Perú. El Aje­drez Falli­do de Gui­do Bellido

Por Lau­ra Arro­yo, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 23 de agos­to de 2021.

“En el aje­drez es más impor­tan­te la ame­na­za de ata­que que el ata­que en sí”. Esta una fra­se que el estra­te­ga polí­ti­co espa­ñol, Iván Redon­do, uti­li­zó para gra­fi­car la real­po­litk de la tác­ti­ca sir­ve hoy para des­cri­bir el movi­mien­to falli­do de Gui­do Belli­do en las últi­mas horas. Como en el aje­drez, Belli­do tie­ne aho­ra el jaque sobre sí mis­mo por­que ni a él ni a nin­gún ciu­da­dano o ciu­da­da­na que sepa leer las inten­cio­nes que sub­ya­cen al que se ha con­ver­ti­do orques­ta­da­men­te en el “escán­da­lo Béjar”, se nos esca­pa que la inten­ción de la opo­si­ción no es ni ha sido nun­ca Héc­tor Béjar. Tam­po­co lo es sólo Belli­do y, sin embar­go, con este movi­mien­to falli­do, lo que ha logra­do el Pre­mier no es ganar aire ni tiem­po, sino lo con­tra­rio: ha pues­to su pro­pio reloj de la bom­ba que tie­ne sobre sí mis­mo en retroceso.

Al res­pec­to dejo por aquí cin­co apun­tes y una intuición.

1.- Los ante­ce­den­tes siem­pre hablan.

A quie­nes nos bus­can decir que la sali­da de Béjar podría abrir las puer­tas a un diá­lo­go con las dere­chas opo­si­to­ras que per­mi­ta cons­truir un puen­te de esta­bi­li­dad polí­ti­ca, les pre­gun­to ¿cuán­do las dere­chas opo­si­to­ras han leí­do cesión como opor­tu­ni­dad para dia­lo­gar? No hace fal­ta espe­ran­zar­se en un futu­ro posi­ble cuan­do tie­nes pre­ce­den­tes elo­cuen­tes. Si algo han hecho estas mis­mas dere­chas ‑por­que lle­van otros ros­tros y nom­bres pero uti­li­zan las mis­mas prác­ti­cas polí­ti­cas y tie­nen detrás los mis­mos intere­ses- es uti­li­zar cada cesión como una opor­tu­ni­dad para rati­fi­car sus movi­mien­tos obs­truc­cio­nis­tas. Lo hicie­ron con PPK, lo hicie­ron con Viz­ca­rra y tam­bién con Sagas­ti. Mirtha Vás­quez y su equi­po pue­den dar mucha fe de ello. ¿Es inge­nui­dad o amne­sia volun­ta­ria para sos­te­ner un dis­cur­so de correc­tis­mo polí­ti­co impues­to des­de los pode­res? No lo sé, pero con­ven­dría no caer en ellos.

  1. El pro­ble­ma no es Béjar sino lo que evi­den­cias toman­do una pos­tu­ra “ambi­gua” ante lo obvio.

Hay quien quie­re hacer­nos creer que el pro­ble­ma son las decla­ra­cio­nes de Béjar. Aque­llas que han sido per­ver­sa­men­te saca­das de con­tex­to, edi­ta­das para gene­rar una narra­ti­va dis­tor­sio­na­da de lo enun­cia­do y, sobre todo, orques­ta­das en un pro­gra­ma que de rigu­ro­so tie­ne lo mis­mo que Willax: Pano­ra­ma. ¿Aca­so la inten­cio­na­li­dad de lo publi­ca­do no pesa en la toma de deci­sio­nes? Y, a quie­nes creen que esto va de prin­ci­pios, ¿no corres­pon­de jus­ta­men­te defen­der los prin­ci­pios sin caer en las fake­news y la inten­to­na de esa mis­ma extre­ma dere­cha que denun­cian? Sí, le hablo direc­ta­men­te a esa mal lla­ma­da “pro­gre­sía” (por­que es antes bien el espec­tro libe­ral de cen­tro en Perú), que inten­tan defen­der una suer­te de posi­cio­na­mien­to ambi­va­len­te que nun­ca jamás es ni neu­tral ni prin­ci­pis­ta ni apo­lí­ti­co. Decía Zizek acer­ta­da­men­te que “la lucha por la hege­mo­nía ideo­ló­gi­ca-polí­ti­ca es siem­pre una lucha por la apro­pia­ción de aque­llos con­cep­tos que son vivi­dos ‘espon­tá­nea­men­te’ como ‘apo­lí­ti­cos’ “. Nada más cer­te­ro que esta fra­se para cali­fi­car a quie­nes des­de una supues­ta “neu­tra­li­dad polí­ti­ca” han bus­ca­do rehuir de un deba­te. Se pue­de estar en con­tra de las decla­ra­cio­nes de Béjar sin exi­gir su sali­da. Se pue­de deba­tir sin ridi­cu­li­zar a quien ofre­ce un argu­men­to dis­tin­to. Se pue­de inclu­so sos­te­ner que algu­na pos­tu­ra te pare­ce ana­cró­ni­ca sin decir que se tra­ta de cons­pi­ra­noia pues no hay mayor vic­to­ria del neo­li­be­ra­lis­mo y la polí­ti­ca esta­dou­ni­den­se que hacer hege­mó­ni­ca la idea de que su demos­tra­da inter­ven­ción en otros paí­ses fue­ra leí­da como “cons­pi­ra­noia”. Ver a gen­te inte­li­gen­te cayen­do en ese mar­co es evi­den­cia de esa terri­ble vic­to­ria. Oja­lá un libe­ra­lis­mo peruano dis­pues­to a deba­tir en lugar de dog­ma­ti­zar. Es en esa prác­ti­ca de supe­rio­ri­dad moral don­de le hacen el jue­go a la extre­ma dere­cha de López Alia­ga, Willax y Mon­to­ya. No en sus pos­tu­ras, sino en su prác­ti­ca mora­lis­ta que dis­ta de ser la neu­tra­li­dad prin­ci­pis­ta que pregonan.

