Bra­sil. Bou­los: «La izquier­da debe con­cen­trar esfuer­zos este año, para derro­car a Bolsonaro»

Por Muri­lo Pajo­lla. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 4 de agos­to de 2021.

En esta entre­vis­ta con Bra­sil de Fato, el líder del MTST afir­ma que el opti­mis­mo con las elec­cio­nes de 2022 es una «tác­ti­ca impru­den­te y equivocada».

El coor­di­na­dor del Movi­mien­to de Tra­ba­ja­do­res Sin Hogar (MTST) y del Fren­te Gen­te Sin Mie­do, Guilher­me Bou­los (PSOL), defen­dió que la opo­si­ción demo­crá­ti­ca debe con­cen­trar esfuer­zos para derro­car a Jair Bol­so­na­ro este año y cali­fi­có de «inge­nuo» apos­tar por un resul­ta­do favo­ra­ble en las elec­cio­nes de 2022.

“El desa­fío es cons­truir la movi­li­za­ción en las calles. Tam­bién es la cons­truc­ción de una arti­cu­la­ción de los sec­to­res demo­crá­ti­cos para levan­tar una barre­ra con­tra Bol­so­na­ro. El desa­fío es jugar el papel que tene­mos en el pro­ce­so de movi­li­za­ción por el jui­cio polí­ti­co ”, afir­mó en entre­vis­ta exclu­si­va con Bra­sil de Fato .

La estruc­tu­ra­ción de sóli­das alian­zas y can­di­da­tu­ras demo­crá­ti­cas, sin embar­go, no debe que­dar fue­ra, en opi­nión de Bou­los. «Pero tene­mos un segun­do desa­fío, que no es sim­ple­men­te que­dar­nos plan­ta­dos pre­pa­ran­do el 2022, por­que [la dispu­ta elec­to­ral] pue­de no salir como la gen­te se imagina».

Uno de los prin­ci­pa­les nom­bres en la con­vo­ca­to­ria de las mani­fes­ta­cio­nes por el «Afue­ra, Bol­so­na­ro», el líder del Fren­te Povo sem Mie­do está preo­cu­pa­do por el «cli­ma» gol­pis­ta crea­do por el poc­ke­ta­ris­mo y por la cúpu­la de las Fuer­zas Arma­das , que ame­na­zan Rom­per con el orden cons­ti­tu­cio­nal en caso de resul­ta­do des­fa­vo­ra­ble en las urnas.

“Bol­so­na­ro está arman­do una mili­cia polí­ti­ca, que es exac­ta­men­te la mili­cia terri­to­rial a la que estu­vo vin­cu­la­do y siem­pre defen­dió en Río de Janei­ro. Es la pan­di­lla del club de tiro, son los bol­si­llos a los que entre­gó las armas y que pue­den salir y hacer cual­quier cosa ”, señaló.

Otro error en el aná­li­sis, según el pso­lis­ta, es dedu­cir que la popu­la­ri­dad de Bol­so­na­ro segui­rá en decli­ve has­ta las elec­cio­nes . Para el lide­raz­go, la recu­pe­ra­ción eco­nó­mi­ca pos­pan­dé­mi­ca y el avan­ce de la vacu­na­ción pue­den incre­men­tar la tasa de apro­ba­ción del gobierno fede­ral e inclu­so posi­bi­li­tar la reelec­ción de Bolsonaro.

“El mayor error que pue­den come­ter la izquier­da y el cam­po pro­gre­sis­ta en este momen­to es creer en una idea que ha gana­do, es creer que las encues­tas que hoy mues­tran la ven­ta­ja expre­si­va de Lula ya supo­nen una vic­to­ria en 2022”, dijo.

Bra­sil de Fato: Las encues­tas elec­to­ra­les apun­tan al favo­ri­tis­mo del expre­si­den­te Lula en 2022. Y, al menos por el momen­to, el pre­si­den­te Jair Bol­so­na­ro ha vis­to caer su apro­ba­ción. En este esce­na­rio, ¿apos­tar todas sus fichas en las pró­xi­mas elec­cio­nes es la mejor manera?

-Guilher­me Bou­los: El mayor error que pue­den come­ter la izquier­da y el cam­po pro­gre­sis­ta en este momen­to es creer en una idea que ha gana­do, es creer que las encues­tas que hoy mues­tran una ven­ta­ja expre­si­va para Lula asu­men ya una vic­to­ria en 2022.

