Perú. Cró­ni­ca de un Gol­pe de Esta­do anun­cia­do: Kei­ko es un cadá­ver útil, vie­ne el fas­cis­ta Almi­ran­te Mon­to­ya, quien pro­po­ne «nue­vas elecciones»

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 14 de junio de 2021.

foto: Gol­pis­ta Jor­ge Montoya.

Has­ta hace unos días no que­da­ba cla­ro qué pre­ten­día la dere­cha usan­do la retó­ri­ca de la nega­ción has­ta el sin­sen­ti­do (negar por negar) cuan­do ni la arit­mé­ti­ca (el núme­ro de votos) ni las ins­ti­tu­cio­nes a car­go del pro­ce­so elec­to­ral ni los paí­ses extran­je­ros ni la pren­sa inter­na­cio­nal ni siquie­ra la OEA (¡de Alma­gro!) les dan la razón en su furio­so recla­mo de ‘frau­de’ sin prue­bas de peso.

Aho­ra ya está cla­ro y con­fir­ma las inten­cio­nes omi­no­sas de dar un gol­pe de cual­quier for­ma y a cual­quier cos­to.
Lite­ral­men­te no les impor­ta lo que ten­ga que ocu­rrir, así sea trá­gi­co, con tal de impe­dir que Pedro Cas­ti­llo sea pro­cla­ma­do Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca bajo la úni­ca legi­ti­mi­dad posi­ble: la volun­tad mayo­ri­ta­ria del sufra­gio y el voto popu­lar.
Lo pri­me­ro que debe­mos enten­der: ya no esta­mos en el terreno de la dispu­ta polí­ti­ca bajo las reglas democráticas.

Ya se pasó de esa fase y, aun­que aún se con­ser­van cier­tas for­mas en la tele­vi­sión, con la orga­ni­za­ción de gru­pos de ciu­da­da­nos que rei­vin­di­can la sim­bo­lo­gía fas­cis­ta y empie­zan a ope­rar bajo la lógi­ca de gru­pos de cho­que con cace­rías de bru­jas vir­tua­les («cha­pa tu caviar») y escra­ches a los domi­ci­lios de fun­cio­na­rios públi­cos, pasa­mos de la lógi­ca del deba­te al terreno del hos­ti­ga­mien­to vio­len­to con­tra cual­quie­ra que pien­se dis­tin­to y no acep­te la narra­ti­va dere­chis­ta del «nos roba­ron nues­tros votos».

Eso es lo que hay aho­ra y, con la ayu­da de la pren­sa con­cen­tra­da que bar­ni­za­rá lo ile­gal, es sobre eso que la dere­cha va a insis­tir has­ta lle­gar, por lo menos, al 28 de julio sin Presidente.

¿Cuál es la idea fuer­za? Hay varias pero todas están agru­pa­das bajo un mis­mo linea­mien­to: Pedro Cas­ti­llo no debe ser pro­cla­ma­do como corres­pon­de en cual­quier país democrático.

Es decir: a la dere­cha no le impor­ta que este caos de nues­tra patria se pro­lon­gue por más de un mes. Y a Mario Var­gas Llo­sa, por lo que se vio, al pare­cer tampoco.

Bien, vaya­mos a la que, se sos­pe­cha, es su estra­te­gia golpista:

