Femi­nis­mos. Algu­nas evi­den­cias de des­igual­dad con pobre­za femenina

Por Car­men R Pon­ce Melén­dez, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 5 de agos­to de 2021.

En 2020 la dife­ren­cia o des­igual­dad entre el ingre­so de las muje­res y el mas­cu­lino fue de 52.2 por cien­to, el ingre­so de los hom­bres es de 22 mil 618 pesos mien­tras que en las muje­res sólo alcan­za 14 mil 860.

En rela­ción a 2018 hay una dis­mi­nu­ción del ingre­so mas­cu­lino del orden del 4.5 por cien­to, según resul­ta­dos de la Encues­ta de Ingre­so y Gas­to de los Hoga­res (Enigh) 2020, del Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Esta­dís­ti­ca y Geo­gra­fía (Inegi).

La mater­ni­dad sigue sien­do un fac­tor que cau­sa reduc­ción en los ingre­sos de las muje­res. El mayor ingre­so pro­me­dio tri­mes­tral mone­ta­rio de ellas ‑tan­to en 2020 como en la Enigh 2018‑, fue entre las que tie­nen un hijo. En tan­to que el menor ingre­so se pre­sen­tó en las que tie­nen cua­tro hijos o más.

No que­da duda algu­na de la explo­ta­ción y des­igual­dad en que viven la mayo­ría de las mexi­ca­nas y expli­ca en bue­na medi­da la terri­ble afec­ta­ción que impli­có (e impli­ca) una cri­sis como la actual.

Han sido insu­fi­cien­tes los pro­gra­mas socia­les que sólo cubren a un 30 por cien­to de los hoga­res; es evi­den­te la ausen­cia de apo­yos al des­em­pleo con gra­ves efec­tos para la pobre­za y des­igual­dad, el tra­ba­jo es la prin­ci­pal fuen­te de ingre­sos y las polí­ti­cas eco­nó­mi­ca y social actua­les no lo cubren adecuadamente.

El infor­me bia­nual sobre pobre­za que for­mu­la el Con­se­jo Nacio­nal para la Eva­lua­ción de la Polí­ti­ca Social (Cone­val) se basa en esta Encues­ta y por supues­to ésta cuen­ta con infor­ma­ción des­agre­ga­da por sexo, ergo el infor­me sobre pobre­za tam­bién debe apor­tar esa infor­ma­ción des­agre­ga­da por sexo. Como ya se men­cio­nó, la prin­ci­pal fuen­te de ingre­so en los hoga­res es por tra­ba­jo con 32 mil 106 pesos, pro­me­dio que pre­sen­ta una dis­mi­nu­ción de 10.7 por cien­to, res­pec­to a 2018. Lo esen­cial para mejo­rar el ingre­so y ele­var el nivel de vida de la pobla­ción sigue sien­do y serán las con­di­cio­nes de tra­ba­jo: empleo, dere­chos labo­ra­les y salarios.

En la grá­fi­ca se pre­sen­tan los dife­ren­tes tipos de ingre­so por sexo, con­for­me a Enigh 2020; des­ta­ca que con excep­ción de las trans­fe­ren­cias en todos los otros rubros, el ingre­so mas­cu­lino es supe­rior al femenino.

El prin­ci­pal ingre­so sigue sien­do las remu­ne­ra­cio­nes por tra­ba­jo subor­di­na­do ‑con 49.6 para muje­res y 55.6 por cien­to hombres‑, ahí en trans­fe­ren­cias están las reme­sas y como es sabi­do éstas lle­gan bási­ca­men­te a jefas de fami­lia, su par­ti­ci­pa­ción es de 24.5 y 15.1 por cien­to, res­pec­ti­va­men­te son las segun­das en orden de impor­tan­cia, des­pués de remuneraciones.

En alqui­ler de vivien­da tam­bién se mues­tra una excep­ción, las muje­res supe­ran al ingre­so mas­cu­lino (véa­se grá­fi­ca). El pro­me­dio del ingre­so corrien­te tri­mes­tral por hogar impli­ca una dis­mi­nu­ción de 5.8 por cien­to res­pec­to al de 2018. La com­pa­ra­ción es con ese año por­que esa es la fecha de levan­ta­mien­to de la Enigh, es bianual.

En el ámbi­to regio­nal no hay sor­pre­sas ni cam­bios. El ingre­so pro­me­dio tri­mes­tral más alto corres­pon­dió a Nue­vo León, Baja Cali­for­nia y Ciu­dad de Méxi­co; el más bajo se ubi­ca nue­va­men­te en tres enti­da­des: Chia­pas, Gue­rre­ro y Veracruz.

