Pales­ti­na. La inter­mi­na­ble gue­rra de Zaka­ria Zubeidi

Por Ramzy Baroud* /​Resu­men Medio Orien­te /​27 de sep­tiem­bre de 2021. 

Zaka­ria Zubei­di es uno de los seis pre­sos pales­ti­nos que, el 6 de sep­tiem­bre, salie­ron por un túnel de Gil­boa, una cono­ci­da pri­sión israe­lí de alta segu­ri­dad. Fue recap­tu­ra­do unos días des­pués. Los gran­des hema­to­mas de su ros­tro rela­tan la des­ga­rra­do­ra his­to­ria de una audaz fuga y una vio­len­ta deten­ción. Sin embar­go, su his­to­ria no empie­za ni ter­mi­na ahí.

Hace vein­te años, tras lo que ha que­da­do gra­ba­do en la memo­ria colec­ti­va pales­ti­na como la «Masa­cre de Yenín«, me pre­sen­ta­ron a la fami­lia Zubei­di en el cam­po de refu­gia­dos de Yenín, que fue exter­mi­na­do casi por com­ple­to por el ejér­ci­to israe­lí duran­te y des­pués de los com­ba­tes. A pesar de mis repe­ti­dos inten­tos, el ejér­ci­to israe­lí me impi­dió lle­gar a Yenín, que per­ma­ne­ció sitia­da por el ejér­ci­to duran­te meses tras el epi­so­dio más vio­len­to de todo el Segun­do Levan­ta­mien­to Pales­tino (2000−2005).

No pude hablar direc­ta­men­te con Zaka­ria Zubei­di. A dife­ren­cia de su her­mano, Taha, sobre­vi­vió a la masa­cre de 2002 y pos­te­rior­men­te ascen­dió en las filas de las Bri­ga­das de los Már­ti­res de Al-Aqsa, el bra­zo arma­do del movi­mien­to Fatah, has­ta con­ver­tir­se en su líder. Así, enca­be­zó la lis­ta de los pales­ti­nos más bus­ca­dos por Israel.

La mayor par­te de la comu­ni­ca­ción fue con su her­ma­na, Kau­zar, que nos con­tó con deta­lle los acon­te­ci­mien­tos que pre­ce­die­ron a aquel fatí­di­co ase­dio mili­tar. Ella sólo tenía 20 años en ese momen­to. A pesar de su dolor, habla­ba con orgu­llo de su madre, ase­si­na­da por un fran­co­ti­ra­dor israe­lí sólo unas sema­nas antes de la inva­sión del cam­po; y de su her­mano, Taha, líder de las Bri­ga­das Al-Quds, el bra­zo arma­do del movi­mien­to de la Yihad Islá­mi­ca en Yenín en aque­lla épo­ca; y de Zaka­ria, que aho­ra tenía la misión de ven­gar a su madre, a su her­mano, a sus mejo­res ami­gos y a sus vecinos.

«Taha fue ase­si­na­do por un fran­co­ti­ra­dor. Des­pués de matar­lo, [los israe­líes] le dis­pa­ra­ron pro­yec­ti­les que que­ma­ron com­ple­ta­men­te su cuer­po. Esto ocu­rrió en el barrio de Damaj», nos dijo Kauthar. «Los she­bab [jóve­nes] reco­gie­ron lo que que­da­ba de él y lo metie­ron en una casa. Des­de ese día, la casa se cono­ce como ‘El hogar del héroe’».

Kauthar tam­bién me habló de su madre, Sami­ra, de 51 años, «que se pasó la vida yen­do de una cár­cel a otra» para visi­tar a su mari­do y a sus hijos. Sami­ra era que­ri­da y res­pe­ta­da por todos los com­ba­tien­tes del cam­po. Sus hijos eran los héroes que todos los jóve­nes que­rían emu­lar. Su muer­te fue espe­cial­men­te impactante.

«Reci­bió dos balas en el cora­zón», expli­có Kauthar. «Una vez que se dio la vuel­ta, la hirie­ron por la espal­da. La san­gre le salía por la nariz y la boca. No sabía qué más hacer que gritar».

Zaka­ria pasó inme­dia­ta­men­te a la clan­des­ti­ni­dad. El joven com­ba­tien­te se sen­tía agra­via­do por lo que le había ocu­rri­do a su que­ri­da Jenin, a su fami­lia, a su madre y a su her­mano, que tenían pre­vis­to casar­se la sema­na siguien­te a su muer­te. Zaka­ria tam­bién se sen­tía trai­cio­na­do por sus «her­ma­nos» de Al Fatah que seguían cola­bo­ran­do abier­ta­men­te con Israel, a pesar de las cre­cien­tes tra­ge­dias en la Cis­jor­da­nia ocu­pa­da; y por la izquier­da israe­lí que aban­do­nó a la fami­lia Zubei­di a pesar de las pro­me­sas de soli­da­ri­dad y camaradería.

«Cada sema­na, 20 – 30 israe­líes venían [a Yenín] a hacer tea­tro», dijo Zaka­ria en una entre­vis­ta con la revis­ta Times. Se refe­ría al tea­tro «Arna’s Hou­se», en el que par­ti­ci­pa­ban Zaka­ria y otros jóve­nes de Yenín, y que fue crea­do por Arna Mer-Kha­mis, una mujer israe­lí casa­da con un pales­tino. «Abri­mos nues­tra casa y la demo­lie­ron… Les dimos de comer. Y, des­pués, nin­guno de ellos cogió el telé­fono. Fue enton­ces cuan­do vimos la ver­da­de­ra cara de la izquier­da en Israel».

