Argen­ti­na. Feria­zo en el Garrahan por la salud infantil

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 17 de noviem­bre de 2021.

La Unión de Tra­ba­ja­do­res y Tra­ba­ja­do­ras de la Tie­rra (UTT) reali­zó este miér­co­les 17 un «Feria­zo por la salud públi­ca y la sobe­ra­nía ali­men­ta­ria» jun­to al per­so­nal del Hos­pi­tal Pediá­tri­co Garrahan nuclea­do en la Aso­cia­ción de Pro­fe­sio­na­les y Téc­ni­cos (APyT), para denun­ciar el daño ambien­tal y las gra­ves enfer­me­da­des que pro­vo­ca el uso de gli­fo­sa­to en la pobla­ción infantil. 

Así expli­có la jor­na­da la Unión de Tra­ba­ja­do­res y Tra­ba­ja­do­ras de la Tie­rra (UTT) en una gace­ti­lla de pren­sa: «la can­ti­dad de agro­quí­mi­cos que se apli­can en el país aumen­ta y cre­ce per­ma­nen­te­men­te, por la exten­sión de cul­ti­vos de semi­llas gené­ti­ca­men­te modi­fi­ca­das. En la actua­li­dad esos cul­ti­vos cubren 30 millo­nes de hec­tá­reas de un terri­to­rio don­de viven más de 12 millo­nes de per­so­nas y tres millo­nes de niños y niñas. Jus­ta­men­te, esta es la pobla­ción más expues­ta a la con­ta­mi­na­ción ambien­tal por el uso exce­si­vo de pes­ti­ci­das. El per­jui­cio se agu­di­za en la salud infan­til por los pro­duc­tos mayor­men­te uti­li­za­dos en los cam­pos, como clor­pi­ri­fos, atra­zi­na, imi­da­clo­prid, 2 – 4D, Para­quat, car­bo­fu­ran y gli­fo­sa­to«, deta­lló la UTT.

En la mis­ma línea, la orga­ni­za­ción agre­gó: «Argen­ti­na lide­ra el ran­king mun­dial por la can­ti­dad de gli­fo­sa­to que usa el cam­po. Actual­men­te el pro­me­dio es de 15 litros de este agro­tó­xi­co uti­li­za­do por hec­tá­rea por año, cifra que ubi­ca a la Argen­ti­na en el pri­mer pues­to a nivel glo­bal. Dis­tin­tos infor­mes seña­lan que muchos pes­ti­ci­das ana­li­za­dos por la Agen­cia Inter­na­cio­nal de Inves­ti­ga­ción en Cán­cer (IARC) de la OMS han sido cla­si­fi­ca­dos como can­ce­rí­ge­nos con dis­tin­tos nive­les de evi­den­cia. El gli­fo­sa­to, el pes­ti­ci­da más uti­li­za­do en Argen­ti­na, está cla­si­fi­ca­do en el segun­do nivel de ries­go de cáncer».

En la mis­ma línea, agre­ga: «en Argen­ti­na el asma es un pro­ble­ma de salud que oca­sio­na más de 400 muer­tes y más de 15.000 hos­pi­ta­li­za­cio­nes por año. Y en los pue­blos de los terri­to­rios fumi­ga­dos el asma es la enfer­me­dad cró­ni­ca infan­til más fre­cuen­te. Los neo­na­tó­lo­gos de zonas agrí­co­las que reci­ben deri­va­cio­nes de esas dis­tin­tas regio­nes obser­van un aumen­to de la fre­cuen­cia de niños que nacen con mal­for­ma­cio­nes con­gé­ni­tas. La tasa habi­tual de ano­ma­lías con­gé­ni­tas es siem­pre infe­rior al 2% de los naci­mien­tos. Sin embar­go, muchos pro­fe­sio­na­les de la salud, obs­te­tras y pedia­tras de San­ta Fe, Cha­co, Tucu­mán, Misio­nes, Cór­do­ba y Bs​.As. refie­ren tener tasas mucho más altas, y que inclu­so en algu­nos años tri­pli­can esa prevalencia».

Por su par­te, Lucas Tedes­co, refe­ren­te nacio­nal de la UTT, expre­só: «nues­tras vidas están en ries­go per­ma­nen­te, el mode­lo de pro­duc­ción agro­in­dus­trial pone los intere­ses eco­nó­mi­cos por enci­ma de la salud, y las gran­des cor­po­ra­cio­nes del agro­ne­go­cio que son las que sos­tie­nen el mode­lo agro­ex­por­ta­dor, están dis­pues­tas a todo. El eco­ci­dio ya está en mar­cha y vie­ne des­tru­yen­do la diver­si­dad en los cam­pos. Por eso debe­mos denun­ciar sus con­se­cuen­cias para impul­sar un nue­vo mode­lo agro­ali­men­ta­rio basa­do en la agro­eco­lo­gía para cui­dar la salud de quie­nes pro­du­cen y quie­nes consumen».

En tan­to, la licen­cia­da Nor­ma Leza­na, secre­ta­ria gene­ral de la Aso­cia­ción de Pro­fe­sio­na­les y Téc­ni­cos del Hos­pi­tal Garrahan – el otro sec­tor que par­ti­ci­pa de la acti­vi­dad – seña­ló: «nues­tra orga­ni­za­ción está com­pro­me­ti­da con la defen­sa de los dere­chos labo­ra­les de las y los tra­ba­ja­do­res del equi­po de salud, pero esa posi­ción conec­ta con la defen­sa glo­bal de la salud públi­ca como dere­cho ame­na­za­da por un sis­te­ma ali­men­ta­rio atra­ve­sa­do por la lógi­ca de la ganan­cia de gran­des cor­po­ra­cio­nes que trans­for­ma la comi­da en un bien de mer­ca­do. Los pro­fe­sio­na­les de la salud tene­mos que denun­ciar esta situa­ción y a la vez con­tri­buir a que gane peso en la agen­da social la cons­truc­ción de una matriz alter­na­ti­va. Ese es tam­bién nues­tro com­pro­mi­so», fina­li­za Lezana.

Fuen­te: UTT

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