Nues­tra­mé­ri­ca. La inte­gra­ción regio­nal en el hori­zon­te pos pandémico

Por Julio Gam­bi­na, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 29 de julio de 2021.

Las estra­te­gias nacio­na­les for­ta­le­cie­ron la des­ar­ti­cu­la­ción regio­nal y, por ende, las polí­ti­cas sani­ta­rias y eco­nó­mi­cas res­pon­die­ron a intere­ses loca­les de una domi­na­ción que es glo­bal y en bene­fi­cio de las ganancias

A más de un año de la pan­de­mia por el coro­na­vi­rus que­da cla­ro el impac­to social sobre la región lati­no­ame­ri­ca­na y cari­be­ña, que con menos del 10% de la pobla­ción mun­dial, los con­ta­gios y falle­ci­mien­tos alcan­zan al 30%, uno de los terri­to­rios don­de se hace evi­den­te el lími­te civi­li­za­to­rio del orden social capitalista.

Un orden que es mun­dial y tran­si­ta una cri­sis inte­gral, con un tras­fon­do de acen­tua­ción de la explo­ta­ción de la fuer­za de tra­ba­jo y el saqueo sobre los bie­nes comu­nes, en don­de Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be cayó el doble que la eco­no­mía mun­dial duran­te el 2020.

La recu­pe­ra­ción que se anti­ci­pa para el sis­te­ma mun­dial des­de el 2021 se ralen­ti­za en el sub­con­ti­nen­te, evi­den­cian­do pro­ble­mas estruc­tu­ra­les que sobre­pa­san la diná­mi­ca coyun­tu­ral de lo sanitario.

Cla­ro que la emer­gen­cia sani­ta­ria res­pon­de a fenó­me­nos de fon­do como la ten­den­cia a la mer­can­ti­li­za­ción de la salud, ope­ra­da de mane­ra cre­cien­te en el deve­nir libe­ra­li­za­dor des­de comien­zos de los seten­tas del siglo pasado.

Si ya se dis­cu­te la sali­da de la pan­de­mia, vacu­na­ción median­te, el hori­zon­te de “nue­va nor­ma­li­dad” per­mea los deba­tes sobre el rum­bo civilizatorio.

¿Hacia don­de debe orien­tar­se la región?

Las estra­te­gias nacio­na­les for­ta­le­cie­ron la des­ar­ti­cu­la­ción regio­nal y, por ende, las polí­ti­cas sani­ta­rias y eco­nó­mi­cas res­pon­die­ron a intere­ses loca­les de una domi­na­ción que es glo­bal y en bene­fi­cio de las ganancias.

En mate­ria de vacu­nas, los labo­ra­to­rios trans­na­cio­na­les pri­vi­le­gia­ron sus intere­ses eco­nó­mi­cos y nego­cia­ron con cada país cuo­tas de mer­ca­do. Cada quien “resol­vió” lo que pudo y como pudo en acuer­dos bila­te­ra­les, des­oyen­do toda posi­bi­li­dad de acuer­do regio­nal compartido.

Ni hablar de la coope­ra­ción tec­no­ló­gi­ca, sus­cri­ta por cada país con poten­cial pro­duc­ti­vo de mane­ra bila­te­ral con los prin­ci­pa­les labo­ra­to­rios ofe­ren­tes de vacu­nas en el sis­te­ma mun­dial. Ni siquie­ra se con­si­de­ró la poten­cia­li­dad de la arti­cu­la­ción de inves­ti­ga­ción y pro­duc­ción de paí­ses de la región con Cuba, que con sus vacu­nas demos­tró capa­ci­dad téc­ni­ca y pro­fe­sio­nal para aten­der la deman­da de la región e inclu­so más allá.

Ante la pre­sen­cia de un pro­ble­ma glo­bal, la res­pues­ta debió ser mun­dial, o por lo menos regio­nal. No ocu­rrió nin­gu­na de las dos. El sis­te­ma mun­dial ape­nas pudo defi­nir el carác­ter pan­dé­mi­co de la situa­ción deri­va­da del COVID19, sin afec­tar el domi­nio de las paten­tes deri­va­do de una lógi­ca de estí­mu­lo a la pro­pie­dad inte­lec­tual pri­va­ti­za­da, como signo de épo­ca de estos años libe­ra­li­za­do­res cons­trui­dos des­de hace casi medio siglo.

Vol­ver a ins­ta­lar la poten­cia de la inte­gra­ción regio­nal resul­ta un impe­ra­ti­vo de épo­ca. Por ello resal­ta la recrea­ción de la CELAC, la Comu­ni­dad de Esta­dos de Lati­noa­mé­ri­ca y el Cari­be (http://​s017​.sela​.org/​c​e​l​a​c​/​q​u​i​e​n​e​s​-​s​o​m​o​s​/​q​u​e​-​e​s​-​l​a​-​c​e​l​ac/), la que fun­da­da hace una déca­da reapa­re­ció a fines de julio en la 21° Reu­nión de minis­tros de Rela­cio­nes Exte­rio­res de la Comu­ni­dad de Esta­dos Lati­no­ame­ri­ca­nos y Caribeños.

