Bra­sil. Sie­te notas sobre el con­gre­so del PSOL

Por Vale­rio Arcary*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 23 de sep­tiem­bre de 2021.

1. La dra­ma­ti­za­ción, no ayuda

El Con­gre­so del PSOL (Par­ti­do Socia­lis­mo y Liber­tad) de 2021, este últi­mo fin de sema­na de sep­tiem­bre, debe con­fir­mar la estra­te­gia polí­ti­ca del par­ti­do, que no es lo mis­mo que defi­nir la tác­ti­ca elec­to­ral pre­si­den­cial de 2022. La estra­te­gia ha sido la lucha por el Fren­te Úni­co de Izquier­da para derro­tar a Bol­so­na­ro, en con­tro­ver­sia con la estra­te­gia quie­tis­ta del Fren­te Amplio «has­ta que due­la», que fue expre­sa­da en el PSOL por Mar­ce­lo Frei­xo [1] y la estra­te­gia de la ofen­si­va per­ma­nen­te has­ta la huel­ga gene­ral. La línea del Fren­te Úni­co se des­ple­gó en la denun­cia del gol­pe ins­ti­tu­cio­nal, la cam­pa­ña Fue­ra Temer, la inte­gra­ción en la cam­pa­ña Lula Libre, la ini­cia­ti­va Vamos para ampliar la dis­cu­sión de un pro­gra­ma, la for­ma­ción de la Alian­za con el MTST (Movi­mien­to de los Tra­ba­ja­do­res Sin Techo) y el lan­za­mien­to de Bou­los a la pre­si­den­cia en 2018 y, lo más impor­tan­te, la poten­cia­ción de la uni­dad con el PT en la cam­pa­ña Fue­ra Bol­so­na­ro, que per­mi­tió, des­de mayo, la rea­li­za­ción de los actos que cam­bia­ron la coyun­tu­ra. Esta estra­te­gia fue un repo­si­cio­na­mien­to nece­sa­rio ante una situa­ción defen­si­va, des­pués del impeach­ment, tras doce años en la opo­si­ción de izquier­da a los gobier­nos de coa­li­ción lide­ra­dos por el PT. Este giro no se hizo sin duras polé­mi­cas que resur­gen ante cada nue­vo hecho impor­tan­te de la coyun­tu­ra. Pero los exce­sos, las exa­ge­ra­cio­nes, la «dra­ma­ti­za­ción» de las dife­ren­cias no ayu­dan. Los aná­li­sis catas­tró­fi­cos sobre el futu­ro del PSOL son fal­sos y, por tan­to, des­ho­nes­tos. El PSOL que sigue sien­do un par­ti­do mino­ri­ta­rio en la izquier­da, nun­ca ha sido más fuer­te. Deci­di­rá, en 2022, la tác­ti­ca para 2022. ¿Cuál debe ser el lugar del PSOL? Ser útil en la lucha con­tra Bol­so­na­ro y en la reor­ga­ni­za­ción de la izquier­da, dispu­tan­do la influen­cia de las masas. No hay nin­gún pro­yec­to que vin­cu­le el PSOL al PT. Las acu­sa­cio­nes de un «pro­yec­to subor­di­na­do al PT» son la crea­ción de un espan­ta­pá­ja­ros para los incautos.

