Colom­bia. Uri­be según Uribe

Por María Fer­nan­da Barre­to, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 27 de agos­to de 2021.

El pasa­do 16 de agos­to, el ex pre­si­den­te colom­biano Álva­ro Uri­be Vélez sos­tu­vo una reu­nión públi­ca con repre­sen­tan­tes de la Comi­sión de la Ver­dad, enti­dad del Esta­do crea­da en 2017 en el mar­co de los acuer­dos fir­ma­dos en La Haba­na entre el Esta­do colom­biano y las Fuer­zas Arma­das Revo­lu­cio­na­rias de Colom­bia (FARC-EP).

En la casa de Uri­be, se hicie­ron pre­sen­tes el pre­si­den­te de la Comi­sión de la Ver­dad, padre Fran­cis­co de Roux, y los comi­sio­na­dos Lucía Gon­zá­lez y Ley­ner Palacios.

Por rigu­ro­si­dad, escu­cha­mos com­ple­tas las cua­tro horas de gra­ba­ción de este encuen­tro para con­cluir que nada de ver­dad apor­tó dicho diá­lo­go a la his­to­ria. Por el con­tra­rio, Uri­be hizo gala de su gran capa­ci­dad para men­tir, lucien­do su habi­tual tono auto­ri­ta­rio y machis­ta, con el que no tar­dó en inti­mi­dar a quie­nes repre­sen­ta­ban la Comisión.

Aun­que algu­nos medios tra­ta­ron de reves­tir de for­ma­li­dad dicha reu­nión, Uri­be dijo en más de tres oca­sio­nes que no reco­no­cía a la Comi­sión de la Ver­dad por ser pro­duc­to de los acuer­dos de la Haba­na y que úni­ca­men­te había acep­ta­do dicho encuen­tro por reco­no­ci­mien­to per­so­nal al padre de Roux.

El ex pre­si­den­te colom­biano dio un lar­go dis­cur­so polí­ti­co en el que negó cual­quier res­pon­sa­bi­li­dad de las eje­cu­cio­nes extra­ju­di­cia­les cono­ci­das como «fal­sos posi­ti­vos», la crea­ción de las coope­ra­ti­vas de segu­ri­dad Con­vi­vir que die­ron ori­gen a la últi­ma gene­ra­ción de gru­pos para­mi­li­ta­res del siglo XX o las masa­cres y, por el con­tra­rio, se pre­sen­tó cons­tan­te­men­te como un héroe y a la vez como una víctima.

1. «LA CULPA NUNCA ES DE QUIEN EXIGE RESULTADOS CON TRANSPARENCIA, SINO DEL INCAPAZ CRIMINAL QUE PARA FINGIR RESULTADOS PRODUCE CRÍMENES»

Comen­zó su aren­ga vana­glo­rián­do­se al afir­mar: «No hay un poli­cía un sol­da­do de Colom­bia que pue­da decir que yo le di un mal ejem­plo de pala­bra o de obra». Y en un lar­go ale­ga­to que da al tras­te con su for­ma­ción uni­ver­si­ta­ria en dere­cho, afir­mó que la cul­pa no es de quién da las órde­nes sino de quien las ejecuta.

Negó haber entre­ga­do algún tipo de incen­ti­vos eco­nó­mi­cos a miem­bros de las Fuer­zas Arma­das y tras cul­par a los eje­cu­to­res, en su mayo­ría sol­da­dos, afir­mó: «Yo lla­ma­ba al gene­ral Naran­jo no para decir­le que ase­si­na­ra sino que capturara».