  1. Kei­ko Fuji­mo­ri ya no es una figu­ra rele­van­te para ellos por­que está cla­ro que los perua­nos no la quie­ren ni van a acep­tar que se revier­tan los resul­ta­dos en mesa para dar­le la pre­si­den­cia. No la quie­ren por­que ya no les sir­ve. O mejor: la nece­si­tan, sí, pero por­que sir­ve como facha­da para sos­te­ner sus pla­nes de alar­gar judi­cial­men­te este pro­ce­so elec­to­ral. Por eso es que aho­ra Kei­ko ya no apa­re­ce en la nue­va narra­ti­va del robo elec­to­ral. Aho­ra se tra­ta de que «no les robe su voto el comunismo»
  2. Es por eso que cuan­do Var­gas Llo­sa dice que apo­ya «a la seño­ra Fuji­mo­ri para que no haya corrup­ción en el pró­xi­mo gobierno” pro­vo­ca risa o se pien­sa que este señor está toman­do el pelo al pue­blo peruano o que es un cíni­co abso­lu­to o que ya está anciano y dice estu­pi­de­ces que ade­más son de un racis­mo inacep­ta­ble. O todas las ante­rio­res. ¿Otra más? Va: «Pedro Cas­ti­llo quie­re cam­biar la Cons­ti­tu­ción para eli­mi­nar el Senado».
  3. Pero Var­gas Llo­sa, pese a la entre­vis­ta más ver­gon­zo­sa que ha dado en su vida, sabe muy bien cuál es su papel en esta estra­te­gia. El Pre­si­den­te Sagas­ti metió la pata cla­mo­ro­sa­men­te al lla­mar­lo para pedir­le que lo ayu­de a cal­mar las aguas. Le reno­vó la vali­dez a un hom­bre tan des­pres­ti­gia­do que había pre­fe­ri­do usar a su hijo de secre­ta­rio-por­ta­voz para que vinie­ra a Lima a bai­lar con Kei­ko. ¿Cuán­to vale la pala­bra de Var­gas Llo­sa aho­ra? Muy poco. Cuan­do tie­nes has­ta memes de lo que afir­mas con serie­dad ya no se te toma en serio. Y, sin embar­go, la inter­ven­ción de Var­gas Llo­sa le sir­ve a la dere­cha para maqui­llar el pro­ce­so de gol­pe que se está ges­tan­do. A dife­ren­cia de Kei­ko, Var­gas Llo­sa toda­vía les sir­ve por­que siguen tenien­do a los medios a su favor.
  4. ¿Cómo se revier­te esta situa­ción? Inva­li­dan­do el men­sa­je del emi­sor. Ya bas­ta de «el Nobel» o el «fue un gran escri­tor» y todo eso que solo sir­ve para dar­le toda­vía un poco de res­pe­ta­bi­li­dad a quien está cola­bo­ran­do con la dere­cha más reac­cio­na­ria y vio­len­ta. Ya bas­ta de indig­nar­se o de reír­se. Hay que sacar­lo del cen­tro del deba­te. Si no es váli­do no exis­te. Si el inte­lec­tual fuji­mo­ris­ta-que-fue-anti­fu­ji­mo­ris­ta sigue gene­ran­do indig­na­ción pese a que habla sobre cosas que mues­tra no saber ni enten­der, ellos ganan. Que hable nomás. Él o su hijo. Y que lo rebo­te El Comer­cio. Diga lo que diga, da igual.
  5. En cuan­to al gol­pis­mo. ¿Cuál es enton­ces la estra­te­gia gene­ral? Ojo, esto no lo está hacien­do una cúpu­la sino un gru­po de estrategas/​abogados que están coor­di­nan­do tan­to el dis­cur­so como el mar­ke­ting polí­ti­co («que no me robe mi voto el comu­nis­mo») y las mar­chas y peque­ñas movi­li­za­cio­nes y gru­pos de choque.
  6. La estra­te­gia se divi­de en dos: la pri­me­ra, es el gol­pe «legal» o pro­ce­sal que aca­ba de fra­ca­sar con el JNE retro­ce­dien­do en la amplia­ción ile­gal del pla­zo para pre­sen­tar las impug­na­cio­nes, gra­cias a un Cue­llo Blan­co infil­tra­do en el JNE. Fra­ca­só esa tre­ta pero no toda la estra­te­gia. Y de hecho, ni siquie­ra fra­ca­só por­que obtu­vo lo que bus­ca­ba: ganar tiem­po. A tra­vés de un ejér­ci­to de abo­ga­dos de bufe­tes carí­si­mos («que dicen no cobrar») la dere­cha está bus­can­do dila­tar el pro­ce­so has­ta 28 de julio.
