Bra­sil. La agria bata­lla entre Lula y Bol­so­na­ro por el cora­zón (y el voto en 2022) de los cris­tia­nos evangélicos

Por Feli­pe Betim, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 29 de junio de 2021.

Las encues­tas seña­lan que el pre­si­den­te ultra­de­re­chis­ta pier­de apo­yo en favor de su rival en el sec­tor que se le con­si­de­ra­ba más leal

Kaiala dos Santos, 25 años, es fotografiada con dos hijas frente a una iglesia evangélica en el centro de São Paulo.
Kaia­la dos San­tos, 25 años, es foto­gra­fia­da con dos hijas fren­te a una igle­sia evan­gé­li­ca en el cen­tro de São Paulo.Toni Pires

“Rezo ora­cio­nes por Bol­so­na­ro a dia­rio. Esa pan­de­mia no tie­ne nada que ver con el Gobierno, y cuan­do sur­gió creía­mos que fue­ra cosa del apo­ca­lip­sis”, dice una seño­ra, que pide no iden­ti­fi­car­se, al salir de un cul­to evan­gé­li­co en Bai­xa­da do Gli­cé­rio, un barrio obre­ro en la zona cén­tri­ca de la ciu­dad bra­si­le­ña de São Pau­lo. En un tono elo­gio­so, men­cio­na que el pre­si­den­te Jair Bol­so­na­ro es evan­gé­li­co —en reali­dad, fue bau­ti­za­do en la fe cató­li­ca— y com­par­te los mis­mos valo­res que ella. A su lado, una ami­ga escu­cha aten­ta­men­te y asien­te. Pero, al final, con­fie­sa: “El año que vie­ne voto por Lula”.

Tes­ti­mo­nios como estos, a veces con­tra­dic­to­rios y que se incli­nan hacia dos espec­tros polí­ti­cos radi­cal­men­te opues­tos, no son insó­li­tos. A poco más de un año de las elec­cio­nes de 2022, la entra­da del expre­si­den­te Luiz Inácio Lula da Sil­va (Par­ti­do de los Tra­ba­ja­do­res, PT) en la carre­ra al Pala­cio del Pla­nal­to —des­pués de que el Tri­bu­nal Supre­mo anu­la­se sus con­de­nas por corrup­ción— ame­na­za al ultra­de­re­chis­ta Bol­so­na­ro inclu­so en el sec­tor que se con­si­de­ra amplia­men­te como el más leal al actual man­da­ta­rio: los cris­tia­nos evan­gé­li­cos. Son unos 30% de los más de 210 millo­nes de bra­si­le­ños. En 2018, vota­ron en un 70% por el can­di­da­to de dere­chas que, duran­te la cam­pa­ña. lle­vó el deba­te polí­ti­co al cam­po moral, al cen­trar su dis­cur­so en los valo­res de la fami­lia cris­tia­na con­ser­va­do­ra, en con­tra­po­si­ción a unas izquier­das más preo­cu­pa­das por los dere­chos de las minorías.

Sin embar­go, según algu­nos ana­lis­tas, la exi­to­sa fór­mu­la de 2018 pue­de no ser sufi­cien­te para 2022. El coro­na­vi­rus ha mata­do ya a más de 500.000 bra­si­le­ños y ele­va­do la tasa de des­em­pleo a un nivel supe­rior al 14%. El ham­bre vuel­ve a aso­lar los hoga­res, mien­tras la infla­ción con­su­me los par­cos ingre­sos de estos tiem­pos tan duros. Mien­tras tan­to, la vacu­na­ción con­tra la covid-19 cami­na muy des­pa­cio a raíz de los erro­res come­ti­dos por el gobierno de Bol­so­na­ro, con su ges­tión errá­ti­ca y nega­cio­nis­ta de la cri­sis sani­ta­ria. Por ello, es pro­ba­ble que el deba­te en la pró­xi­ma cam­pa­ña pre­si­den­cial se cen­tre en temas como la sani­dad y la eco­no­mía. “El Bra­sil post-pan­dé­mi­co será el caos. Muchos comer­cian­tes baja­ron sus per­sia­nas y la eco­no­mía no va a mejo­rar”, opi­na Kaia­la dos San­tos, de 25 años, asi­dua de la igle­sia evan­gé­li­ca Asam­blea de Dios.

