Nues­tra­mé­ri­ca. Fer­nan­do Buen Abad: «De Perú a Méxi­co, de Hon­du­ras a Colom­bia, una nue­va ola de repu­dio al mode­lo capitalista».

Por Geral­di­na Colot­ti. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 20 de junio de 2021.

Con Fer­nan­do Buen Abad, filó­so­fo mexi­cano exper­to en semióti­ca mili­tan­te y ana­lis­ta polí­ti­co inter­na­cio­nal, con­ver­sa­mos sobre las elec­cio­nes en Méxi­co, Perú y las pro­tes­tas que pre­sa­gian, en el con­ti­nen­te, una nue­va ola de repu­dio al mode­lo capitalista.

En Méxi­co, la alian­za lide­ra­da por More­na, el par­ti­do del pre­si­den­te Obra­dor (AMLO), ganó la mayo­ría de los con­gre­sis­tas y más de la mitad de los gober­na­do­res. Elec­cio­nes fede­ra­les de medio ter­mino que la dere­cha qui­so pre­sen­tar como refe­rén­dum con­tra Amlo. ¿Qué esta­ba en juego?

-Es nece­sa­rio mirar el con­tex­to, los gra­ves pro­ble­mas que pade­cen la demo­cra­cia y las ins­ti­tu­cio­nes, la heren­cia de los gobier­nos neo­li­be­ra­les ante­rio­res y la situa­ción deter­mi­na­da por la pan­de­mia a nivel mun­dial. Un cua­dro en el que emer­gie­ron las pesa­das mani­pu­la­cio­nes de la bur­gue­sía nacio­nal y sus socios nor­te­ame­ri­ca­nos a tra­vés del finan­cia­mien­to a ONGs y fun­da­cio­nes de dis­tin­ta índo­le para pre­sen­tar la elec­ción como un voto de des­con­fian­za al pro­yec­to del pre­si­den­te López Obra­dor. En cam­bio, se hizo evi­den­te el recha­zo al mode­lo neo­li­be­ral que aso­ló a Méxi­co y la rati­fi­ca­ción del rum­bo dado por Amlo hacia una Cuar­ta Trans­for­ma­ción. Con esto con­cep­to debe­mos enten­der la sín­te­sis de los valo­res his­tó­ri­cos inde­pen­den­tis­tas, que son a su vez sín­te­sis de los repre­sen­ta­dos por la revo­lu­ción mexi­ca­na de 1810; por el apor­te a la cons­truc­ción de la Repú­bli­ca que brin­dó Beni­to Juá­rez (el pri­mer pre­si­den­te indí­ge­na en el his­to­ria de todo el con­ti­nen­te); por el ejem­plo de rei­vin­di­ca­ción de la sobe­ra­nía mexi­ca­na deri­va­do de la obra de Láza­ro Cár­de­nas, quien nacio­na­li­zó el petró­leo y mar­có una nece­sa­ria e his­tó­ri­ca revo­lu­ción en defen­sa de los recur­sos natu­ra­les que mane­jan los mexi­ca­nos. Esta sín­te­sis, deno­mi­na­da Cuar­ta Trans­for­ma­ción, está reci­bien­do su rati­fi­ca­ción y relan­za­mien­to por una masa impor­tan­te del pue­blo en un pro­yec­to que, cada día, mani­fies­ta su recha­zo a un sis­te­ma de neo­li­be­ra­lis­mo y corrup­ción, un ver­da­de­ro cán­cer para el país. Por eso, inclu­so don­de More­na y el pro­yec­to de la Cuar­ta Trans­for­ma­ción no triun­fa­ron, se está con­so­li­dan­do una impor­tan­te fuer­za de opo­si­ción. Esta­mos en una eta­pa pro­me­te­do­ra para la recu­pe­ra­ción del país, y de gran­des desa­fíos, comen­zan­do por los que plan­tea la pandemia.

¿Cómo valo­ra esta pri­me­ra fase del gobierno de Obrador?

