Perú. Ya no quie­re «menear la cola» en el patio tra­se­ro de Esta­dos Unidos

Por Geral­di­na Colot­ti, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 11 de agos­to de 2021. 

En lo que se des­ta­ca como la segun­da ola pro­gre­sis­ta de este siglo para Amé­ri­ca Lati­na, el Perú del maes­tro rural Pedro Cas­ti­llo, quien asu­mió la pre­si­den­cia en el bicen­te­na­rio de la inde­pen­den­cia, pro­me­te hacer su par­te. La lar­ga y com­pli­ca­da espe­ra por la rati­fi­ca­ción del resul­ta­do y la agre­si­vi­dad de las fuer­zas con­ser­va­do­ras que apo­yan al fuji­mo­ris­mo demues­tran, sin embar­go, que su pro­yec­to no ten­drá una vida fácil.

La oli­gar­quía y los gran­des intere­ses mul­ti­na­cio­na­les, que se refle­jan en las éli­tes de las zonas urba­nas, han for­ma­do un ani­llo en torno al par­ti­do Fuer­za Popu­lar. Un par­ti­do baluar­te de la dere­cha radi­cal sud­ame­ri­ca­na, repre­sen­ta­do por Kei­ko Fuji­mo­ri, hija del ex dic­ta­dor peruano, en el poder de 1990 a 2000, quien obtu­vo el 49,87% en la segun­da vuel­ta de las elec­cio­nes presidenciales.

El maes­tro de edu­ca­ción pri­ma­ria Pedro Cas­ti­llo, sin­di­ca­lis­ta, al fren­te de un par­ti­do como Perú Libre, tie­ne su prin­ci­pal reser­va de votos en las zonas rura­les del país, habi­ta­das prin­ci­pal­men­te por cam­pe­si­nos pobres, mes­ti­zos e indí­ge­nas, y obtu­vo 50,2% de pre­fe­ren­cias. En el Con­gre­so, ele­gi­do para los pró­xi­mos 5 años, su par­ti­do tie­ne solo 37 esca­ños de 130, más los 5 de Vero­ni­ka Men­do­za en Jun­tos por el Perú.

Por tan­to, no cuen­ta con una mayo­ría que per­mi­ta imple­men­tar fácil­men­te el pro­gra­ma de gobierno, resu­mi­do en torno a la pro­me­sa «nun­ca más pobres en un país rico», y la de una Asam­blea Nacio­nal Cons­ti­tu­yen­te, que pue­da dero­gar la Cons­ti­tu­ción fuji­mo­ris­ta de 1993, redac­tan­do una Car­ta Mag­na “Que ten­ga el color, el olor y el sabor del pueblo”.

Des­de 2018, des­de la renun­cia de Pedro Pablo Kuczyns­ki, has­ta el impeach­ment de Mar­tín Viz­ca­rra en 2020 y la renun­cia de su suce­sor Manuel Merino de Lama, has­ta el com­pro­mi­so de Fran­cis­co Sagas­ti, que lle­vó al país a las elec­cio­nes, los gran­des gru­pos de poder que se divi­die­ron el país, sal­da­ron sus cuen­tas a tra­vés de el law­fa­re y los gol­pes institucionales.

Lue­go de trein­ta años de neo­li­be­ra­lis­mo desen­fre­na­do, en Perú el 19% de los jóve­nes entre 15 y 24 años no estu­dia ni tra­ba­ja, mien­tras que las ganan­cias de las mul­ti­na­cio­na­les que explo­tan los recur­sos del ter­cer pro­duc­tor mun­dial de cobre, zinc y esta­ño y sex­to de oro, han aumen­ta­do drás­ti­ca­men­te. En un país entre los más afec­ta­dos por el Covid-19 y que, según el pro­pio Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal, tuvo un aumen­to de casi 2 millo­nes de pobres, el pue­blo res­pon­dió con la lucha y lue­go con el voto. Y aho­ra, no tie­ne inten­ción de dejar que le qui­te la pala­bra a la impo­si­ción de reglas e ins­ti­tu­cio­nes arti­fi­cia­les que cie­rran las puer­tas al cambio.

Un pri­mer tira y aflo­ja con la oli­gar­quía se vio des­pués de los nom­bra­mien­tos deci­di­dos por Cas­ti­llo, comen­zan­do por el del pri­mer minis­tro Gui­do Belli­do. La dere­cha se mani­fes­tó vio­len­ta­men­te fren­te a la casa del pre­si­den­te, pero la gen­te corrió a defen­der­la. Y, mien­tras tan­to, como en el guión más clá­si­co de la CIA, imple­men­ta­do des­de la épo­ca de Allen­de has­ta la Vene­zue­la de hoy, lle­gó el alza de los pre­cios y el ata­que mediá­ti­co al nue­vo gobierno: como si para fijar los pre­cios y para bene­fi­ciar­se de los aumen­tos no fue­ron los comer­cian­tes y los gran­des gru­pos económicos …

El tema prin­ci­pal que está agi­tan­do el fuji­mo­ris­mo es el de la «lucha con­tra el terro­ris­mo», dado que algu­nos fun­cio­na­rios del gobierno son acu­sa­dos de sim­pa­ti­zar con las pasa­das gue­rri­llas comu­nis­ta de Sen­de­ro Lumi­no­so, cuyos mili­tan­tes lle­van trein­ta años en pri­sión. El máxi­mo diri­gen­te de Sen­de­ro Lumi­mo­so, de casi noven­ta años, Abi­mael Guz­mán, está murien­do en pri­sión des­pués de 29 años de ais­la­mien­to y tor­tu­ra y recien­te­men­te ha sido tras­la­da­do de urgen­cia al hospital.