Dos San­tos tra­ba­ja­ba como caje­ra en una tien­da de comi­da rápi­da has­ta comien­zos de 2021, cuan­do fue des­pe­di­da y se sumó a la masa de para­dos. “Los úni­cos que están con­ten­tos hoy en Bra­sil son los ricos”, ase­gu­ra. Sin tra­ba­jo y emba­ra­za­da, fue a vivir en casa de una corre­li­gio­na­ria de su igle­sia, jun­to a sus dos hijas, de 7 y 3 años. Cree que Bol­so­na­ro “hizo bro­mas con la pan­de­mia” y no ve un hori­zon­te fácil. Pero ya sabe cómo vota­rá en 2022: “Dicen que Bol­so­na­ro nos dio la ayu­da de emer­gen­cia [por la pan­de­mia], pero Lula o cual­quier dipu­tado harían lo mis­mo en esa situa­ción”, expli­ca. “Bol­so­na­ro pue­de inclu­so aumen­tar el [pro­gra­ma de ingre­so míni­mo] Bol­sa Fami­lia, pero el pue­blo sabe que fue Lula quien lo creó”, zanja.

Una visión dife­ren­te tie­ne Simo­ne Perei­ra, otra fiel de la Asam­blea de Dios. Res­pal­da el dis­cur­so ofi­cial del Gobierno al decir que la eco­no­mía esta­ba empe­zan­do a mejo­rar antes de la pan­de­mia. “La eco­no­mía va mal aho­ra, pero el Gobierno no tie­ne nada que ver con eso. En cuan­to se aca­be la pan­de­mia, las cosas vol­ve­rán a mejo­rar”, opi­na. Como tra­ba­ja­do­ra del comer­cio, vivió de cer­ca el vai­vén en las medi­das de res­tric­ción y la con­se­cuen­te pér­di­da de clien­tes y fac­tu­ra­ción. Lamen­ta el núme­ro ele­va­do de para­dos – unos 15 millo­nes –, pero tam­bién espe­ra más ofer­tas de tra­ba­jo el pró­xi­mo año. “Con eso creo que la popu­la­ri­dad de Bol­so­na­ro vol­ve­rá a subir tam­bién”, añade.

La dispu­ta en 2022 se pre­vé reñi­da. La últi­ma encues­ta de la empre­sa Ipec, publi­ca­da el pasa­do 25 de junio, mos­tró a Lula con un tran­qui­lo lide­raz­go del 49% de las pre­fe­ren­cias y posi­bi­li­da­des de ser ele­gi­do sin nece­si­dad de segun­da vuel­ta. Ade­más, entre el elec­to­ra­do evan­gé­li­co el expre­si­den­te apa­re­ce nue­ve pun­tos por delan­te de Bol­so­na­ro: un 41% para el can­di­da­to de PT, con­tra un 32% del actual man­da­ta­rio sin par­ti­do. Ya otra encues­ta, lle­va­da a cabo por la socie­dad Atlas Polí­ti­co, que tie­ne una meto­do­lo­gía dife­ren­te, seña­ló en una inves­ti­ga­ción demos­có­pi­ca hecha el pasa­do 7 de junio que Bol­so­na­ro toda­vía se man­tie­ne muy por delan­te del expre­si­den­te entre el elec­to­ra­do evan­gé­li­co. Mien­tras el pri­me­ro mar­ca un 54% de los votos váli­dos en la pri­me­ra vuel­ta, Lula obtie­ne un 31%, y los demás elec­to­res se repar­ten entre otros posi­bles can­di­da­tos. “Hay un dete­rio­ro gene­ral del Gobierno, inclu­so en el seno de los evan­gé­li­cos. Pero siguen sien­do el gru­po con lo cual el pre­si­den­te tie­ne más diá­lo­go”, expli­ca Andrei Roman, direc­tor eje­cu­ti­vo de la encues­ta­do­ra Atlas. “Si Bol­so­na­ro no alcan­za con rete­ner ni a los evan­gé­li­cos, enton­ces todo esta­rá per­di­do para él”, añade.