2. Bou­los como gober­na­dor. ¿Por qué?

Esta es una de las deci­sio­nes cen­tra­les del Con­gre­so del PSOL en São Pau­lo. La izquier­da bra­si­le­ña se enfren­ta a un reto inmen­so, enor­me, gigan­tes­co: la tarea de derro­tar a Bol­so­na­ro. Toda­vía hay tiem­po para inten­tar alla­nar el camino hacia el impeach­ment a fina­les de 2021. Por ello, la mili­tan­cia de todas las luchas, ban­de­ras y corrien­tes debe cen­trar­se en la pre­pa­ra­ción de los actos del 2 de octu­bre. Tene­mos menos de dos sema­nas por delan­te. Pero si Bol­so­na­ro no es des­ti­tui­do este año, será can­di­da­to a la reelec­ción en 2022. No pode­mos dejar de con­si­de­rar un plan B. La mayor vic­to­ria de la izquier­da bra­si­le­ña, des­de el impeach­ment [que derro­có a Dil­ma Rous­seff en 2016], fue la for­ma­ción del Fren­te Úni­co en las calles, pero está ame­na­za­da en las elec­cio­nes. Son dos terre­nos dis­tin­tos, pero es bueno ser sen­sa­to, por­que el pro­yec­to gol­pis­ta de Bol­so­na­ro es aplas­tar a la izquier­da. Hay dos obs­tácu­los en el hori­zon­te. La insis­ten­cia de un cam­po mayo­ri­ta­rio del PT en pre­sen­tar a Fer­nan­do Had­dad para gober­na­dor en São Pau­lo fren­te a Bou­los, y la insis­ten­cia de un cam­po mino­ri­ta­rio del PSOL en pre­sen­tar un can­di­da­to pre­si­den­cial pro­pio que com­pi­ta con Lula, a pesar de la ame­na­za de Bol­so­na­ro. Entre estos dos peli­gros, el pri­me­ro es el mayor. Por­que el PT no debe igno­rar que no es razo­na­ble que el PSOL renun­cie a una can­di­da­tu­ra a la pre­si­den­cia, sin un ges­to de com­pen­sa­ción. La mayo­ría de los diri­gen­tes del PT sub­es­ti­ma­ron al PSOL en las elec­cio­nes a la alcal­día de São Pau­lo de 2020. Bou­los ganó un lugar en la segun­da ron­da. No debe­ría come­ter el mis­mo error dos veces segui­das. La pro­me­sa de apo­yo para las elec­cio­nes muni­ci­pa­les de 2024 es un ges­to amis­to­so, pero no es razo­na­ble. Nadie sabe qué país será Bra­sil en 2024, si Bol­so­na­ro no es derro­ta­do. Pode­mos estar en el exi­lio, por ejem­plo. La tác­ti­ca de pre­sen­tar la can­di­da­tu­ra de Bou­los al gobierno de São Pau­lo es una deci­sión legí­ti­ma e inte­li­gen­te, tenien­do en cuen­ta el índi­ce de recha­zo del PT.

3. La estra­te­gia de Bol­so­na­ro es golpista

El des­qui­cia­do, deli­ran­te y alu­ci­nan­te dis­cur­so de Bol­so­na­ro en la ONU fue cla­ro. Ni las dife­ren­cias con el PT, ni las encues­tas de opi­nión deben ser la brú­ju­la de la izquier­da mar­xis­ta. Hay una peli­gro­sa manía «pro­fé­ti­ca» entre noso­tros. El mar­xis­mo es una cien­cia en el aná­li­sis, pero un arte en la polí­ti­ca, por­que se tra­ta de la dispu­ta de la con­cien­cia de millo­nes de per­so­nas. El obje­ti­vo de las orga­ni­za­cio­nes revo­lu­cio­na­rias no es tener razón en abs­trac­to, sino ganar en la lucha de cla­ses. Los que quie­ren tener razón en abs­trac­to deben aban­do­nar la lucha por el poder y pre­sen­tar­se al pre­mio Nobel. Nues­tra tác­ti­ca elec­to­ral no pue­de des­can­sar en nues­tra volun­tad, ni en los resul­ta­dos de encues­tas momen­tá­neas, sino en la eva­lua­ción de la rela­ción social y polí­ti­ca de fuer­zas. El cen­tro debe ser un posi­cio­na­mien­to lúci­do en la lucha con­tra Bol­so­na­ro, y todo lo demás es irre­le­van­te. Si Bol­so­na­ro no es derro­ta­do en 2021, es decir, si des­de hoy has­ta diciem­bre las movi­li­za­cio­nes no alla­nan el camino del impeach­ment, Bol­so­na­ro será can­di­da­to a la reelec­ción. Pero, al mis­mo tiem­po, es frí­vo­lo con­si­de­rar a Bol­so­na­ro sólo como una expre­sión fol­cló­ri­ca de un neo­fas­cis­mo «elec­to­ral», y redu­cir los ries­gos de la estra­te­gia gol­pis­ta a una suce­sión de simu­la­cros y fal­sos ulti­má­tums. Lamen­ta­ble­men­te, sub­es­ti­mar a Bol­so­na­ro podría ser fatal. Esta ten­sión ade­lan­ta­rá a la pri­me­ra vuel­ta los son­deos de voto «útil» de la segun­da. El voto «útil» es un cálcu­lo de reduc­ción de daños en defen­sa de los intere­ses de clase.