  7. ¿Cómo lo harán? Ata­ran­tan­do a tra­vés de múl­ti­ples ape­la­cio­nes que van a pre­sen­tar cada vez que el JNE deci­da pro­se­guir con la pro­cla­ma­ción de Cas­ti­llo. Van a ape­lar has­ta lo más ridícu­lo para ganar días. Mien­tras en las calles bus­can que la mecha se pren­da, en el ámbi­to pro­ce­sal bus­can ablan­dar a los fun­cio­na­rios (por eso escra­cha­ron a Salas del JNE y a Cor­vet­to de la ONPE) y blo­quear todo avan­ce. Si la ape­la­ción fra­ca­sa, pre­sen­tan medi­das de ampa­ro, todas las que sean nece­sa­rias. Final­men­te, si el JNE se for­ta­le­ce y deci­de decla­rar gana­dor a Cas­ti­llo, lo des­co­no­ce­rán ape­lan­do a que no se han resuel­to las medi­das lega­les que ha pre­sen­ta­do Fuer­za Popu­lar «para pro­te­ger­se del fraude».
  8. ¿Y por qué desean lle­gar has­ta 28 de julio? Aquí es don­de entra el Mon­to­yis­mo repre­sen­ta­do por el ex mili­tar Jor­ge Mon­to­ya quien fue el segun­do más vota­do en la pri­me­ra vuel­ta. El Mon­to­yis­mo es la fase más radi­cal del fuji­mo­ris­mo debi­li­ta­do por Kei­ko. La idea: «si esta seño­ra no supo ganar con todo lo que tuvo a su favor, no sir­ve y no va a ganar nun­ca: nece­si­ta­mos a alguien fuer­te que peche en plan mano dura y que ten­ga rela­ción con lo cas­tren­se que siem­pre sir­ve de amenaza»
  9. ¿Es Mon­to­ya el pre­si­den­cia­ble si se logra tor­cer la mano de la demo­cra­cia? No, nece­sa­ria­men­te. Pero al ser el segun­do más vota­do en el Con­gre­so, con Viz­ca­rra anu­la­do, podría ganar la pre­si­den­cia del Con­gre­so mien­tras el caos de no tener Pre­si­den­te se vuel­ve insos­te­ni­ble para los ciu­da­da­nos. Mon­to­ya entra y lla­ma a elec­cio­nes y pro­ba­ble­men­te se pre­sen­te. A la dere­cha no le intere­sa real­men­te por­que pre­sen­ta­ría, como en pri­me­ra vuel­ta, a 18 de los 20 posi­bles can­di­da­tos y esta­ría pre­pa­ra­da para no per­der de nin­gu­na manera.
  10. ¿Qué tan fac­ti­ble es la estra­te­gia gol­pis­ta de la dere­cha? Eso depen­de ente­ra­men­te de las ins­ti­tu­cio­nes del Esta­do, de los par­ti­dos que se opo­nen al gol­pe, de los acto­res públi­cos, de las ins­ti­tu­cio­nes pri­va­das con­tra­rias a la manio­bra, de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal, y tam­bién del Pre­si­den­te. Pero sobre todo: de los ciu­da­da­nos. Como cuan­do Merino dio un gol­pe en el Con­gre­so, son los ciu­da­da­nos los que tie­nen final­men­te el poder de impe­dir­lo si todo sale mal.
    Aho­ra bien: bajo nin­gu­na pers­pec­ti­va se pue­de dejar arras­trar hacia el esce­na­rio de la dila­ta­ción que pre­ten­de la dere­cha para anu­lar unas elec­cio­nes legí­ti­mas. Per­mi­tir­lo sería par­ti­ci­par, volun­ta­ria o invo­lun­ta­ria­men­te, de una manio­bra gol­pis­ta que pre­ten­de robar el voto de millo­nes de perua­nos que cum­plie­ron con su papel demo­crá­ti­co y eli­gie­ron por mayo­ría a Pedro Cas­ti­llo como el Pre­si­den­te de la República.

