Cata­lun­ya: Joel Muñoz, uno de los cien­tos de acti­vis­tas por la inde­pen­den­cia, se enfren­ta a 18 años de cárcel

El joven cata­lán está acu­sa­do de tres deli­tos de reve­la­ción de secre­tos y dos de daños infor­má­ti­cos. La Guar­dia Civil con­si­de­ra que fue el autor de ata­car más de un cen­te­nar de pági­nas web rela­cio­na­das con el Gobierno de Espa­ña. La defen­sa, por el momen­to, no ha podi­do acce­der a la prue­ba prin­ci­pal para rea­li­zar su pro­pio peri­ta­je. Joel ayu­dó a que no se “hac­kea­se” la web del refe­rén­dum del 1 de octu­bre de 2017.

Ocho agen­tes de la Guar­dia Civil y un fun­cio­na­rio del Cen­tro Nacio­nal de Inte­li­gen­cia (CNI) levan­ta­ron de la cama a Joel Muñoz el 28 de febre­ro de 2018. Al ins­tan­te, este joven de 23 años esta­ba dete­ni­do por daños infor­má­ti­cos y reve­la­ción de secre­tos. Mien­tras tan­to, los agen­tes rebus­ca­ban entre sus per­te­nen­cias y dis­po­si­ti­vos elec­tró­ni­cos. Se aca­ba­ron lle­van­do su orde­na­dor y móvil a las depen­den­cias de la Guar­dia Civil en Tarra­go­na, don­de pasó algo más de 50 horas dete­ni­do has­ta que le deja­ron en liber­tad con car­gos, afir­ma él mismo.

Tres años más tar­de y a espe­ra de fecha para jui­cio oral, Muñoz se enfren­ta a una peti­ción por par­te de la Fis­ca­lía de 18 años de pri­sión acu­sa­do de hac­kear más de cien pági­nas web rela­cio­na­das con el Gobierno espa­ñol. Él man­tie­ne su ino­cen­cia. Por el momen­to, su abo­ga­do no ha podi­do acce­der a la infor­ma­ción reco­gi­da en el orde­na­dor requi­sa­do para rea­li­zar su pro­pio peri­ta­je, pese a haber­lo soli­ci­ta­do hace cin­co meses.

El gru­po de apo­yo a Joel Muñoz remar­ca que esta acción por par­te del gru­po de deli­tos tec­no­ló­gi­cos de la Uni­dad Cen­tral Ope­ra­ti­va (UCO) de la Guar­dia Civil se enmar­ca en la deno­mi­na­da Ope­ra­ción Cata­lun­ya. Así pues, ade­más de las casi dos déca­das de pri­va­ción de liber­tad, Muñoz ten­dría que abo­nar una mul­ta de 10.800 euros y car­gar con la prohi­bi­ción de no poder ejer­cer su pro­fe­sión en segu­ri­dad infor­má­ti­ca duran­te esos 18 años.

La defen­sa bus­ca rea­li­zar su pro­pia peri­cia, una espe­cie de “con­tra­pe­ri­cia” a la efec­tua­da por la Benemérita

“En los momen­tos pre­vios al 1‑O todo el mun­do se impli­có mucho más, pare­cía que iba a gene­rar un cam­bio social de ver­dad, y yo no fui dife­ren­te”, narra el pro­pio afec­ta­do. En ese sen­ti­do, su come­ti­do se basó en dar sopor­te digi­tal y defen­der la web del refe­rén­dum de los ata­ques que sufría. Cin­co meses des­pués, la Guar­dia Civil entra­ba en su casa con una orden de regis­tro y deten­ción. “Mien­tras veían lo que tenía en el orde­na­dor decían ton­te­rías, bro­mas de poli­cías, como que si aho­ra iba direc­to a la Audien­cia Nacio­nal, o que nos íba­mos para Madrid. Lo decían rién­do­se entre ellos para inten­tar asus­tar­me”, rela­ta Muñoz.

Su sor­pre­sa lle­gó cuan­do leyó el escri­to de acu­sa­ción por par­te de la Fis­ca­lía y vio los 18 años de pri­sión a los que se enfren­ta­ba. El glo­bal es: doce años de cár­cel por tres deli­tos de reve­la­ción de secre­tos y seis años por dos deli­tos de daños infor­má­ti­cos. “No fue fácil acep­tar­lo, sobre todo al prin­ci­pio. Al final lo aca­bas nor­ma­li­zan­do. De todas for­mas, es muy extra­ño pen­sar que pue­des estar ence­rra­do casi el mis­mo tiem­po que has vivi­do”, agre­ga el acti­vis­ta en rela­ción a cómo le ha afec­ta­do el pro­ce­so judicial.