Ese es un pun­to cen­tral, que ya obli­ga los prin­ci­pa­les can­di­da­tos a mover ficha. El pasa­do lunes, 21 de junio, el pre­can­di­da­to a pre­si­den­te por el Par­ti­do Demó­cra­ta Labo­ris­ta (PDT), Ciro Gomes, gra­bó un vídeo de dos minu­tos exal­tan­do los valo­res cris­tia­nos y cómo la polí­ti­ca se debe guiar por ellos. Con la Biblia en una mano y la Cons­ti­tu­ción en la otra, recor­dó: “Bra­sil es una Repú­bli­ca lai­ca, pero estos dos libros no son incom­pa­ti­bles.” Dos días des­pués, tras ven­cer otra bata­lla en el Supre­mo Tri­bu­nal Fede­ral, que con­fir­mó la anu­la­ción de las sen­ten­cias del exjuez Ser­gio Moro con­tra el expre­si­den­te, tocó a Lula dejar su men­sa­je dedi­ca­do al públi­co cris­tiano. En su per­fil de Twit­ter, escri­bió: “Dios estu­vo a todo momen­to en las cosas que he vivi­do; inclu­so en mi pri­sión”. Más ade­lan­te, dis­pa­ró con­tra el actual pre­si­den­te: “Si Dios sim­bo­li­za el amor, la fra­ter­ni­dad y la bon­dad, Bol­so­na­ro no pue­de ser un envia­do de Dios”.

El pas­tor Edson Rebus­ti­ni, de la Igle­sia Bíbli­ca de la Paz, ve difí­cil rever­tir el apo­yo de los evan­gé­li­cos a Bol­so­na­ro. Seña­la dos moti­vos bási­cos para que sigan res­pal­dan­do al pre­si­den­te. “Creo en él como un polí­ti­co sin­ce­ro, una per­so­na hones­ta. A veces él desor­bi­ta, tira unas pala­bro­tas, habla lo que a la gen­te no le gus­ta escu­char, pero él es así”, argu­men­ta. “Ade­más de la inte­gri­dad, los evan­gé­li­cos lo apo­yan mucho a raíz de sus valo­res con­ser­va­do­res, en pro de la fami­lia”. Por ser tam­bién el pre­si­den­te del Con­se­jo de Pas­to­res de São Pau­lo y tener con­tac­to con líde­res de todo el Esta­do, cree que su opi­nión es com­par­ti­da por la amplia mayo­ría de los evan­gé­li­cos. “Son más de 600 muni­ci­pios, y un 99,99% de las per­so­nas que oigo están dis­pues­tas a votar a Bol­so­na­ro otra vez”, explica.

Pese a ese apo­yo, él no se dice bol­so­na­ris­ta, por­que, ase­gu­ra, no apo­ya al pre­si­den­te cuan­do se equi­vo­ca. “Las izquier­das solo defien­den a quien tam­bién es de izquier­das”, seña­la. Dis­cre­pa de Bol­so­na­ro, por ejem­plo, cuan­do disua­de del uso de mas­ca­ri­llas o elo­gia al expre­si­den­te Fer­nan­do Collor. “Pero las izquier­das hoy defien­den temas que los evan­gé­li­cos no apo­yan”, aña­de, en refe­ren­cia, sobre todo, al con­ser­va­du­ris­mo de ese elec­to­ra­do y su pos­tu­ra con­tra­ria a asun­tos como el aborto.

El pastor Edson Rebustini, de la Iglesia Bíblica de la Paz.
El pas­tor Edson Rebus­ti­ni, de la Igle­sia Bíbli­ca de la Paz.Toni Pires

La estra­te­gia del PT

El Par­ti­do de los Tra­ba­ja­do­res sabe que par­te de su estra­te­gia para 2022 pasa por enten­der las nume­ro­sas deman­das de los elec­to­res evan­gé­li­cos y por ten­der puen­tes hacia ellos. No es un pro­ble­ma nue­vo para el par­ti­do. Ya en 1989, cuan­do Lula dis­pu­tó la pre­si­den­cia por pri­me­ra vez, la Igle­sia Uni­ver­sal del Rei­no de Dios, del obis­po Edir Mace­do, uno de los mayo­res cul­tos evan­gé­li­cos de Bra­sil, aso­ció la ima­gen del can­di­da­to izquier­dis­ta a un anti­cris­to. La cer­ca­nía con ese elec­to­ra­do solo ven­dría en la segun­da vuel­ta de las elec­cio­nes de 2002, para ganar aún más fuer­za en los años siguien­tes, en las dispu­tas en las urnas de 2006 y 2010, cuan­do los evan­gé­li­cos le entre­ga­ron al PT la mayo­ría de sus votos. Fue en ese perío­do tam­bién que el blo­que par­la­men­ta­rio evan­gé­li­co ganó fuer­za y expre­sión nacio­nal. El matri­mo­nio lle­gó a su fin en las elec­cio­nes de 2014, cuan­do se difun­die­ron rumo­res de que el gobierno de Dil­ma Rous­seff esta­ba pre­pa­ran­do mate­ria­les de infor­ma­ción sobre la homo­se­xua­li­dad en las escue­las, el lla­ma­do kit gay. En aquel año, más de un 50% del elec­to­ra­do evan­gé­li­co apo­yó al social­de­mó­cra­ta Aécio Neves con­tra Rous­seff, quien, sin embar­go, resul­tó reelegida.