No con­ten­to con elu­dir su res­pon­sa­bi­li­dad con res­pec­to a las más de seis mil eje­cu­cio­nes extra­ju­di­cia­les que rea­li­za­ron las Fuer­zas Mili­ta­res de Colom­bia para fin­gir bajas gue­rri­lle­ras en com­ba­te, sola­men­te entre el año 2002 y 2008 (mien­tras la Fis­ca­lía reco­no­ce 2 mil 248 casos, la Juris­dic­ción Espe­cial para la Paz con­ta­bi­li­za has­ta el momen­to 6 mil 402 fal­sos posi­ti­vos, y algu­nas víc­ti­mas y orga­ni­za­cio­nes popu­la­res seña­lan que serían más de 10 mil), Uri­be plan­tea la teo­ría de que en reali­dad esas bajas las fin­gie­ron los mili­ta­res para pro­te­ger a los nar­co­tra­fi­can­tes y simu­lar que sí los com­ba­tían. Lo que pare­ce olvi­dar es que estos jóve­nes que ase­si­na­ban y lue­go uni­for­ma­ban nun­ca se repor­ta­ron como para­mi­li­ta­res, ni escol­tas de nar­co­tra­fi­can­tes o nar­co­tra­fi­can­tes, sino siem­pre como guerrilleros.

Lo más intere­san­te de este argu­men­to es que quien se dice acé­rri­mo defen­sor de la Fuer­za Públi­ca colom­bia­na, acu­sa a sus Fuer­zas Mili­ta­res de inca­pa­ces, cri­mi­na­les y final­men­te de estar alia­das al nar­co­trá­fi­co, para des­ha­cer­se de cual­quier res­pon­sa­bi­li­dad de lo suce­di­do duran­te su pre­si­den­cia, a pesar de que su per­so­na­li­dad auto­crá­ti­ca se ha hecho sen­tir en todas las ins­ti­tu­cio­nes del Esta­do duran­te las últi­mas casi dos décadas.

Este mis­mo mes, la pro­pia Fis­ca­lía anun­ció la impu­tación del gene­ral Mario Mon­to­ya, quien fue­ra jefe del Ejér­ci­to nom­bra­do por Uri­be Vélez por su res­pon­sa­bi­li­dad en estos casos.

2. «EL GOBIERNO MÍO HIZO MUCHA FUMIGACIÓN A NARCO CULTIVOS Y YO NUNCA RECIBÍ QUEJAS. ESA FUMIGACIÓN SE HIZO CON MUCHO CUIDADO PARA NO AFECTAR COMUNIDADES, CULTIVOS LEGALES NI EL MEDIO AMBIENTE»

Las fumi­ga­cio­nes con gli­fo­sa­to y otros quí­mi­cos han sido siem­pre denun­cia­das por las comu­ni­da­des indí­ge­nas, negras, cam­pe­si­nas y por orga­ni­za­cio­nes eco­lo­gis­tas y de Dere­chos Huma­nos en Colombia.

El aumen­to del uso del gli­fo­sa­to duran­te el gobierno de Uri­be levan­tó múl­ti­ples pro­tes­tas y le cos­tó deman­das lega­les al Esta­do de las comu­ni­da­des indí­ge­nas en defen­sa del eco­sis­te­ma y de sus cul­ti­vos líci­tos, los cua­les fue­ron afec­ta­dos del mis­mo modo que los ilí­ci­tos, con gra­ves con­se­cuen­cias en la pro­duc­ción de ali­men­tos de los terri­to­rios e inclu­so fue deman­da­do por per­so­nas que sem­bra­ban café orgá­ni­co cuyos cul­ti­vos se daña­ron por estas fumigaciones.

Si aca­so el ex pre­si­den­te nun­ca escu­chó esas «que­jas», es impo­si­ble que no haya reci­bi­do las de la Repú­bli­ca del Ecua­dor, que en el año 2008, duran­te su segun­do man­da­to, deman­dó a Colom­bia ante el tri­bu­nal de La Haya por las fumi­ga­cio­nes aéreas con gli­fo­sa­to cer­ca de sus fron­te­ras y las afec­ta­cio­nes que estas gene­ra­ron a la salud de sus ciu­da­da­nos y ciudadanas.