Y digo esto por dos razo­nes. Pri­me­ro, por­que la situa­ción de Bol­so­na­ro hoy es la peor de su gobierno. Tie­ne que ver con la desas­tro­sa y cri­mi­nal con­duc­ta de la pan­de­mia, con la pési­ma situa­ción eco­nó­mi­ca del pue­blo bra­si­le­ño, lle­gan­do a 15 millo­nes de des­em­plea­dos, con el país vol­vien­do al mapa del ham­bre, con un des­con­ten­to gene­ra­li­za­do en la base de la socie­dad. En otras pala­bras, está rela­cio­na­do con la foto­gra­fía de ese momento.

No pode­mos pen­sar que esta­mos en una situa­ción de nor­ma­li­dad demo­crá­ti­ca. La elec­ción del pró­xi­mo año no se tra­ta solo de ganar, se tra­ta de tomar.

A pesar del gobierno de Bol­so­na­ro, a pesar de toda su nega­ción y boi­cot a la vacu­na, la ten­den­cia es que la pobla­ción bra­si­le­ña esté mayo­ri­ta­ria­men­te vacu­na­da para fines de este año, lo que mar­ca otro esce­na­rio para el pró­xi­mo año. Por no hablar de la cues­tión de la economía.

Hoy exis­te prác­ti­ca­men­te un con­sen­so entre los eco­no­mis­tas de que Bra­sil cre­ce­rá alre­de­dor del 5% de su Pro­duc­to Interno Bru­to (PIB). Es un cre­ci­mien­to que no se cen­tra en el sec­tor ser­vi­cios, ni en la crea­ción inten­si­va de empleo. Está muy vin­cu­la­do a la agro­in­dus­tria, que es un sec­tor expor­ta­dor y gene­ra menos pues­tos de tra­ba­jo. Aun así, tie­ne una sen­sa­ción de mejo­ra, de haber sali­do del fon­do, que es don­de nos encon­tra­mos hoy. Más aún con el pro­ce­so de vacu­na­ción, tie­nes una reanu­da­ción de acti­vi­da­des e inter­ac­ción social.

Con todo esto, es posi­ble que el año que vie­ne ten­ga­mos a Bol­so­na­ro más fuer­te de lo que es hoy. No lo sufi­cien­te para ven­cer a Lula en las urnas, creo. Por­que la tra­ge­dia de su gobierno es dema­sia­do gran­de. No renun­cia­rá a la polí­ti­ca neo­li­be­ral de Pau­lo Gue­des, que podría per­mi­tir una sali­da más con­sis­ten­te de la cri­sis eco­nó­mi­ca, con una amplia crea­ción de empleo. Pero aquí vie­ne el segun­do fac­tor que que­ría traer a nues­tra refle­xión. No pode­mos pen­sar que esta­mos en una situa­ción de nor­ma­li­dad democrática.

La elec­ción del pró­xi­mo año no se tra­ta solo de ganar, se tra­ta de tomar. Car­los Lacer­da, el padre del ude­nis­mo en Bra­sil, dijo una vez sobre Getú­lio Var­gas: “Tene­mos que evi­tar que corra. Si corre, tene­mos que evi­tar que gane. Si gana, tene­mos que evi­tar que se haga car­go. Si asu­me el car­go, tene­mos que evi­tar que gobierne «.

Este ha sido el espí­ri­tu de las éli­tes bra­si­le­ñas duran­te mucho tiem­po. Y la arti­cu­la­ción de Bol­so­na­ro reve­la una apues­ta, dupli­can­do el récord, en todo momen­to, en no acep­tar el resul­ta­do elec­to­ral si es derrotado .

Esta cues­tión de la vota­ción impre­sa es esa. Por cier­to, no creo que Bol­so­na­ro ni siquie­ra quie­ra que se aprue­be el voto impre­so. ¿Alguien pien­sa que a Bol­so­na­ro le preo­cu­pa la trans­pa­ren­cia de la demo­cra­cia en Bra­sil? Lo que quie­re es una narra­ti­va. Esta narra­ti­va comien­za a lle­gar peli­gro­sa­men­te en sec­to­res de las Fuer­zas Armadas.

Vimos el movi­mien­to de [el minis­tro de Defen­sa, gene­ral] Bra­ga Net­to [que habría con­di­cio­na­do la rea­li­za­ción de las pró­xi­mas elec­cio­nes a la apro­ba­ción del voto impre­so en el Legis­la­ti­vo, según un infor­me del Esta­do de S.Paulo ]. Hubo un infor­me que el gene­ral [recién jura­men­ta­do como minis­tro de la Secre­ta­ría Gene­ral de la Pre­si­den­cia de la Repú­bli­ca, Luiz Eduar­do] Ramos habría desem­pe­ña­do el papel de arqui­tec­to de ese Bol­so­na­ro vivo [en el que se encon­tra­ba la con­fia­bi­li­dad de las urnas elec­tró­ni­cas cuestionado].

