Nación Mapu­che. Desa­rro­llo polí­ti­co: avan­ces y desa­fíos futuros

Valen­ti­na Gatica/​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 de junio de 2021

14 de los 346 muni­ci­pios serán lide­ra­dos por un alcal­de o alcal­de­sa auto­re­co­no­ci­da como mapu­che, y en su mayo­ría, los elec­tos obtu­vie­ron más del 40% de la pre­fe­ren­cia, dan­do una vota­ción total entre todos y todas de 57.611 votos repar­ti­dos entre la región de Val­pa­raí­so has­ta Aysén. En este esce­na­rio, los resul­ta­dos pare­cie­ran algo ambi­guos pues, a pesar de indi­car núme­ros favo­ra­bles obte­ni­dos por candidatos/​as mapu­che, con­ti­núa una fuer­te des­con­fian­za para la par­ti­ci­pa­ción den­tro de los cana­les del Estado.

His­tó­ri­co será el pro­ce­so que tie­ne uno de sus comien­zos con el Esta­lli­do Social de octu­bre de 2019 y que, en par­te, se ha cana­li­za­do en la nece­si­dad de refor­mu­lar la Cons­ti­tu­ción de 1980, heren­cia de la dic­ta­du­ra mili­tar y sos­te­ni­da por el cono­ci­do duo­po­lio polí­ti­co (Dere­cha y Con­cer­ta­ción-Nue­va Mayo­ría) que ha gober­na­do Chi­le has­ta la actualidad.

Tras déca­das de injus­ti­cia e impu­ni­dad ante menos­ca­bos en dere­chos huma­nos y depre­da­ción de la natu­ra­le­za, la Car­ta Mag­na que rige el fun­cio­na­mien­to del Esta­do y sus dis­tin­tos órga­nos, se escri­bi­rá no solo con una Con­ven­ción Cons­ti­tu­cio­nal Pari­ta­ria, sino que, ade­más, con la pre­sen­cia de repre­sen­tan­tes de Pue­blos Ori­gi­na­rios, elec­tos entre su mis­ma comunidad.

Por supues­to, por varios cien­tos de años han exis­ti­do dis­cu­sio­nes por par­te de estos mis­mos pue­blos, habi­tan­tes del terri­to­rio que lla­ma­mos Chi­le mucho antes de la crea­ción del Esta­do. Tras siglos de some­ti­mien­to, vio­la­cio­nes de tra­ta­dos don­de inclu­so se reco­no­cie­ron los lími­tes del Gnu­lu­ma­pu por par­te del Esta­do chi­leno (Correa & Mella 2010), los masi­vos pro­ce­sos de des­po­jo y dis­cri­mi­na­ción, cen­te­na­res de Pre­sos Polí­ti­cos Mapu­che y ase­si­na­dos, diver­sos sec­to­res del pue­blo mapu­che se aden­tran a la ins­ti­tu­cio­na­li­dad wing­ka en bus­ca del for­ta­le­ci­mien­to de la posi­ción que como pue­blo tie­nen fren­te al Estado. 

Nues­tra his­to­ria es más cla­ra de lo que ofi­cial­men­te se ha ense­ña­do, de hecho, en pala­bras del his­to­ria­dor José Ben­goa (1985), para las y los mapu­che la his­to­ria no se deja­ba a la impro­vi­sa­ción, ni al buen recuer­do de unos pocos, sino al con­tra­rio: era una acti­vi­dad regla­men­ta­da por la socie­dad, tenía sus espe­cia­lis­tas, y no se per­mi­tían las inter­pre­ta­cio­nes anto­ja­di­zas, exis­tien­do un códi­go estric­to que regla­men­ta­ba su uso social.

El mis­mo autor comen­ta las cere­mo­nias en que los huei­pi­fe rela­ta­ban a sus con­gé­ne­res las his­to­rias de los anti­guos de su pue­blo. Pese a ello, ha sido difí­cil el tras­pa­so del kimün (cono­ci­mien­to) tras el pro­ce­so de inva­sión y colo­ni­za­ción, suma­da la com­pli­ci­dad de los dis­tin­tos gobier­nos, sobre todo de dere­cha, quie­nes has­ta la actua­li­dad poco reco­no­cen sobre la cru­de­za de los pro­ce­sos vivi­dos, difi­cul­tan­do la reco­ne­xión de ‘‘chi­le­nos y chi­le­nas’’ con su ances­tra­li­dad mapu­che. De esa mane­ra, tras siglos de lucha nos hemos encon­tra­do cons­tan­te­men­te con tra­bas que impi­den nues­tras for­mas de vida, des­co­no­ci­mien­to y nega­ción a nues­tra his­to­ria, ade­más de con­ti­nuas e injus­tas cri­mi­na­li­za­cio­nes, han ser­vi­do de incen­ti­vo para ser par­te de este nue­vo pro­ce­so polí­ti­co al que se ha dado cur­so en este país.

Mucho se ha habla­do des­de cier­tos sec­to­res sobre el reco­no­ci­mien­to de los pue­blos des­de el Esta­do, es decir, la posi­bi­li­dad de obte­ner un Esta­do Plu­ri­na­cio­nal, e inclu­so Inter­cul­tu­ral. Supues­ta­men­te, aque­llo podría cola­bo­rar con la dis­mi­nu­ción de vul­ne­ra­cio­nes a los dere­chos indí­ge­nas, sin embar­go, ¿Cómo abor­da esta pers­pec­ti­va las refle­xio­nes dadas en nues­tros espa­cios de orga­ni­za­ción mapu­che don­de no se apun­ta al sim­ple reco­no­ci­mien­to ins­ti­tu­cio­nal, sino que hacia la auto­no­mía y auto­de­ter­mi­na­ción? Por lo mis­mo, varios han sido los lla­ma­dos para rees­ta­ble­cer y mejo­rar las pro­pues­tas para una revi­ta­li­za­ción de la diná­mi­ca polí­ti­ca mapuche.