  1. El pro­ble­ma no es Béjar sino con quien cie­rras filas al “dejar­lo” ir.

El pro­ble­ma no son ni sus decla­ra­cio­nes rea­li­za­das antes de asu­mir un car­go públi­co y, sobre todo, saca­das per­ver­sa­men­te de con­tex­to. No lo es tam­po­co su pro­pia renun­cia tras este paso ade­lan­te de gol­pe coor­di­na­do. No lo es tam­po­co que aho­ra toque bus­car a un o una can­ci­ller que pue­da lide­rar polí­ti­cas sobe­ra­nas y no sumi­sas des­de un país que en su bicen­te­na­rio lo mere­ce más que nun­ca, y tam­po­co que Gui­do Belli­do y Pedro Cas­ti­llo acep­ta­ran esta renun­cia inne­ce­sa­ria. El pro­ble­ma es que esta renun­cia lle­gó debi­do a la sole­dad en que deja­ron a Béjar quie­nes debían haber­lo defen­di­do: el gobierno del que for­ma­ba par­te. Las decla­ra­cio­nes de Belli­do y de Aya­la (Minis­tro de Defen­sa) no fue­ron des­afor­tu­na­das, sino pro­fun­da­men­te tor­pes pues per­mi­tie­ron sos­te­ner la cri­sis más horas de las que hubie­ra dura­do si se hubie­ra cerra­do filas con el excan­ci­ller. Pero, OJO, en reali­dad sí cerra­ron filas pero con un agen­te dis­tin­to: con La Mari­na. Esa Mari­na que dice rei­vin­di­car a Miguel Grau pero nos se acer­ca más a Mon­te­si­nos. Esa Mari­na que emi­tió un comu­ni­ca­do anti­de­mo­crá­ti­co y alar­man­te, que hubie­ra mere­ci­do el recha­zo de los defen­so­res de la demo­cra­cia que, en muchos casos, o guar­da­ron silen­cio o se suma­ron a la orques­ta de demo­li­ción sin repa­rar en las con­se­cuen­cias de ava­lar, entre otras cosas, un pro­nun­cia­mien­to de este tipo. Esa Mari­na que fue piso­tea­da por Fuji­mo­ri y Mon­te­si­nos pero que cuan­do esto ocu­rrió no fir­ma­ron un comu­ni­ca­do de pro­tes­ta, sino un acta de suje­ción. Y hay que decir­lo así de cla­ro por­que no son todos los miem­bros de la Mari­na quie­nes ava­lan esta prác­ti­cas mafio­sas y anti­de­mo­crá­ti­cas, ni se suman al coro de quie­nes se posi­cio­na­ron des­de su poder e Ins­ti­tu­ción a favor de una can­di­da­tu­ra cuan­do lo que toca­ba era ser neu­tra­les. La mejor mane­ra de hon­rar a los inte­gran­tes demo­crá­ti­cos y pro­bos de la Mari­na ‑que los hay- es denun­cian­do a quie­nes la han des­pro­vis­to de su fun­ción y la han con­ver­ti­do en una ins­ti­tu­ción a la medi­da y uti­li­dad de la dere­cha fuji­mo­ris­ta y la extre­ma dere­cha peruanas.

4.La estra­te­gia de cho­que que no lo es.

Si bien es evi­den­te que exis­te esta inten­cio­na­li­dad, con el mal mane­jo de lo ocu­rri­do con Béjar tam­bién que­da en evi­den­cia que esta estra­te­gia es tan débil como impro­vi­sa­da. Nada peor que anun­ciar­le a tus adver­sa­rios cuá­les son tus pun­tos débi­les, sobre todo cuan­do quie­res con­fron­tar ‑nos gus­te o no esta inten­ción. Esto es toda­vía peor cuan­do el asun­to Béjar pudo resol­ver­se hacia la inter­na. Con diá­lo­go entre ins­ti­tu­cio­nes (inclui­da La Mari­na), con reunio­nes que inclu­ye­ran a Béjar y a otros Minis­tros y con volun­tad de encuen­tro pero no de resig­na­ción. Por el con­tra­rio, esta fal­sa reso­lu­ción -‘fal­sa’ por­que solo anti­ci­pa otras muchas cosas a resol­ver en ade­lan­te- solo evi­den­cia debi­li­dad y que la estra­te­gia de cho­que es antes un acci­den­te (tal vez posi­ti­vo) pro­duc­to de cier­to caos y desorden.

