Cuba. Cómo el gobierno de Esta­dos Uni­dos está usan­do Inter­net para silen­ciar a los cubanos

Por: Julian­ne Tve­ten, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 11 de agos­to de 2021

Des­pués de las dudo­sas pro­tes­tas anti­gu­ber­na­men­ta­les del mes pasa­do en Cuba, los legis­la­do­res esta­dou­ni­den­ses aho­ra insis­ten en que la isla nece­si­ta urgen­te­men­te el ser­vi­cio de Inter­net, y que solo Esta­dos Uni­dos pue­de proporcionarlo.

Si Cuba fue­ra real­men­te un esta­do cen­su­ra­dor y atra­sa­do que nece­si­ta ser res­ca­ta­do de la indus­tria tec­no­ló­gi­ca esta­dou­ni­den­se, no ten­dría un apo­yo per­sis­ten­te y abru­ma­dor de su pobla­ción en temas como la aten­ción médi­ca y la educación.

El sena­dor de Flo­ri­da Mar­co Rubio y el gober­na­dor Ron DeS­an­tis ins­ta­ron al pre­si­den­te Joe Biden en julio a pro­por­cio­nar acce­so a Inter­net «libre y abier­to» para los cuba­nos que uti­li­zan tec­no­lo­gía dise­ña­da por empre­sas tec­no­ló­gi­cas esta­dou­ni­den­ses como Goo­gle. Rubio, en su car­ta, citó el «domi­nio abso­lu­to de Inter­net» del gobierno cubano des­pués de los infor­mes de un cie­rre tem­po­ral del acce­so a la web duran­te las pro­tes­tas. Más ade­lan­te en el mes, la Admi­nis­tra­ción de Biden anun­ció que esta­ba con­si­de­ran­do un plan para expor­tar el ser­vi­cio de Inter­net al país.

Sin embar­go, como ha obser­va­do Reese Erlich , el difun­to perio­dis­ta y ex colum­nis­ta de The Pro­gres­si­ve , el ser­vi­cio de Inter­net ha sido amplia­men­te acce­si­ble en Cuba des­de 2018, gra­cias a los avan­ces tec­no­ló­gi­cos rea­li­za­dos por el gobierno cubano a pesar de un embar­go esta­dou­ni­den­se de déca­das. (De hecho, des­cu­brió Erlich, Esta­dos Uni­dos nie­ga a sus ciu­da­da­nos el acce­so a más sitios web que Cuba).

¿Por qué, enton­ces, se moles­ta­ría la Admi­nis­tra­ción Biden?

La his­to­ria recien­te ofre­ce algu­nas pis­tas. Duran­te déca­das, el gobierno de Esta­dos Uni­dos ha crea­do y difun­di­do pro­pa­gan­da con­tra­rre­vo­lu­cio­na­ria a tra­vés de la tele­vi­sión y la radio desa­fian­do la sobe­ra­nía cuba­na y el dere­cho inter­na­cio­nal. Y en al menos los últi­mos doce años, Washing­ton ha orques­ta­do una serie de cam­pa­ñas clan­des­ti­nas para arre­ba­tar­le el con­trol de Inter­net en Cuba al gobierno del país, con el obje­ti­vo de fomen­tar el sen­ti­mien­to anticomunista.

En 2009, por ejem­plo, la Agen­cia de los Esta­dos Uni­dos para el Desa­rro­llo Inter­na­cio­nal (USAID), vin­cu­la­da al Depar­ta­men­to de Esta­do, reclu­tó al sub­con­tra­tis­ta Alan Gross para ins­ta­lar equi­pos de Inter­net de «gra­do mili­tar» que no se pudie­ron detec­tar en La Haba­na, una vio­la­ción de la ley cuba­na. Al año siguien­te, USAID desa­rro­lló la pla­ta­for­ma de redes socia­les Zun­Zu­neo, al esti­lo de Twit­ter, en un esfuer­zo por “cons­truir una audien­cia cuba­na… lue­go empu­jar­los hacia la disensión «.