Ejem­plo de esto han sido los lla­ma­dos de espa­cios como el Par­la­men­to de Auto­ri­da­des Ances­tra­les y las comu­ni­da­des mapun­che de Ina Ruka­pi­llan Mapu, que abar­ca loca­li­da­des de Coña­ri­pe, Lican Ray e inclu­so Pucón, y que en noviem­bre del 2020 pre­sen­tan un comu­ni­ca­do públi­co ape­lan­do a refor­zar los diver­sos dere­chos colec­ti­vos en el terri­to­rio ances­tral, en con­cor­dan­cia con el mapun­mon­gen, de paso for­ta­le­cien­do el tra­ba­jo de las prác­ti­cas socia­les, polí­ti­cas, cul­tu­ra­les y espi­ri­tua­les. Así, muchas comu­ni­da­des dan una señal fir­me de con­ti­nuar con la usan­za tra­di­cio­nal que reafir­ma y reco­no­ce la potes­tad y juris­pru­den­cia de los long­ko, ngen­pin, y otras auto­ri­da­des ances­tra­les para facul­tar y nor­mar el desa­rro­llo del territorio. 

Sin embar­go, se man­tie­ne el desa­fío sobre cómo abor­dar este tipo de pro­ce­sos a dife­ren­tes esca­las, terri­to­rios y cos­tum­bres, y que nos per­mi­ta encon­trar nues­tra auto­no­mía y libre deter­mi­na­ción. Múl­ti­ples aná­li­sis y deci­sio­nes que­dan por rea­li­zar para esto, y los datos de las recien­tes elec­cio­nes pue­den entre­gar indi­ca­do­res que den luces de cier­tos cami­nos futu­ros. Un reta­zo pre­li­mi­nar de esto podría sacar­se de los núme­ros en torno a la par­ti­ci­pa­ción de quie­nes tenían la habi­li­ta­ción de votar para candidatos/​as a esca­ños reser­va­dos: según datos del Ser­vel, la par­ti­ci­pa­ción fue de 22,81%, es decir, de 1.0630.980 votan­tes, hubo tan sólo 282.719 que hicie­ron váli­do este derecho.

Por otro lado, 14 de los 346 muni­ci­pios serán lide­ra­dos por un alcal­de o alcal­de­sa auto­re­co­no­ci­da como mapu­che, y en su mayo­ría, los elec­tos obtu­vie­ron más del 40% de la pre­fe­ren­cia, dan­do una vota­ción total entre todos y todas de 57.611 votos repar­ti­dos entre la región de Val­pa­raí­so has­ta Aysén. En este esce­na­rio, los resul­ta­dos pare­cie­ran algo ambi­guos pues, a pesar de indi­car núme­ros favo­ra­bles obte­ni­dos por candidatos/​as mapu­che, con­ti­núa una fuer­te des­con­fian­za para la par­ti­ci­pa­ción den­tro de los cana­les del Esta­do. Por lo tan­to, este momen­to polí­ti­co, con (rela­ti­va) nume­ro­sa par­ti­ci­pa­ción mapu­che, podría tra­du­cir­se en esce­na­rios don­de se revier­ta esa des­con­fian­za que ha impe­di­do acer­car­se al Esta­do, y/​o, asi­mis­mo, dar pie para for­ta­le­cer un pro­yec­to polí­ti­co pro­pio que per­mi­ta con­ti­nuar avan­zan­do la lucha por nues­tros derechos.

Se abre la posi­bi­li­dad no solo del cues­tio­na­mien­to a la dis­cri­mi­na­ción y el tra­to his­tó­ri­co que hemos teni­do, sino que tam­bién posi­bi­li­ta cues­tio­nar a las orga­ni­za­cio­nes que han sido par­te de esto, como las Fuer­zas de Orden Públi­ca, los pila­res del desa­rro­llo eco­nó­mi­co Neo­li­be­ral que des­tru­ye nues­tro Itro­fill­mon­gen, y por otro lado, la crea­ción de nues­tra pro­pia alter­na­ti­va de desa­rro­llo basa­do en el Küme mon­gen (buen vivir).

Refe­ren­cias Bibliográficas

Ben­goa, J. (1992). Quin­quén. 100 de His­to­ria Pehuen­che. San­tia­go: Chi­le América

Correa, Mar­tín & Mella, Eduar­do (2010). Las razo­nes del “illkun”/enojo. Memo­ria, des­po­jo y cri­mi­na­li­za­ción en el terri­to­rio mapu­che de Malle­co. His­to­ria (San­tia­go). Edi­cio­nes Lom.

Mari­mán, P., Caniu­queo, S., Milla­len, J., & Levil, R. (2006). ¡Escu­cha, win­ka! San­tia­go: LOM.

Pine­da, C. E. (2014). Mapu­che: resis­tien­do al capi­tal y al Esta­do. El caso de la Coor­di­na­do­ra Arau­co Malle­co en Chi­le. Lati­noa­me­ri­ca, 99 – 128

Sega­les, R. B. (2014). La des­co­lo­ni­za­ción de la polí­ti­ca. Intro­duc­ción a una polí­ti­ca comu­ni­ta­ria. La Paz: Plu­ral editores.

FUENTE: La vos de los que sobran

Itu­rria /​Fuen­te

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