Fue­ron 33 los paí­ses que deli­be­ra­ron en Méxi­co, bajo la pre­si­den­cia tem­po­ral de la CELAC por Andrés Manuel López Obra­dor, Pre­si­den­te del país anfi­trión del cónclave.

Las reso­lu­cio­nes tras­cien­den la dimen­sión polí­ti­ca y diplo­má­ti­ca, para per­fi­lar­se como ámbi­to para una mayor arti­cu­la­ción eco­nó­mi­ca. Es lo sos­te­ni­do por el titu­lar del gobierno mexi­cano, quien pro­mo­vió el desa­fío de una lógi­ca inte­gra­ción no subor­di­na­da, expli­ci­ta­da en con­tra de la OEA.

Es lar­ga la his­to­ria de la depen­den­cia regio­nal, pri­me­ro al colo­nia­lis­mo euro­peo y lue­go al orden capitalista.

Los inver­so­res exter­nos, euro­peos o esta­dou­ni­den­ses, exten­die­ron la apro­pia­ción del exce­den­te eco­nó­mi­co regio­nal sobre la base de la super­ex­plo­ta­ción de la fuer­za de tra­ba­jo y el saqueo de los bie­nes comu­nes, abun­dan­tes y deman­da­dos por el sis­te­ma mundial.

Aho­ra es Chi­na quien cre­ce en sus acti­vi­da­des eco­nó­mi­cas, comer­cia­les y finan­cie­ras sobre la región, por lo que debe con­si­de­rar­se en la coyun­tu­ra el rum­bo de la evo­lu­ción pró­xi­ma en mate­ria de integración.

Ade­cua­cio­nes en la inser­ción global

La situa­ción glo­bal se rede­fi­nió en la últi­ma déca­da del siglo pasa­do y los paí­ses lati­no­ame­ri­ca­nos y cari­be­ños fue­ron cap­ta­dos, en su mayo­ría, hacia una lógi­ca libe­ra­li­za­do­ra, con excep­ción de nue­vos vien­tos que sopla­ron al comien­zo del Siglo XXI. Allí se habló de Nue­va Arqui­tec­tu­ra Finan­cie­ra, de arti­cu­la­ción pro­duc­ti­va en mate­ria de ali­men­tos o ener­gía; en nove­do­sos meca­nis­mos de inte­gra­ción para la pro­duc­ción, el comer­cio, las finan­zas y la inves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca y tec­no­ló­gi­ca, lo que supu­so alien­to a una nue­va ins­ti­tu­cio­na­li­dad, entre ellas a la CELAC.

Son y eran ele­men­tos de una inte­gra­ción alter­na­ti­va, no subor­di­na­da a la lógi­ca de la depen­den­cia al gran capi­tal externo. Es lo que recrea y enun­cia la pre­si­den­cia de Méxi­co y pue­de con­ti­nuar­se en el pró­xi­mo perio­do, qui­zá, bajo la direc­ción de la Argentina.

El impul­so de cam­bio polí­ti­co y eco­nó­mi­co fue abor­ta­do en la región, con retro­ce­sos a sali­das nacio­na­les, de reci­cla­do de la inser­ción subor­di­na­da a la lógi­ca inver­so­ra de los gran­des capi­ta­les pri­va­dos, lubri­ca­dos con endeu­da­mien­to y fun­cio­na­li­dad espe­cu­la­ti­va. Eso es la his­to­ria recien­te, desa­fia­das por nue­vos cam­bios que ali­men­tan la espe­ran­zas de cer­ca­nos futu­ros con per­fil de trans­for­ma­ción socioeconómica.

La pan­de­mia sor­pren­dió y en el mar­co de la gra­ve­dad social, la reali­dad impo­ne dis­cu­tir el esta­do de situa­ción actual, cla­ri­fi­car el diag­nós­ti­co y pro­po­ner alter­na­ti­vas supe­ra­do­ras de una con­ti­nui­dad que deman­da el poder mun­dial, con más libe­ra­li­za­ción y reac­cio­na­rias refor­mas en mate­ria labo­ral, pre­vi­sio­nal e impositiva.

Por otro lado, se sos­tie­ne la ilu­sión que aún es posi­ble refor­mar el orden exis­ten­te sin cor­tar la secuen­cia de pro­duc­ción y cir­cu­la­ción coman­da­da por el capi­tal, hoy trans­na­cio­na­li­za­do y fuer­te­men­te con­cen­tra­do. Por ello es que sos­te­ne­mos que esta­mos en un tiem­po de pen­sar y actuar con auto­no­mía la arti­cu­la­ción regional.

Asis­ti­mos a un momen­to de cam­bio ante la gra­ve­dad y exten­sión de la pan­de­mia, espe­cial­men­te con pers­pec­ti­va de supera­ción, por lo que la inte­gra­ción no subor­di­na­da no debe ser solo una pro­pues­ta a futu­ro, sino un impe­ra­ti­vo de la hora para aten­der las urgen­tes nece­si­da­des civi­li­za­to­rias en Amé­ri­ca Lati­na y el Caribe.

Fuen­te: Kaos en la red

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