos de Silvio

El pro­ble­ma vital es el alma

El pro­ble­ma es de resurrección

El pro­ble­ma señor

Será siem­pre

Sem­brar amor.

Fuen­te: Juven­tud Rebelde

Itu­rria /​Fuen­te

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