-La pri­me­ra fase fue, en tér­mi­nos gene­ra­les, muy alen­ta­do­ra. Se han toma­do deci­sio­nes y cri­te­rios polí­ti­cos muy impor­tan­tes por­que, repi­to, en poco más de dos años hemos teni­do que luchar con­tra la heren­cia que deja­ron los vie­jos par­ti­dos de Méxi­co: en mate­ria de deu­da, cri­sis, corrup­ción, des­fal­co del Esta­do, com­pro­mi­sos impo­si­bles tan­to por los cos­tos como por la irra­cio­na­li­dad polí­ti­ca que los guió. Con razón, Amlo defi­nió la corrup­ción como el prin­ci­pal pro­ble­ma his­tó­ri­co de Méxi­co, por­que, en la fase neo­li­be­ral, con gobier­nos con­ser­va­do­res, se ha cons­trui­do un teji­do com­ple­jo y exten­so que per­sis­te des­de casi cua­ren­ta años, que influ­ye y ento­xi­ca al país. Poner la lucha con­tra la corrup­ción en el pri­mer tuvo efec­tos impor­tan­tes, dadas las asom­bro­sas cifras que paga­ron los mexi­ca­nos, en tér­mi­nos de ham­bre, aban­dono, depre­da­ción para man­te­ner una cla­se bur­gue­sa, oli­gar­ca y terra­te­nien­te y una buro­cra­cia corrup­ta en el lujo y la como­di­dad, incle­men­te con el pue­blo mexi­cano. Entre los méri­tos de la ges­tión de Amlo, inclu­so en este cor­to perío­do, está la esta­bi­li­dad eco­nó­mi­ca. Hacía mucho tiem­po que Méxi­co no tenía un equi­li­brio fren­te al dólar, que no tenía efec­tos posi­ti­vos sobre la infla­ción. Sin endeu­dar­se ‑una de las cla­ves cen­tra­les de su gestión‑, Obra­dor ha afron­ta­do los cos­tes de la pan­de­mia en todos sus aspec­tos, tan­to para la com­pra de vacu­nas como para el for­ta­le­ci­mien­to del sis­te­ma públi­co de salud. Un gran apor­te lle­gó pre­ci­sa­men­te de los aho­rros obte­ni­dos con la lucha con­tra la corrup­ción que había vacia­do las arcas del Esta­do. Basa­do en la hones­ti­dad y la cla­ri­dad, el de Amlo se defi­ne como el gobierno del pue­blo, por lo que ha impul­sa­do polí­ti­cas de ayu­da eco­nó­mi­ca direc­ta a la eco­no­mía fami­liar y la peque­ña empre­sa, crean­do el cli­ma nece­sa­rio para que se rati­fi­que el pro­yec­to de la Cuar­ta Transformación.

Ese mis­mo día, se pro­du­jo la segun­da vez de las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les en Perú, don­de el maes­tro Pedro Cas­ti­llo ven­ció por estre­cho mar­gen a la can­di­da­ta de extre­ma dere­cha, Kei­ko Fuji­mo­ri, quien no aban­do­nó el par­ti­do. ¿Cómo ve la situación?

-Creo que habrá que ana­li­zar mejor las pro­fun­das razo­nes que lle­van a votar un pro­yec­to como el del fuji­mo­ris­mo a pesar de los evi­den­tes y noto­rios desas­tres que ha traí­do al país y que podría traer en el futu­ro. Me refie­ro a un aná­li­sis que va más allá de la influen­cia de los apa­ra­tos mediá­ti­cos y de todo el sis­te­ma de poder des­ata­do con­tra el pue­blo y su can­di­da­to Cas­ti­llo, y uno se pre­gun­ta por qué esta corrien­te toda­vía pue­de tener tan­to apo­yo social, resal­ta­do en los resul­ta­dos del voto. Una per­sis­ten­cia preo­cu­pan­te, ante las ame­na­zas de gol­pe mili­tar. Sin embar­go, la volun­tad del pue­blo, can­sa­do de tan­ta obs­ce­ni­dad, es dar un cam­bio real de mar­cha, una alter­na­ti­va real de poder y, como inter­na­cio­na­lis­tas, debe­mos man­te­ner alta la aten­ción y el apoyo.

Este es un año de elec­cio­nes en Amé­ri­ca Lati­na, carac­te­ri­za­do por pro­tes­tas popu­la­res, como las de Colom­bia. ¿Qué momen­to atra­vie­sa el continente?