Con­cen­tra­ción del ingre­so y sus efectos

En el pri­mer nivel de los hoga­res hay un ingre­so pro­me­dio al tri­mes­tre de 9 mil 938 pesos, es decir 110 pesos dia­rios por hogar. En cam­bio, el decil o nivel más alto (10) tie­ne un ingre­so pro­me­dio tri­mes­tral de 1 mil 814 pesos dia­rios por hogar.

La dife­ren­cia es enor­me son 1 mil 704 pesos dia­rios lo que sepa­ra a esos dos extre­mos de la pirá­mi­de de ingre­sos en los hoga­res del país, que se tra­du­ce en una impo­si­bi­li­dad real de una vida dig­na para todas las per­so­nas que se ubi­can en los cin­co pri­me­ros nive­les de ingreso.

Por nivel de esco­la­ri­dad el ingre­so pro­me­dio tri­mes­tral mone­ta­rio más alto corres­pon­de a pos­gra­do com­ple­to o incom­ple­to, con 69 mil 332 pesos en 2020; para 2018 la cifra era de 94 mil 040 pesos, tam­bién este ingre­so dis­mi­nu­yó en 35.6 por ciento.

Ana­li­zar los ingre­sos y su com­por­ta­mien­to es más des­alen­ta­dor si se intro­du­ce la varia­ble GASTO. Los gas­tos sí aumen­ta­ron en ren­glo­nes impor­tan­tes como salud, con un alto por­cen­ta­je 40.5 y no por las mejo­res razo­nes: un sis­te­ma de salud públi­ca en cri­sis, reba­sa­do por la pan­de­mia y la polí­ti­ca de austeridad.

Tener menos ingre­sos pro­vo­có un ajus­te del gas­to en los hoga­res. En rela­ción a 2018 se sacri­fi­có gas­to en edu­ca­ción y espar­ci­mien­to con un altí­si­mo por­cen­ta­je del 44.8; para ves­ti­do y cal­za­do casi igual (42.0 por ciento). 

Exis­te amplia des­igual­dad de géne­ro, de regio­nes y la glo­bal o con­cen­tra­ción del ingre­so y sin opcio­nes de capi­la­ri­dad social, es lo que se pue­de con­cluir al revi­sar los datos que arro­ja la Encues­ta de refe­ren­cia, así será el infor­me sobre pobre­za de Cone­val, ya se pue­den anti­ci­par resultados.

Cre­ci­mien­to de pobre­za, reduc­ción de ingre­sos en la pobla­ción urba­na y mayor con­cen­tra­ción de ingre­so, todos con­tra­rios a democracia.

¿Esta situa­ción toda­vía pue­de cam­biar en este perío­do guber­na­men­tal? Por supues­to que pue­de mejo­rar­se en for­ma impor­tan­te, siem­pre y cuan­do se modi­fi­quen aspec­tos cen­tra­les de la polí­ti­ca eco­nó­mi­ca y tam­bién social, es evi­den­te que los pro­gra­mas socia­les no están pro­du­cien­do los resul­ta­dos pre­vis­tos. De seguir así se pasa­ría a ser un sexe­nio per­di­do en tér­mi­nos eco­nó­mi­cos y no es cosa menor.

Tal como men­cio­na la inves­ti­ga­do­ra del Ins­ti­tu­to de Inves­ti­ga­cio­nes Socia­les de la Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co, Fio­re­lla Man­ci­ni: “aun­que la Enigh 2020 ofre­ce núme­ros preo­cu­pan­tes –como la caí­da en los recur­sos de 90 por cien­to de las fami­lias mexi­ca­nas – , en reali­dad no son datos inesperados”.

“Ya había indi­cios cla­ros de que la pan­de­mia de Covid-19 ha afec­ta­do seria­men­te los ingre­sos de la pobla­ción de las gran­des ciu­da­des y ha fre­na­do el rein­gre­so al mer­ca­do labo­ral de las muje­res, en particular”.

“Un dato cen­tral es que la pobla­ción bene­fi­cia­ria de las ins­ti­tu­cio­nes públi­cas de salud se redu­jo en casi 15 millo­nes de per­so­nas, y no sólo por quie­nes tenían un empleo for­mal y lo per­die­ron, sino sobre todo por los que se que­da­ron sin el esque­ma del Segu­ro Popu­lar y no se afi­lia­ron al Ins­ti­tu­to de Salud para el Bien­es­tar o igno­ran que cuen­tan con ese beneficio”.

Fina­li­zan­do, el pano­ra­ma que docu­men­ta esta Enigh ‑tan espe­ra­da- debe ser­vir para sus­ten­tar cam­bios y corre­gir don­de haya que hacer­lo, en bene­fi­cio de muje­res y del país en su con­jun­to, y sin detri­men­to de un pro­yec­to polí­ti­co nacio­nal, que hace rato per­dió pies en la eco­no­mía de, y para sus mujeres.

CIMAC­Fo­to: Eric­ka Cervantes

Fuen­te: cimac​no​ti​cias​.com​.mx

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