Sin acce­so a las pruebas

Marc Rela­ño es el abo­ga­do del joven cata­lán: “La Fis­ca­lía sos­tie­ne su acu­sa­ción en base a un infor­me rea­li­za­do por la Guar­dia Civil que pro­ce­de del vol­ca­do de los ele­men­tos infor­má­ti­cos requi­sa­dos el día que efec­tua­ron la dili­gen­cia de entra­da y regis­tro en la casa de Joel”, comien­za a expli­car. Pero, ¿cómo lle­ga­ron has­ta esa casa? “Ellos hicie­ron una inves­ti­ga­ción res­pec­to a las IP que se habían uti­li­za­do en los ata­ques a algu­nas pági­nas web, y esas IP supues­ta­men­te esta­ban vin­cu­la­das a un ele­men­to infor­má­ti­co que depen­día de un núme­ro de telé­fono, liga­do al domi­ci­lio de Joel, según dice la Guar­dia Civil”, res­pon­de el letrado.

Esos códi­gos IP apa­re­cen por­que se pro­du­jo un ata­que infor­má­ti­co a dife­ren­tes pági­nas web, entre ellas la de la Fis­ca­lía Gene­ral del Esta­do y algu­nas empre­sas pri­va­das impor­tan­tes. “Des­de lue­go, defen­de­mos la ino­cen­cia de Joel. Esta­mos espe­ran­do a que la Audien­cia Pro­vin­cial de Tarra­go­na nos dé acce­so a la fuen­te de la prue­ba que ha ser­vi­do como base para rea­li­zar la peri­cia infor­má­ti­ca de la Guar­dia Civil, cosa que hemos recla­ma­do hace cin­co meses y aún no nos han faci­li­ta­do”, desa­rro­lla Rela­ño. La defen­sa bus­ca rea­li­zar su pro­pia peri­cia, una espe­cie de “con­tra­pe­ri­cia” a la efec­tua­da por la Bene­mé­ri­ta: “Un peri­to infor­má­ti­co inde­pen­dien­te debe­ría decir lo mis­mo que ellos, y si hay diver­gen­cias, ten­dre­mos que ver cuá­les son y a qué se deben”, expre­sa el abo­ga­do del caso.

“Que haya un movi­mien­to del Esta­do para con­tro­lar a la pobla­ción que con­si­de­ran disi­den­te del camino mar­ca­do, pues está cla­ro que sí”, deter­mi­na el abo­ga­do Marc Relaño

Él mis­mo se sor­pren­de, e inclu­so lle­ga a deno­mi­nar como “cosa extra­ña”, que la Audien­cia Pro­vin­cial de Tarra­go­na esté tar­dan­do más de cin­co meses en otor­gar­le acce­so a un ele­men­to infor­má­ti­co que debe­ría tener bajo cus­to­dia judi­cial. Así pues, este hecho se tra­du­ce en que la defen­sa no ha teni­do acce­so a los medios nece­sa­rios para poder con­tra­rres­tar el escri­to de acu­sa­ción. Por otra par­te, Rela­ño no guar­da nin­gún géne­ro de dudas al afir­mar que esta actua­ción se enmar­ca en la Ope­ra­ción Cata­lun­ya. “Que haya un movi­mien­to del Esta­do para con­tro­lar a la pobla­ción que con­si­de­ran disi­den­te del camino mar­ca­do, pues está cla­ro que sí”, determina.

Con­tra­dic­cio­nes de la Fiscalía

Y con­ti­núa: “Está acre­di­ta­dí­si­mo que hay un áni­mo en el Esta­do para con­tro­lar el acti­vis­mo. ¿Has­ta dón­de está dis­pues­to a lle­gar? Eso se me esca­pa. ¿Que hay muchas cau­sas enjui­cia­das y dete­ni­dos sin base jurí­di­ca en movi­li­za­cio­nes por la inde­pen­den­cia? Esto no hace fal­ta que seas abo­ga­do para ver­lo. ¿Qué hay otros enjui­cia­dos que se lo mere­cen? Tam­bién, eh, todo hay que decirlo”.

Asi­mis­mo, Rela­ño inci­de en que “18 años de cár­cel por esos deli­tos es una pena muy ele­va­da”. Des­de el pun­to de vis­ta del defen­sor, un aspec­to que le cho­ca bas­tan­te es que la Fis­ca­lía no pidie­ra abrir la “vis­ti­lla de pri­sión pro­vi­sio­nal” al pri­mer juez que dejó en liber­tad con­di­cio­nal a Muñoz: “Si resul­ta que para el Minis­te­rio Fis­cal este cha­val es tan peli­gro­so como para pasar­se casi dos déca­das en la cár­cel, ¿cómo que al ini­cio del pro­ce­di­mien­to el fis­cal de turno no pidió la pri­sión pro­vi­sio­nal para él?”, se pre­gun­ta el defensor.

