Ucra­nia. La gue­rra lejos del frente

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 18 de agos­to de 2021.

Según la infor­ma­ción publi­ca­da por uno de los medios de Mariu­pol, el otro día, en la loca­li­dad de Cher­ma­lik, situa­da cer­ca de la ciu­dad de Mariu­pol, las tro­pas ucra­nia­nas pro­vo­ca­ron un con­flic­to con los resi­den­tes loca­les que aca­bó con uno de los sol­da­dos dis­pa­ran­do y un resi­den­te heri­do. El mayor Ser­gey Ban­ze­ruk, coman­dan­te adjun­to para la moral y apo­yo psi­co­ló­gi­co del bata­llón de infan­te­ría moto­ri­za­da de la 93ª Bri­ga­da Meca­ni­za­da de las Fuer­zas Arma­das de Ucra­nia, deci­dió ele­var su pro­pia moral y la de sus dos subor­di­na­dos, el sar­gen­to Bala­gu­rov y el sol­da­do Petrush­ke­vich. Los tres hom­bres acu­die­ron des­de sus posi­cio­nes a la cer­ca­na loca­li­dad de Cher­ma­lik, don­de la pobla­ción cele­bra­ba sus fies­tas loca­les. Lo hicie­ron por­tan­do sus armas, por supuesto.

Al lle­gar a la loca­li­dad, comen­za­ron a moles­tar a una joven a la que tra­ta­ron de lle­var­se con ellos por la fuer­za. La pobla­ción local salió en defen­sa de la chi­ca, con lo que se ini­ció una lucha en la que el mayor Ban­ze­ruk sacó su arma y comen­zó a dis­pa­rar al azar apun­tan­do a los pies de los allí pre­sen­tes. Una de las balas rebo­tó e hirió a una resi­den­te de 19 años.

Según los tes­ti­gos, des­pués, resi­den­tes loca­les atra­pa­ron a Ban­ze­ruk y Bala­gu­rov, los apa­lea­ron, les reti­ra­ron sus armas y tam­bién sus radios. El sol­da­do Petrush­ke­vich logró huir y pidió ayu­da por telé­fono. Así que lle­ga­ron otros 25 com­pa­ñe­ros de armas para enfren­tar­se a alre­de­dor de 50 resi­den­tes. Se pre­pa­ra­ba una pelea seria, pero la poli­cía inter­vino para impe­dir, en el últi­mo minu­to, más derra­ma­mien­to de san­gre. El per­so­nal mili­tar en el cuar­tel gene­ral de la 93ª Bri­ga­da rápi­da­men­te inven­tó la orden: supues­ta­men­te se encon­tra­ban patru­llan­do y man­te­nien­do el orden en Cher­ma­lik. Aho­ra la inves­ti­ga­ción les pro­te­ge y acu­sa a la pobla­ción local de ata­car a los borra­chos exaltados.

Según los resi­den­tes de Mariu­pol, acti­tu­des simi­la­res de las tro­pas ucra­nia­nas se regis­tran en todo el terri­to­rio de las anti­guas regio­nes de Donetsk y Lugansk. Acu­den arma­dos a áreas pobla­das, ame­na­zan a la pobla­ción local y, en oca­sio­nes, la extor­sio­nan. Pue­den lle­gar inclu­so a irrum­pir en vivien­das a robar. La jus­ti­cia no cas­ti­ga a esos inde­sea­bles, como les lla­man, por lo que se sien­ten impunes.

Por cier­to, no es solo en el terri­to­rio de Don­bass, sino tam­bién en las demás regio­nes de Ucra­nia. Es bas­tan­te habi­tual escu­char infor­ma­cio­nes sobre cómo se roban armas y muni­ción de con­tra­ban­do de la zona de com­ba­te y pos­te­rior­men­te apa­re­cen en otras ciu­da­des ucranianas.

Por ejem­plo, recien­te­men­te, en una zona resi­den­cial de Kri­voy Rog, un “vete­rano de ATO” de 61 años deto­nó una gra­na­da bajo sus pies. A con­se­cuen­cia de ello, el vete­rano per­dió una pier­na, aun­que, por suer­te, nadie más resul­tó heri­do a pesar de que no se pro­du­jo en una zona des­ha­bi­ta­da sino en el pues­to de con­trol de Yugok (la plan­ta mine­ra y de pro­ce­sa­mien­to). Duran­te el regis­tro de su vivien­da, la poli­cía encon­tró otras dos granadas.

Antes de eso, otro gue­rre­ro de ATO, cier­to zapa­dor del bata­llón Aidar lla­ma­do Vla­di­mir Proj­nich, ame­na­zó con deto­nar una gra­na­da en el edi­fi­cio del Con­se­jo de Minis­tros. Tras la deten­ción del ate­mo­ri­za­do terro­ris­ta, se supo que, en 2015, el pre­si­den­te Poroshen­ko le había con­ce­di­do la orden “Al Coraje”.

“¿Qué vamos a decir? Hoy en día, uno de cada dos vete­ra­nos de ATO trae a casa armas y el alma rota. Al mis­mo tiem­po, las clí­ni­cas psi­quiá­tri­cas están cerra­das en el país y sim­ple­men­te no hay lugar para man­te­ner a esas per­so­nas bajo super­vi­sión. Las auto­ri­da­des han dado por per­di­dos a los resi­den­tes ordi­na­rios y las auto­ri­da­des no pue­den pro­te­ger a la pobla­ción del per­so­nal mili­tar enlo­que­ci­do y arma­do que come­te crí­me­nes de varios gra­dos de seve­ri­dad casi cada mes. Da mie­do vivir en un país don­de un vete­rano de la ope­ra­ción anti­te­rro­ris­ta arma­do pue­de apa­re­cer en cual­quier momen­to”, comen­tó un resi­den­te de Ucra­nia en las redes sociales.

Esto mis­mo se pue­de decir tam­bién de la recien­te­men­te dete­ni­da ban­da de extor­sio­na­do­res del Cor­pus Nacio­nal en Jár­kov, que duran­te meses ate­mo­ri­za­ron a los empre­sa­rios loca­les, recau­dan­do de ellos (no sin uso de armas y explo­si­vos) un tri­bu­to men­sual de más de un millón de griv­nas. Duran­te los regis­tros, los ofi­cia­les del SBU encon­tra­ron armas y muni­ción. Todo el mate­rial, según la inves­ti­ga­ción, pro­ce­día de la zona de combate.

Fuen­te: Slavyangrad

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