Des­de enton­ces, la dis­tan­cia entre el PT y los evan­gé­li­cos no ha hecho más que cre­cer. Pese a ello, Lula dejó la pri­sión en noviem­bre de 2019 expli­can­do que, al lar­go de los 580 días en que estu­vo dete­ni­do en los cala­bo­zos de la Poli­cía Fede­ral en Curi­ti­ba, veía pro­gra­mas reli­gio­sos en los cana­les abier­tos de tele­vi­sión y había lle­ga­do a enten­der la capa­ci­dad de con­ven­ci­mien­to de sus líde­res. El expre­si­den­te está ade­más reite­ran­do en entre­vis­tas que las izquier­das tie­nen que vol­ver a enten­der­se con ese seg­men­to, un pro­pó­si­to lide­ra­do por per­so­nas de su par­ti­do como la dipu­tada fede­ral Bene­di­ta da Sil­va, exgo­ber­na­do­ra de Rio de Janei­ro, y André Ceci­liano, pre­si­den­te de la Asam­blea Legis­la­ti­va del mis­mo esta­do. Duran­te una visi­ta a Rio de Janei­ro a prin­ci­pios de junio, Lula man­tu­vo un encuen­tro (que no se hizo públi­co) con Manoel Ferrei­ra, obis­po prin­ci­pal de la pode­ro­sa Asam­blea de Dios de Madu­rei­ra, según infor­mó el dia­rio Folha de S. Pau­lo. La reu­nión ocu­rrió en una fin­ca rural de Ceci­liano, con la pre­sen­cia de Bene­di­ta y la pre­si­den­ta nacio­nal del PT, la dipu­tada Glei­si Hoff­mann. Según Folha, Lula mani­fes­tó su deseo de tener a un evan­gé­li­co como com­pa­ñe­ro de can­di­da­tu­ra, pero el obis­po, de 89 años, le con­tes­tó que esa misión debe­ría corres­pon­der a su hijo Samuel Ferrei­ra, quién hoy coman­da la Asam­blea de Dios de Madu­rei­ra y apo­ya a Bolsonaro.

Otro polí­ti­co que tam­bién está con­tri­bu­yen­do en el acer­ca­mien­to a los evan­gé­li­cos en el Esta­do de Río, base elec­to­ral del clan Bol­so­na­ro, es el alcal­de de la ciu­dad de Mari­cá, Washing­ton Qua­quá. “Un 50% de nues­tros afi­lia­dos son evan­gé­li­cos, gen­te del pue­blo, de la peri­fe­ria. Con eso ya habría bas­tan­te para for­mar una igle­sia, una de las mayo­res de Bra­sil”, expli­ca. Y sigue: “Defien­do que orga­ni­ce­mos nues­tra base evan­gé­li­ca, como hici­mos con el movi­mien­to sin­di­cal y el movi­mien­to de los sin-tie­rra en la déca­da de los ochen­ta, en una teo­lo­gía soli­da­ria, ver­da­de­ra­men­te cris­tia­na”, propone.

¿Y cómo podría dar­se tal orga­ni­za­ción? “Ade­más de la dis­cu­sión de las nece­si­da­des prác­ti­cas de la vida, de las pau­tas eco­nó­mi­cas, Cris­to era más pró­xi­mo de las tesis colec­ti­vas, dis­tri­bu­ti­vas y de la tole­ran­cia que de su con­tra­rio. Pero ésa es una dis­cu­sión que el PT aún no abra­zó”, argu­men­ta. Qua­quá tam­bién opi­na que la socie­dad ha cam­bia­do y que las igle­sias evan­gé­li­cas igual­men­te repre­sen­tan un espa­cio de socia­li­za­ción, como fue­ran en los ochen­ta las comu­ni­da­des de base de la Igle­sia cató­li­ca. “Hace fal­ta que res­ca­te­mos una teo­lo­gía cris­tia­na gene­ro­sa, colec­ti­va, tole­ran­te, para con­ten­der la hege­mo­nía cul­tu­ral de las cla­ses popu­la­res. Solo la dere­cha lo hace”, concluye.