Para dete­ner esta marea que ame­na­za con empa­pe­lar judi­cial­men­te el accio­nar del JNE y de usar legu­le­ya­das para inmo­vi­li­zar­lo y pro­ce­der con la estra­te­gia del gol­pe «legal», tan el gobierno como las ins­ti­tu­cio­nes del Esta­do, jun­to a las dis­tin­tas orga­ni­za­cio­nes y a los ciu­da­da­nos, deben for­ta­le­cer­se y polí­ti­ca­men­te hacer valer el pro­ce­so elec­to­ral con el apo­yo de las orga­ni­za­cio­nes inter­na­cio­na­les y de la pre­sión extranjera.

No olvi­dar que las Fuer­zas Arma­das ya expre­sa­ron públi­ca­men­te que algo como un gol­pe mili­tar no les intere­sa en abso­lu­to. Y sin eso, por más ame­na­zan­tes que tres o cua­tro dino­sau­rios de la polí­ti­ca sin car­go alguno quie­ran sonar aho­ra, no hay nada que la dere­cha pue­da hacer para tum­bar­se a la democracia.

Los ciu­da­da­nos tie­nen más poder del que sue­len creer.

Ya se demos­tró cuan­do el gol­pis­mo con Merino cayó en 5 días y, por enton­ces, par­ti­mos de cero.

Nun­ca olvi­dar eso. Ni tam­po­co de que las elec­cio­nes no han teni­do ver­da­de­ras irre­gu­la­ri­da­des según Trans­pa­ren­cia, los vee­do­res inter­na­cio­na­les, la OEA y la pren­sa extranjera.

Lla­ma­dos a des­co­no­cer el resul­ta­do de elec­ción son deli­tos y vio­lan la Constitución

Por César Romero

Rebelión. El electo congresista de Renovación Popular, Jorge Montoya, plantea que el Congreso desconozca las elecciones. Foto: difusión

Rebe­lión. El elec­to con­gre­sis­ta de Reno­va­ción Popu­lar, Jor­ge Mon­to­ya, plan­tea que el Con­gre­so des­co­noz­ca las elec­cio­nes. Foto: difusión

Aten­ta­do. La Car­ta Mag­na seña­la que el poder ema­na del pue­blo y que aquel que se atri­bu­ye esa auto­ri­dad fue­ra de la ley come­te rebe­lión y sedi­ción, que se san­cio­nan con has­ta 20 años de cár­cel. Tam­bién se con­de­nan la cons­pi­ra­ción, pro­mo­ción y direc­ción de esos deli­tos. Car­gos de jefes de ONPE y JNE son irre­nun­cia­bles por man­da­to de la ley.

Des­co­no­cer el resul­ta­do de un pro­ce­so elec­to­ral o pre­ten­der alte­rar el orden demo­crá­ti­co des­co­no­cien­do a un gobierno legí­ti­ma­men­te ele­gi­do está expre­sa­men­te prohi­bi­do en la Cons­ti­tu­ción y san­cio­na­do en el Códi­go Penal.

Es decir, las pro­pues­tas del elec­to con­gre­sis­ta Jor­ge Mon­to­ya, del empre­sa­rio Rafael López Alia­ga, del con­duc­tor de TV Phi­lip But­ters o los excon­gre­sis­tas Víc­tor Andrés Gar­cía Belaun­de y Jor­ge del Cas­ti­llo son con­tra­rias a la Cons­ti­tu­ción y tras­gre­den diver­sos artícu­los del Códi­go Penal.

Mon­to­ya y los antes men­cio­na­dos plan­tean que el Con­gre­so des­co­noz­ca la actual elec­ción pre­si­den­cial de Pedro Cas­ti­llo, se con­vo­quen nue­vas elec­cio­nes y has­ta se entre a Pala­cio de Gobierno a sacar al pre­si­den­te Fran­cis­co Sagasti.

Estas pro­pues­tas coli­sio­nan con el últi­mo párra­fo del artícu­lo 31° de la Cons­ti­tu­ción Polí­ti­ca del Perú que dice: Es nulo y puni­ble todo acto que prohí­ba o limi­te al ciu­da­dano el ejer­ci­cio de sus derechos.

Foto: captura Twitter
Foto: cap­tu­ra Twitter

Ade­más, el artícu­lo 45° de la mis­ma Cons­ti­tu­ción dice: El poder del Esta­do ema­na del pue­blo. (…) Nin­gu­na per­so­na, orga­ni­za­ción, Fuer­za Arma­da, Poli­cía Nacio­nal o sec­tor de la pobla­ción pue­de arro­gar­se el ejer­ci­cio de ese poder. Hacer­lo cons­ti­tu­ye rebe­lión o sedición”.

Dichos deli­tos están pre­vis­tos en los artícu­los 346° y 347° del Códi­go Penal, en rela­ción con los artícu­los 349° y 351°.

El artícu­lo 349° san­cio­na la cons­pi­ra­ción para come­ter rebe­lión, sedi­ción o motín. “El que toma par­te en una cons­pi­ra­ción de dos o más per­so­nas para come­ter deli­tos de rebe­lión, sedi­ción o motín” será repri­mi­do con pena de has­ta la mitad pre­vis­ta para la rebe­lión y sedición.

