Japón. Soft­Bank comen­zó a inver­tir en empre­sas israelíes

Resu­men Medio Orien­te, 1 de octu­bre de 2021-.

Con ante­rio­ri­dad, el con­sor­cio nipón entró en coope­ra­ción con fir­mas de inver­sión de los esta­dos de paí­ses del Gol­fo, inclui­dos fon­dos sau­di­tas, y la esti­ma­ción es que los acuer­dos de nor­ma­li­za­ción (Acuer­dos de Abraham) del régi­men de Tel Aviv con Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos (EAU) y Bah­réin ace­le­ra­ron el pro­ce­so de lle­var a Soft­Bank hacia “Israel”.

El núme­ro de empre­sas japo­ne­sas acti­vas en el terri­to­rio pales­tino ocu­pa­do por Tel Aviv aumen­tó de 24 a 92 en los últi­mos seis años, mien­tras que el alcan­ce de las inver­sio­nes del país del Lejano Orien­te en “Israel” con­ti­núa en aumen­to, pese a la para­li­za­ción por la pan­de­mia de coronavirus. 

El jefe de la Misión Eco­nó­mi­ca y Comer­cial en la Emba­ja­da israe­lí en Japón, Daniel Kol­bar, dijo, sin embar­go, que el poten­cial del comer­cio con la ter­ce­ra eco­no­mía más gran­de del mun­do está lejos de cubrir­se, a la luz de los intere­ses japo­ne­ses en Medio Orien­te y los efec­tos del boi­cot ára­be, que toda­vía está pre­sen­te en deter­mi­na­dos luga­res. Según Kol­bar, Dubai (EAU) es un cen­tro para los intere­ses nipo­nes con la pre­sen­cia de unas 350 empresas. 

En la actua­li­dad, Soft­Bank es con­si­de­ra­da una de las fir­mas de inver­sión de alta tec­no­lo­gía más des­ta­ca­das, con gran­des inver­sio­nes en empre­sas como Uber, Ali­ba­ba, Tik­tok, DiDi y Klar­na. Este es el segun­do gigan­te de inver­sio­nes que abre una ofi­ci­na en “Israel” en tres meses. 

Otro pun­to de inte­rés es la figu­ra que enca­be­za­rá la acti­vi­dad del fon­do en “Israel”: Yos­si Cohen, exje­fe del Mos­sad israe­lí, con­si­de­ra­do muy cer­cano al ex pri­mer minis­tro Ben­ja­mín Netanyahu. 

Algu­nos ana­lis­tas inclu­so dicen que algún día podría reem­pla­zar a Netan­yahu como líder del Likud, el par­ti­do polí­ti­co más gran­de de Israel. 

Cohen fue uno de los arqui­tec­tos de los acuer­dos de nor­ma­li­za­ción, y sus fre­cuen­tes via­jes a los esta­dos del Gol­fo, inclu­so aque­llos que no tie­nen víncu­los con “Israel”, han lle­va­do a la for­ma­ción de estre­chos lazos encu­bier­tos entre Tel Aviv y esos esta­dos de la penín­su­la Arábiga.

Masa­yoshi Son, fun­da­dor de Soft­Bank, deci­dió nom­brar a Cohen, tal vez por sus muchas habi­li­da­des en el pro­ce­so que con­du­jo a los lla­ma­dos Acuer­dos de Abraham y por sus fuer­tes lazos con jefes de esta­do en todo el Medio Orien­te, así como con muchos líde­res en Euro­pa y Esta­dos Unidos. 

Cohen diri­gi­rá la acti­vi­dad de Soft­Bank en “Israel”, iden­ti­fi­ca­rá empre­sas para inver­tir y las ayu­da­rá a encon­trar mer­ca­dos glo­ba­les, con énfa­sis en Asia. 

Una de las prin­ci­pa­les direc­cio­nes de inver­sión del gigan­te japo­nés en “Israel” serán las empre­sas que desa­rro­llan inte­li­gen­cia artificial. 

El ex jefe de los espías israe­líes dijo: “Soft­Bank ha sido pio­ne­ro en un nue­vo enfo­que para la inver­sión en tec­no­lo­gía y ha crea­do el eco­sis­te­ma más gran­de del mun­do de cam­peo­nes de tec­no­lo­gía emer­gen­te. La tec­no­lo­gía avan­za­da y la cul­tu­ra empre­sa­rial de “Israel” lo con­vier­ten en un ajus­te natu­ral para la visión de SoftBank”.

La cone­xión entre Japón, “Israel” y los Esta­dos del Gol­fo tie­ne un cuar­to eje: ex altos fun­cio­na­rios del gobierno esta­dou­ni­den­ses par­ti­ci­pan­tes en los con­tac­tos para los Acuer­dos de Abraham. 

Soft­Bank anun­ció inver­sio­nes en la fir­ma de Liberty Capi­tal, uno de cuyos líde­res, Ste­ve Mnu­chin, quien se desem­pe­ñó como secre­ta­rio del Teso­ro del expre­si­den­te Donald Trump, y bajo admi­nis­tra­ción de David Fried­man, ex emba­ja­dor esta­dou­ni­den­se en “Israel”, duran­te el man­da­to de Trump. 

Soft­Bank es cono­ci­do por sus estre­chos con­tac­tos con la fami­lia real sau­di­ta, y es posi­ble que se con­vier­ta en una espe­cie de bra­zo indi­rec­to para la inver­sión sau­di­ta en alta tec­no­lo­gía israelí. 

Es de supo­ner que el nom­bra­mien­to de Cohen, quien, según muchos infor­mes, se reu­nió con sau­di­tas de alto ran­go, entre ellos el prín­ci­pe here­de­ro Moham­med bin Sal­man, ayu­dó a ali­viar las preo­cu­pa­cio­nes, pese a la fal­ta de con­tac­to entre Ara­bia Sau­di­ta e “Israel”. Qui­zás esta es la for­ma sau­di­ta de elu­dir el obs­tácu­lo diplo­má­ti­co, conec­tar­se con la alta tec­no­lo­gía israe­lí y cose­char algu­nas de sus recompensas. 

Fuen­te: Al Mayadeen

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