3. «A MÍ ME DOLIÓ MUCHO LA CONDENA A UNOS INTEGRANTES DE LA FUERZA AÉREA POR UN BOMBARDEO EN SANTO DOMINGO, ARAUCA, ANTERIOR A MI GOBIERNO, CREO QUE SE LES CONDENÓ INJUSTAMENTE»

Gene­ro­sa­men­te, Uri­be no se limi­tó a defen­der todas las vio­la­cio­nes de DDHH duran­te sus gobier­nos sino que defen­dió las eje­cu­ta­das por sus antecesores.

Se refe­ría aquí el ex pre­si­den­te a la terri­ble masa­cre come­ti­da el 12 de diciem­bre de 1998 por miem­bros de la Fuer­za Aérea colom­bia­na y con­tra­tis­tas mili­ta­res pri­va­dos esta­dou­ni­den­ses con­tra la pobla­ción de San­to Domin­go, ubi­ca­da en Arau­ca, depar­ta­men­to fron­te­ri­zo con Venezuela.

Ese día «varios avio­nes sobre­vo­la­ron los alre­de­do­res de San­to Domin­go duran­te la maña­na y la tri­pu­la­ción de un heli­cóp­te­ro de la Fuer­za Aérea colom­bia­na lan­zó un dis­po­si­ti­vo clus­ter de tipo AN-M1A2, com­pues­to por seis gra­na­das o bom­bas de frag­men­ta­ción AN-M41A sobre la calle prin­ci­pal de San­to Domin­go, pro­vo­can­do la muer­te de die­ci­sie­te per­so­nas ‑de las cua­les seis eran niños- e hirien­do a otras vein­ti­sie­te, entre ellas, diez niños. Como con­se­cuen­cia de los hechos, ese mis­mo día la pobla­ción de San­to Domin­go tuvo que aban­do­nar sus vivien­das y tras­la­dar­se al pobla­do de Beto­yes, en el muni­ci­pio de Tame, y a las ciu­da­des de Tame y Sara­ve­na, situa­ción que se inten­si­fi­có cuan­do cier­tos gru­pos de per­so­nas salían de San­to Domin­go. Con pos­te­rio­ri­dad al lan­za­mien­to del dis­po­si­ti­vo clus­ter, la Fuer­za Área colom­bia­na hizo dis­pa­ros con ame­tra­lla­do­ra des­de las aero­na­ves con­tra per­so­nas que se des­pla­za­ban en la carre­te­ra en direc­ción opues­ta al case­río, ya fue­ra cami­nan­do o en un vehículo».

Por estos hechos fue­ron con­de­na­dos tres tri­pu­lan­tes de la aero­na­ve que lan­zó el dis­po­si­ti­vo sobre el case­río de San­to Domin­go. Dicho fallo fue con­fir­ma­do por el Tri­bu­nal Supe­rior de Bogo­tá en junio de 2011 res­pec­to de dos de los tri­pu­lan­tes. La juris­dic­ción con­ten­cio­so-admi­nis­tra­ti­va tam­bién esta­ble­ció la res­pon­sa­bi­li­dad del Esta­do colom­biano por los hechos de San­to Domingo.

En diciem­bre de 2012 la Cor­te Inter­ame­ri­ca­na de Dere­chos Huma­nos tam­bién sen­ten­ció al Esta­do colom­biano por este caso, pero al pare­cer para Uri­be Vélez la muer­te de seis niños no tie­ne mayor impor­tan­cia; no era para tanto.

4. «HAY QUIENES DICEN, SÍ, URIBE NO DEJÓ QUE NOS ASESINARAN PERO NOS INTERVINO EL TELÉFONO, ¡IMAGÍNESE USTED!»

Con gran jac­tan­cia Uri­be dijo que para cuan­do lle­gó a la pre­si­den­cia había un gran pro­ble­ma de ase­si­na­to de sin­di­ca­lis­tas y de perio­dis­tas y su gobierno se dio a la tarea de aca­bar eso. Pero lamen­tó que algu­na gen­te mala­gra­de­ci­da se que­ja­ra de cosas tan sim­ples como espiar sus teléfonos.