Mien­tras, el artícu­lo 351° dice que la san­ción penal, sin ate­nuan­tes, alcan­za a los pro­mo­to­res y direc­to­res de la sedición”.

Se con­si­de­ra rebe­lión a levan­tar­se “en armas para variar la for­ma de gobierno, depo­ner al gobierno legal­men­te cons­ti­tui­do o supri­mir o modi­fi­car el régi­men cons­ti­tu­cio­nal, lo cual será repri­mi­do con pena pri­va­ti­va de liber­tad no menor de diez ni mayor de vein­te años.

Mien­tras que el artícu­lo 347° des­cri­be la sedi­ción como: El que, sin des­co­no­cer al gobierno legal­men­te cons­ti­tui­do, se alza en armas para impe­dir que la auto­ri­dad ejer­za libre­men­te sus fun­cio­nes o para evi­tar el cum­pli­mien­to de las leyes o reso­lu­cio­nes o impe­dir las elec­cio­nes gene­ra­les, par­la­men­ta­rias, regio­na­les o loca­les será repri­mi­do con pena pri­va­ti­va de liber­tad no menor de cin­co ni mayor de diez años”.

El Códi­go Penal tam­bién san­cio­na al fun­cio­na­rio públi­co que pudien­do opo­ner­se a una rebe­lión o sedi­ción no lo hace. “El fun­cio­na­rio o ser­vi­dor públi­co que, pudien­do hacer­lo, no opon­ga resis­ten­cia a una rebe­lión, sedi­ción o motín será repri­mi­do con pena pri­va­ti­va de liber­tad no mayor de cua­tro años”.

La legis­la­ción penal tam­bién san­cio­na los actos que per­tur­ban el pro­ce­so elec­to­ral. El artícu­lo 354° dice: “El que, con vio­len­cia o ame­na­za, per­tur­ba o impi­de que se desa­rro­lle un pro­ce­so elec­to­ral gene­ral, par­la­men­ta­rio, regio­nal o muni­ci­pal, o los pro­ce­sos de revo­ca­to­ria o refe­rén­dum será repri­mi­do con pena pri­va­ti­va de liber­tad no menor de tres ni mayor de diez años”.

En tan­to, que el inci­so 5° del artícu­lo 359° san­cio­na al que “alte­ra, de cual­quier mane­ra, el resul­ta­do de una elec­ción o tor­na impo­si­ble la rea­li­za­ción del escrutinio”.

Ayer el Minis­te­rio de Defen­sa emi­tió un comu­ni­ca­do en el que recha­zó un comu­ni­ca­do de los ex altos man­dos mili­ta­res, difun­di­do por Mon­to­ya, en el que apo­yan las denun­cias de frau­de, sobre lo que has­ta aho­ra no se pre­sen­tan pruebas.

El Min­def seña­la que ese comu­ni­ca­do no expre­sa la opi­nión de las FFAA y cri­ti­ca que se hayan uti­li­za­do los emble­mas de las ins­ti­tu­cio­nes mili­ta­res. “Lamen­ta­mos el uso polí­ti­co de las Fuer­zas Arma­das, ya que ello no solo mella su ins­ti­tu­cio­na­li­dad, sino que gene­ra zozo­bra y divi­sión en momen­tos en los que el país requie­re uni­dad”, dice el comu­ni­ca­do del Mindef.

La Cons­ti­tu­ción tam­bién pre­ser­va la inamo­vi­li­dad del car­go de la ONPE, que solo pue­den ser remo­vi­dos, por cau­sa moti­va­da, por la Jun­ta Nacio­nal de Justicia.

Ade­más, el pre­si­den­te y los miem­bros del Jura­do Nacio­nal de Elec­cio­nes no pue­den ser remo­vi­dos duran­te el desa­rro­llo del pro­ce­so elec­to­ral, des­de su con­vo­ca­to­ria has­ta la pro­cla­ma­ción del resul­ta­do de la elec­ción pre­si­den­cial. Pedir cam­biar al jefe de la ONPE y al pre­si­den­te del JNE va con­tra las nor­mas lega­les y la Constitución.



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