¿Recuer­dos de bonan­za o de corrupción?

Otro ingre­dien­te que tie­ne muchas posi­bi­li­da­des de desem­pe­ñar un papel en las elec­cio­nes de 2022 es la memo­ria. “Antes, yo tenía acce­so a muchas cosas y podía comer. Hoy un saco de arroz vale 30 reales [unos 5 euros], el acei­te y las alu­bias salen a 10 reales”, se que­ja Kaia­la dos San­tos. La cali­dad de vida tam­bién se dete­rio­ró mucho para Mar­cos Xavier, de 35 años y asi­duo de la igle­sia Dios es Amor. Hace poco más de 10 años, él vivía en Ala­goas, su Esta­do natal, en el nores­te de Bra­sil, y con su tra­ba­jo lle­ga­ba a cobrar unos 6.000 reales (1.000 euros al cam­bio actual) al mes. “Antes tenía­mos cré­di­to, pudi­mos com­prar a pla­zos un coche kiló­me­tro cero. Así tam­bién finan­cié una tien­da”, recuer­da. Hoy, tras tener algu­nos pro­ble­mas fami­lia­res y otros rela­cio­na­dos con el con­su­mo de alcohol y dro­gas, tra­ba­ja como ven­de­dor ambu­lan­te y vive en un cen­tro de aco­gi­da del Ayuntamiento.

En 2018, Mar­cos dio su voto a Bol­so­na­ro. “Al menos él no está envuel­to en nin­gún caso de corrup­ción. Sé que su hijo [el sena­dor Fla­vio Bol­so­na­ro] está envuel­to en la racha­dinha [des­vío de suel­dos de ase­so­res par­la­men­ta­rios], pero no tie­ne nada que ver con el Gobierno. Es un hom­bre adul­to”, argu­men­ta él en defen­sa del actual pre­si­den­te. Por otro lado, recla­ma que Bol­so­na­ro ha tra­ta­do de “gober­nar solo”. Para 2022, bus­ca­rá sobre todo expe­rien­cia. “Vota­ré a Lula, creo que tie­ne más picar­día, sabe hablar con dipu­tados y sena­do­res para obte­ner lo que es mejor”, aña­de el hom­bre, reve­lan­do el prag­ma­tis­mo de un elec­to­ra­do com­ple­jo y diver­so, que com­po­ne las cla­ses socia­les más bajas y pre­sen­ta deman­das que sobre­pa­san el espa­cio de la igle­sia que frecuentan.

Marcos Xavier, de 35 años, fotografiado poco después de dejar un culto en São Paulo.
Mar­cos Xavier, de 35 años, foto­gra­fia­do poco des­pués de dejar un cul­to en São Paulo.Toni Pires

El pas­tor Edson tam­bién cree, así como Simo­ne, que la eco­no­mía ten­drá resul­ta­dos posi­ti­vos el año que vie­ne y que eso se refle­ja­rá en la popu­la­ri­dad de Bol­so­na­ro. “¿Lula cogió una fase bue­na, eh?”, dice. Sin embar­go, apun­ta a otro tipo de memo­ria: las denun­cias de corrup­ción duran­te los gobier­nos del PT. “No nos debe­mos olvi­dar de lo que pasó has­ta hace poco”, defien­de. Recuer­da que res­pon­sa­bles de finan­zas e impor­tan­tes líde­res del PT, como el mis­mo Lula, estu­vie­ron en la cár­cel. “El lis­ta­do es lar­go. ¿Cómo voy a que­rer qué vuel­van al poder? Nues­tra alter­na­ti­va es Bol­so­na­ro, por­que no que­re­mos que vuel­va la corrup­ción”. Pre­gun­ta­do sobre las sos­pe­chas de actos ilí­ci­tos que recaen sobre minis­tros del Gobierno y del sena­dor Fla­vio Bol­so­na­ro, ase­gu­ra defen­der que todos sean investigados.