Perio­dis­tas, líde­res y lide­re­sas de opo­si­ción, aca­dé­mi­cos y has­ta magis­tra­dos fue­ron espia­dos por el Depar­ta­men­to Admi­nis­tra­ti­vo de Segu­ri­dad (DAS) en con­ni­ven­cia con gru­pos para­mi­li­ta­res, duran­te los gobier­nos de Uri­be. El escán­da­lo que esta­lló en 2009 se le cono­ce como «chu­za­das«, en el que varios fun­cio­na­rios y fun­cio­na­rias de Uri­be reci­bie­ron con­de­nas por estos hechos que fue­ron tan sona­dos que has­ta Wiki­pe­dia lo rese­ña como «El escán­da­lo de las chu­za­das«.

A jui­cio del due­ño del Ubé­rri­mo, ser víc­ti­ma de espio­na­je en lugar de ser víc­ti­ma de ase­si­na­to es una gran mejo­ra que el país debe­ría agradecerle.

Con­ti­nuó lle­nan­do de fala­cias la reu­nión afir­man­do que su mode­lo de segu­ri­dad demo­crá­ti­ca pro­te­gió siem­pre el perio­dis­mo y al sin­di­ca­lis­mo, y aca­bó con la inti­mi­da­ción que se ejer­cía con­tra ambos gremios.

Aun­que el núme­ro de perio­dis­tas ase­si­na­dos y ase­si­na­das entre 2002 y 2010 es un ter­cio menos que el núme­ro de ase­si­na­tos de los ocho años ante­rio­res, la cifra final de 27 hom­bres y 1 mujer no debe enor­gu­lle­cer a nadie.

En cuan­to a los hom­bres y muje­res de los sin­di­ca­tos, las cifras des­cri­ben una espe­cia­li­za­ción del ase­si­na­to y un aumen­to de otras vio­la­cio­nes a sus dere­chos huma­nos. Solo en dos de los ocho años de su gobierno, entre 2008 y 2009, fue­ron ase­si­na­das 96 per­so­nas dedi­ca­das a la acti­vi­dad sin­di­cal. Y aun­que hubo un des­cen­so entre el año 2008 y 2009, en 2008 el 67,3% de las víc­ti­mas eran tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras de base o daban ase­so­rías a los sin­di­ca­tos, mien­tras el res­tan­te 32,7% eran diri­gen­tes; en 2009 el 44,7% de las víc­ti­mas eran dirigentes.

Sin­di­ca­lis­tas de base vs diri­gen­tes ase­si­na­dos 2008 2009.jpg

(Foto: Archi­vo)

Del mis­mo modo entre 2008 y 2009 aumen­ta­ron dra­má­ti­ca­men­te los hos­ti­ga­mien­tos, las deten­cio­nes arbi­tra­rias y las tor­tu­ras a sin­di­ca­lis­tas en Colombia.

Sin­di­ca­lis­tas DDHH 2008 2009 Col.jpg

(Foto: Archi­vo)

5. «NUNCA HABLÉ CON PARAMILITARES»

Des­pués de muchas auto­ala­ban­zas al joven polí­ti­co que era, Uri­be afir­mó que nun­ca ha habla­do con para­mi­li­ta­res, ni se ha reu­ni­do con ellos. «Cono­cí a Man­cu­so en Mon­te­ría y no pasó de dos o tres salu­dos. Conoz­co es a la fami­lia, una fami­lia de muy bue­na reputación».