4. El peli­gro de una derro­ta histórica

Un lúci­do aná­li­sis de la situa­ción polí­ti­ca en 2021 sugie­re que las elec­cio­nes gene­ra­les de 2022 no se pare­ce­rán a nada que la izquier­da bra­si­le­ña haya vivi­do en los últi­mos cua­ren­ta años. La cues­tión deci­si­va es que hay un gobierno de extre­ma dere­cha diri­gi­do por una corrien­te neo­fas­cis­ta que está en con­flic­to con el régi­men libe­ral-demo­crá­ti­co y en cho­que con las ins­ti­tu­cio­nes. Su estra­te­gia es impo­ner una derro­ta his­tó­ri­ca a los movi­mien­tos socia­les: la cla­se tra­ba­ja­do­ra y los sin­di­ca­tos, la lucha femi­nis­ta, negra y LGBTI, los indí­ge­nas y los movi­mien­tos por la vivien­da y la refor­ma agra­ria, los eco­lo­gis­tas y la juven­tud estu­dian­til, la izquier­da en su con­jun­to. La elec­ción pre­si­den­cial, aun­que sea simul­tá­nea a las elec­cio­nes esta­ta­les, será cua­li­ta­ti­va­men­te dife­ren­te a la dispu­ta por los gober­na­do­res, es bueno saber­lo. Será dife­ren­te por­que lo que esta­rá en jue­go es algo mucho más serio que la alter­nan­cia de gobierno. Bol­so­na­ro es un peli­gro bona­par­tis­ta incom­pa­ti­ble con el régi­men liberal-democrático.

5. Tres sim­ples lecciones

La expe­rien­cia de las masas con el lulis­mo sigue sien­do incom­ple­ta. Es cier­to que exis­ten des­igual­da­des regio­na­les, gene­ra­cio­na­les y socia­les. Pero la hipó­te­sis más pro­ba­ble es que la can­di­da­tu­ra de Lula ocu­pe todo el espa­cio polí­ti­co de la opo­si­ción de izquier­da como una red de arras­tre incon­te­ni­ble. Todo es todo, por­que es el úni­co que ofre­ce la via­bi­li­dad de derro­tar a Bol­so­na­ro. Quien ima­gi­ne que hay un espa­cio elec­to­ral en la izquier­da para la afir­ma­ción del PSOL de una línea «ni Bol­so­na­ro ni Lula», mime­ti­zan­do por la extre­ma izquier­da el dis­cur­so de Ciro Gomes (Par­ti­do Demo­crá­ti­co Labo­ris­ta-PDT), no ha apren­di­do las lec­cio­nes más esen­cia­les de los últi­mos cin­co años. Son tres y muy sim­ples: (a) la situa­ción sigue sien­do defen­si­va, no se ha rever­ti­do, por­que veni­mos de duras derro­tas; (b) no es posi­ble derro­tar a Bol­so­na­ro sin el PT, las orga­ni­za­cio­nes y las masas obre­ras y juve­ni­les bajo influen­cia lulis­ta; © ante un enemi­go que quie­re aplas­tar­nos a todos, la uni­dad de la izquier­da es una nece­si­dad, no una trampa.

6. Fir­me­za estra­té­gi­ca, fle­xi­bi­li­dad táctica

Es curio­so que el blo­que de la opo­si­ción inter­na que insis­te en defi­nir­se, ado­ra­ble­men­te, como «el más anti­ca­pi­ta­lis­ta» pre­fie­ra redu­cir la polé­mi­ca de la estra­te­gia a la defi­ni­ción de la tác­ti­ca elec­to­ral, olvi­dan­do que: (a) la tác­ti­ca elec­to­ral no se defi­ne con un año de ante­la­ción; (b) si una tác­ti­ca es siem­pre la mis­ma, ya no es una tác­ti­ca, sino una estra­te­gia per­ma­nen­te; © la tác­ti­ca debe des­can­sar en la inves­ti­ga­ción obje­ti­va de la rela­ción social y polí­ti­ca de fuer­zas. Este estu­dio es sólo un cálcu­lo. Pero los cálcu­los son hipó­te­sis, un estu­dio de pro­ba­bi­li­da­des, y cam­bian. Los que se ena­mo­ran de las hipó­te­sis se equi­vo­can. ¿Y si Bol­so­na­ro es derro­ta­do y no pue­de ser can­di­da­to? No es nece­sa­rio defi­nir, en 2021, la pre­sen­ta­ción de una can­di­da­tu­ra a la pre­si­den­cia o cuál debe ser la tác­ti­ca en 2023, si Lula gana las elec­cio­nes en 2022. No hay rela­ción entre un posi­ble lla­ma­do a votar por Lula en la pri­me­ra vuel­ta y la par­ti­ci­pa­ción en un gobierno de cen­tro-izquier­da en coa­li­ción con par­ti­dos bur­gue­ses. El PSOL pue­de pedir el voto para el PT y, even­tual­men­te, no sus­cri­bir el pro­gra­ma que defi­na el PT. El voto, por anti­ci­pa­do, sólo res­pon­de a la nece­si­dad frac­cio­na­da de deli­mi­ta­ción para encen­der la sos­pe­cha. Es indis­pen­sa­ble hacer cálcu­los serios para medir los ries­gos y peli­gros y, en con­se­cuen­cia, tomar deci­sio­nes, no nues­tras pre­fe­ren­cias, deseos o anhe­los. Nadie en la izquier­da socia­lis­ta se enfren­ta a la posi­bi­li­dad de hacer cam­pa­ña por Lula, des­pués de lo vivi­do entre 2003 y 2016, sin un sabor de boca amar­go. La his­to­ria fue cruel. A veces tene­mos que ele­gir una tác­ti­ca «mala», den­tro de los prin­ci­pios, por­que las otras opcio­nes son horribles.