El juez, en este sen­ti­do, no pue­de actuar de ofi­cio, pues debe ser la acu­sa­ción o la Fis­ca­lía quien soli­ci­te este trá­mi­te, cono­ci­do como la “vis­ti­lla del 505” en el mun­do jurí­di­co. “O sea, que a Joel le han saca­do de su casa, le han prac­ti­ca­do una dili­gen­cia de entra­da y regis­tro, ¿y no se plan­tean la posi­bi­li­dad de meter a este señor en pri­sión tenien­do tan­ta infor­ma­ción como dicen tener sobre él? Esto res­pon­de a la Ope­ra­ción Cata­lun­ya”, deter­mi­na Relaño.

Así pues, para poder eje­cu­tar la pri­sión pro­vi­sio­nal se debe dar ries­go de rein­ci­den­cia, des­truc­ción de prue­bas o de fuga. “Si Joel sabe tan­to de infor­má­ti­ca, en cuan­to le dejes libre va a poder borrar cual­quier cosa, así que fue un movi­mien­to muy tor­pe por par­te de la Fis­ca­lía, por­que ellos sí que sabían de ante­mano que se iba a prac­ti­car una dili­gen­cia de entra­da y regis­tro. La pre­gun­ta es: ¿Qué ha pasa­do de no ser peli­gro­so a pedir­le 18 años de pri­sión? La res­pues­ta está en la cau­sa, y no pue­do decir más por aho­ra”, se res­pon­de Relaño.

Nue­va deten­ción en Barcelona

El pro­ce­so judi­cial ape­nas afec­tó al acti­vis­mo de Joel Muñoz has­ta el año pasa­do, cuan­do vol­vió a ser dete­ni­do en Bar­ce­lo­na: “Iba a todas las mani­fes­ta­cio­nes que podía has­ta que en una de ellas me qui­sie­ron iden­ti­fi­car y me acu­sa­ron de aten­ta­do con­tra la auto­ri­dad. Ellos sabían quién era yo y fue­ron a por mí por­que en el coche de los Mos­sos de Esqua­dra escu­ché mi apo­do por su radio”, rela­ta el joven. Era 2020 y Muñoz esta­ba repar­tien­do unos pan­fle­tos en una movi­li­za­ción fren­te a la sede bar­ce­lo­ne­sa de la SGAE para lla­mar a una mani­fes­ta­ción que se rea­li­za­ría la siguien­te semana.

“Cuan­do le detu­vie­ron esta segun­da vez, los Mos­sos de inves­ti­ga­ción le qui­ta­ron el móvil en un pro­ce­so por un deli­to en el que no pue­den hacer­lo. Esto ha pasa­do hace un año y toda­vía no han devuel­to el ter­mi­nal, pese a que yo mis­mo lo reque­rí el día de la deten­ción”, con­cre­ta el mis­mo abo­ga­do. Rela­ño, en ese momen­to, escri­bió un tuit pidien­do tes­ti­gos de lo suce­di­do, y dio con un par­ti­ci­pan­te de la movi­li­za­ción en la SGAE que pre­sen­ció la deten­ción. “Esta per­so­na, que ven­drá al jui­cio a decla­rar, afir­ma que Joel no esta­ba hacien­do nada, que no se resis­tió y que unos poli­cías le redu­je­ron. El ates­ta­do poli­cial reco­ge que uno de los agen­tes fue agre­di­do, pero el pro­pio tes­ti­go vio cómo él solo se caía al sue­lo, y es ahí cuan­do se pro­du­ce esa lesión”, enun­cia el pro­pio Relaño.

Aun­que los polí­ti­cos inde­pen­den­tis­tas han sido indul­ta­dos por los deli­tos come­ti­dos en torno al 1‑O, miles de acti­vis­tas que defen­die­ron la auto­de­ter­mi­na­ción a pie de calle con­ti­núan con cau­sas judi­cia­les en las que se jue­gan años de pri­va­ción de liber­tad. “La cas­ta polí­ti­ca se ha encar­ga­do de sal­var el culo como ha podi­do, pero aquí esta­mos más de 3.000 repre­sa­lia­dos en pro­ce­sos judi­cia­les y enfren­tan­do penas sin nin­gún tipo de ayu­da. Noso­tros, los que esta­mos más jodi­dos, vemos cómo se dan abra­ci­tos entre ellos o cenan con el monar­ca”, refle­xio­na el joven. Y ter­mi­na: “No pien­so en el exi­lio. Para mí no tie­ne nin­gún sen­ti­do irme a nin­gún lado. Lo pien­so y digo: ‘qué cojo­nes hago yo en Bél­gi­ca’. Paso”.

Fuen­te: La Hai­ne.

La entra­da Cata­lun­ya: Joel Muñoz, uno de los cien­tos de acti­vis­tas por la inde­pen­den­cia, se enfren­ta a 18 años de cár­cel se publi­có pri­me­ro en La otra Anda­lu­cía.

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