Si bien la rela­ción entre Álva­ro Uri­be Vélez y los gru­pos nar­co­tra­fi­can­tes y para­mi­li­ta­res es de cono­ci­mien­to públi­co, bas­ta saber que gran par­te de su entorno fami­liar, social y polí­ti­co ha sido dete­ni­do y bue­na par­te ha reci­bi­do con­de­nas por deli­tos afi­nes. Tam­bién se pue­de leer el expe­dien­te del caso de mani­pu­la­ción de tes­ti­gos que aún avan­za en su con­tra, a pesar de los ingen­tes esfuer­zos de la Fis­ca­lía por archi­var la investigación.

El pro­pio Pen­tá­gono esta­dou­ni­den­se des­cla­si­fi­có hace poco docu­men­tos en los que se seña­la que un alto fun­cio­na­rio de esa ins­ti­tu­ción dijo en 2004 al enton­ces secre­ta­rio de Defen­sa Donald Rums­feld, que «casi con toda segu­ri­dad, Uri­be tuvo tra­tos con para­mi­li­ta­res (AUC) cuan­do era gober­na­dor de Antioquia».

A pesar de que su her­mano San­tia­go Uri­be ha sido sin­di­ca­do por la jus­ti­cia de los deli­tos de con­cier­to para delin­quir agra­va­dopor la pre­sun­ta con­for­ma­ción del gru­po para­mi­li­tar ‘Los Doce Após­to­les’ y de homi­ci­dio agra­va­dopor la muer­te del con­duc­tor Cami­lo Barrien­tos en Yaru­mal en 1994, Álva­ro Uri­be insis­tió en decir: «Quien conoz­ca los prin­ci­pios mora­les de mi her­mano San­tia­go y su patri­mo­nio, sabrá la injus­ti­cia que se ha come­ti­do con él».

Afir­mó ade­más, que su gobierno redu­jo a los para­mi­li­ta­res, en alu­sión a su muy cues­tio­na­da «Ley de Jus­ti­cia y Paz» con la que, lejos de des­apa­re­cer, los gru­pos para­mi­li­ta­res legi­ti­ma­ron sus rique­zas, paga­ron penas insul­sas, no repa­ra­ron a las víc­ti­mas y se multiplicaron.

6. «YO HE SIDO VÍCTIMA DEL MATONEO INFAME»

La vic­ti­mi­za­ción es cons­tan­te en el dis­cur­so de Uri­be; en esta con­ver­sa­ción se decla­ró muy doli­do por la estig­ma­ti­za­ción de la que dice ser víctima.

«Uri­be es para­mi­li­tar, hay que matar­lo» es lo que según Uri­be dicen sus detrac­to­res. Qui­zás por ello no tie­ne ver­güen­za en admi­tir que mien­tras los líde­res y lide­re­sas socia­les ase­si­na­dos en Colom­bia, reci­ben ame­na­zas y has­ta aten­ta­dos pre­vios y en raras oca­sio­nes el Esta­do les da algún tipo de segu­ri­dad, él afir­ma con orgu­llo que «Yo nun­ca he teni­do segu­ri­dad pri­va­da, siem­pre de la fuer­za públi­ca des­de 1988», es decir que des­de hace más de 30 años, la inmen­sa segu­ri­dad del ex pre­si­den­te se car­ga al era­rio público.

Acu­sa a la pren­sa de vin­cu­lar­lo con la masa­cre del Aro y al ase­si­na­to de José María Valle, a pesar de que más allá de lo dicho por los medios, otros argu­men­tos con­vin­cen­tes han moti­va­do la aper­tu­ra de inves­ti­ga­cio­nes al res­pec­to. «Cuan­do me hacen este tipo de acu­sa­cio­nes igno­ran el con­tex­to gue­rri­lle­ro y solo veían el para­mi­li­tar (…) Eso sí que me ha dolido».

PARA CONCLUIR

Así avan­za­ron las cua­tro horas don­de Uri­be habló de sí mis­mo cual can­di­da­to en cam­pa­ña, apos­tan­do a la mala memo­ria de la opi­nión públi­ca. Afir­mó nun­ca haber escu­cha­do que­jas sobre su polí­ti­ca de infor­man­tes y res­pe­tar siem­pre las ins­ti­tu­cio­nes: «Jamás en la vida he tra­ta­do de mani­pu­lar a un fis­cal o a un procurador».