En otras pala­bras, es un esce­na­rio muy peli­gro­so. Esto debe­ría lle­var­nos a enten­der, en el cam­po de la izquier­da y en opo­si­ción a Bol­so­na­ro, la tác­ti­ca que a veces defien­den los líde­res que dicen: “Mire, no pon­ga­mos el pie aho­ra, no des­gas­te­mos a Bol­so­na­ro. El CPI [de Covid en el Sena­do] es para eso. El año que vie­ne lle­ga ago­ta­do de per­der las elecciones ”.

Esta tác­ti­ca es impru­den­te y equi­vo­ca­da. No tie­ne en cuen­ta la situa­ción en la que nos encon­tra­mos. Al fin y al cabo, es inge­nua por­que cree que esta­mos en una situa­ción de nor­ma­li­dad demo­crá­ti­ca que no esta­mos. Nece­si­ta­mos enfo­car esfuer­zos aho­ra en 2021 para evi­tar que la tra­ge­dia sea mayor y tra­tar de derri­bar a Bol­so­na­ro con todos los ele­men­tos que tene­mos hoy.

-Bol­so­na­ro mues­tra cada vez más seña­les de que pre­ten­de rom­per con el orden cons­ti­tu­cio­nal, aun­que no pare­ce tener la fuer­za para hacer­lo. ¿Cómo enfren­ta el desa­fío que enfren­ta la opo­si­ción de izquier­da, que es jugar el jue­go demo­crá­ti­co con un opo­nen­te en la pre­si­den­cia que no res­pe­ta las reglas demo­crá­ti­cas de ese mis­mo juego?

-Es cier­to que Bol­so­na­ro hoy no tie­ne la fuer­za para lan­zar un gol­pe o hacer una rup­tu­ra ins­ti­tu­cio­nal. Si lo hubie­ra hecho, ya habría hecho esa rup­tu­ra. Pero tam­bién es cier­to que sec­to­res de las Fuer­zas Arma­das vie­nen hacien­do ges­tos muy ambi­guos. Tam­bién es cier­to que Bol­so­na­ro tie­ne una infil­tra­ción en la poli­cía mili­tar esta­tal y que tie­ne mili­cia­nos propios.

Defien­do que bus­ca­mos cons­truir, pre­ci­sa­men­te por la gra­ve­dad del momen­to, para el obje­ti­vo cen­tral de derro­tar al Poc­ket­na­ris­mo, una uni­dad del cam­po progresista.

Bol­so­na­ro está arman­do una mili­cia polí­ti­ca, que es exac­ta­men­te la mili­cia terri­to­rial a la que estu­vo vin­cu­la­do y siem­pre defen­dió en Río de Janei­ro. Es el equi­po del club de tiro, son los poc­ket­na­ris­tas a los que les ha entre­ga­do armas y que pue­den salir y hacer cual­quier tipo de cosa. Recor­de­mos lo que pasó en Boli­via en 2019. Fue un gol­pe de mili­cia que sacó a Evo Mora­les y puso en el poder a un gobierno ile­gí­ti­mo. Enton­ces no pode­mos sub­es­ti­mar­lo, aun­que hoy, de hecho, no tie­ne esa fuerza.

Creo que el desa­fío de la izquier­da aho­ra es doble. Tene­mos que jugar el jue­go ins­ti­tu­cio­nal. Tene­mos que cons­truir can­di­da­tu­ras. Soy un defen­sor de que nues­tro cam­po ten­ga uni­dad, tan­to a nivel nacio­nal como en los míti­nes esta­ta­les. Defien­do que bus­ca­mos cons­truir, pre­ci­sa­men­te por la gra­ve­dad del momen­to, para el obje­ti­vo cen­tral de derro­tar al Poc­ket­na­ris­mo, una uni­dad del cam­po pro­gre­sis­ta. Creo que este es un capí­tu­lo apar­te. Son las arti­cu­la­cio­nes, el diá­lo­go entre las par­tes, el deba­te pro­gra­má­ti­co, la bús­que­da de la cons­truc­ción de la unidad.