El voto del evangélico

El poli­tó­lo­go Vini­cius Valle, doc­tor por la Uni­ver­si­dad de São Pau­lo y autor de Entre a reli­gião e o lulis­mo (edi­to­rial Recriar) (Entre la reli­gión y el lulis­mo), expli­ca que el elec­to­ra­do evan­gé­li­co tie­ne prio­ri­da­des dis­tin­tas en las elec­cio­nes para pues­tos legis­la­ti­vos o eje­cu­ti­vos. En el pri­mer caso, vale más la lógi­ca de bus­car a un igual, con los mis­mos valo­res. “La igle­sia está muy cer­ca de las per­so­nas. Y es en medio de esa fuer­te socia­li­za­ción que sur­gen los can­di­da­tos evan­gé­li­cos. Están allí, en su comu­ni­dad, cir­cu­lan­do y deján­do­se ver como per­so­nas de un uni­ver­so pró­xi­mo”, expli­ca. Para el poder Eje­cu­ti­vo, sin embar­go, la lógi­ca es bus­car a alguien que pue­da admi­nis­trar a la socie­dad como un todo y mane­jar cues­tio­nes como eco­no­mía y tra­ba­jo. “Por la cues­tión eco­nó­mi­ca, los evan­gé­li­cos tien­den a ale­jar­se de Bol­so­na­ro. Están sufrien­do con fal­ta de empleo, tie­nen su vida mate­rial afec­ta­da. Hay un esfuer­zo del pre­si­den­te de ale­jar­se [de esos pro­ble­mas], pero está cada vez más difí­cil man­te­ner esa narra­ti­va”, argu­men­ta Valle.

Otra cues­tión en jue­go es que Lula, por su capa­ci­dad de comu­ni­ca­ción y su his­to­ria, pue­de “sub­ver­tir” la bre­cha izquierda/​derecha e ir más allá de su cam­po ideo­ló­gi­co, según Valle. ¿Pero cómo van a reac­cio­nar los pas­to­res fren­te a sus fie­les que pre­fie­ren al can­di­da­to del PT? “Una cosa es el pas­tor famo­so, otra es el pas­tor allá del barrio. Las igle­sias tie­nen la capa­ci­dad de mol­dear­se a la reali­dad local, de ofre­cer un tipo de dis­cur­so, un tipo de cul­to”, expli­ca. “Si un pas­tor le habla a un fiel que cam­bió su dis­cur­so o que reci­be el [pro­gra­ma] Bol­sa Fami­lia, no quie­re asu­mir el ries­go de per­der a aquel fiel. Es un mer­ca­do reli­gio­so”, señala.

Por otra par­te, la antro­pó­lo­ga Jac­que­li­ne Tei­xei­ra, doc­to­ra en antro­po­lo­gía social e inves­ti­ga­do­ra del Núcleo de Antro­po­lo­gía Urba­na de la Uni­ver­si­dad de São Pau­lo, entien­de que el sen­ti­mien­to de recha­zo al PT segui­rá fuer­te en el sur y sur­es­te de Bra­sil, sobre todo en zonas como el inte­rior de São Pau­lo, poco mar­ca­do por gobier­nos loca­les pro­gre­sis­tas en com­pa­ra­ción, por ejem­plo, a la capi­tal del mis­mo esta­do. “En esos luga­res, aun­que las per­so­nas le den la espal­da a Bol­so­na­ro, no nece­sa­ria­men­te están pen­san­do en Lula”, afirma.

Otro las­tre para las izquier­das son las lla­ma­das pau­tas mora­les o iden­ti­ta­rias, como el matri­mo­nio homo­se­xual y el femi­nis­mo. “Esa pau­ta de las mora­li­da­des, que ya tenían fuer­za en el ámbi­to legis­la­ti­vo, entró con todo en el Eje­cu­ti­vo. Como es una gra­má­ti­ca que cons­tru­ye entorno polí­ti­co, hay pro­ba­bi­li­da­des de que eso siga y com­par­ta el esce­na­rio con los temas de salud, eco­no­mía o edu­ca­ción”, expli­ca. Para esos casos, aña­de Qua­quá, para el diri­gen­te del PT en Rio, valen una vez más las ense­ñan­zas de Jesús: “El evan­gé­li­co pue­de dis­cre­par, pero si él se guía por el Nue­vo Tes­ta­men­to y por la ense­ñan­za de Cris­to, tie­ne que res­pe­tar”, argu­men­ta. Y dis­pa­ra con­tra los líde­res evan­gé­li­cos: “Lo que hacen Silas Mala­faia [de la Asam­blea de Dios], Mace­do [de la Uni­ver­sal del Rei­no de Dios] y esos far­san­tes es piso­tear el Nue­vo Tes­ta­men­to y reafir­mar el Vie­jo. Olvi­dan que Cris­to vino al mun­do para esta­ble­cer un nue­vo para­dig­ma religioso”.

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