  1. Lo que se pier­de y el pro­ble­ma inmediato.

El pro­ble­ma cen­tral es que es con esta evi­den­cia de debi­li­dad en la que el Gabi­ne­te de Minis­tros pier­de impor­tan­te peso sos­te­ni­do en las ante­rio­res sema­nas, acu­di­rá al voto de con­fian­za en ese Con­gre­so don­de se rela­men los labios tras la sali­da de Béjar. Lo gana­do por Belli­do y Cerrón en los domin­gos ante­rio­res como par­te de esa estra­te­gia de poten­ciar la ima­gen del gabi­ne­te, y del gobierno en gene­ral, des­de el rela­to de la pola­ri­za­ción con “los otros”, cae tam­bién en saco roto. Si tu seña de iden­ti­dad es “noso­tros no clau­di­ca­re­mos y por eso nos gol­pean” aho­ra no tie­nes mucho que ofre­cer pues, inclu­so cuan­do un hom­bre de la talla de Béjar cui­da al Gobierno en su sali­da, por más flo­ri­tu­ras y bue­na volun­tad que le pon­ga, es ya leí­da en el ojo publi­co y polí­ti­co como derro­ta. No ha sido una cesión, sino una demos­tra­ción de debi­li­dad. No ha sido un paso atrás para cabal­gar hacia ade­lan­te, sino un aco­rra­la­mien­to de las mis­mas fuer­zas polí­ti­cas a las que debías decir­les que los erro­res se sub­sa­nan pero que el gobierno tie­ne polí­ti­cas cla­ras ‑inclui­da la de exte­rior- y que a las ope­ra­cio­nes no se res­pon­de renun­cian­do, sino nego­cian­do sin per­der el man­go de la sar­tén. Hoy, la sar­tén no la encontramos.

La intui­ción

A los fata­lis­tas del “ya hemos per­di­do” hay que decir­les que nin­gu­na bata­lla se gana com­ple­ta. No lo digo yo, lo dice la his­to­ria. Este es un revés que pudo evi­tar­se pero es un revés que aún con sus difi­cul­ta­des pue­de abrir puer­tas a nue­vas resoluciones.Este es el momen­to de Pedro Cas­ti­llo antes que de Gui­do Belli­do. El Pre­si­den­te del Con­se­jo de Minis­tros pue­de tener mucho de cues­tio­na­ble pero lo prin­ci­pal es que no ha sido capaz de leer el momen­to polí­ti­co que tenía entre manos cuan­do deci­dió sumar­se a un car­ga­mon­tón don­de el siguien­te es él. Se equi­vo­ca el que cree que pue­de con­fiar en quie­nes se meten con sus pares cuan­do han demos­tra­do que quie­ren tan­to su cabe­za como la de cual­quie­ra. El obje­ti­vo es debi­li­tar al gobierno y para eso vale tan­to Béjar, como Belli­do, como Franc­ke, como Zeva­llos o quien sea. La opo­si­ción lo tie­ne cla­ro. El ofi­cia­lis­mo debe­ría tener­lo tam­bién. Es el momen­to de que sea el mis­mo Pedro Cas­ti­llo, que ha hecho una lar­ga cura de silen­cio, el que recu­pe­re el terreno per­di­do pues tie­ne el peso de la Pre­si­den­cia para ello. Apa­ri­cio­nes públi­cas y diá­lo­gos pri­va­dos con acto­res estra­té­gi­cos en el Con­gre­so, en movi­mien­tos socia­les y, sobre todo, en el terreno de aque­lla polí­ti­ca a la que se le pres­ta poca aten­ción: la calle. Un Cas­ti­llo con Belli­do en Chum­bi­vil­cas, por ejem­plo, sería un giro de timón audaz pero a la vez una decla­ra­ción de inten­cio­nes. Un “aquí no se rin­de nadie” que ven­ga acom­pa­ña­do de resul­ta­dos con­cre­tos en un momen­to don­de el inne­ce­sa­rio paso atrás del gabi­ne­te de minis­tros lo ame­ri­ta. Decía al ini­cio que, en el aje­drez, la ame­na­za de ata­que es más impor­tan­te que el ata­que en sí. Y, lamen­ta­ble­men­te, se ha per­mi­ti­do a las dere­chas ‑que no están solo en el Con­gre­so, sino en los medios de comu­ni­ca­ción y en espa­cios como el de la Mari­na- hagan de su ame­na­za un poder con­cre­to. Si no se reac­cio­na pron­to, maña­na no habrá ame­na­zas, solo ata­ques. Toca a Cas­ti­llo neu­tra­li­zar este revés y a Belli­do refle­xio­nar sobre su falli­do movi­mien­to pues, de lo con­tra­rio, sona­rá en el Con­gre­so esa cono­ci­da fra­se: “calien­ta, que sales”.

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