Otro tema muy popu­lar en la dere­cha es el del mie­do al «comu­nis­mo», tra­du­ci­do al «cas­tro-cha­vis­mo». Pero muchos dipu­tados pres­ta­ron jura­men­to en el Con­gre­so levan­tan­do el puño y decla­ran­do su posi­ción a favor de la inte­gra­ción lati­no­ame­ri­ca­na y una segun­da independencia.

Perú Libre es, ade­más, un par­ti­do que se auto­de­fi­ne como «mar­xis­ta-leni­nis­ta-maria­te­guis­ta», que for­ma par­te del Foro de Sao Pau­lo, cuyos mili­tan­tes y diri­gen­tes han par­ti­ci­pa­do en los con­gre­sos mun­dia­les orga­ni­za­dos en Cara­cas en los últi­mos años. En polí­ti­ca exte­rior, se con­si­de­ra «inter­na­cio­na­lis­ta y anti­im­pe­ria­lis­ta», y apo­ya los pro­ce­sos revo­lu­cio­na­rios en Cuba, Vene­zue­la, Nica­ra­gua y Bolivia.

Por ello, las decla­ra­cio­nes del can­ci­ller peruano, Héc­tor Béjar, sobre un cam­bio de acti­tud a favor del mul­ti­la­te­ra­lis­mo y la no inje­ren­cia en los pro­ble­mas inter­nos de otros paí­ses, y por la reanu­da­ción de Una­sur, des­per­ta­ron una gran espe­ran­za. Béjar, exgue­rri­lle­ro de 85 años que cono­ció al Che Gue­va­ra, tam­bién expre­só su agra­de­ci­mien­to por el dis­cur­so de recha­zo de la OEA de Alma­gro pro­nun­cia­do por el pre­si­den­te de Méxi­co, Andrés Manuel López Obra­dor, ante los can­ci­lle­res de la Comu­ni­dad de Esta­dos Lati­no­ame­ri­ca­nos y Cari­be­ños ( Celac), y con­de­nó la polí­ti­ca de «san­cio­nes».

Como había anti­ci­pa­do el voce­ro del par­ti­do, Vla­di­mir Cerrón, Perú podría dejar el Gru­po de Lima, como ya lo han hecho Méxi­co, Boli­via y Argen­ti­na, tres nacio­nes hacia la izquier­da. Sin embar­go, la deci­sión aún no es ofi­cial, en Perú, al igual que las posi­cio­nes den­tro de la alian­za de gobierno en torno al prin­ci­pal obje­ti­vo por el que se fun­dó el infa­me gru­po de Lima no son uní­vo­cas: soca­var la legi­ti­mi­dad de las ins­ti­tu­cio­nes vene­zo­la­nas, a par­tir de la elec­ción del pre­si­den­te Nico­lás Madu­ro. Dado el actual equi­li­brio interno y el peso de quie­nes pre­sio­nan por una «vía social­de­mó­cra­ta» en eco­no­mía que iría acom­pa­ña­da de un posi­cio­na­mien­to mode­ra­do tam­bién en polí­ti­ca exte­rior, ya sería un gran paso ade­lan­te si Perú siguie­ra los pasos de Méxi­co y Argentina.

Mien­tras tan­to, Cas­ti­llo fue reco­no­ci­do como jefe de las Fuer­zas Arma­das tam­bién por los altos man­dos mili­ta­res, fren­te a los cua­les hon­ró a las muje­res y hom­bres que cons­tru­ye­ron la inde­pen­den­cia. “Los invi­to a man­te­ner viva la mís­ti­ca que ha carac­te­ri­za­do a las muje­res y hom­bres que for­ja­ron la his­to­ria de nues­tro país para lograr un Perú más inclu­si­vo y tole­ran­te”, digo.

El pre­si­den­te del Con­se­jo de Minis­tros, Gui­do Belli­do por su par­te ase­gu­ró: “Des­de hace más de 200 años hay un Perú ofi­cial y otro extra­ofi­cial, un Perú que lo tie­ne todo y otro que no tie­ne nada. Un Perú olvi­da­do y dis­cri­mi­na­do y otro que tenía toda la auto­ri­dad. No esta­mos en con­tra de nadie, esta­mos aquí para apo­yar a los 33 millo­nes de perua­nos, para que todos ten­gan mejo­res con­di­cio­nes y oportunidades”.

Itu­rria /​Fuen­te

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