Pero tene­mos un segun­do desa­fío, que no es sim­ple­men­te que­dar­nos plan­ta­dos pre­pa­ran­do el 2022, por­que [la dispu­ta elec­to­ral] pue­de no salir como la gen­te se ima­gi­na. El desa­fío es cons­truir la movi­li­za­ción en las calles. Tam­bién es la cons­truc­ción de una arti­cu­la­ción de los sec­to­res demo­crá­ti­cos para levan­tar una barre­ra con­tra Bol­so­na­ro. El desa­fío es desem­pe­ñar el papel que tene­mos en el pro­ce­so de movi­li­za­ción para el jui­cio polí­ti­co. Pero, por supues­to, esto no depen­de solo de noso­tros. Vea­mos cómo será la reanu­da­ción del IPC [de covid]. Vea­mos si sur­ge nue­va evidencia.

Pero creo que tene­mos que estar per­ma­nen­te­men­te vigi­lan­tes, tra­ba­jan­do con la gen­te arrai­ga­da en los cua­tro rin­co­nes del país para esti­mu­lar el pro­ce­so de movi­li­za­ción. No hay otra sali­da. Apos­tar solo a una cons­truc­ción elec­to­ral nor­mal, como si no hubie­ra pasa­do nada y tuvié­ra­mos un cie­lo de bri­ga­da en el país, es un gran error que nos pue­de cos­tar a todos más adelante.

-En mayo de este año, par­ti­dos y orga­ni­za­cio­nes de izquier­da toma­ron la difí­cil deci­sión de con­vo­car mani­fes­ta­cio­nes calle­je­ras en medio de la pan­de­mia. La pobla­ción res­pon­dió acti­va­men­te al lla­ma­do y se posi­cio­nó como actor polí­ti­co deci­si­vo en la situa­ción. ¿Podrán las movi­li­za­cio­nes fre­nar la ofen­si­va anti­de­mo­crá­ti­ca de Bolsonaro?

-Pri­me­ro, quie­ro reafir­mar el éxi­to de haber ini­cia­do un ciclo de movi­li­za­cio­nes el 29 de mayo. Hubo cua­tro gran­des even­tos nacio­na­les en cien­tos de ciu­da­des, repar­ti­dos por todo Bra­sil, con mul­ti­tu­des espe­cial­men­te en las gran­des capi­ta­les. Tuvi­mos movi­li­za­cio­nes como no las ha teni­do en mucho tiem­po en el país. Esto fue impor­tan­te por­que cam­bió la per­cep­ción de la sociedad.

De hecho, fue deci­si­vo orien­tar el jui­cio polí­ti­co, que que­dó fue­ra de la agen­da polí­ti­ca a pesar del desas­tre. Las mani­fes­ta­cio­nes devol­vie­ron el jui­cio polí­ti­co a la agen­da polí­ti­ca y obli­ga­ron a Bol­so­na­ro a reac­cio­nar atrin­che­rán­do­se, refor­zan­do la alian­za con el “cen­trão”, entre­gan­do los ani­llos, colo­can­do [al sena­dor por el PP Piauí] Ciro Noguei­ra en la Casa Civil.

Esto tie­ne mucho que ver con la movi­li­za­ción que hemos pro­du­ci­do en los últi­mos dos meses. Aho­ra bien, es natu­ral que cuan­do se con­vo­can movi­li­za­cio­nes con la inten­si­dad que lla­ma­mos, no haya un pro­ce­so de cre­ci­mien­to tan vigo­ro­so. Logra­mos, que ya fue una proeza, man­te­ner el nivel de movi­li­za­cio­nes en este período.

Y lue­go está la pan­de­mia. Tene­mos una mino­ría de la pobla­ción vacu­na­da has­ta aho­ra. Mucha gen­te ‑y es com­pren­si­ble- ha deci­di­do no salir a la calle has­ta que se vacu­nen. Enton­ces tene­mos estos fac­to­res que estro­pean un poco el escenario.

La con­vo­ca­to­ria del 7 de sep­tiem­bre es fun­da­men­tal. Recor­de­mos que antes habrá dos fechas de movi­li­za­ción en agos­to. El día 11 lo lle­va­ron a cabo los estu­dian­tes y el día 18 lo lle­vó a cabo el movi­mien­to sin­di­cal, con huel­gas en varios sec­to­res. Y el 7 de sep­tiem­bre, con este tiem­po, con esta acu­mu­la­ción, pode­mos pro­du­cir gran­des movi­li­za­cio­nes en todo Brasil.

Fuen­te: Bra­sil de Fato

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