De los cin­co niños que par­ti­ci­pa­ron en el tea­tro, sólo Zaka­ria sobre­vi­vió. El res­to se unió a varios gru­pos arma­dos para luchar con­tra la ocu­pa­ción israe­lí y todos fue­ron asesinados.

Ima­gen: El inevi­ta­ble fra­ca­so de Israel: cómo lo derro­tó una vie­ja cucha­ra oxi­da­da – Cari­ca­tu­ra [Sabaaneh/​Monitor de Oriente].

Zaka­ria Zubei­di nació en 1976 bajo la ocu­pa­ción israe­lí, por lo que nun­ca ha expe­ri­men­ta­do la vida como un hom­bre libre. A los 13 años, los sol­da­dos israe­líes le dis­pa­ra­ron por lan­zar pie­dras. A los 14, fue dete­ni­do por pri­me­ra vez. A los 17, se unió a las fuer­zas de segu­ri­dad de la Auto­ri­dad Pales­ti­na, cre­yen­do, como muchos pales­ti­nos de la épo­ca, que el «ejér­ci­to» de la AP se había crea­do para pro­te­ger a los pales­ti­nos y ase­gu­rar su liber­tad. Des­ilu­sio­na­do, aban­do­nó la AP menos de un año después.

No se com­pro­me­tió con la lucha arma­da has­ta 2001, como for­ma de con­se­guir la liber­tad de su pue­blo, meses des­pués del ini­cio de la Segun­da Inti­fa­da. Uno de sus ami­gos de la infan­cia fue uno de los pri­me­ros en morir a manos de los sol­da­dos israe­líes. En 2002, Zaka­ria se unió a las Bri­ga­das de los Már­ti­res de Al-Aqsa, más o menos cuan­do su madre, Sami­ra, y su her­mano, Taha, fue­ron asesinados.

El pri­mer levan­ta­mien­to de 2002, en par­ti­cu­lar, fue un año deci­si­vo para el movi­mien­to Al Fatah, que esta­ba divi­di­do prác­ti­ca­men­te, pero no ofi­cial­men­te, en dos gru­pos: uno que creía que la lucha arma­da debía seguir sien­do una estra­te­gia de libe­ra­ción; y otro que abo­ga­ba por el diá­lo­go polí­ti­co y un pro­ce­so de paz. Muchos miem­bros del pri­mer gru­po fue­ron ase­si­na­dos, dete­ni­dos o mar­gi­na­dos, inclui­do el popu­lar líder de Fatah, Mar­wan Barghou­ti, que fue dete­ni­do en abril de 2002 y sigue en una pri­sión israe­lí. Los miem­bros del segun­do gru­po se enri­que­cie­ron y corrom­pie­ron. Su «pro­ce­so de paz» no con­si­guió la ansia­da liber­tad y se nega­ron a con­si­de­rar otras estra­te­gias, por mie­do a per­der sus privilegios.

Zaka­ria, al igual que miles de miem­bros y com­ba­tien­tes de Fatah, se vio atra­pa­do en este dile­ma per­ma­nen­te. Que­ría seguir con la lucha como si la direc­ción del pre­si­den­te de la AP, Mah­mud Abbas, estu­vie­ra dis­pues­ta a arries­gar­lo todo por el bien de Pales­ti­na, mien­tras seguía com­pro­me­ti­do con el movi­mien­to Al Fatah, con la espe­ran­za de que, tal vez, algún día recu­pe­ra­ra el man­to de la resis­ten­cia palestina.

La tra­yec­to­ria de la vida de Zaka­ria Zubei­di ha sido un tes­ti­mo­nio de esta con­fu­sión. No sólo fue encar­ce­la­do por los israe­líes, sino tam­bién por la AP. A veces, habla­ba bien de Abbas para lue­go rene­gar de todos los diri­gen­tes pales­ti­nos trai­do­res. Entre­gó su arma varias veces, sólo para recu­pe­rar­la con la mis­ma deter­mi­na­ción que antes.

Aun­que Zaka­ria ha vuel­to a la cár­cel, su his­to­ria y su gue­rra no han ter­mi­na­do. Dece­nas de jóve­nes com­ba­tien­tes reco­rren aho­ra las calles del cam­po de refu­gia­dos de Yenín, juran­do con­ti­nuar con la lucha arma­da. Zaka­ria Zubei­di no es, por tan­to, sólo un indi­vi­duo, sino tam­bién el refle­jo de toda una gene­ra­ción de pales­ti­nos en Cis­jor­da­nia que tie­nen que ele­gir entre una lucha dolo­ro­sa, pero real, por la liber­tad, y los com­pro­mi­sos polí­ti­cos. Estos últi­mos, en pala­bras del pro­pio Zaka­ria, «no han con­se­gui­do nada».

*Ramzy Baroud es perio­dis­ta, autor y edi­tor de Pales­ti­ne Chro­ni­cle. Es autor de varios libros sobre la lucha pales­ti­na, entre ellos «La últi­ma tie­rra»: Una his­to­ria pales­ti­na’ (Plu­to Press, Lon­dres). Baroud tie­ne un doc­to­ra­do en Estu­dios Pales­ti­nos de la Uni­ver­si­dad de Exeter y es un aca­dé­mi­co no resi­den­te en el Cen­tro Orfa­lea de Estu­dios Glo­ba­les e Inter­na­cio­na­les de la Uni­ver­si­dad de Cali­for­nia en San­ta Bár­ba­ra. Su sitio web es www​.ramzy​ba​roud​.net.

Fuen­te: https://​www​.moni​tor​deo​rien​te​.com/​2​0​2​1​0​9​2​4​-​l​a​-​i​n​t​e​r​m​i​n​a​b​l​e​-​g​u​e​r​r​a​-​d​e​-​z​a​k​a​r​i​a​-​z​u​b​e​i​di/ – Rebe​lion​.org

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