Para 2013, la Ofi­ci­na de Radio­di­fu­sión de Cuba, una edi­to­rial de la Agen­cia de los Esta­dos Uni­dos para Medios Glo­ba­les (USAGM) finan­cia­da por el Con­gre­so, había imple­men­ta­do un ser­vi­cio de tele­fo­nía celu­lar lla­ma­do Pira­mi­deo . El ser­vi­cio dis­tri­bu­yó men­sa­jes de tex­to con noti­cias sobre mani­fes­ta­cio­nes anti­gu­ber­na­men­ta­les que, según el exdi­plo­má­ti­co cubano Nés­tor Gar­cía, «nun­ca sucedieron».

Más recien­te­men­te, USAGM ha finan­cia­do la red pri­va­da vir­tual Psiphon , que la agen­cia des­cri­be como una «tec­no­lo­gía anti-censura».

Como ha infor­ma­do The Guar­dian , los cuba­nos que uti­li­zan una red pri­va­da vir­tual a tra­vés de Psiphon son diri­gi­dos a una pági­na web de ADN Cuba , una orga­ni­za­ción de noti­cias anti­cas­tris­ta tam­bién finan­cia­da por USAID.

En julio, dijo el perió­di­co, miles de cuen­tas de Twit­ter anti­gu­ber­na­men­ta­les «se crea­ron en los días pre­vios a las pro­tes­tas». Muchas de estas cuen­tas «uti­li­za­ban un sis­te­ma auto­ma­ti­za­do para retui­tear el hash­tag cin­co veces por segun­do» y esta­ban «vin­cu­la­das a Atlas Net­work, un con­sor­cio de libre mer­ca­do de más de 500 orga­ni­za­cio­nes que han reci­bi­do finan­cia­ción de Exxon­Mo­bil y los her­ma­nos Koch».

Los medios de comu­ni­ca­ción esta­dou­ni­den­ses, en lugar de enfren­tar­se a esta reali­dad, han anun­cia­do la pers­pec­ti­va de una Inter­net cuba­na alo­ja­da en Esta­dos Uni­dos. Según Bloom­berg , Biden tie­ne la opor­tu­ni­dad de lle­var la » demo­cra­cia » a Cuba a tra­vés de un ser­vi­cio de Inter­net dise­ña­do por Esta­dos Uni­dos. La revis­ta Reason tra­tó de pre­sen­tar » El caso de la trans­mi­sión de Inter­net a Cuba «, argu­men­tan­do que «hay poco que per­der y mucho que se podría ganar, no solo en Cuba, sino en otras luchas con­tra regí­me­nes tiránicos».

Mien­tras tan­to, un artícu­lo de opi­nión del Washing­ton Post refle­xio­nó que «trans­mi­tir Inter­net a Cuba es la for­ma actua­li­za­da de los pro­gra­mas de la era de la Gue­rra Fría, y algo que Esta­dos Uni­dos, dada su pro­xi­mi­dad y su gran pobla­ción de exi­lia­dos cuba­nos, debe­ría sen­tir­se obli­ga­do a hacer».

Coin­ci­dien­do con estas ele­va­das afir­ma­cio­nes está la narra­ti­va ofi­cial de Esta­dos Uni­dos de que Cuba «cerró», «tomó medi­das enér­gi­cas» o «blo­queó» su ser­vi­cio de Inter­net duran­te las pro­tes­tas, una decla­ra­ción que se hizo eco de innu­me­ra­bles medios de comu­ni­ca­ción, inclui­dos Asso­cia­ted Press , NBC News y NPR . Rubio, DeS­an­tis y otros legis­la­do­res des­cri­ben esto como una tác­ti­ca de cen­su­ra tota­li­ta­ria, con­tra­ria a los valo­res «demo­crá­ti­cos» de los Esta­dos Uni­dos, y la uti­li­zan para refor­zar los argu­men­tos a favor de la intervención.