-A los ojos de nues­tros pue­blos, el mode­lo de saqueo, opre­sión y vasa­lla­je impues­to por el impe­ria­lis­mo en el con­ti­nen­te en los últi­mos años pare­ce aho­ra inso­por­ta­ble. Las pro­tes­tas aumen­tan de un lado al otro del con­ti­nen­te: no solo en Colom­bia, sino tam­bién en Bra­sil u Hon­du­ras, don­de se lle­va­rán a cabo impor­tan­tes pro­ce­sos elec­to­ra­les. La pro­me­te­do­ra rebe­lión de los pue­blos mues­tra la nece­si­dad de unir­se en una agen­da anti­co­lo­nial y anti­im­pe­ria­lis­ta. Una fuer­te deman­da de cam­bio que nos invi­ta a expre­sar y difun­dir este pro­gra­ma con una gran y uni­fi­ca­do­ra cam­pa­ña de comu­ni­ca­ción que trans­mi­ta la con­cien­cia de esas luchas y las trans­for­me en una orga­ni­za­ción inter­na­cio­na­lis­ta. En este caso, podre­mos recu­pe­rar los avan­ces en mate­ria de inte­gra­ción regio­nal y la lucha por la cons­truc­ción de un mode­lo alter­na­ti­vo, que es muy nece­sa­rio. Una agen­da que pare­ce cer­ca­na ya que, aun­que des­de dis­tin­tos fren­tes, con­flu­yen diver­sas fuer­zas en este tema y en la deu­da a pagar en tér­mi­nos de uni­dad internacionalista.

El 23 de junio se rea­li­za­rá una nue­va vota­ción en la ONU por Cuba, ¿cree que la situa­ción no cambiará?

-Hay razo­nes para ven­der para no ser muy opti­mis­tas sobre la vota­ción, dado que el repu­dio al gro­tes­co blo­queo con­tra el pue­blo cubano, expre­sa­do allí por la inmen­sa mayo­ría de paí­ses, ya pue­de con­si­de­rar­se un hecho his­tó­ri­co. Aún así, no pasó nada con­cre­to. No pode­mos con­fiar en los meca­nis­mos de la ONU, domi­na­da como está hoy por intere­ses impe­ria­lis­tas y por un dere­cho de veto que en este caso es abso­lu­ta­men­te irra­cio­nal. La con­fian­za, en cam­bio, hay que depo­si­tar­la en el pode­ro­so apo­yo que están mos­tran­do los pue­blos y que ten­dre­mos que orga­ni­zar y impul­sar con una fuer­te ini­cia­ti­va de soli­da­ri­dad inter­na­cio­nal: para no dejar caer ni una sola de las voces de pro­tes­ta con­tra el blo­queo, y acom­pa­ñar siem­pre al pue­blo cubano ya su gobierno en todo momen­to cuan­do nos pidan soli­da­ri­dad. Debe­mos hacer­lo de mane­ra res­pe­tuo­sa, sin pre­ten­der super­po­ner nues­tro dis­cur­so a la voz del pue­blo cubano, evi­tan­do peque­ños opor­tu­nis­mos, unién­do­nos con dis­ci­pli­na para acom­pa­ñar las indi­ca­cio­nes que vie­nen de Cuba. Creo que es nece­sa­rio revi­sar las estra­te­gias y tác­ti­cas de soli­da­ri­dad con Cuba a la luz de la gran ola de jus­ta sim­pa­tía que está gozan­do en el mun­do, para for­ta­le­cer­la y res­pal­dar­la, pero siem­pre siguien­do la lec­tu­ra con­cre­ta que hace Cuba en su terri­to­rio de lucha con­tra esta cana­lla­da de bloqueo.

De cara al futu­ro, tam­bién hay elec­cio­nes en Vene­zue­la y, pri­me­ro, en Nica­ra­gua, dos paí­ses don­de la inje­ren­cia de las agen­cias esta­dou­ni­den­ses es fuer­te. ¿Cómo ve la situa­ción en Vene­zue­la en este deli­ca­do momen­to de transición?

