Hai­tí. En una ope­ra­ción coman­do fue eje­cu­ta­do el pre­si­den­te Jove­nel Moise

Por Car­los Azná­rez, Resu­men lati­no­ame­ri­cano, 7 de julio de 2021.

La ope­ra­ción con­tra Moi­se fue come­ti­da por un gru­po de per­so­nas arma­das que ata­ca­ron la resi­den­cia pri­va­da del man­da­ta­rio en Puer­to Príncipe.

Pro­fun­da­men­te odia­do por su pue­blo pero tam­bién por algu­nos sec­to­res pode­ro­sos a los que había ata­ca­do, en bene­fi­cio de otros sec­to­res simi­la­res, Moi­se se sen­tía, a pesar de ello, blin­da­do y seguía desa­rro­llan­do polí­ti­cas repre­si­vas. Inclu­so, esta­ba acu­sa­do jun­to con algu­nos de los miem­bros de su gabi­ne­te de ser uno de los pro­tec­to­res de las ban­das cri­mi­na­les arma­das que en estos dos últi­mos años pulu­la­ban por todo el terri­to­rio hai­tiano gene­ran­do varias masacres.

La muer­te del pre­si­den­te Moi­se fue con­fir­ma­da por el pri­mer minis­tro de la isla cari­be­ña Clau­de Joseph.

De acuer­do al comu­ni­ca­do del gobierno hai­tiano la eje­cu­ción fue come­ti­da a la una de la madru­ga­da por un gru­po de per­so­nas arma­das que ata­ca­ron la resi­den­cia pri­va­da del man­da­ta­rio en Puer­to Prín­ci­pe, hirién­do­lo de muerte. 

En el ata­que resul­tó heri­da de bala la pri­me­ra dama, Mar­ti­ne Moi­se, que se encuen­tra reci­bien­do cui­da­dos médi­cos, pero en gra­ve estado.

De acuer­do con lo infor­ma­do por el pri­mer minis­tro inte­ri­no salien­te, Clau­de Joseph, en un comu­ni­ca­do, “un gru­po de indi­vi­duos no iden­ti­fi­ca­dos”, entre ellos “varios que habla­ban espa­ñol”, fue­ron los res­pon­sa­bles de su muer­te. Estos dichos hay que tomar­los con sumo cui­da­do ya que pue­den ser par­te tam­bién de una tra­ma bus­can­do incli­nar las acu­sa­cio­nes hacia un lugar dife­ren­te de lo que real­men­te pue­de haber sucedido.

Lo cier­to es que Moi­se, que le había hecho mucho mal a su pue­blo, gene­ran­do nume­ro­sas movi­li­za­cio­nes en su con­tra, tam­bién había gene­ra­do enemi­gos entre otros sec­to­res. Hay que recor­dar que su man­da­to ya había cadu­ca­do, que se negó a dejar el sillón pre­si­den­cial y que en aras de pro­te­ger­se encar­ce­ló a jue­ces, sena­do­res y armó por un cos­ta­do a ban­das para­mi­li­ta­res que vie­nen ase­si­nan­do día tras día a nume­ro­sas per­so­nas, entre ellas perio­dis­tas, inte­lec­tua­les, acti­vis­tas populares.

Aho­ra habrá que ver cómo sale el país de este ato­lla­de­ro, pero inne­ga­ble­men­te la situa­ción es gra­ve, ya que Esta­dos Uni­dos, que siem­pre ha teni­do a Hai­tí como un recur­so colo­nial, pue­de meter sus nari­ces en el asun­to, con la excu­sa de «evi­tar más caos y gue­rra civil». Sería, sin duda, que­rer apa­gar un incen­dio con un bidón de gasolina.

Itu­rria /​Fuen­te

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