Se des­mar­có de las Con­vi­vir, se jac­tó de haber aca­ba­do con el robo de com­bus­ti­ble sin men­cio­nar jamás que esa dis­mi­nu­ción se cubrió con el incre­men­to y legi­ti­ma­ción del con­tra­ban­do de com­bus­ti­ble sub­si­dia­do des­de Vene­zue­la, país del que solo se acor­dó para men­cio­nar a Hugo Chá­vez dicien­do que se vio obli­ga­do a sacar­lo de las nego­cia­cio­nes con las FARC-EP por­que comen­zó a comu­ni­car­se direc­ta­men­te con altos man­dos mili­ta­res colom­bia­nos y, final­men­te, sin nin­gún titu­beo pre­gun­tó retó­ri­ca­men­te: «¿Cuán­do han ase­si­na­do a alguno de mis con­tra­dic­to­res políticos?».

Lar­gas horas en las que no fal­ta­ron sus rega­ños a viva voz al pre­si­den­te de la Comi­sión de la Ver­dad, por lo que no resul­tó sor­pren­den­te pero sí indig­nan­te, lo par­ti­cu­lar­men­te vio­len­to que se tor­nó Uri­be Vélez ante la úni­ca mujer de dicha Comi­sión, Lucía González.

«No Lucía, tú eres muy ses­ga­da… has sido muy ses­ga­da toda la vida», le dijo mien­tras ges­ti­cu­la­ba agre­si­va­men­te. No bas­tán­do­se solo, su hijo Tomás apa­re­ció en esce­na para gri­tar, acu­sar y tra­tar de inti­mi­dar a la Comi­sio­na­da y, por últi­mo, fue refor­za­do por su hermano.

Ver­gon­zo­sa­men­te, ante esta esce­na de vio­len­cia de géne­ro pro­ta­go­ni­za­da por los Uri­be, nin­guno de los otros dos miem­bros de la Comi­sión se ani­ma­ron a tan siquie­ra impe­dir que con­ti­nua­ra la agresión.

Lo dicho en 2018 se man­tie­ne y se rati­fi­ca con lo aquí expues­to: este era el perio­do pre­si­den­cial del uri­bis­mo sin Uri­be y no haber­se hecho a un lado le pue­de cos­tar caro. Uri­be sabe que va de sali­da pero no se resig­na, sus ínfu­las de patrón le impi­den un reti­ro silencioso.

El otro­ra fenó­meno polí­ti­co de la dere­cha lati­no­ame­ri­ca­na se hun­de. Hoy estor­ba a la oli­gar­quía colom­bia­na que nece­si­ta recu­pe­rar el pres­ti­gio polí­ti­co de la Pre­si­den­cia de la Repú­bli­ca que ocu­pa­ron has­ta su lle­ga­da, estor­ba a su pro­pia gen­te por­que el cre­cien­te recha­zo popu­lar a su figu­ra ha aca­ba­do por des­pres­ti­giar al uri­bis­mo ente­ro y estor­ba a los Esta­dos Uni­dos, como antes lo hicie­ron laca­yos renom­bra­dos como Manuel Anto­nio Norie­ga, y eso pue­de defi­nir su des­tino polí­ti­co y per­so­nal a cor­to plazo.

Una sola fra­se que­re­mos res­ca­tar de todo lo que dijo Uri­be Vélez ante de Roux, sus acom­pa­ñan­tes y las cáma­ras; una que lan­zó sin una peque­ña dosis de auto­crí­ti­ca pero que expli­ca muy bien su pro­pia acti­tud ante la his­to­ria: «La impu­ni­dad total es mala con­se­je­ra» (Uri­be Vélez, 2021).

Itu­rria /​Fuen­te

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