-En Vene­zue­la hay una gran fuer­za polí­ti­ca que podrá orien­tar­se cla­ra­men­te inclu­so en las mega-elec­cio­nes de noviem­bre. El nivel de con­cien­cia polí­ti­ca es siem­pre muy alto, inclu­so si algu­nos sec­to­res han sen­ti­do los efec­tos del blo­queo eco­nó­mi­co-finan­cie­ro y pare­cen des­mo­ti­va­dos. Yo la lla­mo des­mo­ra­li­za­ción indu­ci­da. Sec­to­res que dudan de la con­ti­nui­dad del pro­yec­to boli­va­riano, socia­lis­ta y cha­vis­ta. A pesar de esto, creo que hay una gran fuer­za orga­ni­za­ti­va en un pue­blo que ha sabi­do recu­pe­rar su capa­ci­dad y ha dicho muy cla­ra­men­te que no pre­ten­de acep­tar de nin­gu­na mane­ra, ni mili­tar, ni polí­ti­ca, ni eco­nó­mi­ca, ni cul­tu­ral, y mucho menos ideo­ló­gi­co, de ser derro­ta­do por un impe­ria­lis­mo que cada día mues­tra su mise­ra­ble arro­gan­cia hacia todos los pue­blos del mun­do. El pue­blo vene­zo­lano ha sido has­ta aho­ra una van­guar­dia en Amé­ri­ca Lati­na y más allá, tan­to en tér­mi­nos de resis­ten­cia como en su cla­ra orien­ta­ción anti­im­pe­ria­lis­ta basa­da en la diplo­ma­cia de paz con jus­ti­cia social. Ten­go ple­na con­fian­za en que el pro­ce­so boli­va­riano será rati­fi­ca­do aún más con estas elec­cio­nes. Para la oca­sión, tam­bién obser­va­mos una reno­va­ción de cua­dros diri­gen­tes socia­lis­tas con la entra­da de gen­te muy joven, y la aper­tu­ra de muchos fren­tes inno­va­do­res a nivel polí­ti­co y tam­bién geo­po­lí­ti­co que hacen de este pro­ce­so elec­to­ral una oca­sión de inte­rés regio­nal. Por eso esta­mos lla­ma­das y lla­ma­dos a acom­pa­ñar­lo y apo­yar­lo. Es gra­cias a Vene­zue­la, que ha logra­do fre­nar los inten­tos de inva­sión para­mi­li­tar, gol­pes de Esta­do, sabo­ta­jes, que hemos logra­do pre­ser­var la paz en la región y debe­mos con­ver­tir­la en pie­dra angu­lar de la bata­lla inter­na­cio­na­lis­ta. Lo mis­mo creo que debe ser cier­to para Nica­ra­gua, sobre todo por­que ya vemos las manio­bras de la oli­gar­quía a suel­do del impe­ria­lis­mo actuan­do den­tro de ella, que aca­ri­cian la idea de aca­bar con el pro­yec­to san­di­nis­ta. En Nica­ra­gua, la gran for­ta­le­za radi­ca en las cifras, que indi­can el con­sen­so elec­to­ral, ya a par­tir de las inves­ti­ga­cio­nes en cur­so. Sin embar­go, inclu­so con res­pec­to a Nica­ra­gua es nece­sa­rio dupli­car el tra­ba­jo polí­ti­co solidario.

-Eres el crea­dor y rec­tor inter­na­cio­nal de una impor­tan­te «fábri­ca de con­te­ni­dos» como LAUICOM, la Uni­ver­si­dad Inter­na­cio­nal de Comu­ni­ca­cio­nes con sede en Cara­cas. ¿Cómo con­fi­gu­ra su tra­ba­jo y a qué aspira?