Estas decla­ra­cio­nes pare­cen ser hiper­bó­li­cas. En una entre­vis­ta con MSNBC, el fun­cio­na­rio cubano Car­los Fer­nán­dez de Cos­sio afir­mó que el gobierno no inte­rrum­pió el ser­vi­cio de Inter­net en su tota­li­dad; más bien, enfa­ti­zó que las inte­rrup­cio­nes eran espo­rá­di­cas y limi­ta­das a ser­vi­cios específicos.

El sitio de noti­cias de tec­no­lo­gía Res­to del Mun­do , que entre­vis­tó a cuba­nos y ana­lis­tas de datos sobre el tema, infor­mó que los datos en el ser­vi­cio de Inter­net duran­te las mani­fes­ta­cio­nes fue­ron «difí­ci­les de ana­li­zar» y no pudo encon­trar evi­den­cia de que las inte­rrup­cio­nes fue­ran inten­cio­na­les, en lugar de sim­ple­men­te el resul­ta­do de fallas del equi­po. Ade­más, la orga­ni­za­ción Net­blocks, una fuen­te que apa­re­ce común­men­te en las noti­cias occi­den­ta­les sobre cie­rres de Inter­net en el extran­je­ro, ha sido obje­to de escru­ti­nio por su cues­tio­na­ble metodología.

Lo que debi­li­ta aún más el caso de Esta­dos Uni­dos es el hecho de que los pro­yec­tos de medios diri­gi­dos por Esta­dos Uni­dos en Cuba rara vez, o nun­ca, han teni­do éxi­to. Según los infor­mes, Zun­Zu­neo fue cerra­do en 2012, y el gobierno de Esta­dos Uni­dos admi­te que la audien­cia de Radio Mar­tí, su trans­mi­sión cuba­na de trein­ta y seis años, es » pequeña «.

En rela­ción con esto, el sitio de noti­cias Quartz seña­la que, debi­do a una serie de «obs­tácu­los» téc­ni­cos y lega­les, los pla­nes de Rubio y DeS­an­tis son efec­ti­va­men­te impo­si­bles. La razón admi­te que “el gobierno cubano podría inter­fe­rir con las seña­les.… Es posi­ble que los telé­fo­nos celu­la­res de muchos cuba­nos no se pue­dan conec­tar debi­do a dife­ren­cias en los pro­to­co­los de red «.

Pero hay poca uti­li­dad moral en pre­gun­tar cómo, en lugar de por qué, Esta­dos Uni­dos debe­ría inten­tar una toma de con­trol de Inter­net por par­te de Cuba. Las crí­ti­cas téc­ni­cas no son sufi­cien­tes cuan­do el tema en cues­tión —si Esta­dos Uni­dos tie­ne algún nego­cio que con­tro­le el flu­jo de infor­ma­ción de otro país, y mucho menos uno que ha sido cas­ti­ga­do con un blo­queo vio­len­to e innu­me­ra­bles inten­tos de des­es­ta­bi­li­za­ción des­de la déca­da de 1960— es de tal índo­le. Altas estacas.

Si Cuba fue­ra real­men­te un esta­do cen­su­ra­dor y atra­sa­do que nece­si­ta ser res­ca­ta­do de la indus­tria tec­no­ló­gi­ca de los EE. UU., no ten­dría un apo­yo per­sis­ten­te y abru­ma­dor de su pobla­ción en temas como la aten­ción médi­ca y la edu­ca­ción, ni, a par­tir de 2015, una cali­fi­ca­ción de des­apro­ba­ción del 96 por cien­to del embar­go estadounidense.

Qui­zás la narra­ti­va debe­ría refor­mu­lar­se: no es Cuba la que bus­ca silen­ciar y opri­mir al pue­blo cubano, sino Esta­dos Unidos.

(Toma­do de The Pro­gres­si­ve Maga­zi­ne /​Tra­duc­ción de Cubadebate)

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