7. El peli­gro del abismo

El lan­za­mien­to de una can­di­da­tu­ra pro­pia del PSOL, a par­tir de aho­ra, des­co­no­ce que Bol­so­na­ro no está derro­ta­do de ante­mano, por­que pun­túa menos que Lula, y sub­es­ti­ma el inmen­so pavor que hay en la gen­te de izquier­das a que se per­pe­túe en el poder. Los son­deos de opi­nión son una infor­ma­ción impor­tan­te, pero no son el úni­co indi­ca­dor que hay que eva­luar cuan­do se tra­ta de cali­brar la rela­ción polí­ti­ca de fuer­zas. Son innu­me­ra­bles los pro­ce­sos elec­to­ra­les en los que can­di­da­tos que iban muy retra­sa­dos, a menos de seis meses de la fecha de las elec­cio­nes, con­si­guie­ron ganar­las. Toda­vía hay muchos impon­de­ra­bles en el hori­zon­te. Si no se cons­ti­tu­ye una can­di­da­tu­ra de ter­ce­ra vía, con un míni­mo de con­sis­ten­cia, es razo­na­ble pre­de­cir que una par­te de la bur­gue­sía insa­tis­fe­cha con el papel de Bol­so­na­ro en la ges­tión de la pan­de­mia se vol­ve­rá a acer­car. Bol­so­na­ro ya ha demos­tra­do que tie­ne mayo­ría en las cla­ses medias, y está tra­tan­do de aumen­tar su audien­cia entre la gen­te pobre de las ciu­da­des y el cam­po con el Auxi­lio Bra­sil. Una can­di­da­tu­ra pro­pia seña­la, de entra­da, una equi­dis­tan­cia de los dos prin­ci­pa­les can­di­da­tos, aun­que se hagan todos los esfuer­zos para cen­trar la lucha con­tra Bol­so­na­ro duran­te la cam­pa­ña. Pero si no hace una dife­ren­cia­ción pro­gra­má­ti­ca cri­ti­can­do a Lula, ¿qué sen­ti­do tie­ne tener un can­di­da­to pro­pio? Esta tác­ti­ca elec­to­ral impli­ca el ries­go de cami­nar al bor­de del abis­mo. Una can­di­da­tu­ra invi­si­ble, tes­ti­mo­nial y esté­ril del PSOL no for­ta­le­ce­rá a la izquier­da socia­lis­ta, al con­tra­rio, la des­mo­ra­li­za­rá por el divi­sio­nis­mo ante un enemi­go, per­ci­bi­do por el sec­tor más avan­za­do de las masas popu­la­res y la juven­tud, con razón, como ate­rra­dor. Si el PSOL se posi­cio­na en la cam­pa­ña de for­ma crí­ti­ca a Lula, por el balan­ce de los erro­res de los gobier­nos del PT de hace una déca­da, podría ser cas­ti­ga­do sin reme­dio en las elec­cio­nes a dipu­tados, ame­na­zan­do inclu­so con la apro­ba­ción de la cláu­su­la de barre­ra, lo que sería fatal.

*Vale­rio Arcary es his­to­ria­dor, mili­tan­te de la corrien­te Resistencia/​PSOL y colum­nis­ta de Esquer­da Onli­ne.

fuente:Rebelión

Itu­rria /​Fuen­te

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