-La idea de la Uni­ver­si­dad Inter­na­cio­nal de las Comu­ni­ca­cio­nes ha sido des­de su ori­gen una res­pues­ta a las múl­ti­ples nece­si­da­des que tene­mos que afron­tar a par­tir de un diag­nós­ti­co cla­ro de la reali­dad y las fuer­zas en jue­go en los dis­tin­tos fren­tes de gue­rra abier­tos a nivel inter­na­cio­nal. Uno de ellos está repre­sen­ta­do por la gue­rra mediá­ti­ca, el cam­po de la comu­ni­ca­ción y la infor­ma­ción. Un terreno en el que, ante las cam­pa­ñas de mani­pu­la­ción y dis­tor­sión a nivel mun­dial, hemos mani­fes­ta­do evi­den­tes debi­li­da­des. No hemos podi­do esta­ble­cer y apro­ve­char pla­ta­for­mas, herra­mien­tas y capa­ci­da­des para el com­ba­te semán­ti­co y semióti­co. La tarea de la uni­ver­si­dad es capa­ci­tar­nos en el día a día, sabien­do que esta­mos sufrien­do una asi­me­tría tec­no­ló­gi­ca y que no domi­na­mos ni la ubi­cui­dad ni la velo­ci­dad con la que el sis­te­ma domi­nan­te con­tro­la los medios. Debe­mos desa­rro­llar la cali­dad del con­te­ni­do del pro­yec­to, con­so­li­dar una filo­so­fía polí­ti­ca de acción comu­ni­ca­ti­va que nos per­mi­ta cons­truir un nue­vo tipo de huma­nis­mo, y ase­gu­rar­nos de que la comu­ni­ca­ción sea cons­tan­te­men­te esto: nues­tro dere­cho como seres huma­nos a orga­ni­zar­nos libre­men­te para poner la ale­gría es la pri­me­ra preo­cu­pa­ción del mun­do, la feli­ci­dad del ser humano fren­te a la amar­gu­ra del capi­ta­lis­mo y sus desas­tres. Por ello, LAUICOM no es solo un espa­cio de for­ma­ción dedi­ca­do al uso de las herra­mien­tas de comu­ni­ca­ción, sino a su uso al ser­vi­cio de un filo­so­far socia­lis­ta revo­lu­cio­na­rio, en los tér­mi­nos con­cre­tos de un nue­vo huma­nis­mo que com­pren­de la urgen­cia de encon­trar cana­les para expre­sar la ver­dad al mun­do y cons­truir los cami­nos nece­sa­rios para eman­ci­par­nos. LAUICOM es par­te del pro­yec­to boli­va­riano de Vene­zue­la, pero tam­bién reune los dis­tin­tos fren­tes de lucha en Amé­ri­ca Lati­na y más allá, que ya están repre­sen­ta­dos en la uni­ver­si­dad. La idea es mul­ti­pli­car los espa­cios de infor­ma­ción en los que ya tene­mos expe­rien­cia con­so­li­da­da, en el cam­po de la comu­ni­ca­ción, y que han resul­ta­do exi­to­sos a nivel de orga­ni­za­ción popu­lar para dina­mi­zar y relan­zar el pro­yec­to de una filo­so­fía polí­ti­ca de la comu­ni­ca­ción huma­nis­ta. Un espa­cio que requie­re mucha crea­ti­vi­dad, cla­ri­dad y sin­ce­ri­dad para que lo mejor del ser humano sir­va para esti­mu­lar un nue­vo huma­nis­mo de carác­ter revo­lu­cio­na­rio y socialista,

¿Qué opi­na del Con­gre­so Bicen­te­na­rio de los Pue­blos del Mun­do que se cele­bra a par­tir del 21 de junio en Venezuela?

El Con­gre­so nos per­mi­ti­rá abrir y actua­li­zar la agen­da de lucha popu­lar que tene­mos en tra­mi­ta­ción a nivel inter­na­cio­nal. Sabe­mos que la lucha eman­ci­pa­do­ra de los pue­blos pasa por for­mas y terri­to­rios a veces iné­di­tos y com­ple­jos y que debe afron­tar embos­ca­das de todo tipo, tan­to en el plano eco­nó­mi­co-polí­ti­co como en el de la sub­je­ti­vi­dad. Debe­mos ser capa­ces de actuar con ple­na con­cien­cia de lo que fal­ta y de lo que se nece­si­ta, colo­can­do tam­bién la nece­sa­ria auto­crí­ti­ca res­pec­to a los obje­ti­vos que no hemos podi­do alcan­zar y que debe­mos lle­var a cabo: de la pro­duc­ción a la repro­duc­ción de la vida, a la nece­si­dad de impo­ner un desa­rro­llo indus­trial ver­da­de­ra­men­te ven­ta­jo­so para los pue­blos y no lucra­ti­vo, a la temá­ti­ca edu­ca­ti­va. Debe­mos dis­cu­tir a fon­do los mode­los sobre los que hemos tra­ba­ja­do has­ta aho­ra, par­tien­do de la com­ple­ji­dad tec­no­ló­gi­ca, de la mani­pu­la­ción de los big data, de la infil­tra­ción de algu­nas gran­des corrien­tes ideo­ló­gi­cas en la agen­da polí­ti­ca y comu­ni­ca­ti­va. Debe­mos esta­ble­cer una agen­da común con todos los fren­tes de lucha, con la con­cien­cia de que el capi­ta­lis­mo pue­de des­truir a toda la humanidad.-

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